lunes, diciembre 31, 2007

Cinco minutos más para la cuenta atrás: el balance de fin de año y los propósitos para el que empieza

Los petardos que borran sonidos de ayer y acaloran el ánimo para aceptar que ya paso uno más”. Un año más. Mecano.




Cada año es diferente. A veces se gana y otras, simplemente las cosas no salen como uno las planeó, no obstante hay momentos a lo largo de los 365 días del año que nos dejan una huella indeleble en el alma y la memoria guarda buenos recuerdos. Para los mexicanos, el año 2007 ha sido uno de los más violentos en su historia: nada de guerras civiles ni revoluciones armadas en pro del bienestar de cada compatriota, fueron las imágenes de muerte con las que despertamos día con día.
Esta entrega del suplemento debería ser más optimista y alegre y procuraré que así sea. Todos deseamos vivir tiempos mejores, la felicidad no es el fin único sino uno de los muchos condimentos de la vida. Como si no fuera suficiente con la “depre” navideña, la nostalgia llega hasta nuestra piel como el viento frío de la temporada, nos estremece la piel y cerramos los ojos para evocar escenas, aromas, colores y texturas, sonidos, atardeceres, amaneceres y noches interminables. En el camino encontramos nuevos amigos y los que ya estaban con nosotros reafirmaron su lealtad u otros clavaron el puñal en la espalda.
¿Qué podríamos esperar del próximo año que no sea más muerte, destrucción y el surgimiento de ciudades inseguras? ¿Acaso el género humano se dirige hacia su autodestrucción a causa de lo agitado de la vida moderna, el cambio climático, las guerras del narcotráfico o la falta de valores humanos y civiles?
Cada año nos proponemos ser mejores personas, que si haremos ejercicio y dejaremos de comer una rebanada extra de pastel, nos proponemos emprender nuevos proyectos y realizarlos y una larga lista de propósitos que, a medio camino se queda sin realizar. Nos hemos vuelto flojos, apáticos y hasta cierto punto, tontos, en el sentido de que nos dejamos poseer por el demonio de la desidia y la fiaca. La mayoría de las veces no es el hecho de la desidia o la flojera, simplemente nos confiamos en que cada inicio de año es “una nueva oportunidad para comenzar desde abajo”.
La vida está llena de ciclos, es cierto, pero tampoco se puede caminar en círculos hacia ninguna parte. Es lo que sucede con el país, avanzamos hacia ninguna parte, temerosos por el mañana, aterrorizados al caminar por la calle a altas horas de la noche, ya no digamos a causa de un asalto sino también de una bala perdida: estar en el lugar y el momento equivocados.
Tal vez el propósito general para el 2008 sea el vivir sin temor a ser sorprendidos por la cuchilla que acaba con la vida y, por el contrario, sorprenderse con nuevas experiencias, nuevos amores, viajes, letras, sonidos, nuevos rumbos. Mis propósitos son el ser una mejor persona, continuar con mi trabajo con más entusiasmo del que ya le impregno, cometer más errores para aprender de ellos. Intentaré enamorarme aunque sea de unos ojos anónimos o una linda boca que más tarde se perderá entre la mar de historias. Me propongo ser más amable con mis semejantes y mi familia, me propongo seguir inconforme con las cosas que se entregan a medias.
¿Para qué comprometernos con cosas que sabemos no vamos a cumplir como el someterse a dietas o conseguir cosas materiales? Hay que comprometerse con uno mismo y cumplir los propósitos de la mejor manera, la cantidad no es sinónimo de calidad, plantearnos un millón de propósitos no nos hace mejores personas, sólo nos acarrea una infección terrible de estómago a causa del estrés.
Prefiero no pensar en el día de mañana, hay que vivir aquí y ahora. La estabilidad emocional depende de nosotros y de nadie más, la paz social está en manos de las autoridades pero ya no podemos confiar al máximo en quienes se dejan corromper por un sistema que se nutre de la debilidad de unos cuantos y asume el control de la vida de muchas personas.
Espero –esperemos- que el 2008 nos traiga mejores condiciones de vida para todos, menos terror y más días soleados, una mayor conciencia ecológica y menos desastres naturales que lamentar, mejor salud y muchas vibra positiva.
Les deseo lo mejor a cada uno de ustedes y que nunca les falte amor, paz interior. Disfruten los días con sus noches, de la manera que más les agrade pero siempre con intensidad, como si fuera la última noche del mundo.

viernes, diciembre 28, 2007

Devolverán los 100 mdp de la megaescultura


CHETUMAL, 27 de diciembre.- Ante la próxima entrada de funciones de la Secretaría de Cultura del estado de Quintana Roo y después de años de protestas por parte de la sociedad chetumaleña y la comunidad artística e intelectual del estado, el escultor Enrique Carvajal -mejor conocido como “Sebastián”- devolverá al Fideicomiso de la Mega Escultura al Mestizaje Mexicano, los cien millones de pesos que se le autorizaron para realizar la megaescultura a orillas de la Bahía de Chetumal, a fin de crear un fondo de becas para artistas y creadores independientes de Quintana Roo. Lo anterior fue dado a conocer por Doris Mingüer Alcocer, quien se encuentra a cargo de dicho fideicomiso, en una entrevista sostenida en la cafetería de un hotel del centro de la ciudad y posterior a su reunión con el artista.
Mientras tanto, se procederá a desmontar parte de la estructura con el fin de crear un diseño menor y que servirá de biblioteca y círculo de lectura a fin de estimular dicha actividad entre la alta sociedad chetumaleña.
El renombrado escultor realizó una visita a la capital donde sostuvo una prolongada reunión con Doris Mingüer Alcocer y diputados locales –haciendo un espacio en sus vacaciones por las fiestas de fin de año- para gestionar la devolución del dinero y con el cual se pretendía erigir una megaescultura que, según la idea del artista, daría identidad social a la ciudad y mayor proyección a la zona sur. “Estamos muy entusiasmados con la propuesta de Sebastián” –comenta Mingüer Alcocer- “ya que nuestros artistas y creadores se verán favorecidos con este fondo de becas, impulsando su actividad creativa pues esto es lo que necesita nuestro estado para consolidar su identidad cultural.”
Como es bien sabido por la sociedad, la construcción de la megaestructura ha provocado un daño ecológico. El Congreso del Estado le propuso al gobernador Félix González Canto que en la medida de las posibilidades de su administración, destinara recursos adicionales para concluir la mega escultura del artista chihuahuense, misma que se encontraba en proceso de instalación en la bahía de Chetumal. No obstante y ante la próxima entrada en vigor de la Secretaría de Cultura, el artista decidió que una mejor contribución al arte y la cultura del país sería la apertura de un nuevo fondo de becas que llevaría por nombre “Beca Mestizarte-Sebastián”. Los diputados del Congreso del Estado manifestaron que, de nueva cuenta, no se deja de atender las necesidades de la sociedad ya que, la libre expresión de las ideas, la cultura y los espacios de lectura son también una necesidad de la sociedad, si es que esta busca alcanzar el desarrollo económico, político y social.
Anteriormente, “Sebastián” había sido invitado por el fideicomiso para que visite Chetumal y explique a la sociedad civil el avance de la obra. El “artista” se negaba rotundamente, pues –hasta ahora- tiene fobia patológica a las criticas que ha recibido de parte de miles de chetumaleños inconformes con este derroche de dinero que el ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz realizó. Por lo que toca a éste último, Doris Mingüer dio a conocer que el ex gobernador envió una carta en la que manifiesta su beneplácito por la decisión de Sebastián (quien hizo llegar dicha carta). “Estoy al tanto de las acciones y quiero manifestar que esto es una manera de reparar el rezago artístico y cultural en el cual ha caído Quintana Roo; por lo tanto, me sumo a la tarea donando un lote de libros, mismos que serán destinados a la biblioteca que se construirá en lo que iba a ser la megaescultura”, se puede leer en un párrafo de la carta.
Mingüer Alcocer agregó que se trabajará a marchas forzadas con los legisladores para concluir las obras de la biblioteca y espacio de lectura, mismas que podrían contar con el apoyo de connotados empresarios chetumaleños. “Sabemos que un fondo de becas necesita del respaldo económico para seguir beneficiando a más artistas año con año” –dice Mingüer Alcocer- “ya hay un empresario interesado en apoyar la creación de la biblioteca y se espera que dos más entren a esta labor tan necesaria para nuestra sociedad”. Asimismo, destacó que además de la biblioteca, habrá una cafetería, multiforo equipado, cineclub, tienda y librería, además de ofrecer talleres de capacitación artística y un espacio abierto a la lectura “adornado con la hermosa vista que ofrece la Bahía de Chetumal”. Los recursos económicos destinados al fondo de becas provendrán de un 45 por ciento del total que Sebastián percibe en pago por cada escultura instalada en diversas partes de México y el mundo.
“Sin duda, será un espacio que la clase intelectual y el gremio artístico recibirá con gusto pues podrán reunirse en un ambiente de camaradería, adecuado a sus fines y con todo el café necesario para seguir creando su arte”, concluyó Mingüer Alcocer.
“Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada de eso podría pasar”. Hoy es el Día de los Inocentes y por eso hemos publicado esta nota en el que nada es cierto pero, sería estupendo que sucediera en la realidad. Estimados lectores, en Por Esto de Quintana Roo estamos comprometidos con la verdad y aunque así es día con día, hoy quisimos hacer un espacio para publicar una nota “chusca” para romper un poco con la solemnidad y terminar el año con una enorme sonrisa.

lunes, diciembre 24, 2007

El significado de la Navidad: que el mundo es un sitio donde hay lugar para todos.

Nos tocó vivir en el lado occidental de este mundo tan grande. El planeta Tierra alberga miles de millones de personas con credo diferente pero creyendo al fin, en una fuerza superior que une al Universo. Como occidentales que somos nos tocó vivir bajo la sombra del “monopolio de Roma” y por ende, crecimos con la idea del nacimiento de un salvador del mundo. Es así como cada año, occidente celebra el cumpleaños de Jesús porque esa es la verdad, es el cumpleaños de alguien (digo, si el nacimiento de cualquier mortal supone una celebración como cumpleaños, ¿por qué no le llamamos Navidad a ese “día tan especial”?).
Una tarde, mientras me daba un baño, pensaba en una acronía bastante razonable –de vez en cuando me pongo a debrayar mientras me baño-, por ejemplo: ¿qué habría pasado si en lugar de que el Imperio Romano de Occidente abrazara al cristianismo, hubiese adoptado la religión musulmana? Seguramente no tendríamos navidad, no existiría Papá Noel ni los Reyes Magos, la cena de Pascua, las celebraciones de adviento ni mucho menos, la “Santa” Inquisición o las posadas tal y como las conocemos. Hagamos a un lado esa idea que los “yanquis” nos han inculcado acerca de la religión musulmana. Gandhi decía que “musulmanes, hindúes, sijs, cristianos, todos somos hijos de Dios” y que en el mundo hay lugar para todos.

Así es queridos lectores, el mundo es grande y hay lugar para todos, no veo el motivo por el cual no deba haber lugar para el resto de las religiones del mundo. Tuve una amiga de la región de Uthar-Pradesh, en la India; me decía que nunca han celebrado la Navidad. No me asusté, al contrario, comprendía de sobra que ellos tienen otras celebraciones acorde a su religión, sin embargo, tienen un día que celebran de manera similar a la Navidad cristiana: el día del nacimiento de Krishna. Janmashtami es la celebración del nacimiento de Sri Krishna, la Suprema Personalidad de Dios para los hinduístas. “La ceremonia central sucede a medianoche, hora en que el Señor hizo su divina aparición. El ayuno, los cantos, las ceremonias y muchos otros rituales marcan esta importante fiesta en el calendario vaishnava”. Esta celebración se realiza el 4 de septiembre.

A la primera luna llena de Mayo, corresponde el Wessak, la Fiesta de Buda. Esta fiesta conmemora el nacimiento y el despertar del Buda, es también el instante durante el cual él contacta anualmente la humanidad. La palabra "Wesak" (también "Wessak" o "Vesak") es el nombre del mes de mayo en el calendario indio antiguo. Este período se sitúa en medio de la primavera del hemisferio septentrional.
El Aid el-Mulud es la festividad en la que se conmemora el nacimiento del profeta Mahoma; también es conocida como “La Fiesta de la Bandera”, ya que antiguamente los musulmanes exhibían una bandera blanca en los tejados como símbolo del nacimiento del profeta. En este día la familia se reúne para compartir el desayuno. En él es tradición degustar un plato típico preparado con sémola y leche. Es una fiesta en la que las “tarikas” sufíes (similares a las cofradías católicas) se congregan en las “zawias”. Se celebra entre los meses de marzo y abril, según el calendario gregoriano.
Los que practican el judaísmo siguen esperando la llegada del Mesías. Enlistar las fiestas similares nos llevaría muchas páginas, por eso me limito a dos religiones importantes y similares a la religión cristiana. Lo hice porque precisamente, la Navidad es una fiesta de carácter religioso que a recientes fechas se ha tornado en una fiesta de las compras y el endeudamiento. No niego que compro regalos para mi o para algún miembro de mi familia, a lo que voy es que en estos días la Navidad tomó un sentido diferente.
Hasta que tuve doce años de edad sentía eso que llaman “espíritu navideño”, después comprendí que sólo era un estado de ánimo alimentado por la nostalgia de tiempos pasados, las compras de regalos, el clima y la falsa pose de “ser personas mejores”. Ahora, el espíritu navideño se traduce en salir a comprar y comprar más, cooperar para el pago de impuestos de una televisora, fingir que nos amamos y desear parabienes a los semejantes en los últimos días del año, para que al siguiente le clavemos la estaca en la espalda.
La Navidad –dicen los cristianos- es tiempo de reflexión y nos lo repiten en Semana Santa, ¿acaso no podemos reflexionar en unos minutos libres que nos queden entre las actividades cotidianas el resto del año?
El significado de las cosas las otorgan las personas, es una idea subjetiva y muy personal, como el que le damos a las cartas, a los besos, a los sitios o las festividades. El mundo moderno mantiene la idea de que “cuanto tienes –en la cuenta bancaria- es lo que vales”… por eso, muchas chicas son “totalmente de hierro”, anhelando relojes de diseñador, o deseamos el último grito en gadgets y equipos de audio, porque en el alma humana se han acumulado vacíos palpitantes.
Por otro lado, y volviendo a lo que planteo al principio de este texto, el mundo es grande y con diferentes creencias religiosas. El “monopolio de Roma” institucionalizó la Navidad y parece que el mundo entero está obligado a creer en un solo “mesías”, el que no lo crea así está condenado, como se condena a los que no desean celebrar la Navidad.
Entonces, ¿Cuál es el significado de la Navidad?... creo que el significado está en el hecho de entender que el mundo es uno, con mucho espacio para todas las concepciones espirituales, donde musulmanes, hinduistas, cristianos, judaicos, sijs, budistas, y demás, podamos convivir en paz, con tolerancia y respeto porque al final, todos somos carne y hueso, espíritu y con el único fin certero de la muerte. La vida es corta y no hay tiempo para perderlo en objetos, el amor hay que repartirlo, compartirlo, crearlo, disfrutarlo; la paz no se compra con concesiones ni amenazando; el progreso y el objetivo de un mundo mejor donde no existan las diferencias sociales o el peligro de que nuestros hijos sean mutilados por falsos (y calenturientos) evangelizadores.
Celebren, beban y coman, que al final de cuentas se convive con la familia y esas cosas son mucho más valiosas que una donación al Teletón. Disfruten la charla de sobremesa y el recalentado con una tacita de ponche o una ensalada navideña, tal vez si nos sentáramos a dialogar y compartir la mesa, los problemas del mundo se arreglarían de la mejor manera.
No me gusta la navidad, pero daría lo que fuera por volver a sentir el espíritu que llenaba aquellas posadas con mi familia. Mientras tanto, pasen unas excelentes fiestas.

lunes, diciembre 17, 2007

La tristeza infinita en vísperas de navidad (todos llevamos a un Grinch dentro de nuestro corazón).

A veces se siente un hueco en el estómago con un nudo en la garganta que, de no ser desahogado, se corre el riesgo de estallar en un llanto interminable hasta crear una marea de tristeza y desesperanza. Llegó el mes de diciembre, mes añorado por niños y adultos debido al ambiente que suele rodearle: Alegría, júbilo, sensación de paz y amor, por sobre todas las cosas. Sin embargo, hay personas que el solo hecho de sentir la proximidad del mes y todos los arreglos que éste conlleva se sumergen en un estado de tristeza, desánimo y decaimiento total. Las causas de la depresión navideña pueden ser variadas. De hecho, son bastante similares a los asociados a festividades como el Día de la Madre, Día del Padre, Día de los Enamorados o cualquier otra fecha significativa.
Sin embargo, el hecho de que la Navidad no sea una celebración de un día, sino una época del año rodeada de fiestas y celebraciones por doquier puede ser, para el individuo afectado por la depresión navideña, una verdadera tortura.
El fallecimiento de un ser querido, la distancia -tanto física como emocional- de un ser querido, la ruptura de pareja, las expectativas insatisfechas o no alcanzadas, los problemas económicos, los malos recuerdos o la soledad, pueden ser sólo algunas de las razones por las cuales un individuo se ensimisme y evite compartir con los demás la alegría de la temporada. Es importante que se haga una diferenciación entre la tristeza y la depresión. Esta última es una verdadera enfermedad, y amerita de tratamiento especializado, ya que el individuo es incapaz de sostener un comportamiento normal.
Se supone que la Navidad es una fiesta, o conjunto de fiestas, de naturaleza religiosa. En mi opinión, esto es mucho suponer en el caso de la mayor parte de la gente, para quienes las navidades tienen tanto de religioso como unas hemorroides de agradable. A mí en particular esto me molesta. Y no porque sea una persona religiosa - no lo soy - sino por esa hipocresía colectiva. Ahora sería el momento de que empiece a despotricar contra la imparable locomotora del consumismo que en estas fechas, alimentada por millones de tarjetas de crédito, corre a toda máquina. Pero no voy a ir por ahí.
El otro gran valor de las fiestas navideñas es el de la reunión familiar. Y a eso voy.
Afortunadamente veo a mi familia la mayor parte del año. Y lo que es más, me soporta y todo. Para mí lo de reunión familiar se torna en reunión con los amigos. Sí, de esos que son pocos y amigos de verdad y con quien tienes una sensación de intimidad que jamás tendrás con nadie.

Fenómeno Grinch o depresión navideña
La palabra Grinch, viene de la película donde un duende verde malhumorado trata por todos los medios, acabar con la navidad así como con el espíritu navideño de quienes le rodeaban; de ahí se toma, para identificar coloquialmente, este trastorno. Pero más allá de un nulo gusto por la navidad, las personas tienen auténticos razonamientos por las cuales sencillamente la navidad, “no va con ellos”. Los siquiatras Mexicanos Rafael Salin-Pascual y Alfredo Salmon, expresan que este fenómeno es de verdaderos “sociopatas”.
No todos los sociopatas son grinchs, un sociopata puede ser gustoso de la navidad pero quizá no de estar en entornos escolarizados, para ellos, la educación abierta. Cada quien habla como le va en la feria. Las razones son tan variadas que no forzosamente se es un socipata, por ejemplo; hay gente que no le gusta la navidad ya que extrañan los tiempos de la reunión familiar de antaño en casa de los padres con los hermanos y algunas visitas que eran clásicas en dichas fechas, para la tradicional cena y de ahí, los regalos.
Otra razón de las más entendibles y que abundan, es gente que durante el fin de año (Diciembre), experimenta alguna situación de duelo como la perdida de un ser querido o el rompimiento de la relación afectiva con su cónyuge o pareja, y produce reacciones adversas al común denominador.
Por ultimo, uno de los más comunes viene desde la infancia, que es la frustración ante los regalos, anhelando por siempre cierto juguete el cual, nunca llegó, por precio, miopía de los padres, etc. lo que les va causando un pesimismo ante las festividades, para que, de edad adulta, sea una absoluta desilusión a la navidad.
Pero curiosamente, nada de lo que hemos mencionado como muchas otras razones por las cuales se tiene este fenómeno grinch, es incurable, lo realmente difícil es encontrar la razón por la cual la navidad, no es del agrado de la persona.
Muchos esgrimen la teoría del mercantilismo y lo vació que es la fecha ante los demás, la hipocresía que reina durante una temporada ante la frialdad del resto del año, traducción: “todos somos amigos y gente feliz mientras es diciembre, pero el resto del año ni nos hacemos caso”.
Habrá quienes al final no les queda más remedio que unirse a la celebración. Lo cierto es que a muchos nos cuesta trabajo cerrar círculos en la vida y de eso se tratan los rituales de fin de año. Consideremos que un año más se va y que demasiados propósitos se quedaron flotando en el aire, el clima del invierno y la forma en que los rayos del sol caen sobre nosotros desde una dirección diferente: parece que los colores-a pesar de ser cálidos- influyen en el estado de ánimo. Pero el fin de un ciclo siempre dejará vacíos y caras tristes, explicar el por qué de la depresión navideña y tratar de encontrar un remedio para curarla, sería tan inhumano como obligar a otro a asesinar a sus semejantes.

Signos y síntomas de depresión navideña
Pérdida del apetito.
Pérdida de sueño.
Grandes deseos de no levantarse de la cama.
Desánimo para el aseo personal diario.
La persona se retrae, pierde el interés en comunicarse con los demás, volviéndose taciturna.

lunes, diciembre 10, 2007

Cuando amamos a más de un@... Porque el amor es una constante búsqueda hasta encontrar el paraíso perdido.

“Si algún día te llega el rumor de mi ardiente pasión…
no les creas”. ‘Más bonita’, Ely Guerra.

Amar una figura parece mentira cuando amamos a cientos de otras, amalgamadas con sentimientos y deseos, como esos muéganos que al adquirir forma humana se nos derriten entre las manos por no poder tenerlas a todas. Nuestra capacidad humana nos permite albergar miles de sentimientos (por un momento olvidemos que la química provoca toda esa reacción cósmica-mágica-musical del amor), y es tan fuerte como la capacidad de amar a nuestros semejantes. Por eso queremos a nuestros amigos –incondicionales, claro-, a nuestros padres y hermanos, demás familiares y, temo decirlo, a nuestras parejas.
El ser humano, por naturaleza, nunca está satisfecho con cualquier cosa, o como dijeran los personajes de ‘Vecinos invasores’: “mucho nunca es suficiente”. O a ver, ¿a quien no le han dicho que tiene ‘corazón de condominio’?, de nuevo estarán mintiendo con todos los dientes si dicen “¡noooooooo!”
¿Se puede amar a otra persona al mismo tiempo?, buena pregunta. Cuando se tiene la fortuna de tener a alguien a quien amar (no importa la inclinación sexual) lo primero que experimentamos es una sensación de bienestar, de que todos nuestros problemas existenciales no importan por el simple hecho de poseer la fuerza espiritual que inyecta eso que los iluminados llaman “amor”. Con un amor se estimula el erotismo, el romanticismo, la búsqueda de nuevos horizontes y hasta podemos asegurar que la soledad se ha ido de nuestra vida para siempre.

El ser humano (hombre y mujeres), insatisfecho y egoísta como es, suele buscar otra persona en quien satisfacer ciertos huecos que la persona amada no llena. Este comentario resultaría cruel si tenemos la idea de que la fidelidad protege a las relaciones actuales, pero es que la fidelidad no existe. De existir la fidelidad de manera ortodoxa, la raza humana se iría directo a la extinción.
En el sentido sexual del amor, el deseo por volar encima de la piel de alguna morena azucarada o perderse en el campo de trigo de una mujer o, en el caso de las mujeres, la marea mental provocada por un abdomen o la mirada de un hombre del que difícilmente saben su nombre, es lo que provoca las situaciones de confusión entre amor y deseo. Amar, querer y desear son cosas distintas. El amor, con toda su fuerza, supone un calidoscopio de sensaciones e ideas, desde el deseo sexual, la retroalimentación personal, el trabajo en conjunto, la soledad compartida y en el último de los casos, la preservación de la especie.
El deseo es el ingrediente secreto de una aventura a la que todos queremos llegar. Las relaciones extramaritales (o vaya pues, un “free”) son tabú que nos atraen porque están prohibidas por la sociedad. Puede haber pasión pero la soledad espiritual jamás sabrá de la misma manera; se puede salir al cine o al parque y a lugares con sol y mar pero los momentos de intimidad no se escuchan igual porque no hay esencia ideológica. Se puede mirar una luz de vida en el fondo de la mirada de nuestra pareja, pero en los ojos de otra/otro nos vamos a encontrar con que el tiempo es único e irrepetible: disfruta el momento porque no va a haber más.
De ahí que nace la confusión: ¿la/lo amo o la/lo deseo?
Por el lado romántico, pensar en que una pareja será fiel por el resto de la eternidad es muy kitsch y pasada de moda. De entrada la fidelidad no existe, es una utopía que los más inseguros han desarrollado para defenderse de la soledad infinita. ¿Por qué estamos con la persona amada? Porque llena los huecos de la vida, porque nos mueve a buscar más cosas dentro de nosotros, porque hay muchas cosas que una pareja puede compartir, además de la vida, la cama y el lavamanos.
Personalmente pude querer a una persona, pero también me han gustado muchas mujeres y me siguen gustando, aunque ahora me limito a observarlas, desearlas en silencio y escribir sobre torsos, ojos y paisajes aterciopelados. Y así sucesivamente, pero jamás he tenido dos amores al mismo tiempo, ¿por qué?, por la simple razón de que comprobé que las sensaciones y el trato interpersonal no es el mismo: con la pareja se tiene todo y con ciertas reservas, con la otra/el otro se tiene pasión pero el café y las galletas no saben igual, los colores del sol no son los mismos y las sinfonías de Mozart son insulsas y aburridas.
A lo que voy, en el plano romántico e idealista, no se puede amar a más de una persona; se puede admirar y sentir afecto por alguien con intereses afines pero siempre hará falta el ingrediente secreto: el amor, la confianza, la pasión y las humedades.
Querer es sólo un verbo, amar es más que clavarse alfileres en los dedos hasta desangrar el corazón por alguien, y el deseo sexual es un acto egoísta que a nadie deja feliz.
Bruno Bichir –el actor- decía sobre el teatro que “es como el amor, tienes que probar de todo antes de encontrar algo bueno”. El amor es una constante búsqueda de la identidad con el otro, quizá buscamos trozos de nosotros y de las cosas sencillas de la vida en muchas personas. El ideal del amor parece un rompecabezas con las piezas extraviadas en todas partes. Este cuerpo dentro del cual vivimos se llena de elementos primordiales que conforman nuestra personalidad, con el paso del tiempo buscamos la mitad del tesoro y el sentido de la vida, únicamente entregada en unos cuantos. Hombres y mujeres poseen trocitos de virtudes y defectos. En la física, los polos opuestos se atraen y a toda acción corresponde una reacción directamente proporcional a la fuerza con que se genera la acción. Con esto digo que los individuos (difícilmente les llamaría personas) se complementan y se retroalimentan, ya sea positiva o negativamente.

Tal vez es el viaje continuo del alma humana lo que nos mueve a buscar en otras personas aparte del ser amado. El alma viaja y siempre busca puertos seguros a donde reposar y, cuando satisface el deseo de conocer nuevos horizontes, se lanza a la marcha por rumbos desconocidos en busca de nuevos horizontes.
Pero el amor es inmutable, incorruptible, incondicional y a veces, loco, descarado y egoísta.

martes, diciembre 04, 2007

El amor, la madre de todas las locuras… ¿y tú qué has hecho por amor?

“Romperé el cielo para ti y acabaré con Dios, ¡ay! Para ver si así me alabas”. ‘Puedo rascarme solo’ (1990), Fobia.

A decir verdad, la pregunta “¿qué ha sido lo más loco que hayas hecho por amor?” nunca me fue formulada con anterioridad. Que yo recuerde pocas han sido las relaciones en mi vida pero eso sí, muy intensas, estrambóticas, absurdas, apasionadas, románticas o en el peor de los casos, suicidas. El ser humano –hombres y mujeres- está programado para reproducirse y preservar así al género. Pensantes como somos (emm… eso sí es una idea descabellada, locura, sin duda alguna), el acto de reproducción se intelectualizó y devino en una serie de ritos y tradiciones a las que llamamos “ligue”, “enamoramiento”… ¡cachondeo pues! Por otro lado está el eterno dilema: “hago cualquier cosa por llamar su atención y no me pela”.
Amar es envolverse de telas que nos transforman en una sombra diferente a las que deambulan por las calles; amar supone adoptar máscaras que oculten nuestra personalidad o nos protejan contra las ambiciones del moderno mundo material. Por amor lloramos, reímos; enfermamos hasta perder la voluntad de vivir (me refiero a las ganas de realizar las actividades cotidianas), la razón se eclipsa por el impulso: “llamar al teléfono celular a media noche tan sólo para escuchar la voz del ser amado, su respiración, la certeza de que alguien se encuentra al otro lado de la línea”.
Impulsivo y loco es el amor que nos lleva hasta el límite de la cordura; algunos sobreviven y otros se quedan en el viaje. Los que se quedan en el viaje llegan a enfermar mentalmente pues no satisfacen el deseo de ser correspondidos, al grado de crear situaciones peligrosas que atentan contra la integridad física y emocional de las personas. No se puede ocultar el sol con un dedo, hay casos registrados en la historia popular de personajes célebres como Van Gogh, William Borroughs, Violeta Parra, Arthur Rimbaud y la lista es extensa. No hay por qué espantarse, el ser humano es una caja de Pandora, con todas las virtudes y desgracias del mundo encerradas en un reducto de marfil y huesos.
En esta ocasión no les daré un instructivo de “conquista-al-amor-de-tu-vida-con-cien-locuras-fáciles-y-prácticas”… digo, cada quien hace lo que puede para atraer al objeto del deseo y cada quien sabe cómo arriesgarse.
“¿Qué ha sido lo más loco que hayas hecho por amor?”… somos egoístas, siempre hacemos cosas a cambio de algo, nada se hace sin motivo. Tan egoístas somos que no faltan los casos en que una persona abusa de la buena voluntad del prójimo. Las películas americanas (y algunas telenovelas mexicanas) de adolescentes muestran estereotipos de la cultura popular “puberta”. Un ejemplo que me viene a la mente –de cómo un chavito comete locuras por amor- es la película “Lucas”, protagonizada por la estrella adolescente de finales de los 80, Corey Haim. En la cinta, Corey Haim interpreta a Lucas, un adolescente que se enamora por primera vez de una chica mayor que él –no tanto, claro- y, para llamar su atención, abandona su puesto en la banda musical de la secundaria y se mete a jugar en el equipo de fútbol americano. Las consecuencias –como diría el Dr. Emmet Brown- son desastrosas: Lucas termina peor que un trapo y en el hospital, claro que al final le aplauden (lo cual lo convierte en un muñeco ridículo) por el hecho de aventarse a jugar con los gorilas del equipo, tan solo para impresionar a la “niña de sus sueños”.
El amor es loco pero no tiene por qué llevarnos a estados enfermizos de comportamiento. ¿Hasta qué punto el amor anula la racionalidad de las personas?
El amor es ilimitado, no distingue credo ni posición social (aunque la televisión se esfuerce en condicionar las mentes). A lo mejor la desesperación de vivir en este mundo sin un motivo para respirar y abrir los ojos a la mañana siguiente es lo que mueve a hombres y mujeres a cometer locuras por amor.
No recuerdo ninguna sola vez en la que mi mente pensante no haya dominado a mi sentimentalismo. Mi cabeza está ahí, rige mi cuerpo, intento ser impulsivo pero ella manda. Cuando alguien no me conviene me lo dice y yo le obedezco. ¿Será quizá porque nunca he estado enamorado?
Todo este tema me ha hecho pensar mucho. Pensar en que nunca he cometido ninguna locura de amor. ¿Ustedes sí? Siempre me lo he pensado dos veces.Conozco muchas personas que llevadas por la pasión lo han dejado todo y se han ido a buscar a sus parejas, ya sea a Italia, Japón, Carolina del Norte, ¿yo lo haría?, no lo sé.¿Querer razonando es querer menos o es más?, ¿amar significa entregar, sacrificarte por la otra persona?
No sé que piensen. Si son de los que enloquecen por amor, ¿cuales han sido sus mayores locuras? Y si son fríos como el hielo y racionales como Einstein y Maquiavelo juntos, ¿cuál es su límite en el amor? ¿Se han enamorado de verdad?

miércoles, noviembre 21, 2007

Citas a ciegas… porque cada quien debe cuidar sus recuerdos.


Quien no haya tenido una cita a ciegas estará mintiendo con todos los dientes. Quien no haya pasado un trago amargo en una de esas citas será porque no la tuvo o decidió no asistir. Muchos coinciden en que una cita a ciegas es un arma de dos filos: o te encuentras con una persona agradable o el adefesio de tus pesadillas nocturnas se materializa en un suspiro. Si es que aún les quedan ganas de suspirar.
Ya todos saben lo que es una cita a ciegas. El tema de las citas a ciegas es recurrente cuando hablamos del uso de Internet. Sin embargo, en realidad, las citas a ciegas se vienen produciendo desde hace siglos. Durante mucho tiempo, los matrimonios fueron de conveniencia, las parejas solían ser establecidas por las familias y siguiendo intereses particulares. Así que en bastantes ocasiones los contrayentes no se conocían sino hasta que estaban muy próximos a casarse. Nos gustaría saber qué pasaba por la cabeza de los contrayentes en esos momentos. Sofía Coppola, en la película 'Marie Antoniette', ilustra esta situación muy claramente. De forma concreta, las citas a ciegas tiene ventajas y desventajas. Si nos ponemos a pensar, resulta curioso que hoy día el número de divorcios y separaciones sea tan alto, teniendo en cuenta que la gran mayoría de personas están en disposición de escoger a su pareja. En el pasado, y todavía en algunos círculos y culturas, la familia se encargaba de arreglar los matrimonios, y no había opción de elegir pareja, ni de separarse.
Los caminos para buscar pareja son múltiples y variados, y algunas veces comienzan por una cita a ciegas. Hay gente que jamás se atrevería a acudir a una cita a ciegas. Para algunas personas es una temeridad quedar con alguien sin saber muy bien a quién se van a encontrar. Sin embargo, las formas de establecer contacto hoy día, especialmente a través de Internet, llevan a un gran número de citas a ciegas en las que ya ha habido intercambio de fotos e, incluso, de imágenes por cámara web. Aún así, la prueba de fuego suele ser el encuentro presencial.
Pero ¿por qué se hacen citas a ciegas? ¿Acaso hemos perdido la capacidad de establecer relaciones interpersonales de manera directa, sin rodeos y sin temor a ser rechazados por nuestro lado oscuro de la luna? El ritmo agitado de la vida moderna nos impide detenernos por un momento para sonreírle a la persona que está a lado de nosotros, para mirarnos al espejo interior y darnos cuenta de que la soledad que nos consume es demasiado humana para los preocupados en acumular riqueza y “horas de vuelo” en un una empresa para conseguir aquel puesto que brinde mayor status.
Hay citas a ciegas que a la primera se siente una vibra chidísima, y como bonus, la persona a conocer llega a ser de nuestro agrado, no obstante siempre cabe el riesgo de no ser del agrado de la otra parte. Pero como dicen algun@s fanáticos del “piensapositivoblablabla”: “una mente positiva atrae cosas positivas”. Ojalá fuera tan fácil como eso.
Admito haber tenido citas a ciegas, algunas gratas y otras merecen estar en la papelera de reciclaje. La primera que tuve desembocó en una amistad que recuerdo con afecto. Sucedió en la Ciudad de México en el primer año que me fui a estudiar (1994). Conocí a la prima de una amiga (amiga que conocía únicamente a través de correo postal), ella era de Cuautla y estudiaba Gastronomía, vivía en la colonia Roma y lo único que sabíamos de cada uno era que nos gustaba la música, pasear y que teníamos 19 años de edad. No teníamos idea de cómo sería físicamente el uno o la otra, así que una tarde nos aventamos a conocernos. Después de haber dado santo y seña a través del teléfono, concertamos la cita. El día decisivo llegó, nos conocimos en un parque y lo más padre de ese momento fue que nos dimos un abrazo fuerte y prolongado, como si nos conociéramos de hace mucho tiempo. Eso me hizo sentir con confianza y el turrón se rompió. Luego de charlar un rato fuimos a comer y de ahí nos fuimos a la feria en Chapultepec. Nos divertimos, reímos, compartimos anécdotas y hasta nos confiamos secretos, todo en una tarde. Fuimos grandes amigos. Ahora no sé nada de ella pues cada quien tomó su camino e hizo su vida pero guardo buenos recuerdos de esos días.
Otras citas a ciegas –y a lo tonto, por qué no- no fueron del todo buenas. A comparación de hace 13 años no había Internet, ahora puedes conocer personas en línea e intercambiar fotos e ideas, aunque las fotos es el recurso más cómodo al que recurren l@s mentiros@s. Cuando se concreta una cita a ciegas con una persona que conocemos en Internet, si intercambió una fotografía podríamos tener idea del físico del “ente” en cuestión pero no es un dato fidedigno y nos predisponemos a conocer a alguien. Pero si la persona en cuestión no da referencia alguna –ni foto ni nada- es motivo razonable para desconfiar y evitar las citas a ciegas, no sólo por la clase de esperpento que conoceríamos sino porque no sabemos qué esperar moralmente de alguien que no da referencias lógicas y confiables (hay quienes mandan una fotografía de una modelo e inventan miles de cuentos chinos).
Sólo hay una cosa cierta: quien se arriesga en una cita a ciegas es porque decide a hacerlo pero no lo convierte en un ser desesperado. Uno debe cuidar sus recuerdos y su salud mental casi intacta. La mejor manera de conocer personas es acercándose, sonreír y mostrar cordialidad; si la otra parte responde de manera positiva entonces podría pensarse en citas futuras. Las citas a ciegas son una opción pero no arreglan la vida.
Repito, uno debe cuidar sus recuerdos.

lunes, noviembre 12, 2007

Día de Muertos (Hanal Pixan) contra Halloween: o la insoportable levedad del ser mexicano bipolar.

“La muerte es un espejo que refleja las vanas gesticulaciones de la vida. Frente a ella nuestra vida se dibuja e inmoviliza. Antes de desmoronarse y hundirse en la nada, se esculpe y vuelve forma inmutable: ya no cambiaremos sino para desaparecer. Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida.” Octavio Paz, “El laberinto de la Soledad”, 1950.

La fecha especial ocurre una vez al año. Durante dos días con sus noches los vivos esperan la llegada de las ánimas que viajan desde muy lejos –seguramente, un lugar mejor que esta dimensión- para saborear la nostalgia por la vida, los aromas de la piel y rememorar el peso de hueso y marfil que alguna vez constituyó parte de su humanidad. Por lo menos esa es la creencia que los mexicanos tienen respecto al Día de Muertos. En el lado opuesto de la conciencia se dibuja otra celebración que, por un día previo de diferencia, involucra otros elementos que vuelven a la celebración de la muere una cuestión de entretenimiento. Así es, tenemos al Día de Muertos y al Halloween frente a frente en una encrucijada donde la “festividad extranjera” gana mayor terreno que la tradicional celebración mexicana.
El poder de los medios de comunicación ha sido un aliado importante para la transculturación. No encuentro negativa la filtración de ciertos elementos de la cultura universal dentro del modo de vida de un pueblo en particular -al final de cuentas somos habitantes del mundo- lo que si me parece alarmante es la rapidez con que desaparecen las tradiciones populares de nuestro país. Cada vez es más frecuente la ausencia de elementos propios en la alegoría del Día de Muertos: cambiamos los esqueletos o las “Catrinas” de Posadas por imágenes de brujas y calabazas; suprimimos los colores negro y morado por el naranja y el negro; asumimos que el Día de Muertos es un día para disfrazarse y hacer bromas en lugar de rendir homenaje a los que ya se fueron. Sin embargo el mexicano es muy dado a disfrazarse no sólo para celebrar, tal vez sea el miedo a la muerte la razón por la cual se disfraza. Huye de su inminente fin pero al mismo tiempo la reta.

En el origen está la diferencia
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México pueden ser trazados hasta la época prehispánica. El festival que se convirtió en el Día de Muertos era conmemorado el noveno mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la muerte" (actualmente relacionada con "la Catrina", personaje de José Guadalupe Posada). Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos. Cuando los conquistadores llegaron a América en el siglo XV, se aterraron por las “prácticas paganas de los indígenas” (desde su muy católica perspectiva), y en un intento de convertir a los nativos al catolicismo movieron la fecha del festival hacia principios de noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas. Los españoles combinaron sus costumbres con el festival similar mesoamericano, creando de este modo el actual Día de Muertos. El "Hanal pixán", o comida de las ánimas, es una tradición del pueblo maya. Es un acontecimiento especial para los deudos de los difuntos, pues saben que, en estos días, del 31 de octubre al 2 de noviembre, las ánimas "reciben permiso" para visitar a sus familiares. El primer día se dedica a los niños y le llaman U HANAL PALAL. El segundo día, 1 de noviembre, está dedicado a los adultos muertos y le llaman U HANAL NUCUCH UINICOOB, y el tercer día es el U HANAL PIXANOOB llamado en algunos lugares "misa pixán" porque ese día se aplica una misa dedicada a las ánimas, por lo general en el cementerio de la población.
Halloween o “Noche de las brujas” es una fiesta proveniente de la cultura céltica que se celebra en la noche del día 31 de octubre. Los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase "Truco o trato" y "Dulce o truco". Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta. Halloween es una derivación de la expresión inglesa All Hallow's Eve (Víspera del Día de los Santos). Aunque la palabra Halloween tiene su significado celta que significa: "hoy entrego mi alma". La historia del Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, el preciso día 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.
La diferencia está frente a nuestros ojos como un día soleado: el mexicano respeta a la muerte, quizá le teme pero también puede convivir con ella, el final certero que algún día llegará; el extranjero teme a la muerte y evita enfrentarla en vida, es algo macabro, terrible y el individuo es incapaz de mostrarle respeto. Octavio Paz escribió en El laberinto de la Soledad: “La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida. El mexicano no solamente se postula la intranscendencia del morir, sino del vivir. Nuestras canciones, refranes, fiestas y reflexiones populares manifiestan de una manera inequívoca que la muerte no nos asusta porque "la vida nos ha curado de espantos.”
Cualquier tradición mexicana, lejos de avergonzarnos como habitantes de un país tan rico en manifestaciones culturales, debe ser objeto de celoso cuidado. Hoy es recurrente el gesto de vergüenza de cualquier joven “clasemediero” ante las tradiciones: no come pan de muerto con chocolate porque “no es fashion”, por el contrario se disfraza de bailarín de Michael Jackson para el video Thriller porque va ir a una fiesta de Noche de Brujas. En una conversación con una amiga, manifestó que la discusión eterna de “Halloween” contra “Día de Muertos” ya resulta innecesaria puesto que la tarea de preservar las tradiciones mexicanas está en manos de las escuelas. Ella dice que de las dos celebraciones ha surgido una sola a la que nadie le ha prestado atención: “el resultado es más completo, a mi parecer ni se deja de festejar una ni otra, solo hay que fortalecer más la cultura mexicana en ese sentido, y por eso están las escuelas que por lo menos para eso si sirven. Pero lo del día de muertos, en muchos casos si la gente no fuera a las escuelas, habría menos promoción de ello de lo que en los medios de comunicación, especialmente a través de programas especiales y películas, se le proporciona al Halloween.”
La discusión seguirá en el aire y cada quien tendrá su opinión. Lo cierto es que México, tan cercano a Estados Unidos y alejado de sus propios habitantes, perderá su identidad cultural así como pierde su memoria histórica.

domingo, noviembre 11, 2007

Tus ojos oscuros sobre mi cuerpo cortado

El fin del camino sobre las piedras candentes
Que nuestros pies descalzos pisaron sin dolor
Un puente colgante sobre el río de la vida misteriosa
Solos y confiados
Me he subido a un tren que me llevará lejos
Donde no existen el tiempo ni las pausas
Esta vida tan llena de pausas innecesarias.

Mira en sus ojos, lleva el fuego nocturno
Con en el que enciende tu cuerpo inocente
Botas de cuero negro y una imagen que enloquece
Los senos ocultos tras una tela transparente,
Mis ojos se rinden tras un eléctrico golpe sobre la piel
Apenas existo en su memoria pero ella ya vivía en mis sueños de agua.

Agua sobre tus labios. Las manos cansadas de vivir
Sin cuerpos sensibles
Puertas abiertas hacia el otro lado de la percepción, la lluvia que cae
Sobre la ciudad,
Personas que sueñan con un presente distinto.
La musa de mi tristeza, dueña de mis suspiros ahogados
En el mar.

Soy un alma perdida en este mundo desconectado
Es aquí donde vine a vivir para contarle a los muertos
Cómo es la vida mientras la vives.

Incluso los muertos sienten Saudade
Los muertos duermen el nostálgico sueño de la vida.

lunes, octubre 08, 2007

En la era del terror todos se perdían en una frase de amor…

Nadie me conoce bien, nadie sabe cuales son mis sueños”. El dios en la pared, Los Amantes de Lola (1991).




Fue el primer disco de rock hecho en México que compré con el dinero de mis “domingos”. Lo compré una noche de marzo de 1992, recuerdo que llevaba mi “walkman” dentro de la mochila y escucharlo fue como una epifanía. Entonces soñaba con formar una banda de rock aunque tuviera una guitarra acústica con cuerdas de metal. La primera descarga provino de un preludio coral que anunciaba el ambiente de aquel álbum de nombre extraño para mí: La era del terror. No era el disco de un grupo “metalero” ni satánico, era el segundo disco de Los amantes de Lola.
La primera rola, “Beber de tu sangre”, era el primer sencillo a promocionar y en 1992 aún se transmitía “Siempre en domingo”. Cosa extraña, un grupo de rock aparecía en el programa dominical y a los que vivíamos lejos del centro del país nos llegaban las imágenes de un movimiento aparentemente muerto pero que llevaba muchos años tratando de sobrevivir en el underground. Los amantes de Lola fueron parte de ese “boom” de rock mexicano -o rock hecho en México- que lideraban los Caifanes, Fobia, Maldita Vecindad, Neón, sin olvidar a los grupos que circulaban en la periferia del Distrito Federal como Tex Tex, Transmetal o el Tri. Mientras que varios de mis compañeros de clase se “prendían” con canciones que le “tiraban” al sistema gubernamental, a la policía, y que predicaba la misericordia hacia los pobres niños sin amor, nunca me sentí plenamente identificado con la temática de esos grupos. A mi me interesaban los temas filosóficos, la búsqueda de tiempos y mundos mejores donde el amor y la comprensión fueran una realidad.
Fue así como el texto de “Beber de tu sangre” desató una gama de sensaciones y sueños diurnos que serían una constante en mis días de preparatoriano. No puedo dejar de lado a la música -acompañando esos textos extraños a mis oídos jóvenes- que me parecía atmosférica y totalmente alejada a lo que la “telera” nos acostumbró con tantos baladistas. Por momentos el sonido de “los amantes” me recordaba a esas canciones de la época del “comrock” de mediados de los ochenta; tampoco se trataba de canciones construidas sobre la progresión de acordes utilizados en el blues (como el Tri) ni el sonsonete sincopado de la voz de Alex Lora, al contrario, la melodía fluía de manera natural, tal como el texto lo pedía: “el pensar en ti me hace recordar el encanto que provoca tu fragilidad”.
A la primera escucha, la música puede parecer cansada y monótona, sin embargo el oyente se encuentra ante puertas que deben ser abiertas a la percepción hasta encontrar los secretos depositados en las canciones. No hay temas de desamor ni mucho menos de contenido social o político. ¿Estado de ánimo?, seguramente es el amor el sentimiento imperante dentro de la temática del disco aunque no se considera un disco conceptual como tal.
Uno de los temas contenidos en el álbum nos remite al primer éxito de “los amante”: “Valiums a tu tía”. Si ya “los amantes” se habían quejado de las extrañas costumbres de “la mamá”, ahora le tocaba el turno a la tía paranoica, aquella que cualquiera se ha encontrado en la casa de la novia, siempre vigilando los pasos de la sobrina, investigando los hábitos del novio en cuestión… al final de cuentas, hasta daban ganas de dormirla para que no molestara (y más de uno no me dejará mentir).



“Los poetas dicen que cuando sale el sol, las mentes marchan con los pasos de la razón”, sugiere “No me dejes caer”, que de la oscuridad surgen los verdaderos sentimientos, esos que durante el día no se pueden decir ni hacer sentir, el ritmo de vida nos obliga a seguir a la razón: después de todo, somos seres nocturnos y la noche nos transforma en seres mágicos, geniales y brillantes.
“Hombres y locos” es una rola que cualquiera que ame tocar la guitarra en la intimidad de su cuarto o con sus amigos más íntimos disfrutaría tocar. La letra es un verdadero poema: “el hombre sueña deseando volar, el loco vuela al extremo del mar, y mientras los hombres miran el tiempo pasar, el loco canta parado en la mesa de un bar”. Hasta cierto punto me recuerda a “Us and them” de Pink Floyd.



“Bailando entre oro y diamantes en un eterno romance”, la Reina del Carnaval por fin ve realizado su sueño, aunque no sabemos a quien se refieren en ese “eterno romance”: ¿enamorada de la fama y la gloria o tan sólo es la obsesión por llamar la atención de los demás?
La canción que da el título al disco es casi un himno para los iniciados en la música de “los amantes”. “La era del terror” es un canto a la locura, a los viajes oníricos y al amor oculto en las palabras que, al ser escuchadas, leídas o cantadas por cualquier ser humano, provoca una intoxicación casi enteógena. “Bailar con la mucama” o “agitarse en la cama hasta las seis de la mañana” más bien parece una fiesta adolescente.
El disco asciende hasta llegar a un punto climático, precisamente donde la “Reina del carnaval”, “El deseo” y “La era del terror” invitan a la festividad sin restricciones, sin ataduras moralistas ni sonidos trillados. No obstante después de la fiesta, la resaca llega y a veces se siente un vacío en el alma. Nos sentimos solos al llegar el alba, buscamos consuelo y salvación en objetos sagrados: solos en un mundo que se olvidó de sentir.
“El dios en la pared” está inspirada en una película mexicana llamada “El puente”, y sin duda es una de las mejores canciones escritas por “los amantes”: “sólo hay luz cuando no hay oscuridad, no sé cuanto tiempo pasará, sólo puedo esperar a que entre un poco de luz para ver la divina imagen, la que me dejó mi dios en la pared”. Quien dude de la riqueza lírica del rock hecho en México a principio de los noventa, sería buena idea que regresara a los libros de poesía simbolistas.
“Madre tierra” cierra el disco con una letra tan excelsa como la música que la acompaña: “entre flores bailan los hombres, como tontos caen y regalan al aire cuentos de niños; Cristóbal descubre el continente y yo no sé dónde puedas estar”.
“Hotel” no se incluyó en la edición de LP ni en el caset. Tuvo que pasar más de 12 años para escuchar ese bonus track. Aunque como tema extra entró en la edición de disco compacto, “Hotel” parece una pieza que pudo aparecer en un nuevo disco de “los amantes”. Dentro del amplio repertorio de canciones que abordan el erotismo y los encuentros amorosos en esos rincones secretos, pocos describen con tanta delicadeza lo que el amante observa: el tiempo, una silueta dibujada por el sol, ropas que caen y dejan al descubierto un territorio dulce por explorar.
“La era del terror” fue un disco que me abrió las puertas a la posibilidad de crear letras de canciones aunque con resultados desastrosos ya que nunca, hasta ese entonces, había experimentado la totalidad de los sentimientos e ideas plasmadas en ese disco. Fue el soundtrack de una etapa de mi vida cuando el amor llegó por primera vez, junto con besos en los labios, el deseo de irme de casa y las ganas de crear música. Todavía conservo ese caset que compré un domingo de marzo y que tantos buenos recuerdos me trae.


domingo, septiembre 30, 2007

Infectado de una extraña enfermedad


“Si tuvieras que morir no podrías dejarme aquí, como sombra de tu alma, como espejo de tu piel.” No me tientes. La Gusana Ciega.

El sonido de tu nombre detonó una bomba multicolor en el centro de mis sentidos. Clavo agujas en mis dedos para no tocarte durante tu ausencia. Anoche intenté correr lejos de una idea persistente: tus ojos devorando lo poco que me queda de vida.
Tentativa de suicidio, colgarme de las manos, abajo un precipicio y en el fondo, una pila de sueños abandonados. Miro al espejo buscando al hombre que solía ser pero sólo encuentro un cadáver dibujado en el fondo de mi corazón.
Pero hoy no quiero morir, tampoco quiero escapar lejos. Quiero escapar contigo entre nubes que provocan sueños diurnos, embriagados de risa y expandiendo el tiempo alrededor de los dos.
Hoy ya no soy yo, soy quien solía ser y quien debería ser siempre. Una ola de calor invade mi vientre derritiendo el muro alrededor de mis huesos. Me mantengo de pie durante el día y, por la noche, escribo sobre espacios llenos de ausencia, recámaras tapizadas de historias de pasión en rojo, muerte y soledad compartidas.

Bebo del manantial que nace de entre tus piernas. Enredo tu pelo con mis dedos para llevarme tus sueños. Trazo poemas sobre el desierto donde las alas azules y una estrella vigilan la puerta al jardín secreto. Sueles dejarme en un rincón oscuro, el olvido de fin de semana. Y así se me van las horas planeando sobre el valle de tus senos llevándome tu esencia.

Hay oscuridad en mi alma… cuando llega la luz me aterra la idea de un nuevo sol en un horizonte incierto.
Anoche sus labios me convirtieron en amante de la luna llena, la luna roja oculta detrás de las caderas de marfil.
He quedado infectado por esa extraña enfermedad y no hay cura, tengo sed y las horas parecen eternas. La extraña quietud de sus manos desdibuja la imagen que llevo en la memoria.
Amanece dentro de mí pero temo a la luz. Jamás volvió, era una sombra más en el fondo del mar.

sábado, septiembre 29, 2007

Un sueño de otro, un rumbo incierto: el regreso de Soda Stereo

“Cualquiera sabe que es imposible llevar una banda sin cierto nivel de conflicto. Es un frágil equilibrio en la pugna de ideas que muy pocos consiguen mantener por quince años, como nosotros orgullosamente hicimos”. La carta del adiós, Gustavo Cerati. (Publicada en el suplemento Sí del diario Clarín, después de anunciar la separación de Soda Stereo en mayo de 1997).


“Ahora estoy aquí, temblando frágil en la multitud. El avión se va, recuerdos del futuro ocultos, goles suenan a la distancia”. Es así como suenan los recuerdos de mi pubertad y adolescencia. El año, 1988, significó mucho más que una nueva etapa en mi vida de las muchas que vendrían a partir de entonces: dejé de ser un niño para comenzar a construir lo que soy ahora. Con doce años a cuestas la guitarra aún no era mi instrumento principal sino la batería; la guitarra llegaría alrededor del mes de marzo de 1988 (costó 50 pesos de aquel entonces y tenía cuerdas metálicas) junto con un par de cuadernillos y discos para comenzar a sacar los primeros acordes. Entonces, alguien me habló de un grupo de rock en español –que no eran los Hombres G- bastante bueno, de Buenos Aires: Soda Stereo.
El primer descubrimiento de un mundo más vasto: las chavas. Niñas de 15 años que, clavadas en su mundo rosa llena de sonidos fresa-poperos, llenaron más de un centenar de sueños diurnos en los que llenaban mi rostro con besos sabor a frutas. Entonces, una mujer de más de 18 años despertaría en mi los deseos de un adolescente drogado con sus propias hormonas: “tus ropas caen lentamente, soy un espía, un espectador… sé que te excita pensar hasta donde llegaré”. Con 13 años comprendía la fuerza con que están dotados los besos inalcanzables. Tal vez una guitarra me ayudaría a conseguir aquel cuerpo que provocaba tanto vértigo dentro de mi vientre.
Sonidos sintetizados, cajas de ritmo, melodías dinámicas y letras cargadas de erotismo y metáforas perforaban mis moribundos oídos infantiles, trazando paisajes eléctricos donde el deseo y los “zoom anatómicos” creaban un nuevo mundo interno. Desde entonces quedé marcado por el sonido “sodastereo”. Si bien fui un fiel seguidor de la música de “los cuatro de Liverpool”, la de Soda Stereo me parecía una música que nacía de una idea, de una noche de pasión animal en el que el corazón delator palpitaba por una mujer nacida en la luna roja.
Y no me importaba si la conjugación de verbos era distinta a la manera de hacerlo en México porque “vos” era “tú” y “sos” se convertía en un “eres” que mucho tenía en común con aquellos amantes devorándose como caníbales. “Cuando el cuerpo no espera lo que llaman amor… más se pide y se vive” y me enamoré por primera vez con todo lo que ello implica: complicidad, deseo carnal, dolor y efecto doppler.
Canción animal, disco de 1990, es a mi parecer el mejor disco de Soda Stereo y no sólo por incluir el megamultiinfinitamentetocado clásico tema “De música ligera”, sino por toda la gama de sonidos registrados en los 41 minutos y 37 segundos que dura el álbum. A partir de ahí, Gustavo Cerati se convertía en uno de mis “guitar hero”, aunque ya que llegamos a ese punto, Soda Stereo se convertiría en “la clase de banda que siempre he deseado formar parte”.
Quizá Soda Stereo no eran la única banda de rock en español sobre la faz de la Tierra pero sí la que movía cada uno de los afectos de miles de fanáticos, la que provocó que decenas de jóvenes de la entonces “Generación X” (Región 4) decidieran tomar una guitarra para conquistar el mundo. Hoy en día existen miles de parejas que se revolcaron “en el jardín por donde nadie pasa”, se entregaron a los besos entre acordes de música ligera coloreando la Primavera Cero. Conocimos la perversión en una noche larga lejos de casa y vaya que la conocimos, al grado de pedir más. Algunas solían dejarnos solos en una mesa vacía, otras preferían comer de nuestra carne.

Los coqueteos de Cerati con la música electrónica no gustaron a los fanáticos más puristas y sus mentes se quedaron suspendidas en el tiempo; algunos creen que el último disco de Soda Stereo es Canción Animal y, eso, es un grave error pues se perdieron de obras realmente vanguardistas, a comparación de las ñoñísimas baladas de Enanitos Verdes o las chauvinistas líricas de unos moribundos Caifanes que mucho le deben a Soda Stereo.
Dynamo (1992) ya incluía demasiadas secuencias electrónicas pero también hubo nuevos temas cargados de la energía a la que Soda nos acostumbró durante su trayectoria. Sueño Stereo (1995) fue el canto del cisne, un álbum por demás vanguardista en cuanto a la construcción de las canciones: secuencias electrónicas que hasta entonces eran exclusivas de músicos experimentales. El viaje hacia el final marchaba a velocidad supersónica en un Planeador. Volamos dentro de un concierto “anti-unplugged” y en cada ciudad visitada en el verano-otoño de 1997, fuimos parte de aquel rito en el que las “gracias totales” cerraban una etapa para los seguidores del trío originario de la “ciudad de la furia”.
A diez años de su último concierto aún quedan demasiadas noches largas para sumergirnos en la marea sonora-lineal. Aún quedan persianas americanas por donde se filtran las imágenes retro de aquellos ángeles eléctricos que nos convierten en “Sonoman”, hambrientos de carne, dispuestos a crear una canción animal.

La gira “Me verás volver” llega a México en noviembre y con ella regresan los recuerdos de miles al escuchar nuevamente a Soda Stereo, con toda la energía y el concepto artístico que han manejado desde siempre. Un concierto de Soda Stereo es una de las experiencias más excitantes que se puedan vivir: música, comunión, tecnología y multimedia al servicio del arte sonoro, viajes supersónicos al centro de nuestros sueños en stereo.
“Cruzo el valle, es mi frágil planeador”… y así, Soda Stereo regresa para llenar de nuevo los días de nuestra vida hasta que caiga el sol. Sólo me queda repetir aquella acción sugerida en la cubierta interior del disco Canción Animal:

“Y PARA MAYOR PLACER ANIMAL, ESCÚCHALO A TODO VOLÚMEN”


domingo, septiembre 23, 2007

Hay quienes luchan todos los domingos, ¡esos son los chidos!...


“Batman y Superman, superhéroes de historieta, nunca subieron al ring, le sacatearon al parche, el Santo sí era la neta. Era de nogal El Santo, era un gran campeón, por eso luchaba tanto.” Guacarock del Santo, Botellita de Jerez.

Dicen que los mexicanos se caracterizan por diferentes elementos en su cultura popular: la muerte, la Virgen de Guadalupe, las fiestas patrias, los tacos y la lucha libre. Dentro de esta última manifestación en la que las máscaras juegan un importante papel, surgieron verdaderos héroes nacionales que, gracias al celuloide y a las historietas, permanecen en la memoria histórica popular, y a través de los años se han convertido en grandes leyendas. El Santo es mucho más que una leyenda, un mito o un superhéroe al que pocos niños contemporáneos recuerden de manera inmediata; El Santo es casi la materialización de lo que los mexicanos albergan en su alma: la fortaleza, la disciplina, fama y éxito, la inmortalidad.
El Santo es quizá el más famoso de los luchadores en Latinoamérica, y ha sido referido como “una leyenda” de este deporte en México. Su carrera en la lucha libre duró casi cuatro décadas, durante las cuales se convirtió en un héroe popular y un símbolo de la justicia para el hombre común ya que su personaje trascendió el ámbito de la lucha libre y se transformó en una especie de súper héroe al protagonizar historietas (comics) y películas, de hecho su popularidad y el mito provienen en gran medida de estos últimos medios y no de la lucha libre.


Rodolfo Guzmán Huerta nació en Tulancingo, Hidalgo, el 23 de septiembre de 1907; fue el quinto de siete hijos. Rodolfo llegó a la Ciudad de México en los años 1920, cuando su familia se asentó en el barrio de Tepito. En un inicio practicó Béisbol y fútbol americano, y entonces se interesó por la lucha. Aprendió Jūjutsu, luego lucha grecorromana; no se ha establecido cuándo comenzó exactamente su carrera de lucha como competidor, ya sea que fuese en la Arena Peralvillo Cozumel el 28 de junio de 1934 (usando su verdadero nombre), o en el Deportivo Islas, en la colonia Guerrero de la ciudad de México en 1935. Pero durante la segunda mitad de la década de 1930 se estableció como un luchador, usando los nombres de: Rudy Guzmán, El Hombre Rojo, El enmascarado, El Demonio Negro, El Murciélago II. Este último nombre fue una copia de otro famoso luchador de esa época, y después de un reclamo por el nombre por parte del Murciélago original, Jesús Velásquez, la Comisión Mexicana de Boxeo y de Lucha declaró que Guzmán no podría utilizar ese nombre.


En 1942 su entrenador, don Jesús Lomelí, estaba armando un nuevo equipo de luchadores, todos con vestimentas plateadas, y quería que Rodolfo formara parte de este equipo. Él le sugirió tres nombres: El Santo, El Diablo, o El Ángel, y Rodolfo eligió el primero. El 26 de junio luchó en la Arena México por primera vez como El Santo. En un principio combatía en el bando de los Rudos (lo cual no le favorecía para obtener el apoyo del público, ya que en la época la gente apoyaba en mayor medida a los técnicos); posteriormente se cambió al bando técnico. Bajo su nuevo nombre rápidamente desarrolló su propio estilo, y su agilidad y versatilidad lo hicieron muy popular, también cabe mencionar que como parte de su entrenamiento a mediados de la década de 1950 comenzó a entrenar en la arena coliseo de Guadalajara Jalisco, en el plantel de Cuauhtémoc El Diablo Velasco fundador de la primera escuela de lucha libre profesional con quien pulió su estilo y forma de luchar.


La era dorada de una máscara plateada
Durante la década de 1950, el artista y editor José Guadalupe Cruz comenzó a publicar una historieta de El Santo, convirtiéndolo en el primer personaje luchador de la historieta mexicana, su renombre rivalizaba solamente con el legendario personaje de Kalimán.
En los finales de los años 50, Fernando Osés, luchador y actor, invitó a Guzmán a trabajar en películas, propuesta que aceptó, aunque sin abandonar su carrera en la lucha libre, compaginando ambas actividades. Fernando Osés y Enrique Zambrano escribieron libretos para las dos primeras películas del Santo, Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra los Hombres Infernales, ambas estrenadas en 1958, y dirigidas por Joselito Rodríguez. La filmación se llevó a cabo en Cuba, y el rodaje terminó un día antes que Fidel Castro entrara en La Habana y declarase la victoria de la revolución cubana.


Aun cuando ambas películas tenían un bajo presupuesto y fueron altamente improvisadas, tuvieron gran aceptación por parte del pueblo mexicano y se convirtieron rápidamente en éxitos de taquilla, abriendo camino para más películas de El Santo, así como aupando el éxito de la carrera de El Santo en el cuadrilátero.
El estilo de las películas de El Santo fue esencialmente el mismo durante las casi 60 películas que protagonizó, con argumentos donde actuaba como superhéroe luchando contra criaturas sobrenaturales, científicos locos y mujeres vampiro. Con un tono similar a las películas y series de televisión clase B de los EE.UU. (B-movies fueron las películas que se caracterizaron por un muy bajo presupuesto y argumentos fantásticos, en la década de los 60), quizás muy similar a la serie de Batman de 1960.


En México, para las generaciones recientes, su película más famosa es El Santo contra las Momias de Guanajuato, al menos así conocida popularmente, ya que su nombre verdadero es Las Momias de Guanajuato y es una película protagonizada por Mil Máscaras y Blue Demon en la que Santo únicamente hace una presentación estelar al final. Para el público más conocedor de la figura cinematográfica tanto en México como en el extranjero, la película más conocida es Santo vs. Las Mujeres Vampiro (1962). En esta película la inversión en la producción fue más alta, y dio una pauta para introducir un origen y la creación de su mitología, estableciendo que él era el último en una línea de luchadores contra el mal.
Aunque las tentativas de crear un estilo de horror gótico generalmente se consideraron menos que acertadas, y la película se considera mas como una comedia (involuntaria) que un filme de horror en la actualidad, éste fue un enorme éxito en taquilla, y se exportó a muchos países.
Santo jamás perdió su máscara plateada en combate. Se retiró de los encordados a principios de los ochenta. A principios de los años 80, se presentó en el programa "Contrapunto" de Jacobo Zabludovsky, donde el presentador logró lo que nadie pudo hacer en el cuadrilátero: despojar de su máscara a "El Santo", dejando ver por primera vez parte de su verdadera identidad. En el medio corrió el rumor de que el conductor había engañado al luchador y que esto provocó en él un fuerte disgusto que afectó su salud.
El 5 de febrero de 1984 el pueblo de México se despertó con una terrible noticia que lo hizo estremecer, ya que la leyenda más grande del deporte mexicano dejaba de existir. El hombre que marcó una de las etapas más importantes de nuestro deporte, se nos había adelantado en el viaje. El enmascarado de plata le dio otro valor a la lucha libre, pues gracias a él, traspasó fronteras, y es que su fama fue inmensa, aunque no tan grande como su humildad, pues a pesar de haber sido el más grande gladiador, de convertirse en una de las máximas luminarias del cine mexicano, siempre fue un hombre noble y un amigo para todo aquel que se le acercaba.
Habrá quien diga que su trabajo en el ring o en la pantalla grande era superado por otros personajes, pero la verdad es que nadie más logró convertirse en el máximo ídolo de México, en un fenómeno social que aún varias décadas después los grandes investigadores no logran explicarse, pero eso es hasta cierto punto lógico, ya que la fama y la interrelación que logra un ídolo con sus aficionados es incomprensible. En Europa se pensaba que era un personaje creado al estilo de Superman pero grande fue su sorpresa al descubrir que era una figura de carne y hueso que luchaba en México.
El 5 de Febrero de 1984 al concluir una presentación se sintió agotado y en su camerino se acostó para reposar. Pero la muerte lo aguardaba y fue trasladado de urgencia al Hospital donde al poco tiempo dejó de existir, víctima de un infarto al miocardio a la edad de 67 años.
En la segunda función que comenzaba a las nueve de la noche dieron la noticia de la muerte del ídolo. Todos los cuadriláteros de la República guardaron un minuto de silencio en memoria de aquel hombre. El 6 de Febrero, después de su funeral, El Santo fue sepultado en Mausoleos del Ángel y más de 10 mil personas fueron a despedirlo y varios luchadores, entre ellos Black Shadow y Blue Demon, cargaron el féretro. A su paso por las calles, la gente se desbordaba, se escuchaban sus gritos, porras y llantos, el tránsito se paró, las instalaciones del cementerio fueron insuficientes para alojar a los admiradores, que con lágrimas en los ojos y expresiones de profunda tristeza, daban el último adiós al héroe de las mil batallas.
Durante su vida tuvo la posibilidad de elegir ser dos personas pero ante la muerte quiso ser El Santo y permanecer así para siempre, aun cuando hayan desaparecido todos los que lo vieron sin máscara. Santo, el demonio, el héroe, el que nunca leyó completos los guiones de sus películas, el católico que estudió hasta la secundaria, que pegaba entre las piernas, que rezaba en cada esquina, que luchaba contra los monstruos, y dejaba que los pequeños se le acercaran, había dejado en la lucha libre un hueco difícil de llenar. Su muerte física no terminó con el, su hijo ha hecho posible que la leyenda que se forjó siga siendo una realidad.


Pornografía y adicción: las conejitas no tienen la culpa

“La cantidad es responsabilidad de usted” Saúl Lizaso cuando anunciaba alcoholes.

Dicen que un ser humano nace con “el pecado original”, que es necesario el bautismo (católico, claro, ¡pues de quien más!) para eliminarlo. Pecado cometido por un par de curiosos que, luego de comer del fruto prohibido –o tal vez fumaron la “yerba prohibida”- sus ojos se abrieron para darse cuenta de que estaban desnudos. ¡No puede ser!, ¿desnudos?... ¡virgen santísima!, niños, por eso, a ellos Dios los castigó y echó del Paraíso; si ven a alguien desnudo, Dios hará lo mismo con ustedes. De modo que los hay quienes crecieron con el sentimiento de culpa al mirarse al espejo o mirar otros cuerpos desnudos en fotografías.
¿Quién no ha disfrutado de la pornografía en su vida? Y digo “disfrutado” porque al final de cuentas es una actividad realizada con el único fin de disfrutar. Por eso es un placer. Absolutamente todos, hombres, mujeres y niños (a escondidas de sus padres) hemos consumido esas imágenes exquisitas de fantasías negadas en la vida real. Está de más hablar de las maneras como comienza esta afición, parece una bomba mental que espera a ser detonada, liberando dopamina en cantidades extraordinarias. Así como llega, se va ese estado mental; algunos lo superan y otros “se clavan en la textura”.
Vayamos primero al origen de la palabra “pornografía”. Menciona la enciclopedia Wikipedia: “El término pornografía procede del griego: πορνογραφíα, porne es "prostituta" y grafía, "descripción", es decir, "descripción de una prostituta". Designa en origen, por tanto, la descripción de las prostitutas y, por extensión, de las actividades propias de su trabajo. Hay que decir, sin embargo, que el término es de aparición muy reciente pues en la Antigua Grecia nunca se usó la palabra "pornografía". Modernamente se entiende por pornografía un conjunto de materiales, imágenes o reproducciones de la realización de actos sexuales con el fin de provocar la excitación sexual del receptor.”
Expuesto lo anterior podemos agregar que la pornografía es la búsqueda del placer por medio de fantasías irrealizables. Esto proviene de la coincidencia en una respuesta entre personas entrevistadas: consumen pornografía porque en su vida real no pueden realizar sus fantasías, porque sus novias no son “cochinotas”. México es un país en el que la “doble moral” funciona perfectamente al momento de justificar o satanizar ciertos temas; personalmente no tengo nada en contra de la pornografía ni de los cuerpos desnudos. Cabría cuestionarse si una muestra fotográfica de cuerpos desnudos o un performance con bailarines despojándose de la ropa es o no pornografía.
La pornografía se manifiesta principalmente a través de tres medios: el cine, la fotografía y la literatura, aunque también admite representaciones a través de otros medios como el cómic, la escultura, la pintura, e inclusive el audio (las “hot line”, por ejemplo).
Bien podría decirse que la pornografía es casi tan vieja como el mundo. En tiempos prehistóricos se dibujaban o se hacían estatuillas con caracteres sexuales exagerados: senos enormes tal y como las Venus paleolíticas o falos prominentes. Sin embargo, en aquella época, la intención de estas representaciones no era excitar sexualmente sino pedir a los dioses fertilidad y buenas cosechas. En la India hay templos hinduistas construidos hace más de 2.500 años con decorados en relieve o esculturas que muestran parejas en el momento de la cópula. En China se han descubierto dibujos y grabados de la época de la dinastía Chin con representaciones en pleno acto sexual.
El surgimiento del cristianismo convirtió a las manifestaciones gráficas de sexualidad en un tabú, pero no desaparecieron del todo pues resurgieron en el Renacimiento, ya sea abiertamente o de manera discreta o encubierta. Desde ese entonces y a la fecha, la pornografía se ha manifestado de muchas maneras y ha encontrado diversos modos de difusión, pasando por los daguerrotipos, la pintura, el cine, el video y actualmente, el Internet.

Tipos de pornografía
Softcore
Es el género pornográfico en el que las escenas de sexo no se muestran de forma explícita. En el cine y la televisión, en particular, no incluye primeros planos de genitales (ni masculinos ni femeninos) y tampoco muestra en detalle penetraciones, felaciones, etc. Los/las actores/as o modelos suelen tapar una parte de sus cuerpos. En el caso de los hombres, no se enseñan penes ni testículos; en el caso de las mujeres, se admite el desnudo de cuerpo entero, con lo que sólo quedaría fuera una exposición frontal de la vagina o ano.
Este género lo han practicado y practican muchas mujeres y hombres más o menos famosos como, por ejemplo, Demi Moore en la película Striptease. También se emplea en la publicidad, aunque este uso ha sido criticado por organizaciones feministas.

Mediumcore o pornografía convencional
Es aquella donde los modelos enseñan la totalidad del cuerpo en posturas más o menos provocativas.
Las famosas revistas Playboy o Penthouse son quizá los ejemplos más conocidos de este tipo de pornografía. Pese a existir clasificaciones que las colocan en el apartado anterior.

Hardcore
Es el género pornográfico más extremo, pues muestra explícitamente el acto sexual, ya sea vaginal, anal u oral, o con aparatos o cualquier otro tipo de utensilios. Este tipo de pornografía se subdivide según la orientación sexual: heterosexual, homosexual (masculino o femenino), y bisexual. Las primeras películas pornográficas y la gran mayoría de las películas actuales son heterosexuales, las películas gay son las segundas más vendidas y producidas. Existe también la variante del género transexual (hombres transformados en mujeres por medio del consumo de hormonas y uso de vestimenta) y la zoofilia (actos sexuales con animales).
Algunas personas, como el productor de pornografía Larry Flynt y el escritor Salman Rushdie, han argumentado que la pornografía es vital para la libertad y que una sociedad libre y civilizada debe ser juzgada en función de su disposición a aceptar la pornografía. Esta teoría se ve reforzada por el hecho de que muy pocos regímenes dictatoriales permiten la pornografía; ya sean estos confesionales, como la España de Francisco Franco, o comunistas como la Kampuchea Democrática.
Por otro lado, su existencia provoca un fuerte rechazo en determinadas culturas o sectores de la sociedad. En contra de la pornografía se objeta que puede convertirse en un vicio adictivo pernicioso para el individuo, que es inmoral, que es degradante para la mujer, que es utilizada con fines comerciales, que puede corromper a la juventud, etc. La crítica a la pornografía proviene principalmente de dos direcciones: por una parte de los conservadores y religiosos, y por otra de algunas feministas.
Los conservadores religiosos tildan la pornografía de inmoral y consideran que el sexo está reservado para las parejas casadas y que la proliferación de la pornografía da lugar a un aumento de lo que llaman comportamientos inmorales en la sociedad. Religiones con amplio número de adeptos en todo el mundo, como el cristianismo, condenan la existencia de la pornografía. Por ejemplo para esta religión el acto sexual debe orientarse a ser una fuente de felicidad mutua que ayude a unir a una pareja heterosexual y que por medio de este acto ocurra la procreación. Muchas formas de pornografía, por lo tanto, estarían en contra de este concepto.
Ahora bien, ¿qué es una adicción? Las adicciones pueden ser de varios tipos: a sustancias psicotrópicas (como la nicotina y la cocaína) o también a comportamientos específicos (como los juegos de azar, videojuegos, etc.). La sensación de bienestar o placer que produce el consumo de algunas sustancias es provocada por transformaciones bioquímicas en el cerebro, de tal manera que la ausencia de consumo provoca el efecto contrario: malestar generado por la carencia de químicos que alivien la tensión. El placer que provoca la sustancia al adicto es poco duradero y según transcurre el tiempo, el placer es menor. Esta insensibilización progresiva se denomina tolerancia. Si las drogas se usan como un escape de problemas que no se saben resolver, la probabilidad de adicción es mucho más alta que si es por motivos lúdicos. Aunque siempre hay, en mayor o menor medida, algún tipo de riesgo.

Entonces, si la pornografía provoca placer o es un medio para llegar a la excitación sexual y así tener una relación sexual placentera e intensa, el control de tal afición depende de la persona que consuma pornografía, de su nivel cultural y de las relaciones sociales que mantenga en el “mundo real”. Si una persona que consume pornografía, digamos, desde la adolescencia, pero que a la par muestre interés en otras actividades tales como la lectura, el deporte y las relaciones sociales constructivas, es casi seguro que al llegar a un nivel de madurez personal desparezca la afición por coleccionar fotos y videos. Tal vez a esa persona -sea hombre o mujer- sus fantasías eróticas se cristalicen. Aquí no voy a hacer apología a ninguna fantasía erótica ni a teorías persignadas, tan solo recalcaré que cualquier actividad sexual que no ponga en riesgo la integridad física o espiritual de un ser humano, es sana.
Si el consumo de pornografía perjudica en la vida cotidiana del individuo, entonces hay que pedir ayuda profesional. Una cosa es muy cierta, nadie se ha quedado ciego por ver cuerpos desnudos, el mundo entero ya se habría ido al caño con tanto ciego.
No hay obra de arte suprema y más hermosa que un cuerpo desnudo. No hay nada más grotesco que el contexto en que se exhibe un cuerpo desnudo; hay pornografía de calidad y hay pornografía vulgar. Las fantasías eróticas son juegos que se realizan entre dos y de mutuo acuerdo, dicen los sexólogos, son la sal y pimienta de una relación sexual en la pareja. El ser humano, insatisfecho como es, siempre buscará placer en las cosas prohibidas, en lo que no puede alcanzar. El mundo es un gran pastel de cumpleaños, se puede tomar un pedazo, pero no demasiado.
El abuso en el consumo de ciertos productos puede ser dañino para la salud… mental y física.

domingo, septiembre 16, 2007

15 de septiembre: ¿Qué diablos celebramos? ¿La independencia o la co-dependencia?

“¡México ya cambió! ¡México es una onda global de buena onda entre todos!” El “Chico Cool Condechi”, personaje del podcast de Olallo Rubio.

Esto se repite cada año. Cada año es lo mismo: pintarse la cara con los colores de la bandera, ponerse un sombrero picudo, colgarse la playera de la selección mexicana de “panbol” y por si fuera poco, pegarse un bigote al puro estilo de Pique (quien haya nacido antes de 1979 sabrá de lo que hablo). Cada año miles de mexicanos -dentro del territorio y más allá de las fronteras- aprovechan un día (o noche) del mes de septiembre para dar rienda suelta a eso que se llama “sentimiento patriota”. (Risa del autor)
Sentimiento patriota que se traduce en irse en bola con los cuates, pasarla chido y recordarle al mundo entero que como México no hay dos y que si no les parece pues que se vayan mucho a chiflar a la tiznada. El 15 de septiembre por la noche, se realiza el tradicional “grito de independencia” para que, al día siguiente, nos tengamos que chutar un desfile en la televisión (si es que no se cuenta con señal abierta); o para los que tengan que desfilar pues se avientan un recorrido para hacerle reverencias a un tipo que ni nos interesa y viceversa.
No hay que darle más vuelta al asunto para caer en la cuenta de que el grito de independencia es el pretexto idóneo para hacer una pausa entre las tareas cotidianas y el hastío social. No está mal irse de fiesta, tampoco se puede ser tan dogmático en asuntos sociales. Uno se pregunta qué sentido tiene celebrar un suceso histórico cuando a casi doscientos años del inicio de una lucha organizada por unos criollos urgidos de independencia económica, el México que se construyó es el escenario de una tragicomedia en varios actos.
México es mucho más que una simple fecha para gritar a todo pulmón “¡Viva México, cabrones!”. El México realmente independiente no pierde ciudadanos que se van a Estados Unidos en busca de un mejor futuro económico; un México independiente no cifra su patriotismo en cuentos de hadas y niños héroes ni en luchas armadas que no se ganan a favor de todos. Detalle patético: anunciar en grandes mantas “hoy, mexican party”, y que todos los jóvenes anuncien su “party” mexicana.
Solía ondear mi banderita tricolor, esa que poco a poco ha dejado de significar algo sagrado para convertirse en un mero estandarte que me define como ciudadano de un país. Cuando niño me gustaba ir al “grito”, ver a la gente caminando por el parque buscando un lugar donde pudiesen ver bien al gobernador gritón en turno. Aún me fascina ver los juegos pirotécnicos y las formas que dejan en el cielo: parecen como una ira contenida multicolor –como los habitantes de país- que sólo en el cielo nocturno de la clandestinidad se deja escuchar en un grito desesperado.
Todos gritan “viva México” como si muriéramos a la sombra de un régimen que se llena la boca de viandas inalcanzables para un mexicano que vive con el salario mínimo; gritamos hacia un palacio nacional o un palacio de gobierno como si las piedras tuvieran la culpa de los errores cometidos por personajes oscuros de la historia mexicana.

¿Fiesta? ¿Pues que acaso ganamos derechos civiles y un futuro realmente brillante para todos? ¿Tenemos presidente del pueblo o un presidente que hace robo en despoblado? ¿Pozole, chelas, música de reguetón y mariachis?
La celebración de la independencia de México es como la celebración de la navidad: un truco de mercadotecnia que sirve a los intereses de empresarios hambrientos de poder. No sirve hablar de unidad entre mexicanos cuando permitimos la segregación de los verdaderos mexicanos: las etnias indígenas. México no es un país donde los “chavos” son bonitos al estilo “Rebelde”: argentinizados y racistas.
En lo personal, celebraré una verdadera fiesta de independencia cuando las decisiones tomadas por las fracciones parlamentarias favorezcan al pueblo. Celebraré el grito cuando éste convoque a la masa a tomar lo que les pertenece y construir una sola realidad, equitativa y justa para todos, cuando mis garantías individuales sean respetadas íntegramente.
Pueden celebrar si gustan, a todos nos encantan las fiestas. De nada sirve celebrar sin memoria histórica: ingrediente secreto en las fiestas mexicanas, la falta de memoria histórica. Sólo como detalle: ni las banderitas se fabrican en México ni el himno nacional nos pertenece.
A falta de memoria histórica siempre habrá un pretexto para celebrar nuestra soledad colectiva, la ausencia de patria y la violación de derechos civiles.