sábado, febrero 06, 2010

Y es que la vida es movimiento, es el canto del cuerpo lo que nos alimenta (de la visita a un ensayo de una comparsa)

CHETUMAL.- El sonido de la música escapa por las ventanas, se percibe desde unos metros antes de llegar al salón destinado a los ensayos de los grupos de baile y danza. El Centro Cultural Universitario se llena de ritmos y sonidos caribeños que noche a noche hacen vibrar la duela, las paredes y los sentidos.

Los integrantes del grupo de bailes caribeños, dirigidos por el profesor Marco Antonio Rosetti Castillo, se preparan para repasar la coreografía que han preparado para su participación en el carnaval de este año. Conformado por 14 parejas, el grupo de bailes caribeños de la Universidad de Quintana Roo se perfila como uno de los espectáculos más esperados de los desfiles de carnaval.

Caracterizados por la diversidad de conceptos alrededor del trabajo coreográfico, Rosetti Castillo explica que los integrantes son estudiantes de la Universidad de Quintana Roo, no se trata de bailarines profesionales sino de jóvenes que disfrutan el baile, que se dedican en cuerpo y alma, además de que para muchas representa una buena manera de mantenerse en forma.

Agregó que los conceptos que ha introducido dentro de su trabajo se enfocaron en los elementos de la naturaleza. Detalló que en la preparación hacia el carnaval de cada año se cuidan mucho los detalles de buen gusto y estética para la coreografía, el vestuario y los movimientos, la imagen física, que las chicas luzcan femeninas sin caer en la vulgaridad, así como los hombres deben verse varoniles y en forma, nos detalla el director. Es bien sabido que dentro de esta expresión artística el cuerpo es el protagonista de la fiesta del movimiento. El cuerpo humano se deja llevar por el pulso de la música, en perfecta conjugación con el ritmo interno procedente del corazón.

Los ensayos son intensos, desde la noche que apenas comienza hasta la hora en que todo rastro del inmisericorde lado diurno del corazón ha desaparecido de los rostros, ya encendidos por la música. A veces se detienen porque algo no ha salido bien, ya no hay tiempo de repasar lo aprendido. Detalles que se cuidan como quien cuida de la vida. Y es que la vida es movimiento, es el canto del cuerpo lo nos alimenta el espíritu.

Marco Antonio Rosetti busca siempre dejar algo más que un simple gusto por el baile; se siente satisfecho de ofrecer a sus alumnos la posibilidad de acceder a un mundo más vasto a través del baile. Es así como les introduce en otras áreas de la danza, otros estilos de baile y de expresión, desde la danza contemporánea, el danzón, el baile de salón, el jazz, logrando una rica mezcla que da como resultado lo que el público ha disfrutado en cada carnaval y el de este año no será la excepción.

El acceso es limitado a los integrantes del grupo. Cada ensayo se realiza a puerta cerrada, no por ocultar algo indebido sino para mantener la expectativa alrededor del espectáculo, así como la calidad del mismo.

Intenso. Así describo lo que presencié hace unas cuantas noches en medio del calor humano, los cuerpos que se derriten al contacto de la música. El viento cálido de la temporada condensa las emociones y el cuerpo se prepara para la fiesta de la carne, de la música y la risa.