domingo, diciembre 12, 2010

Y allá en el fondo, mi corazón...

No es que no quiera mostrar mi corazón, es que se evaporó en un sorbo a solas, en un rincón frío y húmedo, entre sus piernas vegetales.

Diario de un viaje a distancia 1

Mahahual, uno de los sitios con playa en la costa sur de Quintana Roo que me gusta visitar.
Los colores del sol tiene una manera particular de arder durante la tarde, como almas que copulan en el manto temporal; al medio día brilla el mar, confundiéndose con el cielo.
En cierto sentido podría asegurar que mi espíritu lleva algo de murmullo marino.





lunes, septiembre 20, 2010

El contrabajo


El contrabajo
Cargado originalmente por Voz en Color 
"Por el otro lado, en cambio, es imposible concebir una orquesta sin contrabajo. Puede incluso decirse que la orquesta —una definición, ahora— no existe hasta que tiene un bajo. Hay orquestas sin primer violín, sin instrumentos de viento, sin timbales y trompetas, sin nada. Pero no sin bajo."

'El contrabajo', Patrick Suskind.

viernes, septiembre 17, 2010

Fuente del Pescador, Chetumal Q.Roo, después del paso de la tormenta tropical "Karl"

Para celebrar las fiestas del Bicentenario, se montó una feria con juegos mecánicos y área de antojitos a lo largo del Boulevard Bahía. Durante la tormenta el nivel del mar subió hasta cubrir por encima de los 70 centímetros a los juegos mecánicos colocados. (Foto de portada en el periódico Por Esto de Quintana Roo, jueves 16 de septiembre de 2010)

Boulevard Bahía, Chetumal. Después del paso de la tormenta Karl.

En esta zona las calles se encuentran sobre territorio ganado al mar desde hace más de 30 años. Ahí se encuentra el Boulevard Bahía, arteria principal de la costera de Chetumal, Quintana Roo.

Calle 22 de enero, Chetumal Q. Roo, después del paso de la tormenta tropical "Karl"

En esta zona, las calles que conforman las arterias de circulación de lo que llamamos el "Centro histórico" de Chetumal, están en una zona que es territorio ganado al mar de la bahía.
La tormenta tropical “Karl” tormenta tocó tierra a las 7 de la mañana, en las costas de Majahual, y su ojo pasó 7 kilómetros al sur de esa localidad de la Costa Maya.
Luego de cruzar la bahía de Chetumal, a las 9 de la mañana, el ojo de la tormenta pasó a 15 kilómetros al norte de la capital del estado y durante dos horas la tormenta afectó a la ciudad con fuertes vientos y fuerte lluvia.

lunes, septiembre 06, 2010

Tras una larga espera, el tenor chetumaleño Joel Montero retorna para cantar en su tierra

CHETUMAL.- Dos noches no son suficientes para los melómanos y amantes de la ópera. Y no son suficientes porque en este rincón de la patria, una “gala de ópera” es un acontecimiento que nos toma casi por sorpresa; es una ráfaga de viento fresco para el espíritu. El Teatro Constituyentes del 74 fue escenario de la presentación del tenor chetumaleño Joel Montero Mena y Orquesta Sinfónica de Sajonia Occidental de Alemania.

Joel Montero, tenor que inicio su formación musical en la Escuela Estatal de Música de Chetumal y que actualmente destaca en Europa, ofreció una gala de ópera cuyo programa estuvo conformado por obras de Giuseppe Verdi, Puccini, Rossini y Bizet. Dentro del repertorio orquestal el público disfrutó las obras de los compositores mexicanos José Pablo Moncayo y Silvestre Revueltas, sin dejar a un lado las composiciones de Agustín Lara y Consuelo Velazquez.

Pero la noche no fue únicamente para Montero. El cuadro lo completaron tres extraordinarios cantantes: Myrsini Margariti (soprano), Tobias Pfülf (bajo) y Denise Seyhan (mezzo-soprano). La orquesta fue dirigida por el maestro Gerardo Rabago.

Una espera de 11 años

Tuvieron que pasar casi 11 años desde que Joel Montero se presentara en Chetumal en el Museo de la Cultura Maya. Esta visita significa un momento importante en la vida y la carrera del tenor chetumaleño pues en un principio se hizo caso omiso a sus proyectos, hace ya más de 15 años. “Creo que es un poco de justicia. Jamás pelee y jamás fui una persona frustrada. Tuve algún apoyo por ahí. El Lic. Ángel Rivero Palomo ha estado al pendiente de mi carrera y lo que siento ahora(al estar en la ciudad) es agradecimiento y justicia. No quiero desalentar a la gente que está haciendo música, quiero darle una visión y una motivación, que vivan su sueño y sus anhelos”; explica Montero quien de inmediato agrega que el cambio que se genera en materia cultural es positivo, rememorando aquellos años en que los jóvenes músicos de su generación acudían a eventos artísticos como la presentación de la primera Orquesta Filarmónica de Quintana Roo, en aquel lejano 1991.

“Este cambio es muy positivo porque es el comienzo de un movimiento, una revolución cultural. Pero no es todo, esto se puede morir en un mes si no lo tomamos con la seriedad que se debe. En un mes se puede terminar si seguimos en las mismas; el siguiente titular de la Secretaría de Cultura podría decir lo mismo y me puede ignorar. Pero no es a mi persona a la que ignora sino es el arte, que es la posición que debe de ver como funcionario. Yo lo que quiero es que se pueda dar seguimiento. Hay muchísimos talentos que hay que descubrir, apoyar, identificar, guiarles sus pasos, planearles sus agendas, darles sus escenarios; todo eso tiene que tener un plan muy bien detallado y a futuro y no para una promoción personal o éxito personal sino que sea de verdad enfocado a la vida cultural de todo Quintana Roo.”

Y la música se adueña del Teatro Constituyentes

Llegaron desde muy temprano. Una hora antes de abrir las puertas del teatro la gente aguardaba para entrar. Los comentarios fueron diversos, desde que Montero es el “orgullo de los quintanarroenses”, otros más le llaman el “orgullo chetumaleño”. A la expectativa estaban los músicos de la ciudad por escuchar el repertorio elegido para la noche. No es cosa de todos los días escuchar el “Huapango” de Moncayo o “La noche de los mayas” interpretados por músicos europeos.

Desde los primeros compases del “Danzón No. 2” de Arturo Márquez hasta el “cielito lindo”, el público se deleitó a través de un viaje sonoro que llenó más de tres almas y movió los afectos de los presentes. Y es que se nota la madurez del artista, producto de la extensa carrera musical que lo ha formado (finalista y ganador de premio especial en el Concurso de Canto Monserrat Caballe en 2001; finalista y ganador del premio “Luiggi Infantino” en el Concurso internacional de Tenores “Traian Grozavescu” en Rumania, por mencionar algunos).

La soprano Myrsini Margariti deleitó con su interpretación de “Quando me’n vo” de la ópera ‘La Boheme’; “O mio bambino caro” de Puccini además de un dueto con Joel Montero en el clásico de ‘La Traviata’, “Libiamo Ne’lieti calici”. Por su parte Denise Seyhan, mezzo-soprano, arrancó una marea de emociones con su presencia escénica, interpretando la “Habanera” de la ópera ‘Carmen’ de George Bizet; un dueto con el bajo Tobias Pfülb, “La cidarem la mano” de la ópera “Don Giovanni” de Mozart.

Joel Montero dirigió a la orquesta en las piezas “La noche de los mayas (Noche de Jaranas)” de Silvestre Revueltas y el “Huapango” de José Pablo Moncayo, pieza dedicada a Miguel Borge Martín quien se encontraba entre el público. “hay una persona entre el público a la que conozco desde hace veinte años; tal vez él no me recuerdo pero yo sí, el Doctor Miguel Borge Martín. Recuerdo aquella presentación con la Orquesta Filarmónica de Quintana Roo en la que tuve la oportunidad de tocar la marimba con el ‘Huapango’ de Moncayo. Esta pieza se la quiero dedicar”, expresó Joel Montero ante el público en la noche del domingo 5 de septiembre.

“Suéñame Quintana Roo” sirvió como agradecimiento y homenaje al público de Chetumal, a los amigos y a la gente que lo ha acompañado.



Música mexicana y gala de ópera engalanaron la primera noche de septiembre, dentro del marco de los festejos del Bicentenario de la Independencia de México. Dos fueron las presentaciones en el Teatro Constituyentes del 74, 4 y 5 de septiembre y queda una presentación en la Universidad de Quintana Roo programada para la noche del lunes 6 de septiembre. Posteriormente la gala de ópera y música mexicana se presentarán el 7 de septiembre en la Universidad del Caribe (Cancún); el 9 de septiembre en la Plaza del Reloj (Cozumel); y el 11 de septiembre en el Teatro de Cancún.

Despiértenme cuando termine septiembre: ¿qué vamos a celebrar?

“Despiértenme cuando termine septiembre”, reza el título de una canción de Green Day incluida en el álbum “American idiot” de 2005, y aunque es una referencia norteamericana para el tema que abordaremos brevemente esta semana, el título parece no estar tan alejado de la realidad. Estamos en septiembre, “mes de la patria” como nos enseñaron en la escuela, y es la fecha en la que pretenden celebrar –conmemorar, festejar, lo que sea- una independencia que a simple vista parece una broma del destino, una “chiquillada de la historia”.
¿Hay razón para suplicar “despiértenme” cuando todo esto termine? Celebraciones a la patria las hay cada lunes y cada año en septiembre, cuando nos olvidamos de la miseria espiritual y económica en la que millones de mexicanos estamos condenados -¿o resignados?- a vivir, sobrevivir. No generalicemos. Una parte de los mexicanos consideran que se debe celebrar el bicentenario de la independencia pero no están seguros por qué; y la otra parte considera que el dinero gastado en spots y fiestas se debería destinar a solventar necesidades que apremian al país: disminuir el desempleo, dar educación de calidad, laica y científica, salud, asegurar vivienda y un trato laboral digno.
El panorama no se presenta favorable para todos y el horizonte se vislumbra como una eterna madrugada. “Estimaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señalan que son alrededor de 7 millones de jóvenes en edad productiva que pertenecen a este sector. No estudian y tampoco trabajan” (El Universal). México perdió al menos 170,000 empleos en el 2009, cuando cayó en su peor recesión desde la década de 1930, de la mano de su principal socio comercial, Estados Unidos. Sin olvidar los casi 28 mil muertos de una guerra que se empeña en continuar, las lágrimas derramadas por cientos de familias y las consecuencias sociales que esto implica.
Como suele suceder gran parte del país se encuentra anestesiado con spots televisivos alegres, llenos de colorido y de paisajes en los que una mujer –supuestamente mexicana pero estilizada, para ocultar rasgos autóctonos- nos muestra la “grandeza de México”. Pero ni las tomas aéreas del mar Caribe ni la sonrisa de la Miss Universo mexicana desaparecen el sentimiento de descontento, el miedo y la apatía que invade a los mexicanos.
Una celebración del bicentenario se antoja en un ambiente en el que el país tiene las armas suficientes para solventar sus problemas; cuando sus instituciones no son secuestradas por personas sin escrúpulos. Una celebración de bicentenario de la Independencia se antoja con la sonrisa de los niños que juegan en un parque, al aire libre y al sol sin el riesgo de un fuego cruzado, de ser robados. Celebrar sería maravilloso si los jóvenes de México tuvieran más y mejores oportunidades de trabajo que les permitan pensar en un futuro mejor para sí y no soñar en aparecer en “La Academia bicentenario”.
En el pecado llevamos la penitencia. Ignorantes como solemos ser, no damos una mirada al pasado y nos conformamos con el cuento rosa de la “historia oficial”. Desnudos del conocimiento estamos a merced de los medios, aquellos que lucran con la historia nacional y la miseria del pueblo, deificando imágenes de héroes utilizados como estandartes de causas ajenas a nuestro desarrollo como país, como pueblo.
Vivimos tiempos en los que el individualismo es el lema de vida. Disgregados, divididos y desnutridos, es fácil caer en la marea que nos arrastra por el camino del conformismo.
Cada año decimos “somos mexicanos y a mucha honra”. Gritamos, lloramos, nos embriagamos y lanzamos “vivas” al aire, que más que “vivaméxico” es un grito de dolor, de soledad.
¿Y qué le queda a los más jóvenes? ¿Soñar con un mundo de caramelo en el que los artículos de consumo rijan su vida en lugar de despertar y proponerse construir un mundo mejor?
Se puede encontrar una vía para construir un mundo mejor y con igualdad para todos. Podemos construir un México diferente, como siempre debió ser. La primera independencia que se consigue es la del pensamiento, la toma de decisiones.
México no depende de ningún imperio, ni siquiera de las decisiones que tomen sus líderes o de las batallas ganadas en el pasado (de las que sólo conocemos con certeza a través de los libros de historia). A México lo forjamos todos.
Cada uno tendrá su celebración muy personal. La mejor celebración sería aquella en la que la tolerancia, el respeto al derecho ajeno, el progreso, la laicicidad y el beneficio para el pueblo en todos sus niveles sean equitativos, plenos y transparentes.
Queda lugar para la reflexión… somos jóvenes, libres de pensamiento y de acciones, de nosotros depende llevar por buen camino a nuestro país. Sólo así podremos disfrutar de una verdadera independencia.

miércoles, agosto 25, 2010

Escucho, luego existo. Y que la música exista para siempre.

Sin duda alguna la música es un arte que se disfruta mejor cuando se vive la experiencia de su interpretación a través de sus instrumentos. La experiencia que brinda la propagación de las ondas sonoras en el éter y en el aire como suaves susurros de una amante impaciente o el calor del fuego que emana del corazón con las estrepitosas armonías de los instrumentos de viento y percusión.
Así es estimados lectores, el viernes 27 de agosto se presenta por primera vez la Orquesta Sinfónica de Quintana Roo, proyecto que se ha venido anunciando de manera más insistente que entusiasta por parte de la Secretaría de Cultura.

Opiniones diversas las hay, como en todo, como en la vida cotidiana y en la vida política –que es lo que se escucha más en cuanto a hits del momento-. Porque en Chetumal vibra más la “melodía de amor” que la “melodía del espíritu”, cultura y administración pública parecen una relación sentimental “forzada”.
Como músico, como artista subterráneo o en el exilio –más en el exilio- celebro el suceso como la pauta a algo que –iluso como siempre o como algunos- se pretende tenga continuidad en la siguiente administración. Dicen que el pueblo tiene el gobierno que se merece, y que la clase gobernante define “lo tonada con la que todos deben cantar”. En la música existen las disonancias pero aún siendo así, terminan resolviendo a la base tonal. Se ponen de acuerdo. Esto es, en latín, “armonía”.

Me remito a la década de los noventa, específicamente 1991. Se creó la Orquesta Filarmónica de Quintana Roo, proyecto creado durante la administración de Miguel Borge Martín y que el viento del mar caribe erosionó con el paso de los años hasta desaparecer tan pronto como llegó. El primer “castillo de arena”.
La orquesta ofreció temporadas de conciertos memorables pues era la primera vez que la sociedad chetumaleña asistía a un espectáculo de tal magnitud. Una sociedad diversa -¿o dividida?- que escuchaba el “Huapango” de Moncayo únicamente para estar “in”; la gente de los lugares apartados pero que entre sí había verdaderos melómanos, amantes del arte, familiares de algunos músicos, jóvenes como quien esto escribe y que teníamos sed de arte, de algo diferente y que nos nutriera en el camino de la vocación artística. Generación que ahora, como ciudadanos productivos y comprometidos con el quehacer cultural y artístico, demandamos la continuidad y buena administración de los proyectos culturales redactados en papel y olvidados en carpetas, so pretexto de que no generan ganancias a la administración; “no hay recursos”.
Celebro la creación de una orquesta “de casa” porque también abre las posibilidades laborales de músicos locales y nacionales; proporciona el espacio idóneo para que los músicos jóvenes se proyecten metas dentro de su área. Pero no se pueden dormir en los laureles de un egocentrismo institucional, aún tienen mucho trabajo por hacer. La cultura es el quehacer de una sociedad, en la que los hábitos y costumbres le dan una identidad. Chetumal es un pueblo musical por donde se mire, desde los irrefrenables ritmos de la música caribeña, la nostalgia por el bolero, los incipientes sonidos electrónicos de la última generación, el espíritu musical de Chetumal no se detiene.


Queda rescatar a los músicos de otros pueblos del estado, rescatar lo más posible la música del maya pax con estudios serios y actualizados, nuevas grabaciones; falta educar a nuestro pueblo en el goce de espectáculos musicales. Es una pena llegar a un recital o concierto y escuchar las alarmas de “waka waka” de los teléfonos celulares en medio de la pieza musical.

El arte no lleva etiquetas ni es propiedad de nadie más que del pueblo, y el pueblo tiene derecho a crecer con una dosis diaria de alimento para el espíritu. Los perfumes y los “blackberries” a la larga se gastan.


Felicidades a los compañeros músicos por este día que esperamos y deseamos sea al fin, un proyecto de continuidad. Mientras tanto, lectores, gente, pueblo, banda y amigos… que suene la música, que es al final la voz de su espíritu.

martes, agosto 17, 2010

Y es bien cierto

Que en esta pecera no se puede mirar más allá del cristal; que las ideas con cierto tinte de innovación siempre serán vistas con terror. Acá, donde 'comienza el cielo' prefieren verlo todo en blanco y negro, santiguarse con agua de curvato y perder los dientes a cambio de una gloria efímera.
Tampoco se sabe a quien puedes herir de muerte con declaraciones anti religiosas. Lo más sano es limitarse, respetando la fe ajena pero sin permitir que se sobrepase el límite del respeto: si tú crees y yo no, simplemente no trates de convencer a nadie, escuchar pero tampoco permitir el acoso psicológico, el chantaje sentimental.
Fue un día pesado y creo que debo dormir, descansar.

lunes, agosto 02, 2010

pasos luz verano



Cargado originalmente por Voz en Color 
Sería buena idea crear un diario fotográfico. Algo que estimule la observación, la reflexión, el debraye chido y hasta la caricia placentera de las tardes de verano cuando buscamos un refugio en donde reposar después de todo el teatro de la cotidianidad.

Hoy fue una tarde harto padre y hasta cierto punto caótica. A pesar de los contratiempos mi espíritu se guió con los pasos de este angel veraniego...

miércoles, julio 21, 2010

Tomando café para retomar el vuelo

Por un largo periodo de tiempo he abandonado este espacio que, se suponía, trataría acerca de la vida diaria de este bloguero metido a "reportero cultural", "fotógrafo" y demás actividades de la comunicación. Debería dedicarme más a mi música pero el trabajo alternativo al que me he dedicado ocupa una buena parte de mi tiempo.
O sea, es como si mi cuerpo y mi espacio aéreo fueran propiedad que se puede enajenar al antojo de otros.
No me desagrada, al contrario, espero que todo mejore y surjan cosas interesantes. Eso falta: cosas interesantes, nutrientes para el espíritu.

Mi mente solía ser tan inquieta que no había idea que no udiese desarollar, ya sea musical o líricamente.

Sólo quiero agregar que tomaré vuelo nuevamente en este asunto de escribir "netas" y componer música.

sábado, febrero 06, 2010

Y es que la vida es movimiento, es el canto del cuerpo lo que nos alimenta (de la visita a un ensayo de una comparsa)

CHETUMAL.- El sonido de la música escapa por las ventanas, se percibe desde unos metros antes de llegar al salón destinado a los ensayos de los grupos de baile y danza. El Centro Cultural Universitario se llena de ritmos y sonidos caribeños que noche a noche hacen vibrar la duela, las paredes y los sentidos.

Los integrantes del grupo de bailes caribeños, dirigidos por el profesor Marco Antonio Rosetti Castillo, se preparan para repasar la coreografía que han preparado para su participación en el carnaval de este año. Conformado por 14 parejas, el grupo de bailes caribeños de la Universidad de Quintana Roo se perfila como uno de los espectáculos más esperados de los desfiles de carnaval.

Caracterizados por la diversidad de conceptos alrededor del trabajo coreográfico, Rosetti Castillo explica que los integrantes son estudiantes de la Universidad de Quintana Roo, no se trata de bailarines profesionales sino de jóvenes que disfrutan el baile, que se dedican en cuerpo y alma, además de que para muchas representa una buena manera de mantenerse en forma.

Agregó que los conceptos que ha introducido dentro de su trabajo se enfocaron en los elementos de la naturaleza. Detalló que en la preparación hacia el carnaval de cada año se cuidan mucho los detalles de buen gusto y estética para la coreografía, el vestuario y los movimientos, la imagen física, que las chicas luzcan femeninas sin caer en la vulgaridad, así como los hombres deben verse varoniles y en forma, nos detalla el director. Es bien sabido que dentro de esta expresión artística el cuerpo es el protagonista de la fiesta del movimiento. El cuerpo humano se deja llevar por el pulso de la música, en perfecta conjugación con el ritmo interno procedente del corazón.

Los ensayos son intensos, desde la noche que apenas comienza hasta la hora en que todo rastro del inmisericorde lado diurno del corazón ha desaparecido de los rostros, ya encendidos por la música. A veces se detienen porque algo no ha salido bien, ya no hay tiempo de repasar lo aprendido. Detalles que se cuidan como quien cuida de la vida. Y es que la vida es movimiento, es el canto del cuerpo lo nos alimenta el espíritu.

Marco Antonio Rosetti busca siempre dejar algo más que un simple gusto por el baile; se siente satisfecho de ofrecer a sus alumnos la posibilidad de acceder a un mundo más vasto a través del baile. Es así como les introduce en otras áreas de la danza, otros estilos de baile y de expresión, desde la danza contemporánea, el danzón, el baile de salón, el jazz, logrando una rica mezcla que da como resultado lo que el público ha disfrutado en cada carnaval y el de este año no será la excepción.

El acceso es limitado a los integrantes del grupo. Cada ensayo se realiza a puerta cerrada, no por ocultar algo indebido sino para mantener la expectativa alrededor del espectáculo, así como la calidad del mismo.

Intenso. Así describo lo que presencié hace unas cuantas noches en medio del calor humano, los cuerpos que se derriten al contacto de la música. El viento cálido de la temporada condensa las emociones y el cuerpo se prepara para la fiesta de la carne, de la música y la risa.