domingo, diciembre 24, 2006

Por qué no soy fan de la Navidad (y sí lo soy de la ensalada de manzana)


CHETUMAL.- No soy fan de la navidad. Vaya, ni siquiera soy de los que se entusiasman demasiado con el espíritu navideño (¿quién inventó eso del espíritu navideño?). Para empezar la temporada de invierno me pone demasiado nostálgico, la pereza me invade en las mañanas cuando llega a haber temperatura fría. Cuando vivía en la Ciudad de México solía quedarme en la cama hasta pasadas las diez de la mañana, luego encendía el radio mientras preparaba el baño. El resto del día no me apetecía nada más que mirar la tele un rato o leer demasiado.
A veces me gustaba salir a caminar por algunos parques de la ciudad como Coyoacán o el Parque México. En La Alameda Central es común encontrarse con un coro del Ejército de Salvación con sus ollas colgando de un trípode en el cual uno deposita un donativo. Hay otros que contribuyen al gran robo nacional del Teletón. Me gustaba contemplar los árboles de las avenidas, secos y tristes pero hermosos, la tristeza puede llegar a ser hermosa como la alegría. La alegría es sólo un pretexto para tratar de unificar a las personas en estas fechas. No todos caminan felices por el mundo pero tampoco hay excusa que valga para permanecer en el fondo del pozo.
De repente todos se vuelven locos comprando regalos para el intercambio en las oficinas. Esas comidas corporativas en las que uno se reúne con los compañeros de trabajo y con los cuales nunca llega a haber una conexión real. Un simulacro más de la unión entre amigos y altos directivos. A veces se gana en las rifas que se organizan y otras veces se pierden los sentidos en mareas etílicas. Lo mismo ocurre en las fiestas de la escuela –aunque sin el respectivo alcohol si se trata de las secundarias- cuando todos se sienten “muy unidos” y se intercambian regalos. A veces uno recibe algo que no sirve más que para poner mala cara o tirarlo a la basura, ¿qué hay del afecto, la amistad y los buenos momentos? Esos ingredientes son el condimento de la vida y son insustituibles. Una frase resuena en boca de todos: “en verdad deseo lo mejor para todos en esta navidad”… ¿sólo se desea eso en esta Navidad? ¿Qué hay de las otras navidades o del resto del año?
Pienso que los buenos deseos deben ofrecerse cada día, un abrazo cae bien en cualquier momento así sea entre semana, en “no cumpleaños” o por el simple gusto de reencontrarse con un buen amigo.
Hay algo que detesto (así como lo leen, detesto) de la navidad y son las malas caras. Además de las malas caras, las actitudes nefastas que contribuyeron a que la navidad no sea de mi agrado. Tampoco soy un “grinch” (recuerdo a un compañero de la universidad que sí tenía cara de grinch) arruinando la navidad, a decir verdad me limito a esperar mi regalo, la cena con la familia y a dormir. El peor enemigo de la navidad está en cualquier parte, incluso, hasta dentro de la propia familia. O ¿a quien no le ha tocado ver a un padre de familia con el ceño fruncido, el semblante serio y hasta “misteriosamente callado” en la víspera o en la cena de navidad? Esas son cosas que, definitivamente, echan todo a perder y queda la idea ¿para qué diablos sirve la navidad si hasta en casa se percibe solamente un ambiente gris y apático provocado por una sola persona en la que confiaba uno desde la infancia?
Hace una semana se publicó un sondeo en donde los jóvenes opinaron sobre la desunión familiar durante la celebración de la navidad. Las opiniones coincidieron en que no hay desunión familiar en su celebración pero de igual forma, les parece lamentable. En mi familia no hay desunión… aunque ya me acostumbré a la idea de ver una mala cara. Por eso no me gusta la navidad.
En cambio, soy fan de la ensalada de manzanas con nueces, piñas en almíbar, cerezas y crema. Delicioso, definitivamente es un postre que me fascina. Mi madre la prepara únicamente en estas fechas, aunque el sabor perdura el resto del año. Sí, es un postre frío pero que lleva el cálido corazón de quien lo preparó. Además, me recuerda momentos gratos de mi vida (me reservo los recuerdos, son sólo míos) y siempre ha sido un gusto levantarse temprano en la mañana y servirse un vaso con ensalada. Cuando venía de la ciudad de México para pasar las fiestas, el hecho de tener un vasito con ensalada de manzana en mis manos, me recordaba que estaba en casa, lejos de la locura de la capital del país.
No soy muy fan de la navidad. No como solía serlo en mi niñez, como cuando esperaba a la piñata de las posadas que viví de niño, antes de cumplir los 6 años. Extraño esas navidades que pasé con mis abuelos paternos y maternos, las navidades cuando creía que todo era posible con solo ver una estrella. Extraño a la persona que una vez fue aquel que frunce el ceño en nochebuena y extraño más las posadas universitarias y mis paseos bajo los árboles secos de Coyoacán.
Sólo puedo agregar que todos ustedes, estimados lectores del abismo, lo pasen bien siempre y que coman mucho de todo, reciban algo más que regalos comprados en una tienda departamental. Pero sobre todo, que tengan su espíritu en paz.

jueves, diciembre 21, 2006

Para no sentir el paso del tiempo…

CHETUMAL.- ¿Cuántos de nosotros hemos pasado horas o toda una tarde sentados sobre un banquito, abriendo cajas de zapatos –o cualquier otro objeto que se preste para guardar cosas- revisando viejas cartas, postales, boletos de cine o muñequitos?
Ya sea en cajas de cartón, cajas de galletas, cajas de madera o cajones, guardamos diversos objetos que nos traen recuerdos de tiempos pasados: la primera carta de amor recibida a la hora del receso en la escuela, un “post it” con besos escritos con tinta roja, una moneda defectuosa, postales y fotografías. Algunos guardan boletos del cine o boletos del autotransporte. Yo solía coleccionar boletos del Metro cuando vivía en el Distrito Federal. También coleccionaba postales promocionales (siempre y cuando tuvieran un diseño interesante), tarjetas de presentación, boletos de conciertos y programas de mano.
Los hay quienes coleccionan novias que más tarde se convierten en recuerdos de papel o memoria fotográfica. Antes del Internet y del correo electrónico todo mundo se escribía cartas, se mandaban recados con amigos o se dejaban en el buzón de la casa de alguien en especial. Cuando los teléfonos celulares no enviaban ni recibían mensajes escritos, la gente podía escribir con gusto, era cuando las cartas y los recados tenían esa calidez orgánica de las palabras que nacen del corazón y se aderezan con la dulzura de las manos de quien los escribe. Ahora no se acumula papel pero se ha perdido el calor humano (después de todo, hay que vaciar los mensajes para liberar espacio en la memoria de un teléfono móvil).
A la larga puede resultar incómoda guardar tantas cosas que adoptamos como “recuerdos”. De los objetos guardados se pueden salvar algunas cartas, las fotografías, las postales y quizá hasta un muñequito o llavero. Como describía arriba, hay personas que guardan hasta la envoltura del chocolate que comieron con sus respectivas parejas, notas de compra o bolígrafos corporativos. La excentricidad no distingue razas ni credos.
Parece que los humanos acumulamos objetos, cartas y demás papeles viejos como si de esa manera detuviésemos el tiempo. Es una forma de frenar el paso del tiempo y volver a vivir las emociones pasadas. Podemos tener recuerdos en la mente y que se refuerzan con la memoria táctil y la memoria olfativa, la memoria sonora y la memoria fotográfica. Situaciones y lugares, aromas, llantos, gemidos, gritos, cantos, texturas, colores, el clima, rostros, bocas y pieles, elementos que se guardan en la memoria para darle sentido a nuestras vidas. En algún momento de la vida, los seres humanos sufrimos una especie de “pérdida de la memoria” y parece que, como por arte de magia, olvidamos personas, hechos y fechas. Los que son aprehensivos recurren a sus “fetiches” de papel para recordar a detalle los hechos del pasado, las cosas que se dijeron ayer. El paso del tiempo es el fondo en el teatro de la vida, el envejecimiento es un proceso natural hacia un final inminente (o un principio). Nos aferramos a los tiempos pasados como si de esa forma detuviéramos la vida que se nos va. O tal vez nos amarramos a los recuerdos para no olvidar quienes somos y de donde venimos. En una caja de cartón cabe toda una vida aunque por razones de espacio (habitacional o espiritual) haya que depurar algunos recuerdos.

El canto de “La Rama”, una tradición en grave peligro de extinción


CHETUMAL.- Apresurados se acercan a la puerta de un hotel del centro de la ciudad. Luego de tres horas de recorrer las cuadras y calles de la colonia Barrio Bravo y el Centro, cuatro niños llevan a cuestas una rama que adornaron desde que empezó el mes de diciembre. “¡Buenas! ¿Cantamos la rama?”, pregunta alegremente uno de los niños y recibe un “no” como respuesta. Aparentemente no se acongojan y deciden buscar otra casa donde los reciban bien. Me acerqué a ellos, pedí que hicieran lo propio no sin antes saludarlos. Los chicos más que puestos y emocionados por cantar la rama. Cantaron con un aire de alegría durante los primeros versos, palabras aprendidas de sus padres y abuelos –extrañamente, no de sus hermanos mayores- pero en las últimas estrofas ya se percibe el cansancio y la prisa por terminar el canto.
“La letra de la rama la aprendimos de nuestros papás o nuestros abuelos nos la enseñaron. También las vecinas nos enseñaban un poco de lo que se acuerdan”, platica Alan Bardales; “la rama la conseguimos entre todos y ya las vecinas y nuestras mamás nos fueron diciendo cómo adornarla”-.
Alan Bardales, Jorge Bardales Domínguez, Aldheir Pérez Bardales y Manuel Enrique Viera Escamilla son niños de entre 10 y 13 años, comenzaron a cantar la rama hace un año y en este, empezaron la actividad desde el 1 de diciembre. En la colonia Barrio Bravo –una de las colonias añejas y lugar donde viven estos niños- comienzan su ronda diaria, para luego recorrer las calles del centro. En el camino se encuentran con otro grupo de niños pero no arman rivalidades, algunos se ayudan y les dicen en qué casa son bien recibidos.
“Salimos a las 6 de la tarde y terminamos a las 10 de la noche. Recorremos todo Barrio Bravo hasta llegar al centro, en el camino encontramos a otros niños que cantan la rama. Nos detenemos en varias casas o en el centro en los comercios”, continúa Alan quien muestra ya un cansancio mientras que el resto de sus primos (porque el grupo es familiar) juega con Tazos sobre la banqueta. Cuando les pregunté cómo ha sido la respuesta de la gente me contestaron casi al unísono: “Todos nos reciben bien, nunca nos han dicho groserías, pero en algunas casas simplemente nos dicen que nos vayamos. Hay quienes no les gusta que cantemos la rama”.
Los niños llegan a jugar entre 80 y 70 pesos diarios, según comentó Alan. En una semana juntan entre 700 y 800 pesos, pero a estas alturas de la situación, es más fácil que recauden 500 pesos. El dinero recaudado se entrega a partes iguales entre los niños. Lo gastan en las cosas que quieren para navidad o simplemente, lo gastan. Es una buena forma de obtener dinero haciendo algo que a todos les gusta y que se hace manteniendo una tradición. Contrario a lo que se piensa, el dinero que ganan no lo donan a la iglesia y hacen bien (demasiado dinero gana la iglesia católica todos los días y que va a parar a las arcas del Vaticano sin realmente ayudar a los necesitados).
En una ciudad llena de locos (otros más, locos del volante como los taxistas) es una fortuna que los niños regresen sanos y salvos a casa, cansados, sudados pero con la emoción de vivir algo lejos de casa, el conocimiento del mundo que les rodea. Conforme avanza la globalización con la llegada de Wal Mart, McDonald’s y Burguer King destruyendo el entorno natural, y la oleada de nuevos sonidos procedentes de unos Estados Unidos de Norteamérica sin identidad cultural y con letras que rayan en el hedonismo, la tradición de cantar la rama sobrevive difícilmente entre las nuevas generaciones. Niños de las clases populares que aún conservan el arraigo de las fiestas decembrinas y que aprenden el canto de sus padres y abuelos, pero no de sus hermanos mayores. La mayoría de esos niños pertenecen a familias católicas aunque no asisten a misa, de ahí que en las ramas se encuentren imágenes de la virgen de Guadalupe, de Cristo o cualquier santo de su predilección. Además de las imágenes de santos, la rama se adorna con esferas y lo que llaman “cola de gato” de papel, algunos adornos de botas de Santa Claus y regalos en miniatura.
En medio de discursos aspiracionales (aquello de querer pertenecer a la clase alta, ganar mucho dinero, hablar inglés y sentirse yanqui de los suburbios) y del atroz colonialismo cultural, la rama, como muchas otras tradiciones nacionales navideñas –o de cualquier otra época- sobrevive en la voz de los niños que aún no han absorbido todo lo negativo del mundo de los adultos.
“Yo sí quiero que mis hijos salgan a cantar la rama, es más, les voy a enseñar la letra. También quiero seguir saliendo a cantar con mis primos y mis amigos, nos divertimos y ganamos un dinero para navidad. Nos gusta hacerlo y nuestros padres y abuelos les da gusto que salgamos a cantar”, finaliza Alan quien gustoso me enseñó la letra del canto de la rama.

Me paro en la puerta, me quito el sombrero
Porque en esta casa vive un caballero, vive un caballero
Vive un general que me da permiso para comenzar.

Naranjas y limas, limas y limones
Aquí está la virgen de todas las flores
En un jacalito de cal y arena
Nació Jesucristo para nochebuena
A la media noche un gallo cantó
Y en su canto dijo. “Ya Cristo nació”.

Señora Santa Ana, ¿por qué llora el niño?
Por una manzana que se le ha perdido
No llore por una, yo le daré dos
Una para el niño y otra para Dios.

Arriba del cielo hay una ventana
Donde se asoma la guadalupana.
Arriba del cielo hay un autobús
Donde pasea el niño Jesús.
Arriba del cielo había un elefante
Los supo San Pedro y llamó a Pedro Infante.
Arriba del cielo sembraron maíz
Lo supo San Pedro, se fue de nariz.
Arriba del cielo mataron tortugas
Lo supo San Pedro y pidió la pechuga.
Arriba del cielo mataron un pato
Lo supo San Pedro y pidió su zapato.
Arriba del cielo hay una vía
Lo supo San Pedro, se fue en carretilla.
Arriba del cielo mataron dos ratas
Lo supo San Pedro y pidió sus maracas.

Zacatito verde lleno de rocío
Que no se tape y se muera de frío
La piñata tiene caca, tiene caca, cacahuates de a montón,
Si no me dan mi aguinaldo se la verá con Dios.

Ya se va la rama muy agradecida
Porque en esta casa fue bien recibida. (En caso de que el dueño de la casa les de dinero).

Ya se va la rama con patas de alambre
Porque en esta casa se mueren de hambre. (En caso que no les den nada).

El texto del canto de la rama difiere en distintas regiones, no es igual a como se canta en Veracruz, lugar de origen de la tradición.
"La Rama", es la tradición típica navideña en el estado de Veracruz. En La Antigua, Veracruz, lugar donde Hernán Cortés se estableció por un tiempo, se acostumbra poner un nacimiento en la iglesia del lugar, con algunos animalitos vivos. No hay precisión alguna respecto al origen de "La Rama", sin embargo, a semejanza de muchas de nuestras tradiciones, se considera que es producto de la fusión de elementos prehispánicos y españoles a los que se le sumaron también, la influencia negra.
"La Rama" veracruzana, como expresión tradicional navideña se ha extendido a algunas poblaciones de Chiapas y Tabasco.
Inicialmente y en los poblados en que se conserva la tradición auténtica, la festividad comenzaba el 16 de diciembre con la selección de una rama de otate, naranjo o pino, la cual es adornada con papel de china de colores, palmas y frutas.
No falta quien a "La Rama", de la cual pende un farolillo, la ilumine con velas. El grupo de niños, jóvenes y adultos que llevan "La Rama", a semejanza de los peregrinos que piden posada, van de casa en casa cantando villancicos y en no pocas ocasiones, con acompañamiento musical formado con instrumentos de la región.
En la casa donde finalmente llega "La Rama", se les ofrece buñuelos bañados con miel tibia, fruta de la temporada, dulces, sin faltar los "toritos", la bebida elaborada con fruta -nanche, guanábana, jobo- miel o leche condensada, jugo de limón y aguardiente de caña para los adultos.
El pretexto para ingerir "toritos" es el frío, además consideran que dicha bebida les aclara la garganta para seguir cantando.
En la región de Misantla, la flor que generalmente denominamos nochebuena, se le conoce como "flor de pascua".
En dicha región existe una planta que florece durante las festividades navideñas y en cuyos bejucos cuelgan unas flores blancas en forma de campana a la que llaman flor de nochebuena.

sábado, diciembre 16, 2006

Lágrimas rojas mojando el silencio.


Y estaba aquí, sentado en una esquina de mi vida, oculto bajo la delgada capa de inocencia que quedaba de mi infancia, como si todos mis sueños se hubiesen esfumado tras la violenta toma del paraíso virtual. Nada, ni siquiera una voz inconforme se levantó por encima de los parlantes desquiciados. Las pantallas reflejaban una vorágine de mentiras preparadas y sucesos inexplicables, como en esos sueños en que un símbolo se levanta por encima de la masa social.
Una o dos veces me pregunté si el mareo vespertino provenía de una boca que eructaba frases sin sentido. Me colgué de una lengua púrpura para meterme en sueños alternos a la realidad distorsionada. Normal, ¿qué es ser normal? Ser normal no es vivir obedeciendo a la voz de la arena, o caminar sobre las piedras candentes de la sociedad consumista… consumiendo almas, consumiendo deseos.
El ritmo de mi vida disminuye y apenas comienza la noche. “Déjenme volar que quiero atravesar el mar de la simulación. Quiero convertirme en un haz de luz que viaja con el tiempo consumido en un hoyo negro, absorbiendo galaxias, descubriendo paraísos virtuales”.
Seguí sentado sobre mi sombra mientras la pantalla continuaba con su función hipnotizadora. Mis lágrimas rojas brotaron al caer la tarde en mis ojos lunares, clavado en la pared como uno de esos santos de madera, alrededor se escucharon las voces de los resignados: “esto es el principio, este es el bueno”.
Dijeron que mi inconformidad era amarilla cuando acusé a una mente manipulada, espíritu perdido en la mortal aspiración de una vida acomodada; nada más lejos de la verdad, nunca he marchado con el sol negro. Tampoco he sido un hippie anacrónico pues no soporto la desagradable pasividad de vivir amargado por la modernidad ni el falso papel de chauvinista.
Fumo ramitas de recuerdos diurnos acompañado del conejo azul, la cara de la luna, el mar de la tranquilidad. La frágil capa de inocencia refleja los recuerdos proyectados por mis ojos de diamante. Las lágrimas rojas acarician la voz de los sordos, colorean las noches grises bajo las faldas de una amante improvisada. Seductor es aquél rostro emergiendo en las pantallas caseras, lengua mentirosa y afilada, lista para matar la conciencia.
Y aquí sigo sentado, agazapado bajo el manto estelar de la creatividad nocturna. Allá afuera respiran una felicidad aparente. Nada será igual, todo será como ayer pero nunca llegará un mañana diferente.

martes, diciembre 12, 2006

Acaba la época de los dictadores de derecha


Por Jaime Rodríguez


CHETUMAL, 11 de diciembre.- El ex dictador chileno, Augusto Pinochet, murió el pasado domingo 10 de diciembre debido a una grave descompensación. Estaba hospitalizado a raíz de un infarto al miocardio y un edema pulmonar, del cual se recuperaba según los últimos partes médicos. Al conocer la noticia de su deceso, el pueblo de Chile salió a las calles a celebrar la muerte de aquel que durante 17 años cometió crímenes contra la humanidad, pero por otro lado, sus partidarios lloran su muerte. Se discutió acerca del tipo de ceremonia con la cual debía ser velado y sepultado, actualmente se le vela en la sede de la Escuela Militar. Dejó crímenes impunes. El escritor uruguayo Mario Benedetti afirmaría: “la muerte venció a la justicia”.
No se puede pasar por alto un suceso de esta magnitud ya que Pinochet significó uno de los episodios más oscuros de Chile y de todo el Cono Sur de América Latina. Después del golpe militar del 11 de septiembre para derrocar al presidente socialista Salvador Allende y durante el cual perdió la vida, alrededor de 3 mil 196 muertos políticos y 185 desapariciones forzadas se llevaron a cabo en los 17 años (1973-1990) de dictadura de este personaje. Para conocer la importancia del impacto que tiene la muerte de Augusto Pinochet en Chile y el resto de América Latina, Por Esto de Quintana Roo conversó con el Maestro en Relaciones Internacionales, Juan Carlos Arriaga, catedrático de la Universidad de Quintana Roo y quien tiene amplios conocimientos sobre las dictaduras en la década de los 70 en Sudamérica.



P.E.- Augusto Pinochet murió dejando crímenes impunes y en Chile hubo reacciones encontradas, la gente en nuestro Estado y el resto del país se pregunta qué importancia tiene este suceso.
Juan Carlos Arriaga.- “Primero hay que entender que Pinochet es de los últimos militares golpistas que se convirtieron en jefes de estado que seguían vivos. Quedan vivos dos, hace un mes murió otro de los más sanguinarios dictadores militares de Sudamérica que fue Alfredo Stroessner de Paraguay. Los dos que quedan vivos son Videla, los que estuvieron en la Junta Militar Argentina y otro más. Pinochet representaba el estereotipo, y es uno de los golpistas militares que concentró la mayor cantidad de poder en esos países. Hay que pensar que Pinochet, después de haber sido detenido en Inglaterra en 1998, había librado los juicios políticos sobre genocidio, cosa que no pudieron librar los otros ex presidentes que estaba sujetos a investigación en sus países o de plano no podían regresar a su país de origen, como fue el caso de Stroessner. Entonces (Pinochet) es un símbolo de la derecha ultracoservadora y del poder de los militares en Sudamérica. Ahora, su muerte al parecer ya es el reforzamiento de la transición política en Sudamérica porque ya está claro que no va a ser tan fácil que los militares regresen al poder mediante golpes de estado.

P.E.- ¿Qué influyó para que Augusto Pinochet se librara de los juicios contra él?
Arriaga
.- Sucede esto. En Chile, la derecha, en términos políticos, sigue siendo muy fuerte. Hay un grupo conservador, la Democracia Cristiana y los dos partidos que manejaban Pinochet tenían una buena parte del control del congreso. Los socialistas en términos precisos no tienen ese control del congreso como partido político, han necesitado armar coaliciones para vencer a los partidos pinochetistas: a la Democracia Cristiana y al partido Renovación Nacional. Hay otro partido más de la derecha que, ellos por sí solos pueden bloquear cualquier posición del congreso para modificar alguna ley que absuelva o que hubiera llevado a juicio a Pinochet. Hay que pensar también que la constitución vigente en Chile, es la constitución que promulgó Pinochet. Entonces, hay por ahí muchos recovecos jurídicos que complicó la investigación y la condena, sobre varios crímenes, no solamente los de genocidio que era por el cual yo lo estaban procesando y del cual salió desaforado; también estaba el delito de corrupción, el enriquecimiento ilícito, el fraude fiscal. Tenía una lista muy larga de demandas, ¿cómo las había librado? pues por problemas de salud, siempre los abogados acaban curiosamente por los problemas de salud, ya sea por su edad y por su estado tan delicado no se le podía condenar, no asistía a las comparecencias o no se le llevó a prisión. También otra de las estrategias jurídicas de sus abogados fue el argumento de demencia senil.

P.E.- Y ahora, ¿qué va a pasar con todos los crímenes que se le imputaban?
Arriaga
.- Pues quedan sin condena pero, aquí lo interesante es que es el “símbolo de la derecha”. Cuando mueren los que concentran esos símbolos en los grupos políticos, éstos tienden a desintegrarse porque, para la derecha en Chile no hay un sustituto, una base real de poder, él era el de la imagen, era el de las influencias, era el que tomaba las decisiones finales. Era el “gran Padrino”. Entonces, muerto “el padrino” puede ser que otros grupos intenten tomar ese liderazgo. No hay una figura fuerte de la derecha chilena. Desde mi perspectiva vendría un debilitamiento de la derecha, ¿por qué? Puede ser que ahora las baterías de las víctimas de los asesinatos durante la “guerra sucia” en Chile y sus abogados, ahora dirijan sus baterías ya no solo sobre la figura emblemática que fue Pinochet sino contra otros violadores de los derechos humanos.

P.E.- En Chile se dividieron las reacciones, ¿cómo tendrían que enfrentar los chilenos esa situación o cómo lo asimilaría el resto de los países de América Latina?
Arriaga
.- A mi me parece que hay un control mediático sobre esta información. Yo quiero creer que la mayor parte del pueblo chileno está celebrando la muerte del dictador y que de ninguna manera va a estar dispuesto a que se le rindan honores como jefe de estado, lo cual significa izar la bandera a media asta y un sepelio con toda la pompa militar. Me parece que esas dos ceremonias militares serían un insulto para los hijos de desaparecidos y a las víctimas de la “guerra sucia”. No crea que sea tan fácil llevar a cabo estas acciones de celebración. Hay que ver los principales diarios de Chile hablan de “la muerte del ex presidente”. Sólo un periódico, la Nación, habla de “la muerte del ex dictador”, y en la televisión chilena han estado emitiendo los programas como “la muerte del General Pinochet” o “la muerte del ex Presidente Pinochet”. Esto parece una cuestión mínima, lo cierto es que están reflejando la opinión de un pequeño grupo de chilenos que quieren exaltar la figura de Pinochet. Ahora, esos pocos chilenos se pueden contar con los que estaban frente al hospital militar donde falleció. No me parece que sea una división donde sean fuerzas en número equiparables, me parece que los medios han estado maximizando el número de los pinochetistas, que, si son pocos, son muy escandalosos y todavía tienen el poder en ese país.

P. E.- Y así como el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 tuvo un fuerte impacto en América Latina, ¿qué alcance tendría la muerte de Pinochet al resto del continente?
Arriaga
.- Pues una reflexión sobre la forma de gobernar utilizando la fuerza bruta. A Pinochet se le atribuyen dos acciones muy importantes y que han sido benéficas desde su punto de vista para el país: uno, es el proceso de modernización; Chile no es Bolivia, no es Perú, no es Ecuador, es cualitativamente hablando en servicios, en administración pública, muy superior. Se asemeja más a un país europeo que a un país sudamericano. Los niveles de corrupción son muy bajos y parece que todo funciona muy bien. Una cosa que, dicen los chilenos, no han podido controlar al menos en Santiago de Chile, es la contaminación ambiental. Fuera de eso todo lo demás parece que funciona muy bien y eso es resultado de las acciones de Pinochet, esa es una. La otra es el avance económico y el crecimiento económico. A Chile se le presenta y se le presume como “el país de los éxitos económicos” junto con el México de Salinas y de Zedillo. Pero no ha tenido una crisis financiera desde 1976, ha tenido una reconversión económica muy intensa; no se ha metido en crisis financieras, resultado de déficit fiscal o de un ahondamiento del déficit del comercio exterior. Ha tenido una economía estable y con crecimiento y es la única economía que ha crecido, fue la única de las pocas economías que crecieron dos por ciento, promedio, en la década de los 80. Los críticos dirían “exactamente pudiéramos conceder que ocurrieron esas dos cosas”, la modernización y el control económico pero ¿a qué costo social? Uno de los países que sigue teniendo una pobreza muy importante, 25 por ciento de la población vive en pobreza, donde la educación cuesta, no es gratuita, todo se ha privatizado: la salud, la educación, la seguridad social en general. Eso ha sido un costo muy fuerte, si la gente quería protestar se tenía que enfrentar al ejército; no a la policía o a los carabineros sino se tenía que enfrentar directamente al ejercito. Entonces, esa forma de gobernar me parece que es la que va a llamar a la reflexión: muerto Pinochet podemos alcanzar “esto” pero no necesariamente por los métodos pinochetistas, probablemente a través de la negociación y la concertación. Y esa es la apuesta de la derecha latinoamericana. La derecha en México va a seguir los pasos de la derecha chilena y probablemente no utilice los métodos pinochetistas, metiendo al ejército en todo y golpeando a todo el que se le ponga enfrente, sino que van a hablar del diálogo, de la concertación, de la democracia, del juego político para llegar a esa misma modernización y estabilidad económica.

P.E.- ¿Se puede pensar en una dictadura militar en México actualmente?
Arriaga.- No. La derecha ya no va a tomar los métodos militaristas tipo Stroessner, Pinochet, Videla, Hugo Banzer en Bolivia, ya no van a estar dispuestos a eso. Lo que van a hacer es jugar con reglas de una democracia electoral, unas reglas que pueden ser muy parciales. Van a poner reglas de competencia política y esas, estoy seguro que sí las van a respetar, no van a regresar a esas cuestiones militares. El costo social es muy fuerte y el costo político para ellos, también, entonces ahí pueden perder el poder. Hay otro hecho, que la izquierda en América Latina está avanzando. En este año, de seis procesos electorales, sólo en un país perdió la izquierda, México. Los otros los ganaron, Nicaragua, Ecuador, un poco la falsa izquierda, una derecha moderada la de Perú, de esos dos casos que se perdieron. Pero en Brasil, en Venezuela, en Nicaragua y en Ecuador, todos son partidos y organizaciones de izquierda muy enfrentadas a la derecha local.

P.E.- Entonces, con la muerte de Pinochet ¿se habla de un final de las dictaduras militares de derecha?
Arriaga
.- Sí, me parece que las dictaduras militares de derecha terminaron. Las de izquierda se acabaron en los 80, fue cuando la “utopía se quedó desarmada”. Ahora, la utopía de la derecha, del control y el orden, paz, honradez y ornato como dicen los dictadores del caricaturista Palomo (ríe), pues esa también va a quedar en el pasado y me parece que ya no va a tener regreso. Lo que vamos a ver ahora serán competencias políticas cada vez más fuertes entre la derecha y la izquierda, pero una derecha cada vez más férrea, más fundamentalista, apoyada en el pensamiento cristiano.

domingo, diciembre 10, 2006

1972, Salvador Allende en México

Por: Claudia Ceja Andrade*10/12/2006 (Tomado del Nuevo Excelsior)

"Compañero Allende: ni un paso atrás", "Allende, México te defiende", "Estamos con usted en la lucha por América Latina", "Allende, Chile vencerá". Con éstas y otras expresiones, miles de obreros, estudiantes, campesinos y sobre todo jóvenes mexicanos corrían de un lado a otro gritando con gran entusiasmo, la tarde del 30 de noviembre de 1972, ante la llegada a México del presidente de Chile, Salvador Allende.
Rompiendo el protocolo de recepción de un jefe de Estado, los mexicanos brindaron al presidente Allende una bienvenida cálida y multitudinaria. De acuerdo con periódicos de la época, una "valla humana" de casi 16 kilómetros se formó desde el aeropuerto internacional hasta la embajada chilena, en las Lomas; así, México refrendaba su apoyo incondicional al pueblo chileno y a su dirigente.
Para algunos, el acto vivido por Allende en nuestro país "fue, en sí, el [del] pueblo que se volcó en las calles para saludar, aplaudir y vitorear a un hombre que busca[ba] la reivindicación de los suyos". De ello no cabe la menor duda; no obstante, a 34 años de distancia también debe entenderse como la demanda de miles de mexicanos que hicieron suya la lucha del pueblo sudamericano en pos de una verdadera democracia y una mayor independencia respecto del extranjero, especialmente de Estados Unidos.
Allende y su pueblo representaban la lucha tenaz por un país libre e independiente que buscaba la transición democrática al socialismo. Cuando Luis Echeverría expresó: "Han iniciado ustedes en México un viaje en el curso del cual le dirán al mundo cuál es la batalla de Chile por su libertad", sin vacilar Allende le respondió: "No queremos vasallaje, ni colonialismo, sino independencia".
La república de Chile y su entonces Presidente eran ejemplos a seguir para aquellos hombres y mujeres identificados con los ideales revolucionarios y con la izquierda marxista. La visita de Allende fue un momento apoteósico y significativo para los escépticos respecto del futuro ante el crispado presente: la represión al movimiento estudiantil de 1968 más allá de acallar las voces descontentas, provocó un encono mayor contra el Estado; asimismo, las huelgas, las movilizaciones de ferrocarrileros y electricistas, la inflación, el déficit comercial y el incremento de la deuda externa abonaban cada día más un conflicto social de mayor envergadura. En esas circunstancias, para un sector descontento de la sociedad, las revoluciones que llevaban a cabo algunos pueblos de Latinoamérica se dibujaban como una promesa en el horizonte.
Hombres de izquierda como Pablo González Casanova, quien era rector de la Universidad Nacional Autónoma de México –que por cierto, llevaba más de un mes de huelga–, y David Alfaro Siquieros se encontraron con Salvador Allende; lo hizo incluso el ideólogo del PRI, Jesús Reyes Heroles, quien ante la pregunta de si su partido recibiría con gusto la visita de un mandatario socialista, simplemente contestó: "El PRI recibe con los brazos abiertos al presidente Salvador Allende".
Pese a las molestias de algunos sectores conservadores, que no veían con buenos ojos la relación de Echeverría con Allende, el Ejecutivo chileno ofreció un discurso en el Congreso de la Unión argumentando: "Tenemos una filosofía distinta que no niego, pero hemos conjugado un lenguaje que se proyecta en el continente y más allá"; en esa misma tribuna, Echeverría respondió: "Ha llegado usted en el momento en que hemos redefinido el rumbo de nuestras instituciones".
Sin lugar a dudas, uno de los momentos cumbre de esa visita fue el 3 de diciembre, en el Auditorio Central del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara; justo ahí, Allende desnudó sus ideales y sus mejores deseos para toda América Latina; denunció la rapacidad del imperialismo, evidenció la pobreza y la explotación de los pueblos latinoamericanos y, especialmente, habló de la responsabilidad y el significado de ser joven, más aún, de ser un "joven universitario" y de la imperiosa necesidad de que éstos contribuyeran a mejorar las condiciones materiales de sus pueblos: "Yo, que soy un hombre que pasó por la universidad, he aprendido mucho más de la universidad de la vida: he aprendido de la madre proletaria en las barriadas marginales; he aprendido del campesino, que sin hablarme, me dijo la explotación más que centenaria de su padre, de su abuelo o de su tatarabuelo; he aprendido del obrero, que en la industria es un número o era un número y que nada significaba como ser humano, y he aprendido de las densas multitudes que han tenido paciencia para esperar".
Al despedirse de México, Salvador Allende puntualizó: "Gracias por comprender el drama de mi patria, que es, como dijera el poeta Pablo Neruda, un Vietnam silencioso; no hay tropas de ocupación ni poderosos aviones nublan los cielos limpios de mi tierra, pero estamos bloqueados económicamente, pero no tenemos créditos […] pero no tenemos cómo comprar alimentos y nos faltan medicamentos, y para derrotar a los que así proceden, sólo cabe que los pueblos entiendan quiénes son sus amigos y quiénes son sus enemigos […] Yo sé […] que México ha sido y será […] amigo de mi patria".
Después de aquel acto y de su estancia en nuestro país, el presidente Salvador Allende partió del aeropuerto Miguel Hidalgo en Guadalajara rumbo a Estados Unidos para poner en evidencia las agresiones internacionales de las que era víctima su país, en el marco de una reunión de la ONU.
Era la primera vez que el pueblo de México recibía a un Primer Mandatario de tales proporciones, un dirigente que venía trabajando por los "de abajo", razón por la cual el recibimiento rebasó lo oficial, convirtiéndose en popular. Por espacio de cuatro días, los mexicanos rindieron honores al hombre y al pueblo que simbolizaban una de las esperanzas para el futuro de América Latina.
Nueve meses después, México y el mundo entero despertaron con la noticia de que aquel "Vietnam" no estaría más tiempo silencioso.

*Investigadora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM)

domingo, noviembre 26, 2006

Los mejores días de mi vida


Los mejores días de mi vida fueron los que viví cuando estudiaba en la Escuela Nacional de Música de la UNAM. El mejor día de mi vida fue cuando me informaron que fui aceptado en dicha escuela, luego de presentar el examen de admisión unas tres veces.
Ingresé a la carrera de Guitarra en el nivel Propedéutico en agosto de 1996. Para entonces ya conocía el ambiente de la escuela y los planes de estudio pues pasé un año como estudiante “oyente” en algunas clases.
Era 1994 cuando mi padre me preguntó qué haría con mi vida. Tenía la opción de estudiar Arquitectura o Diseño Gráfico, la música parecía un hobbie al que no le podría dedicar todo el tiempo de mi vida, pero no dejaba de soñar con estudiar música. De hecho la música era lo único que me realmente me importaba. Mientras que a mis compañeros les atraía la idea de tener un despacho de arquitectos o dedicarse a la política, a mí me latía más el viajar y conocer gente, tocar, escribir música, interpretar obras musicales, vivir del arte. Está de más decir que no faltó el comentario aquel: “no vas a vivir del arte, te vas a morir de hambre”. Hasta ahora no me he muerto… no de hambre.
Aquel primer año que pasé como estudiante “oyente” en “la Nacional” me sirvió para conocer el ambiente de la escuela. Hice nuevos amigos que dejaron una huella indeleble en mi vida, conocí sonidos nuevos que me parecían familiares pero que por la situación de vivir en una ciudad como Chetumal no tenía la posibilidad de absorber como se debe. También me entregué a la interpretación de la Guitarra Clásica con el maestro Fernando Villanueva de quien guardo gratos y amargos recuerdos (es verdad). Todo esto sucedió entre 1994 y 1995.
No fue sino hasta 1996 que por fin me habían admitido como alumno regular. Entonces tenía una novia a la que tuve que dejar en Chetumal para seguir con mis sueños, dejé a mi familia y me perdí la infancia de mi hermana menor. Toda meta implica un sacrificio.
Me subí a un autobús mágico. El primer compañero de viaje fue Carlos, inseparable y entrañable amigo con quien compartí el amor al cine, la buena comida, los discos, la guitarra y las mujeres hermosas. Luego llegaron Chema, Armando, Agueda y Chalito. Chema, Armando y Chalito también eran guitarristas. Agueda estaba en Órgano y me enamoré de ella, además de ser una mujer inteligente y sencilla era muy guapa. Llegaron muchos nuevos amigos.
La primera clase del día era a las 8 de la mañana: solfeo. Tenía que realizar un viaje en Metro de aproximadamente dos horas para llegar a tiempo a la escuela. La clase era aburrida y si agregamos las horas de sueño descontadas, nos quedaba un grupo de zombies intentando leer notas en claves de sol y de fa. A veces, los viernes no llegaba la maestra de solfeo y mi amigo Carlos y yo nos íbamos a Ciudad Universitaria de paseo (sí, a Ciudad Universitaria). Recorríamos los pasillos de la facultad de Filosofía y Letras (Filosofía y Yerbas le decíamos), comprábamos libros de segunda mano, discos o casets grabados de música del mundo. También nos clavábamos a las funciones del Cine Club de Ciencias Políticas o de Filosofía. En esas funciones conocí el trabajo de Wim Wenders y Reiner Werner Fassbinder, Carlos era un gran admirador del cine alemán.
Otro lugar al que nos encantaba ir era el Cinemanía donde proyectaban los estrenos del cine independiente y una que otra película comercial. Cuando nuestros bolsillos andaban bien solíamos ir a desayunar a un restaurante cercano a Ciudad Universitaria, saliendo del Metro Copilco en el que preparaban una machaca deliciosa, desayunos en los que incluían jugo de naranja y café. A mi memoria vienen esas mañanas frías de fines octubre que anunciaban la llegada del invierno. En días así era común utilizar guantes de lana para mantener el calor de las manos y practicar sin ningún problema.
Había tiempo libre de sobra, aunque lo mejor era los fines de semana en que podíamos escaparnos a cualquier lugar de la ciudad. Carlos es el autor de aquella frase: “Vayamos por rumbos desconocidos en busca de nuevos horizontes”.
Fueron días en que mi cerebro era como esponja, absorbía la música que llegaba desde ultramar, las obras barrocas y renacentistas, la música de vanguardia del siglo XX, el cine alemán, el fado portugués, la poesía y cuerpos angelicales.
En el camino cayeron muchos, la vida como estudiante de música –o de cualquier arte- es difícil. Muchas veces no está la familia presente para compartir los logros y las presentaciones exitosas; tocamos en foros en los que no había paga alguna excepto algunas bebidas o la cena, si se conseguía un trabajo fijo había que dejar la escuela para no descuidar el trabajo. En el camino lloramos, nos enfermamos, nos han ridiculizado y hasta pisoteado el amor propio. Hubo maestros que celebraban nuestras posibilidades interpretativas, otros nos sugerían de la manera poco atenta que nos dedicásemos a narrar fútbol en la televisión. La primera impresión que uno se lleva es la de un maestro a quien no se le satisface con nada, pero la realidad es que el maestro nos veía tanto potencial que quería explotarlo al máximo porque sabía que podíamos dar mucho más que una simple interpretación.
En la música clásica (más bien, en toda la música) se entrega el alma entera o no se entrega, cada nota debe nacer, existir y morir, no únicamente sonar por sonar.
Extraño esos días. Extraño a los grandes amigos que hice, los lugares, los rostros hermosos de los que me enamoré en los vagones del Metro y en el Parque Hidalgo en Coyoacán; los ensayos y las presentaciones, la clase de Armonía del Maestro Esparza (con su breve pausa para leer aforismos) y la clase de Música de Cámara de la Maestra Eunice Padilla con su peculiar forma de saludarnos antes de cada clase: “Bueno chicos, ¿con qué me van a deleitar el día de hoy?”; las maratónicas clases de Estética Musical de la rusa malvada o las juntas de café en alguna banca esquinera del mismo barrio de Coyoacán; las interminables discusiones sobre Pink Floyd y música de Leo Brouwer. Extraño a Erinh, a Agueda, a Citlalli (que fue tecladista del grupo Salón Victoria), a Mónica, a Tzairí; extraño las tardes de otoño en Ciudad Universitaria, las siestas bajo el sauce de la escuela después de la comida, los recitales de fin de curso, las temporadas de concierto en la Sala Carlos Chávez (donde toqué en tres ocasiones).
Si pudiera regresar en el tiempo, sin duda esos serían los días que quiero volver a vivir.

Anoche la luna observó mi cuerpo destrozado




Anoche la luna llena observo mi cuerpo desangrado sobre el asfalto. La pesadez de la carne y los huesos desapareció como la última palabra que salió de mi boca. Una luz al final del túnel me llamó y entonces supe que la hora de la eternidad había llegado. No obstante, antes de perder el peso humano mi vida parecía inalterable.
Perdido en las sombras de vidas pasadas, las tardes se me fueron en un soñar despierto, fumando lunas y bebiendo las gotas destiladas de una pared que guardaba los recuerdos de amores pasajeros.
Lo sé, la sangre es fría en este punto y me resulta difícil comprender por qué las venas se dilataban al observar los cuerpos desnudos. No siento nada ni siquiera mi propia muerte en vida… cada día moría un poco más.
Hoy la sangre no hierve.
Lloré por los corazones ciegos y vacíos, visité los rincones del universo donde las migajas del amor se me ofrecían como dosis de anfetaminas. La adicción más fuerte que experimenté fue la que jamás tuve.
Anoche la luna llena observó mi cuerpo despedazado sobre la mancha de combustible. Las ruedas del reloj determinaron el momento en que mi humanidad sería arrebatada por los ángeles. Dios existe si acaso existe también el principio creador: el Big Bang.
El camino era angosto y la niebla cubría el paisaje nocturno. Los acontecimientos sucedían a toda velocidad pero en mi percepción, las horas parecían expandirse. Ausencia de humedad en mis labios y en mis ojos: ¿acaso mi alma se había convertido en un desierto?
Caminando solo por rutas desconocidas de la vida, acompañado por mi pensamiento, elegí la ruta que no debía: la soledad nihilista.
Anoche mis ojos observaron mi cuerpo destrozado sobre el asfalto. En mi frente había una herida y otras dos en el pecho. Lo que alguna vez fueron mis ojos se tornaron dos girasoles con unas esferas de cristal en el centro. La imagen: una pálida silueta delgada, casi anoréxica con su cabello oscuro.
Unas cuantas palabras distrajeron mi atención: “Sonríe, por favor”. Ella lo sabía, mi sonrisa había desaparecido años atrás. Ladrona nocturna que bailaba en mis sueños diurnos se llevó mi vida a donde nadie pudiese recuperarla.
Anoche la luna observó mi cuerpo sediento de amor y cubierto de un calor asfixiante. Mi alma deseaba salir de un cuerpo deforme, de este montón de huesos que aún sigue vivo y que no es el mismo de ayer. La noche trajo la liberación de mi alma amurallada, su arma fue la voz del deseo nocturno y su medio, un cuerpo recreado en la orilla de mis dedos. Anoche… anoche ya no me acuerdo.

La llama de un ángel que cae del cielo (o el principio de una seducción).


Nunca se sabe cuando comienza a formarse la espiral interna. Uno espera demasiado tiempo mientras llega esa extraña especie de marea mental, permanecemos nihilistas ante las situaciones de la vida cotidiana, sonreímos sarcásticamente al pasar frente a dos bocas que se unen o un suspiro se escucha en medio del ensordecedor silencio diurno.
No importa el lugar ni la hora, un ángel de luz –en sentido figurado- te puede fulminar en cuestión de minutos, dejándote electrizado durante horas, tal vez días. En el mayor de los casos, ese ángel incendia los sentidos. Sí, sus ojos reflejan la chispa que mantiene viva a las hermosas siluetas que deambulan por las calles, comparables con un cuadro pictórico de estilo impresionista en una exposición. Brillantes y azules. Así son las mujeres, así comienzan a mover los afectos hasta crear una espiral interna.
Al primer contacto le siguen varios más, intrínsecos y codificados. Intercambio de palabras y frases sin sentido al abrir por primera vez los labios que, más tarde, se convierten en un retrato hablado de nuestra presencia terrenal. Todo transcurre lentamente, cuadro por cuadro tratamos de registrar cada detalle de la piel y su color, del cabello, de los ojos, como leyendo un poema o una partitura musical.
Con poros abiertos guardamos las palabras –música para el alma o canto hipnotizador- y el timbre de su voz. La frecuencia en las ondas aumenta el pulso de las ideas: “besarla, mirarla, pintarla… perdernos”. Lo que provoca en nosotros la llama blanca de un ángel azul cuando cae del cielo, una espiral interna endulzada con miel de girasoles que crecen sobre sus caderas. Ella es la música y yo soy su intérprete.
“Voy planeando frágil sobre el campo desnudo de su vientre. Capturo la imagen curva del camino a la muerte momentánea. Centro magnético atrayéndome hacia el suave ombligo, abismo cósmico interminable donde la luz interna conecta con el núcleo del ángel azul”.
Dibujando constelaciones alrededor de su cabello, ella traza senderos de luz para mis pasos. Los primeros minutos después de la aparición se convierten en horas de paseos por una playa tranquila.
La marea se vuelve interminable cuando la visión se dispersa entre los sueños reales y los cuerpos egoístas. Quedan palabras perpetuadas en una memoria que no recuerda momentos similares.
Es recurrente que al despertar de los sueños de agua, nos esforcemos en no olvidar el rostro del cielo. Se olvida por un instante. Como un destello de luz se revela aquel dulce rostro como una prueba del ángel.
El tiempo se expande mientras que el deseo de volverla a ver no cesa.

La ciudad de los artistas malditos… o malditos anónimos con nombre.




Johnny Rotten, vocalista de los Sex Pistols, cantaba: “There’s no future, I wanna destroy”. Chetumal, muy al pesar de la gente –y sé que me voy a ganar antipatías por lo que escribiré- es una ciudad que se caracteriza por su silencio apático e indiferente a los detalles de la vida. Por lo menos lo he notado en cierta parte de su gente.
La indiferencia que se ha mostrado por todo, desde la educación de verdadera calidad para los niños, su nivel de vida (ya no digamos que tengan todas las cosas materiales posibles sino, un ambiente que estimule su desarrollo humano), las actividades lúdicas, deportivas y sociales. Dentro de las indiferencias, hubo un descontento entre la gente cuando se instaló el corredor escultórico en la ciudad. Por una parte alegaban que “la ciudad no necesitaba esculturas”, que eso “la gente no lo entiende” y que “eran un montón de chatarra que a nadie le interesan”.
Probablemente a la gente no le hacía falta un montón de hierro en diferentes puntos de la ciudad y del boulevard, de la misma manera habrá quien no entienda la forma o el mensaje que cada escultura encierre, algunas obras no tienen más que un color o dos. No profundizaré con cuestiones estéticas en cuanto al arte se refiere, cada obra de arte se percibe de manera diferente. El artista crea e inserta un mensaje codificado que el espectador u oyente traduce. El mensaje es uno solo pero las claves son muchas, el público expresa las claves que encontró en el mensaje. Por diferentes que sean han descifrado el mensaje.
Esto prueba que el arte es para el pueblo.
Pero ¿si el arte es para el pueblo por qué nadie lo disfruta, no tiene acceso a él, no lo entiende y lo rechaza? Tan sencillo como explicar que uno más uno es igual a dos. El sistema educativo no prepara al niño para ser un adulto crítico, sensible, matemático, culto y educado. El sistema familiar como lo conocíamos se ha desmoronado lentamente, con ayuda de los medios masivos de comunicación.
La prueba más grande del deteriorado nivel humano y educativo de un pueblo se refleja en los actos de vandalismo y desorganización social. Para muestra un botón. Hace unos días se publicó una nota en algún medio, denunciando la falta de atención hacia las esculturas del corredor y su conservación. Se culpa a un instituto de falta de atención, éste se deslinda o da la respuesta más sencilla para salir del paso.
Decidí visitar las esculturas, específicamente las que se encuentran en la costera rumbo a Calderas. Zona solitaria, miradores ideales para escapar del bullicio y estar con los amigos y la pareja en turno. Solo de noche se vigila el área, la policía anda a la caza de bebidas alcohólicas y parejas drogadas por sus propias hormonas (por cierto, droga maravillosa, incitadora de la creación humana excelsa). ¡Cierto! Muy buen desempeño… ¿Dónde esta el cuerpo policiaco cuando deben detener a los destructores infragantes?
Los jóvenes son rebeldes. Yo fui un rebelde, hasta la fecha tengo un aire de rebeldía. Pero hasta el rebelde más grande es inteligente y actúa con responsabilidad y consciente de sus actos.
No llamo rebeldía a las pintas que aparecen en las esculturas, lo llamo un acto de ignorancia. No hay más adjetivos. Regreso a lo que Rotten cantaba: “there’s no future, I wanna destroy”. Es cierto que el futuro es incierto y cada vez se cierran las oportunidades, pero la culpa la tienen las escuelas por permitir que pseudo-profesores intenten instruir a los niños; los padres por no saber educar ni tener paciencia con sus hijos. Recuerden, los niños aprenden lo que viven.
Sería una buena idea que se diera una vuelta por las esculturas. Si alguien ya tomó cartas en el asunto, ya no encontrará las pintas ni los garabatos rayados en la superficie de las obras. Si tienen una botella de cloro, también sería adecuado que la lleve pues se encontrará con los indicios de una evolución humana de niveles impresionantes: las meadas territoriales.
Profesores, padres, instituciones, gente… pueblo, si el deterioro de unas obras de arte o de cualquier punto de la ciudad es el reflejo de su desarrollo social, ¿Cuál es su nivel humano interior?
Cualquier deterioro o falta de respeto hacia alguna obra artística o pública es como escupir a la cara de su creador. Sólo queda decir que en sus actos reflejan su gran pequeñez humana.

miércoles, noviembre 22, 2006

El primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía, después de una semana, ¿se cumplieron las expectativas? (Segunda y última parte)

CHETUMAL.- A pesar de la cancelación de la mesa redonda de “Periodismo Cultural” a cargo de reconocidos periodistas nacionales, las exposiciones pictóricas y fotográficas

inauguradas en las salas del Museo de la Cultura Maya fueron un éxito. Rodrigo Siller expuso su obra pictórica llena de símbolos y elementos oníricos que describen su muy personal perspectiva del mundo; Gerardo Pineda trajo una exposición fotográfica sobre la costa chiapaneca. De igual manera se montaron las exposiciones del maestro Othón Téllez en la sala 2 y “Trazos del Caribe” en la sala 3 a cargo de varios pintores quintanarroenses. En la plazoleta del Museo de la Cultura Maya también se montó una instalación artística titulada “Machitos a la mexicana”, de Noris J. Rodríguez. Dicha instalación abordó el tema de la violencia contra las mujeres.
En lo que se refiere al teatro, no hubo una respuesta favorable por parte del público, tan sólo la asistencia de algunos grupos escolares y en número reducido. En el Teatro Constituyentes del ’74 se presentó una obra que escenificó los últimos días de Sor Juana Inés de la Cruz con una asistencia paupérrima a pesar de la excelente puesta en escena y actuación. El grupo de Teatro Guiñól de Holguín, Cuba, no se presentó y fue uno de los grupos esperados. La danza tuvo una incomparable representación a cargo de compañías de danza contemporánea como “Contradanza”, “Ballet Teatro del Espacio”, y de baile flamenco con Leticia Cosío y Elia Domenzain.

Ésta última nos trajo una adaptación teatral del poemario “Y ahora, soy yo la torera”, dividida en tres partes con una óptica muy femenina sobre el desamor y la tauromaquia (sin toro). Sin duda, estos dos últimos espectáculos resultaron ser los más excitantes pues además del virtuosismo de los músicos que acompañaron a Cosío y Domenzain, el cuadro de bailaoras inyectó energía y sensualidad al festival con su energía sobre el escenario.
Algo nunca visto durante un festival musical –y sólo presenciado durante la ceremonia del grito de independencia- fue una Explanada de la Bandera repleta. El viernes 17 de noviembre se presentaron varios grupos de reggae, pop y música electrónica. Desde las cuatro de la tarde, cientos de jóvenes se reunieron en torno a un mismo fin: la celebración musical. En esta ciudad donde impera la “doble moral” de las autoridades municipales, siempre en el afán de cerrar espacios de expresión alternativa para jóvenes –argumentando la degradación, faltas a la moral y centros de vicio-, la reunión de jóvenes resultó ser la más alegre, llena de vitalidad y de verdadera expresión cultural pues acudieron amantes del reggae, la música alternativa y el pop, sin que pudieran faltar los “skaters” (deportistas de las tablas de patinaje). Todos ellos convivieron en torno a la música, sin hacer daño a nadie ni consumiendo drogas ni mucho menos vendiéndolas, bailando frenéticamente. Esto es un detalle que las autoridades municipales deben tomar en cuenta a la hora de negar espacios para la expresión juvenil quienes son uno de los semilleros de la cultura y las manifestaciones artísticas.
La nota desagradable fue el pésimo comportamiento de los argentinos. Esos que se hacen llamar “Los Pericos” se negaron a compartir el escenario con las bandas mexicanas, amenazando con cancelar su presentación si nuestros compatriotas subían a tocar a “su escenario”. Debido a esto, los organizadores decidieron no volver a invitar a dicha banda. Parece una constante el comportamiento de los argentinos en tierras mexicanas, la actitud racista que adoptan al no querer compartir escenario con las demás bandas, siendo los invitados a un festival de carácter internacional. Los foros artísticos son espacios de expresión para todos y no el monumento al ego de unos extranjeros como los argentinos.
Pablo Milanés cerró el primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía con su presentación el sábado 18 de noviembre, y que deleitó a los asistentes, a pesar del frío y del retraso. Dos detalles: (bueno) el sonido estuvo de lo mejor, sin fallas ni ruidos molestos; (malo) la larga intervención de la alcaldesa que, una vez más, convirtió un escenario artístico en un foro político donde nada tienen que hacer los logros del ayuntamiento. Y las rechiflas no se hicieron esperar, calculando una asistencia de casi 1500 personas, la rechifla sonó más fuerte que la Orquesta Sinfónica de Campeche.


Ahora, la pregunta obligada: ¿se cumplieron con las expectativas del festival? Pienso que sí se cumplieron en el sentido de que por fin se está haciendo algo por recuperar los espacios de expresión artística y el estímulo al desarrollo de los artistas –interpretes y creadores-, la apertura a nuevas formas de expresión y técnicas de creación. Que si no hubo la cantidad de público esperada se debió a la poca difusión que se dio en la ciudad y el resto del estado. Pero de igual manera no es suficiente con la asistencia de la gente que gusta completamente de este tipo de eventos. Muchos se preguntaron ¿Dónde está la comunidad universitaria? Personalmente, vi algunos amigos y conocidos de la Universidad de Quintana Roo, aunque el ideal es que la universidad sea uno de los espacios de difusión cultural más grande. Sin embargo, la reforma educativa no contempla en absoluto a las manifestaciones artísticas, relegándolas a la mera tarea de entretener. Una difusión de las actividades del festival en las escuelas y en los tres niveles de educación habría sido un éxito de haberse realizado con mucho tiempo de anticipación. La gran ausente en este festival fue la directora general del Instituto Quintanarroense de la Cultura, quien jamás presenció una sola presentación. Una persona a cargo de una institución que se jacta de ser la “guardiana” de la cultura, no debió dejar pasar un evento así, por lo menos para tener un panorama de lo que significa cultura y arte.
Seguramente hubo artistas locales consagrados a los cuales no se les invitó a participar. Estoy de acuerdo, merecían un espacio de participación en el festival debido a su trayectoria pero, ¿no es tiempo de darle cabida a las nuevas generaciones? ¿No tienen suficiente con acaparar becas, publicaciones y foros que a muchos creadores e intérpretes jóvenes nos niegan actualmente?
En cuanto al comité organizador, ellos trabajaron incansablemente, sorteando las dificultades que surgieron de último minuto, tratando de correr horarios en la programación y todas las tareas que se le asignó a cada elemento. Algo muy importante es la calidad humana que la comitiva encargada debe poseer. La persona a cargo de la organización debe ser una persona conocedora al máximo de las manifestaciones artísticas, tener conocimientos de cultura general y por lo menos, una trayectoria sobresaliente dentro de alguna de las áreas del arte. No es lo mismo montar coreografías para comparsas carnavalescas y bailes de quince años, que preparar la coreografía de “Don Quijote” o interpretar las “Variaciones Goldberg” de Bach. También debe poseer humildad y sencillez en cuanto al trato con las personas que formarán parte de su equipo de trabajo, con los medios de comunicación y con la gente en general. Es incongruente hacerse cargo de un evento que exalta a las manifestaciones humanas y comportarse como un burgués fantasioso, o el practicar el más espantoso clasismo elitista que únicamente ayuda a resaltar las inseguridades de una persona que no tiene el menor ápice cultural. Si el festival es para el pueblo ¿por qué hacer de él un foro para el protagonismo “yuppie-burgués” y la segregación clasista? Lo anterior también aplica para las personas que vayan a formar parte del equipo de producción, staff y relaciones públicas. Hubo personas del comité organizador que estuvieron presentes en todo momento y en todos los eventos, siempre al pendiente del desarrollo de las presentaciones y las ruedas de prensa. Jorge Pantoja, promotor cultural y fundador del tianguis Cultural del Chopo de la Ciudad de México, mantuvo una relación estrecha con los medios de comunicación; lo mismo que Xóchitl Mingüer, quien se aventó a asistir a cada escuela de la ciudad como fuera posible, para invitar a los estudiantes a que asistieran a las actividades.
En cuanto a los medios de comunicación –con excepción del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social- sólo algunos seguimos de cerca el desarrollo del festival desde todos los aspectos. Un detalle importante que los jefes de información deben tomar en cuenta es cuidar de quién es la personan que mandan a cubrir una rueda de prensa. No es lo mismo entrevistar a un artista –de la categoría que sea- que entrevistar a un diputado o cualquier funcionario público, no falta aquel que pregunta sobre la megaescultura (como si la megaescultura fuera el ombligo del mundo artístico) a un artista como Oscar Chávez, al que no le ha de interesar en lo más mínimo la obra de Sebastián. Cronistas, periodistas culturales y reporteros que siempre han estado al pendiente del desarrollo cultural de la ciudad también estuvieron presentes para documentar los sucesos y muchos de ellos intercambiaron impresiones, de manera cordial y tolerante, como debe ser.
Regresando a los resultados del festival, este dejó un grato sabor de boca ¿por qué? Porque por fin se está haciendo algo para el pueblo y para la comunidad artística, no sólo la del estado sino también para los artistas del interior del país. Este festival debe realizarse de manera permanente, los futuros gobernantes no pueden ni deben hacerse oídos sordos ante la demanda del pueblo, de satisfacer la sed de conocimiento y entretenimiento que eduque. Antes de tirar el dinero en monumentos al ego falócrata, antes de abrir las puertas a la inversión extranjera, antes de construir Wal Marts, McDonalds y demás franquicias yanquis, hay que reforzar y reafirmar la cultura de nuestro país.
El Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía es una excelente idea, con detalles positivos a superar y negativos por mejorar. Los artistas creadores e intérpretes necesitamos más espacios como estos. Pero sobre todo, el pueblo necesita más espacios para reafirmar su identidad cultural y sus manifestaciones artísticas. Esperamos por la segunda edición…

martes, noviembre 21, 2006

El primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía, después de una semana, ¿se cumplieron las expectativas? (1ª Parte)


CHETUMAL.- Del 10 al 18 de noviembre, Chetumal se convirtió en la capital cultural del estado… aunque sea por una semana. En los medios locales se dedicaron espacios para dar cobertura a los eventos artísticos, algunos otros cuestionaron ciertos detalles financieros, pero pocos se enfocaron a la verdadera esencia del festival: la calidad artística y las propuestas. Lo cierto es que el festival se desarrolló bien pero con algunos tropiezos que no deben pasar desapercibidos por los organizadores. El festival no brilló de manera esplendorosa como aquél otrora festival de 1988 (el Festival Internacional de Cultura del Caribe). Quizá por tratarse de un festival organizado por jóvenes despertó el más grande escepticismo, pero también es cierto que en esta tierra hay escépticos de todas las tallas, desde periodistas, profesores, seudo intelectuales, artistas y pueblo en general, y jamás van a estar satisfechos con nada que se haga en la ciudad y el estado (excluyo a la mega escultura, la cual sí es un mega desperdicio).

En todo festival, bienal, muestra cinematográfica o cualquier evento artístico y cultural, las únicas figuras principales son los artistas. Aunque el evento haya sido auspiciado por el gobierno del estado o el ayuntamiento, y que las autoridades sean las encargadas de inaugurar o clausurar el evento, jamás deben robar cámara a los artistas ni convertir un acto de manifestación cultural en un podio de carácter político, lleno de slogans alejados de la realidad. Pero aún, hacer esperar al público asistente con la impuntualidad, ya que el público no es el único que espera, también los artistas son los que ven reducido su tiempo de participación.

Es innegable la calidad del trabajo artístico presentado por los participantes al festival, desde el Ballet Nacional Folklórico Garífuna de Honduras hasta el espectáculo de Elia Domenzain; desde la propuesta electrónica de Alter Mutz –incomprendida por algunos y gustada por otros- hasta el reggae de grupos como Antidoping y Los Pericos. Tampoco se quedan atrás los artistas locales como Korto Circuito, Skuadron 16 y los pintores locales que expusieron su trabajo en el Museo de la Cultura Maya. También hubo montajes coreográficos que pocas veces se ven en la ciudad como la danza contemporánea (Contradanza, Teatro del Aire), el baile flamenco (Leticia Cosío,) y el teatro.
El público chetumaleño ya exige espectáculos y artistas de calidad en foros adecuados para tal fin. Resulta desagradable, molesto –para el público y artistas, principalmente- y desesperante que el sonido local funcione de manera pésima, que no se cuente con verdaderos profesionales de la producción en audio y luces. Tal vez se ahorren unos cuantos pesos pero lo mejor es contar con mejores técnicos en ese aspecto.
He aquí un breve recuento de los espectáculos.

Iraida Noriega presentó un selecto repertorio de jazz y piezas de bolero arregladas para la ocasión, su maravillosa técnica de “scat” –técnica propia de Ella Fitzgerald- impresonó a propios y extraños. Un deleite para el oído, su voz y su Big Band. Sin embargo, el más esperado de la noche fue el “caifán mayor”, el maestro Oscar Chávez acompañado de Los Morales, interpretando sus temas clásicos.
Todo un paseo por la historia del pueblo Garífuna resultó la presentación del Ballet Nacional Folklórico Garífuna de Honduras, quienes fueron acompañados por el grupo Aisha con un excitante y frenético set de música percutiva. La combinación de voces y los ritmos de origen africano nos remontaron al siglo XVIII. Yukka ofreció un cuadro coreográfico cargado de erotismo y de música de cumbia en su estilo más puro, que fue del completo agrado de los asistentes. Para la segunda noche (domingo 12 de noviembre), dos escenarios simultáneos albergaron artistas de excelente calidad. La Orquesta de Marimbas y la Danzonera Aragón se presentaron en el Teatro Minerva, lugar de excelente acústica y adecuado para albergar todo tipo de conciertos.

La Danzonera Aragón dedicó una pieza musical al festival y los asistentes subieron al escenario a bailar. Mientras tanto y en el mismo, la banda Wamazo abría el escenario con un excelente concepto de percusiones.
La reina de la noche fue Astrid Hadad con su espectáculo cabaretero, irreverente, cargado de ironía y feminismo. Su producción estuvo adecuada con el concepto al que nos tiene acostumbrados y una banda de apoyo muy precisa y acoplados entre si, lo que habla de un trabajo musical depurado. Jorge Reyes no estaba programado para esa noche. Fue una presentación de último minuto que llevaba una propuesta interesante: danza prehispánica, poesía de Nezahualcóyotl leída por una excelente actriz (Arianne Pellicer), música electrónica y recreación de la música autóctona. Reyes también fue uno de los artistas esperados por el público que, debido a su participación anunciada para el sábado 11 de noviembre, muchos se quedaron esperando a que apareciera. Debido a lo precipitado de la presentación de Reyes, ésta dejó ver las deficiencias del personal técnico de audio; durante el desarrollo del espectáculo de Jorge Reyes era constantes las retroalimentaciones y zumbidos de los micrófonos, molestando a Arianne Pellicer más de una vez. Este fue el número que tuvo poca audiencia debido a lo tarde que empezó, pero también porque no estaba programada. Muchos se quedaron sin ver a Jorge Reyes, otros corrieron con suerte pues fueron avisados por medio de sus amigos.
Hasta entonces, el programa fue desconocido completamente por la ciudadanía: a alguien no se le ocurrió distribuir los calendarios con mucho tiempo de anticipación, olvidaron que no todos tienen acceso a Internet como para consultar las fechas en línea a través de la página. De modo que el día de la inauguración se repartió el calendario al público en general.
El primer evento cancelado, y que a mi consideración le habría dado una importante difusión a nivel nacional, fue la conferencia y mesa redonda de “Periodismo Cultural” (11 de noviembre) a cargo de periodistas nacionales como Víctor Roura (El Financiero), Humberto Mussachio (Nuevo Excelsior), Maria Elena Matadamas (El Universal) y Myriam Audifred (Nuevo Excelsior), y que estaba programada en la Sala de Rectores de la Universidad de Quintana Roo. Una persona de la UQROO esperaba a los periodistas en el aeropuerto y al ver que no llegaron, éste se puso en contacto con Víctor Roura quien se encontraba en el aeropuerto con el resto de los periodistas. El motivo por el cual no asistían al festival fue porque no le aseguraron su pasaje a uno de ellos –según contó Roura, vía telefónica con el contacto de la UQROO- y en solidaridad con su compañero, decidieron cancelar su participación, no sin antes quejarse de la mala organización por parte del personal del festival. No era la primera noche del Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía y ya comenzaban las malas noticias. No todo estuvo mal, muchas cosas estuvieron bien y en la segunda parte las abordaremos…

domingo, noviembre 19, 2006

“Camas con historia” del grupo de danza contemporánea “Contradanza” dirigidos por Cecilia Appleton








CHETUMAL.- La alcoba y la cama son esos espacios en los que el ser humano teje historias entre las sábanas –y sin ellas- o se encuentra a sí mismo dentro de un cosmos repleto de fantasías, temores y sueños húmedos. Así fue el montaje coreográfico “Camas con historia”, que el grupo de danza contemporánea “Contradanza” presentó en el Teatro Constituyentes del ’74 al mediodía, y en la Plaza Cívica por la noche.
La presentación en el Teatro Constituyentes fue la más atractiva y emotiva pues el juego de luces, la oscuridad de la sala y el silencio envolvente transporto al público hasta ese cosmos erótico y existencial que es la alcoba. Sobre una cama, seis personajes nos contaron distintas historias construidas sobre sensaciones, temores, fantasías y recuerdos de viajes oníricos. Cabe destacar la belleza de las bailarinas y los cuerpos estéticos de los bailarines que, en armonía con la música compuesta por artistas del circuito roquero –como Rocco, de la Maldita Vecindad- y bluesero ­–Betsy Pecanins-, y la perfección del cuerpo en movimiento, contaron en silencio las historias que muchos de los presentes nunca se han atrevido a contar. La versión interpretada al mediodía tuvo dos desnudos, parciales y totales, con muy buen gusto y estética artística, ad hoc con el concepto de la obra, y que sorprendió a los asistentes sin escandalizarlos.
En la Plaza Cívica se presentó la misma obra pero con las modificaciones propias para presentarla ante el público asistente. Esta resulto excelente aunque no con la esencia de la versión anterior.

viernes, noviembre 17, 2006

“La Torera, la cogida y la muerte” de Elia Domenzain encendió los ánimos en la séptima noche del Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía.








CHETUMAL.- Poesía, música y baile flamenco fueron los ingredientes del espectáculo “La Torera, la cogida y la muerte”, presentado la noche del jueves 16 de noviembre, dentro del Primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía. El espectáculo dirigido e interpretado por Elia Domenzain y un cuadro de bailaoras, actrices y músicos, está definido como un “espectáculo taurino sin toro, con poesía, guitarra, flamenco y sangre”.
Este montaje escénico es la versión teatral del poemario “Y ahora, soy yo la torera” de elia Domenzain, estructurada en tres tercios sobre la base de dieciséis poemas taurinos de esta poesía erótica, amorosa y romántica; y uno del “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca. Cada tercio incluye cuatro o cinco poemas, coreografía flamenca y un solo de guitarra.
A pesar del frío que envolvía la noche, el fuego de la fiesta brava encendió los ánimos del público asistente quienes vivieron intensamente cada verso interpretado por las actrices y bailaoras Lety Cosío y Ana Arenas. Mención especial para sus coreografías y el virtuosismo del guitarrista.

Fuego, gracia y erotismo en el espectáculo “¡Viva Flamenco!” de Leticia Cosio dentro del Primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía.








CHETUMAL.- Fuego, gracia y toda la energía del baile y cante flamenco fue lo que el público chetumaleño asistente al primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía. El miércoles 15 de noviembre se presentó el espectáculo “¡Viva Flamenco!” de la bailaora Leticia Cosio, en el Teatro Constituyentes del ’74.
El espectáculo “¡Viva flamenco!” está formado por bailaores, músicos y actores profesionales de gran talento y experiencia, egresados de las mejores escuelas de música, actuación y danza flamenca, tanto de México como de España y Estados Unidos.
Cada bailaora tuvo su participación solista, así como los guitarristas y la cantaora. Este fue un espectáculo que gustó mucho al público pues siempre atrapa la energía y el fuego del baile flamenco. El ensamble musical también contó con percusiones y el violín de Israel Torres. Una delicia para los sentidos pocas veces presenciado en Chetumal.

lunes, noviembre 13, 2006

Astrid Hadad y Jorge Reyes, presentes en el Primer Festival internacional de Arte, Chetumal Bahía.





CHETUMAL.- Danzón, show cabaretero y música prehispánica fueron los ingredientes de la tercera noche –domingo 12 de noviembre- del Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía. Desde las seis de la tarde comenzaron las actividades artísticas con una respuesta entusiasta por parte del público chetumaleño que rescató del letargo dominical a la ciudad. El Teatro minerva albergó a la orquesta de Marimbas de Quetzaltenango Guatemala quienes interpretaron un selecto repertorio de música popular y arreglos de piezas de compositores europeos como Jerónimo Jiménez y Rigoletto. También el mismo foro se presentó la Danzonera Aragón y la Nueva Generación de Danzón, un grupo de baile de danzón de Bacalar.
En el escenario principal de la Plaza Cívica se presentaron grandes figuras de la música mexicana. Astrid Hadad cantó para su gente con su espectáculo lleno de música mexicana e irreverencia, performance y humor, interpretando “La Tequilera, “La muerte chiquita” y “el calcetín”, entre otras piezas. Una delicia de show que encantó a los presentes. También estuvo el dueto Guardabarranco, interpretando música de trova. De último minuto –porque no estaba programado para esa noche- se presentó Jorge Reyes y un grupo de danzantes prehispánicos. Éste músico cuenta con una larga trayectoria dentro de la interpretación de música de estilo prehispánico, combinada con música electrónica. Para completar la participación, la actriz Arianne Pellicer leyó poemas complementados con una interpretación corporal, así como un pintor realizando su obra con el fondo musical de Jorge Reyes.

domingo, noviembre 12, 2006

Música y expresión Garífuna, cumbia colombiana y música electrónica dentro de la segunda jornada del FIA Chetumal







CHETUMAL, 11 de noviembre.- La segunda jornada del Primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía fluyó exitosamente en sus conciertos nocturnos. La plaza cívica se inundó de música Garifuna y cumbia colombiana en su estilo más puro, hasta música electrónica.
Desde Honduras llegó el Ballet Folklórico Nacional Garífuna y el grupo musical Garífuna Aisha, acompañando estos últimos al ballet folklórico. Ellos ofrecieron un recorrido por el pasado del pueblo Garífuna, descendientes de los primeros esclavos africanos asentados en la cuenca del caribe. Resultó excitante el ensamble de percusiones a cargo del grupo Aisha, quienes dieron realce a las coreografías presentadas por el Ballet nacional Folklórico Garífuna de Honduras. Indudablemente fueron los que se llevaron la noche.
Posteriormente el grupo de danza “Yuka”, integrado por bailarines mexicanos y músicos colombianos, ofrecieron una estampa de danzas africanas de las zonas del caribe y el pacífico. La música interpretada para acompañar a los bailarines consistió en piezas de la más pura cumbia colombiana y coreografías de carácter erótico, propias de la región africana de Colombia.
Para cerrar la velada, una propuesta vanguardista y que se presenta por primera vez en escenarios chetumaleños –puesto que no se ha visto nada igual en un festival de carácter caribeño- el grupo Alter Mutz, de México, transportó a la audiencia en un viaje a través de los paisajes submarinos y sonoros de la música electrónica. Esta agrupación de música electrónica se apoyó en proyecciones y animaciones, las cuales sirvieron como un fondo perfecto para la propuesto que estos jóvenes músicos mexicanos ofrecieron a la audiencia chetumaleña.

La primera noche del Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía






CHETUMAL.- La primera noche del Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía arrancó con una asistencia reducida. Sin embargo, los asistentes disfrutaron la participación de los artistas invitados para la noche inaugural. La soprano Afrodita interpretó un popurrí de canciones de Quintana Roo; Iraida Noriega deleitó al público con su propuesta jazzística acompañada de su Big Band. El maestro Oscar Chávez fue el plato fuerte de la noche, recibido con entusiasmo por el público chetumaleño, ofreció una serie de sones veracruzanos y sus temas clásicos como: “Hasta Siempre”, “Por ti” y “Macondo”. Andy Palacio de Belice prendió a los asistentes con su música punta rock en su estilo más puro, de raíces Garífunas.

sábado, noviembre 11, 2006

Inicia el Primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía


CHETUMAL, 10 de noviembre.- Con una hora de retraso y una asistencia aproximada de 500 personas, el Primer Festival Internacional de Arte Chetumal Bahía inicio la noche del viernes 10 de noviembre, en punto de las ocho de la noche. La inauguración programada para las 7 de la noche se retraso debido a que las autoridades llegaron con una hora de retraso. No obstante, en la ceremonia de inauguración se expusieron los motivos por los cuales el festival se realizaba.
Aunque se esperaba la asistencia masiva de público, no se cumplió con la meta. Hacia las siete de la noche, aún se realizaba la última prueba de sonido y no se habían colocado las sillas para el público.
Estuvieron presentes la Lic. Cora Amalia Castilla Madrid, presidenta municipal de Othón P. Blanco, el Lic. Félix Gonzáles Canto, gobernador del estado, Ernesto Martínez Cuellar, Director General del FIA Chetumal Bahía, y el cronista vitalicio de Chetumal, Prof. Ignacio Herrera Muñoz. La presidenta municipal señaló en su discurso que “con este festival pretendemos colocar a Chetumal como la capital cultural de Quintana Roo (…) a partir de hoy, Chetumal vibrará en seis escenarios, será un puente de arte y cultura mexicanos con la cultura de otros países.”
Durante el acto inaugural, se dio a conocer que varios artistas entregarían obras artísticas como regalo para Chetumal, éstos consisten en un mural de Rodrigo Siller titulado “Cuna del Mestizaje”; una pieza musical titulada “Ja Chetumal” del Grupo Ganja; un Danzón titulado “Chetumal Bahía” de Silverio fuentes, director de la Danzonera Aragón, entre otros.
El espectáculo de la noche comenzó con la participación de la soprano Afrodita –originaria de Chetumal- y el maestro roque Cervera, quienes interpretaron un popurrí de canciones dedicadas a Quintana Roo. Seguidamente, Iraida Noriega encendió los afectos apasionados con su propuesta de jazz, demostrando un virtuosismo vocal al puro estilo de Ella Fitzgerald.
La estrella de la noche –y esperado por todo el público asistente- fue el maestro Oscar Chávez, quien acompañado de Los Morales interpretó los temas clásicos de su repertorio como “Hasta siempre”, “Siempre me alcanza la danza”, “Por ti” y “Macondo”.
Para cerrar, Andy Palacio de Belice deleitó a la audiencia con interpretaciones de punta rock y demás piezas de ritmo garífuna, con instrumentaciones básicas.
Por otra parte, se comentó que la conferencia programada para el sábado 11 de noviembre de Periodismo Cultural, se suspendió por causas de fuerza mayor, aunque se comenta que la causa de la suspensión fue que los organizadores no pudieron cubrir los gastos de viaje del periodista Humberto Mussachio, esto a última hora, de modo que el resto de los periodistas invitados decidió no asistir. Ésta conferencia estaba programada para las 18 horas en el Auditorio Yuri Knórosov de la Universidad de Quintana Roo.