martes, octubre 04, 2011

Embarazos adolescentes, responsabilidad de mujeres y hombres


CHETUMAL.- El problema de los embarazos adolescentes es responsabilidad tanto de hombres como de mujeres, expresó la maestra en ciencias María Eugenia Salinas, catedrática de la Universidad de Quintana Roo quien ha realizado estudios de género desde el punto de vista antropológico. “Creo que uno de los fracasos de las políticas públicas consiste en solamente responsabilizar y culpabilizar a las niñas y a las mujeres. Considero que es una responsabilidad masculina y de la sociedad en general”, expresó María Eugenia Salinas al iniciar la ponencia “Embarazos adolescentes, responsabilidad ¿de quién?” en el marco del Diálogo contra el Embarazo Adolescente NO Planificado, celebrado en la División de Ciencias de la Salud de la Universidad de Quintana Roo.
 “Un asunto importante se refiere a los Derechos Humanos de las niñas y los niños y las mujeres, por ello empiezo citando la convención sobre los Derechos Humanos del niño, que establece que los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que deben disfrutar todas las personas menores de 18 años sin discriminación alguna. El derecho de los niños, niñas y adolescentes a la supervivencia, al desarrollo pleno, a la protección contra el abuso, el maltrato y la explotación. Otro elemento de esta convención sobre los derechos del niño es el derecho a la participación en la vida familiar, cultural y social; y también se encuentran todos estos derechos articulados de forma precisa y concreta en este instrumento jurídico. Es algo que no debiéramos olvidar como los derechos humanos de niñas y niños y adolescentes están estrechamente relacionados con esta problemática que hoy nos ocupa”, explicó María Eugenia Salinas al inicio de la ponencia.
A manera de introducción explicó que los adolescentes son las personas de entre 12 y 18 años de edad y conforman el 20 por ciento de la población de América Latina y el Caribe.
Destacó que México ha logrado reducir su población en 50 años durante la primera transición demográfica (La transición demográfica alude al paso de niveles de natalidad y mortalidad altos y sin control a niveles bajos y controlados), un índice relativamente bajo con respecto a Europa cuya reducción se dio en cien años.
“Esta transición demográfica e que las familias tenían 9 hijos, 5 hijos y de repente, hoy tenemos por familia 2.5 hijos, pues es la primera transición demográfica. Entonces se esperaba después de esto que se redujera también el embarazo de las mujeres y parejas jóvenes. Esto no ocurrió, no ha ocurrido en México y en la mayoría de los países de América Latina esto no ha ocurrido. Es a lo que se le llama la segunda transición demográfica, o sea ¿qué ha pasado como ha sucedido con el resto de los países del mundo, que no se ha rezurcido la fecundidad de las mujeres jóvenes?; bueno, también critico a la demografía porque sólo se ocupa de las mujeres. Yo no creo que las mujeres se embaracen solas; se embarazan porque también hay un joven, un niño o un caballero que las embaraza. Entonces, el embarazo no es sólo asunto de mujeres; es asunto también de hombres”, añadió.
En la relación entre fecundidad no deseada y privación en el ejercicio de los derechos, destaca particularmente la inequidad de género pues son las mujeres quienes viven y padecen con mayor fuerza las consecuencias del embarazo no deseado “sea porque los hombres adolescentes o no, tienden a eludir su responsabilidad, sea porque la responsabilidad de la prevención se imputa unilateralmente e injustamente a las mujeres; cuando los hombres deberían ser, al menos, igualmente activos en protegerse para no provocar embarazos no deseados.”
Resaltó que otro factor de embarazo adolescente no deseado tiene origen en la violencia sexual o en el aprovechamiento desleal muchas veces cometido por hombres adultos. “Esta es una problemática que se ha discutido pero ya es hora de empezar a hacer cosas más efectivas contra el abuso sexual en Quintana Roo de las niñas y los niños, y la explotación sexual de las niñas y los niños. Conocemos más la explotación sexual y el abuso de las niñas porque en ocasiones se embarazan. Pero los niños también son víctimas del abuso sexual”, puntualizó.
Refirió también a las prácticas discriminatorias a las que son sometidas las niñas embarazadas pues los directores de los planteles “las corren argumentando que son un mal ejemplo”
“El niñito, el caballero o el padrastro o el tío o el padrino que violó a la niña, eso no es mal ejemplo y no sufren ninguna consecuencia. Pero la niña embarazada en la escuela que llega con su barriga, eso es mal ejemplo. Eso se llama doble mal y está mal”, concluyó María Eugenia Salinas.

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