miércoles, octubre 26, 2011

De historias literarias y canciones pop trascendiendo al paso del tiempo (el caso de José Emilio Pacheco y Café Tacuba)


Pocas son las historias basadas en una obra literaria que son narradas en una canción dentro de la música popular mexicana, especialmente en el ámbito de la música alternativa. Pero tales obras no trascienden en el entendido de un académico encerrado entre cuatro paredes, sometiendo a las letras y a la música a una mera disección privada, “neta” destinada a ser revelada a unos cuantos elegidos. Es la fuerza con la que se inserta en nuestra memoria y en nuestro aprendizaje de la vida, de la cultura y el alimento del alma.
(Demos click al botón de play del reproductor de música y rememoremos ciertos párrafos de un libro…)
"Las batallas en el desierto" del novelista mexicano José Emilio Pacheco es el libro que inspiró la conocida canción "Las batallas" del grupo Café Tacuba. Estas dos obras no sólo tienen una historia en común pues el verso de un viejo bolero puertorriqueño es el enlace de la memoria y la nostalgia entre los personajes principales:

“Por alto que esté el cielo en el mundo, por hondo que sea el mar profundo, no habrá una barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti” (Obsesión, Pedro Torres)

Se da un caso interesante alrededor de estas dos creaciones, tomando en cuenta que México no es un país de grandes lectores pero sí de grandes cantantes y compositores musicales; la música y la palabra escrita están íntimamente ligados. El cómo “Las batallas en el desierto” se ha convertido en una obra clásica de la novela mexicana tiene diversas explicaciones pues su lectura es materia obligada en las escuelas preparatorias del centro del país y de las hoy extintas materias de literatura en las escuelas locales.
La primera vez que uno escucha “Las batallas” experimentamos una sensación extraña respecto a la historia: “Oye Carlos, ¿por qué tuviste que salirte de la escuela esta mañana?; oye Carlos ¿por qué tuviste que decirle que la amabas a Mariana?”. Escuchamos al cantante con aire melancólico, preocupado, casi con dolor, dialogando con el protagonista de la historia. No es un bolero ni tampoco una canción electropop porque en la instrumentación predominan las guitarras acústicas, en estilo de los tríos de bolero, la melódica que imprime la sombra de nostalgia por un amor no correspondido que marca el momento decisivo en quien deja de ser un niño para ver al mundo con otros ojos.
Ignorantes de la respuesta, en el universo las cosas no suceden por casualidad mientras exista un lector omnívoro, y así descubrimos que Carlos es el personaje principal de “Las batallas en el desierto” y Mariana es el primer amor de un niño que vive, no sólo los cambios propios del ser humano, también vive el cambio del México rural a un México moderno durante los últimos años de la década de 1940, en la época del presidente Miguel Alemán Valdez.
Contada en primera persona, Carlos adulto, la novela narra los problemas políticos, sociales y económicos que vivió de niño en la colonia Roma junto con su familia tradicionalista y conservadora en la colonia Roma. El nombre de la obra tiene origen en un juego que Carlos y sus compañeros de escuela jugaban en el patio de la misma, en un terreno rojo como ladrillo, en el que participaban niños árabes, judíos, un japonés, un “niño gringo” y niños de la colonia Doctores.
Las batallas en el desierto” fue publicada en 1981 y actualmente se publicó una edición conmemorativa con fotografías de Nacho Valdez. José Emilio Pacheco autorizó la primera adaptación teatral de la novela y su consecuente puesta en escena, cuya dramaturgia realizó Verónica Maldonado mientras que el montaje fue dirigido por Ghalí Martínez. La versión teatral se estrenó el 25 de marzo de 2011, en el Foro Antonio López Mancera, del Centro Nacional de las Artes.
Las batallas” fue publicada por Café Tacuba en su primer disco homónimo, en un lejano verano de 1992. Este disco marcó una nueva etapa en la música popular mexicana pues incorporaba sonidos indígenas y mestizos en la mayor parte de las canciones, sello que después de 20 años ha desaparecido gradualmente hasta evolucionar en obras de carácter “vanguardista”. Actualmente la música de Café Tacuba es escuchada por personas de 15 a 45 años, incluyendo a los padres de los “jóvenes del error de diciembre”.
Las batallas en el desierto” ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, ruso, japonés y griego desde su publicación y se ha editado en otros países hispanos. Dos obras que trascienden a pesar de los constantes cambios en nuestro país, tal y como los vive Carlos en su historia.

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