Han pasado 14 años del levantamiento aquél y la pregunta asalta, es inevitable: ¿Hacia dónde se dirige el neo zapatismo? La figura del subcomandante Marcos ya no figura en las primeras planas y sus palabras ya no se publican como en el principio, producto de su ruptura con la "izquierda" mexicana, los intelectuales del país y los medios de comunicación. Recuerdo aquel momento, al mediodía, cuando en la casa de mis padres mirábamos las noticias del día. Las imágenes de un grupo de encapuchados enfrentándose a tiros. También rememoro aquellos días de la universidad, en 1994, cuando los compañeros apoyaban a los denominados Ejército Zapatista de Liberación Nacional.Hagamos un recuento.
1.- La defensa de derechos colectivos e individuales negados históricamente a los pueblos indígenas mexicanos.
2.- La construcción de un nuevo modelo de nación que incluya a la democracia, la libertad y la justicia como principios fundamentales de una nueva forma de hacer política.
3.-El tejido de una red de resistencias y rebeldías altermundistas en nombre de la humanidad y contra el neoliberalismo.
Después de catorce años del levantamiento armado, el 1º de enero de 1994, el EZLN ha sobrevivido a dos sexenios y contando (con el actual) en los que se ha visto como portavoz de los "sin voz", apoyados por simpatizantes italianos, la clase intelectual, estudiantes universitarios, "izquierdistas" y uniones populares. Antes, Marcos y el EZLN eran las estrellas en el circo mediático; ahora, su popularidad ha ido a la baja a raíz de sus pleitos con grupos intelectuales progresistas y de un distanciamiento con el diario La Jornada, que durante muchos años fue el altavoz para la causa zapatista. Por un tiempo, el EZLN significó el espíritu de la lucha revolucionaria, que las cosas podían modificarse para el beneficio de todos –especialmente, los indígenas- y nos hizo creer que en México aún se podía "hacer la revolución". ¿Qué va a pasar con el zapatismo? Tal vez haya lugar para una radicalización del movimiento, pero no será sino hasta el verano de 2008 cuando se dé a conocer una nueva fase de acción. "Ya sabemos quienes somos y por qué queremos luchar, ahora tenemos que preguntarnos cómo lo vamos a hacer, con una estructura tipo movimiento, frente, o así como estamos, y ver quién está dispuesto a luchar por eso", respondió a la reportera de la publicación Gatopardo, en noviembre de 2007.
Mientras tanto, los acuerdos de San Andrés Larrainzar serán incluidos en la Constitución Política de Quintana Roo, luego de que las comisiones unidas de Puntos Legislativos, Constitucionales, Justicia, Asuntos Indígenas y de Derechos Humanos aprobaran el dictamen para reformar la Constitución local en donde se reconocen los derechos sociales, económicos y culturales de las comunidades y pueblos indígenas asentados en el Estado, y los faculta incluso para su libre determinación y autonomía, así como para adquirir, operar y administrar sus propios medios de comunicación. Se trata de una iniciativa de decreto presentada por el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional que encabeza el diputado Efraín Villanueva Arcos y mediante la cual se plantea rescatar las principales demandas establecidas en los acuerdos de San Andrés Larrainzar, Chiapas, y que fueron producto del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pero que no fueron totalmente incluidos en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
Queda esperar al verano de 2008 para conocer las nuevas acciones del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y queda también comprobar si las luchas revolucionarias sobreviven al nuevo modo de vida y las nuevas generaciones, tan imbuidas en el consumo y la egolatría; queda esperar a ver si México decide tomar el rumbo del cambio social en los albores del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.
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