jueves, marzo 31, 2011

La chispa primordial y la impotencia ante la inercia

Galería de fotografías del Ballet Nacional de Cuba
CHETUMAL.- Emocionados hasta el tuétano y con ganas de más, la noche del domingo 27 de marzo los chetumaleños nos retiramos de la Explanada de la Bandera –otrora escenario de muchos momentos en la vida de un pueblo- con ganas de más. En efecto, el Ballet Nacional de Cuba, con su interpretación de “El lago de los cisnes” llenó las expectativas de los que disfrutamos obras escénicas de calidad.
No me extenderé a la carrera y los triunfos de los artistas cubanos y su directora, Alicia Alonso. Hay cientos de páginas dedicadas a su trayectoria en dónde ustedes, estimados lectores, pueden consultar.
El ballet llegó, nos llevó por paraísos internos en donde no hay cabida para emociones negativas y nos dejó con emociones encontradas que abarcan desde el deseo hasta la impotencia.
¿Cuantas niñas salieron con el sueño de ser bailarinas de ballet? Muchas. Tal vez un niño desea lo mismo (actividad criticada por una sociedad chetumaleña machista hasta las cachas) y más adelante llevará a cabo su deseo. Lo que no le han dicho es que para alcanzar el nivel de esos artistas hay que salir de este lugar.
Y el deseo finalmente se queda flotando en el aire. Esa es la chispa primordial en la vida de un niño que tiene sueños, que busca su lugar en el mundo como quien busca su propia identidad. Es tarea de los padres la orientación en estos terrenos.
Chetumal es y seguirá siendo, hasta el final de los tiempos, la capital del estado. Una ciudad llena de edificios de gobierno. Montones de edificios que en sus fachadas y diseños no obedece a una estética sino a la mera satisfacción de dar una imagen urbana, almacenando montones de papeles e individuos que trabajan con un horario corrido, desde la mañana hasta la tarde, sin mayor estímulo que recibir su dinero al final de quincena y beber como cosaco cada fin de semana. El mismo ritual repiten los más jóvenes; despertar muy temprano por la mañana para asistir a la escuela, cubriendo un horario de clases en los que no aprende nada y se llena de información errónea, o en el peor de los casos, recibe las burlas de maestros y compañeros al demostrar que tiene capacidades diferentes (talento artístico, genialidad científica) y no lo bajarán de “maricón”, “teto” y “nerd”. Así se acaba el brillo de la chispa primordial.
Que nuestra ciudad reciba espectáculos como el del Ballet Nacional de Cuba no es cosa de todos los días pero tampoco refleja un estado de bonanza cultural, ni mucho menos significa que a la mayoría de los chetumaleños les gustan las bellas artes.
Que los niños tengan muchos sueños de vida es natural, cosa que los adultos no debemos cortar de raíz sino ayudarles a desarrollar el talento, en el área que elijan así sean las artes, las ciencias o la búsqueda espiritual. Es terrible el nivel de educación que reciben en las escuelas públicas y privadas que nuestros niños no serán humanos capaces de analizar la realidad en la que viven, y sin educación artística básica será difícil inculcar valores humanos en ellos. Por esa razón un NINI representa la carne de cañón ideal para gobernantes ignorantes y al crimen organizado.
Hay mucha tarea pendiente en esta ciudad y tan pocos espacios dedicados al desarrollo de las aptitudes artísticas y científicas.
El espíritu trasciende, más no el aparato burocrático.

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