lunes, diciembre 05, 2011

La lengua española goza de buena salud: Raúl Aristides Pérez Aguilar


CHETUMAL.- Desde el 24 de noviembre reciente, el escritor y lingüista chetumaleño Raúl Arístides Pérez Aguilar es nuevo miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, institución cultural a la que han pertenecido muchas de las más ilustres figuras de las letras mexicanas, tanto filólogos y gramáticos como filósofos y ensayistas, poetas y novelistas, historiadores y otros humanistas.
El nombramiento fue dado a conocer el jueves 24 de noviembre durante la sesión plenaria de la Academia, mientras que el doctor Martín Ramos, profesor investigador de la Universidad de Quintana Roo, dio a conocer la noticia a través de las redes sociales en esta entidad.
Raúl Pérez Aguilar es el primer chetumaleño en ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua. Nació en Chetumal, Quintana Roo en 1958. Hizo estudios en lengua y literatura hispánicas, es maestro en letras y doctor en Lingüística Hispánica. De 1999 a 2000 cumplió una fecunda estancia como investigador en la Universidad de Sonora, en el Departamento de Letras y Lingüística.
En el área de la docencia se ha desempeñado como profesor en la Universidad de Quintana Roo, en el Heroico Colegio Militar, en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Tecnológica de México y en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM. Su obra como investigador considera los títulos siguientes: La temporalidad narrativa en El luto humano de José Revueltas (1994), Léxico y extratexto III (1995), La huida a Egipto (Anónimo del siglo XV) (1996), El léxico de los pescadores chetumaleños: ictionimia (1997), El triángulo invertido. Análisis de la obra narrativa de Emilio Carballido (1999), Vitalidad y significación sociolingüística de los mayismos en el español de Chetumal (2000), Léxico de los chicleros en Chetumal (2002), Estudios de Lingüística y Literatura (2001), El habla de Chetumal. Fonética, gramática, léxico indígena y chiclero (2002), Índice de nahuatlismos en el español de la frontera mexicana con Belice (2006). Estrategias para redactar (2006) y El habla de Quintana Roo. Materiales para su estudio (2011). Entre su obra de creación se encuentra la novela Nómadas del sur (2008), cuentos como El hombre de lata (2004), ¡Ay, Genaro! (2003), Ya valió Berta (2005), así como diversos poemas.

Entrevistamos vía telefónica al escritor y lingüista para conocer detalles y opiniones respecto a su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua y sobre la situación actual de la lengua española.

--¿Cómo recibe la noticia de su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua?
--Mira, la recibo sorpresivamente por el tiempo tan bree que hubo de esta propuesta que me hicieron en septiembre a noviembre; y obviamente de muy buen talante, con sorpresa pero con mucha energía y con mucha felicidad, en pocas palabras.

--¿Cómo surge la propuesta de ingreso? ¿En qué condiciones se dio?
--En una charla que tuvieron el secretario de la Academia, don Gonzalo Celorio, con el escritor Hernán Lara Zavala, que es gran amigo mío, hablaron. Creo que hablaron algo sobre la lengua o algo por el estilo y Hernán (Lara Zavala) le propone a Gonzalo (Celorio) mi nombre. Dijo Gonzalo que en ese entonces no tenían un representante de Quintana Roo en la Academia y la recibió (la propuesta) de muy buena gana. Entre otras cosas fue mi profesor en la Facultad de Filosofía y Letras hace 30 años aproximadamente, en el 81 u 82. Luego de varias llamadas me dijo que en efecto, que la propuesta ya estaba sobre la mesa y que su asistente se comunicaría conmigo. Se comunicaron conmigo, envié mi currículum y éste se va a la Real Academia de Lengua Española en Madrid, en donde supongo que lo aprobaron. Finalmente se baja a la Academia y de ahí viene este nombramiento. Eso es grosso modo la breve historia de esta propuesta.

--¿Qué requisitos hay que cumplir para ingresar a la Academia?
--Tener un trabajo destacado, un trabajo dentro de los terrenos de la investigación de la lengua, española específicamente. Yo no creo que hubiera sido seleccionado si me hubiera dedicado al estudio de lenguas indígenas, porque no es mi área. Tener varios trabajos publicados, tener cierta edad y obviamente tener el reconocimiento de alguna institución importante a nivel nacional, en este caso el Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT; y si bien si eso falla obviamente con una producción vasta y valiosa en la que se involucren no solamente los temas lingüísticos, sino también el de creación literaria.

--Como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, ¿cuáles son las tareas a realizar?
--De entrada, según tus propios intereses de la subdisciplina en la que estés trabajando o en la que te sientas más a gusto, te nombran miembro de alguna comisión. Hay varias comisiones, está la comisión de sintaxis, la comisión de gramática histórica, la comisión de estudios fonéticos y estudios lexicográficos. Y yo, específicamente, es mi pretensión todavía hablar con la doctora Concepción Company Company, que es la coordinadora de la comisión de lexicografía, que acaba de sacar el Diccionario de Mexicanismos, que obtuvo un premio hace algunos meses.

--Por otro lado ¿en qué situación se encuentra la lengua española frente a la apertura global en el mundo?
--¡Tiene muy buena salud! Nuestro español está cada día más saludable, cada día lo habla más gente en el mundo. Te comento que, por ejemplo, en la Asociación Internacional de Hispanistas hay una asociación de hispanistas en Noruega, en Japón, Nueva Zelanda, donde se enseña Español como segunda lengua, ¿por qué? Porque el Español, en cuestión de número de hablantes, hasta ahora entre la segunda y la tercera lengua más hablada en el mundo. Esta lengua nacida en un pequeño condado de Castilla ha dado extraordinarios frutos, extraordinarias obras literarias, hombres y mujeres que han dedicado realmente su vida a enaltecerla con su sello personal y característico, sean de América, sean de España o del algún otro lugar en el mundo. Yo creo que tiene una salud extraordinaria ¡y pinta para más! Nuestra lengua va para adelante, desplazando obviamente, como se da en este terreno, o arrinconando, es una palabra que no me gusta, a otras lenguas de menor prestigio, no porque sean inferiores, sino porque tienen un menor número de hablantes, a eso me refiero.

--Entonces ¿podemos hablar de que la lengua española se adapta a los tiempos y a su vez, nutre a otras lenguas?
--Así es. En efecto, hay muchos préstamos que han pasado a otras lenguas importantes que hoy día se emplean en grandes partes del mundo. El español es una lengua rica, ha tenido sus avatares pero siempre ha ido para adelante. Cuando empieza nuestra lengua es una lengua, un sistema muy incipiente con muchas variedades, con una inestabilidad muy grande que luego, poco a poco al paso del tiempo se va asentando y se van creando nuevos modelos de habla surgidos de la espontaneidad del pueblo en general hasta que obviamente llega alguien por allá que se le ocurre formar una academia de la lengua española en el siglo XVIII, y va a ser precisamente esta academia normativa que va a dar los puntos y las bases tanto para la ortografía como para la gramática básicamente, no para la pronunciación.

Entre las distinciones que Raúl Arístides Pérez Aguilar ha recibido resalta la mención de honor del Premio Latinoamericano de Primera Novela “Sergio Galindo” (2007), la medalla “Gabino Barreda” al mérito universitario que otorga la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (1997), el nombramiento de investigador nacional del Sistema Nacional de Investigadores, en varias ocasiones (2001-2012), entre otras distinciones.
La Academia Mexicana de la Lengua es una institución cultural fundada por la Real Academia Española el 11 de septiembre de 1875, en la Ciudad de México, con la finalidad de cuidar la pureza de la lengua española. A ella han pertenecido muchas de las más ilustres figuras de las letras mexicanas, tanto filólogos y gramáticos como filósofos y ensayistas, poetas y novelistas, historiadores y otros humanistas.
Esta institución organizó el I Congreso de Academias de la Lengua Española, que se celebró en la ciudad de México en abril de 1951 y del que surgió, a través de su Comisión Permanente, la Asociación de Academias de la Lengua Española, confirmada durante el II Congreso, celebrado en Madrid cinco años después.
De acuerdo con lo establecido en sus estatutos, aprobados en sesión plenaria del 2 de diciembre de 1931, y según lo dispuesto en la escritura de constitución como asociación civil, de 1952, los fines de la Academia son los siguientes:
--Velar por la conservación, la pureza y el perfeccionamiento de la lengua española.
--Mantener una constante comunicación de carácter científico o literario con las academias e instituciones similares.
--Formar y acrecentar su biblioteca, especialmente con aquellas obras científicas o literarias que mejor favorezcan el cumplimiento de los propósitos de la academia.
--Fomentar y propagar el estudio de la lengua española mediante sesiones periódicas privadas; sesiones y conferencias públicas; congresos y cualesquiera otros actos propios de su instituto, pudiendo enviar delegados de su seno para llenar estos fines.
--Resolver las consultas que le hagan las autoridades o los particulares.
--Promover ante las autoridades o ante instituciones o individuos particulares todo aquello que favorezca la conservación, la pureza y el perfeccionamiento de la lengua española.
En cumplimiento de sus objetivos, la Academia realiza de forma permanente estudios y actividades relacionados con las materias de su competencia, tanto en forma plenaria como a través de sus respectivas comisiones especializadas. De sus estudios dan cuenta sus diversas publicaciones.

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