domingo, octubre 26, 2008

De cannabis, legalización, doble moral, y otros viajes…


María teje con sus manos, cataratas infinitas de razón, aclara la tenue visión, simplifica el dolor del corazón”. Las manos de María, la loca. La gusana ciega.

México, país de contrastes y heridas abiertas de un doloroso pasado, bendecido por la gracia de una virgen inventada con fines de lucro y movida en su espíritu colectivo por el fantasma de la doble moral. Es aquí donde se discuten las más absurdas noticias generadas por una suerte de “clowns” y paladines mediáticos, la desnudez humana se traduce en la palpable vergüenza a desprenderse de las vestiduras, y los nombres comunes se convierten en eufemismos políticamente correctos. Dentro de este panorama –parcialmente descrito- se ha vuelto a la discusión sobre el tema de la legalización de la marihuana en la Ciudad de México. No podemos mantenernos ajenos a lo que ocurre en el centro del país, las decisiones que allá se tomen tienen consecuencias similares al efecto dominó.

El tema de la despenalización de la marihuana -o de cualquier otra droga sintética y hasta el aborto- genera entre la gente opiniones divididas y hasta silencios incómodos u obligados. Por un principio hay que definir lo que es una droga, si bien el hecho de escuchar esta palabra nos remite a las imágenes de crimen, decapitados, personas en la total destrucción de su integridad física y mental, el concepto no se reduce únicamente a la decadencia. Una droga, fármaco o medicamento es cualquier sustancia con capacidad de alterar un proceso biológico o químico en un organismo vivo con un propósito no nutricional. Son ejemplos de sus innumerables usos, el alterar intencionalmente la conciencia, caso en el que se denomina mejor como sustancia psicoactiva; combatir una enfermedad, aumentar la resistencia física o modificar la respuesta inmunológica.

Popularmente, el término droga suele utilizarse preferentemente para referirse a las de uso ilegal y que producen psicoactividad. Para las de uso médico es más común el término fármaco, medicamento, droga medicinal o simplemente remedio.

No haré una explicación extensa acerca del THC ni de las clases de cannabis existentes en el mundo; hay mucha información interesante, con sustento científico y objetivo en la red y en la literatura impresa.

¿Por qué despenalizar la marihuana? Se dice que con la despenalización se acabaría con la violencia del crimen organizado en nuestro país y que ha cobrado cientos de víctimas, pero lo que nadie se ha puesto a pensar seriamente es que aunque se acabe la violencia, a nadie en alguna de las altas esferas del poder le conviene que la planta se despenalice.

Lo prohibido siempre atrae al ser humano, disfrutar del “objeto prohibido” le hace sentir diferente de los demás. Sin embargo, y de acuerdo a los estudios realizados desde la década de los 60, la marihuana es clasificada como una droga blanda, que no crea dependencia física ni produce graves consecuencias en el período de abstinencia. No obstante –y como ocurre con todo en esta vida- los excesos tienen consecuencias, de manera que quien consume tal producto vegetal es responsable de sus actos.

Responsabilidad y mesura. Los mexicanos hemos sido tratados como tarados a lo largo de nuestra historia, los medios nos avientan información en exceso o a medias; la manipulación psicológica viene de la pantalla televisiva por cortesía de los dos monstruos corporativos. Con tanto programa estupidizante (sea “lacrademia”, el Big Brother, y demás programas de concursos donde un mortal baila con una “celebridad”) la población nacional vive en la más espantosa de las adicciones: como consecuencia el ciudadano mexicano es incapaz de analizar y criticar cualquier tema o situación de actualidad. Es por eso que los legisladores dicen que México “no está preparado” para tales decisiones. Algunos “líderes de opinión” se fueron al extremo: “si legalizan la marihuana pues entonces que se legalice la prostitución infantil, la trata de blancas” y una serie de ideas que no sólo demuestran la falta de tolerancia hacia un hábito personal y privado (¿acaso es una aberración el que existan personas que tienen el hábito de fumar cannabis pero una persona que bebe cantidades groseras de cerveza o whisky tiene status respetable?) sino también la falta de información y la excesiva intolerancia que recorre su ser (por ejemplo, una feminista puede convertirse en una fascista en cuestión de milésimas de segundo).

La despenalización, considero, no busca llevar a la perdición a la juventud ni mucho menos a la destrucción de la raza humana (sólo recuerden los desmanes que se cometen bajo el influjo del alcohol y es una droga permitida que deja jugosos dividendos a las  compañías productoras y vendedores), sino que la libertad de poseer cierta cantidad de un estimulante no sea un pretexto para llenar las cárceles con consumidores, mientras que los “peces gordos” transitan por el país con total libertad.

Como dije al principio, México se mueve al compás del canto de la doble moral: mientras que una bola de legisladores gastan cantidades groseras de dinero en un “table dance” o los sacerdotes sodomizan a cientos de niños en las sacristías, son los primeros en vetar la iniciativa de despenalización. Los hábitos personales son personales y privados y es un acto de intolerancia estigmatizar a quien ejerce su libre albedrío.

Tolerancia es lo que prevalece en países como Holanda donde la marihuana no está penalizada y hay cafeterías especializadas en los productos derivados del cannabis. Se dice que en una coffee shop holandesa (no todas las cafeterías en Ámsterdam ofrecen cannabis) en la entrada hay señales y si es una cafetería dedicada a la venta y consumo de cannabis no se permite la entrada a menores de 18 años. El ambiente que prevalece en esos sitios es contrastante a lo que se ve, por ejemplo, en un giro negro, ya que en los coffee shops hay literatura, música para todos los gustos, espacios lúdicos y venta de comida y bebidas energizantes, café, té, pero NUNCA VENDEN ALCOHOL a los clientes. Y precisamente tolerancia es lo que falta en México: niños nice contra emos, clasemedieros contra nacos, católicos contra cristianos protestantes o comunistas o ateos, feministas contra todos, panistas contra todos, perredistas contra todos, conservadores contra homosexuales, y así un largo etcétera.

Hay que hacer a un lado la histeria colectiva (esa que hace que la gente reacciones de manera irracional), analizar la propuesta con foros, mesas redondas, informarse con literatura científica, médica y de contenido sociológico. Tolerancia y mesura.

Si el alcohol y el tabaco se venden en cantidades industriales y son drogas permitidas, hay gente que no le gusta beber ni fumar; simplemente el que elige hacerlo ejerce su libre albedrío. Ahora que la cantidad depende de quien consume (alcohol, comida, programas de televisión, tabaco, marihuana, lo que sea). Pero antes de estigmatizar a algo o alguien, hay que informarse. Repito, tolerancia y mesura.

La pregunta queda abierta (¿conviene legalizar la marihuana?), no tengo la verdad absoluta sino la relativa y la que muta con el paso de los años, todas las preguntas tienen respuestas si se plantean de manera correcta. Los hábitos, repito, son personales y privados. 

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

MARIHUANA O HACHÍS.

CALIFORNIA VS. CATALUÑA.



Rafael del Barco Carreras



18-08-09. Cuando leo artículos como el de EL CONFIDENCIAL de f. 15-08-09 se me ocurre que en lugar de CALIFORNIA podría leerse CATALUÑA, pero mi hipócrita país no admite verdades tan contundentes. El HACHÍS, prensada resina o polen de cannabis, con o sin la hoja, marihuana, para la sociedad barcelonesa es un producto “marginal” a ignorar.

FUMAR HIERBA PUEDE SALVAR A CALIFORNIA DE LA BANCARROTA, reza el título.

Está claro que más allá de recalcitrantes sembrando en terrazas y macetas, aquí no se produce, pero que CATALUÑA es el eje central, consumidor, gran mayorista y almacén, entre MARRUECOS (su producto estrella, la mitad de la producción mundial, con CASI UN MILLÓN de ocupados y cobertura de su deficientísima balanza exterior), el Sur Español y EUROPA, no me cabe la menor duda. ¿Cabe mejor justificación para la DELEGACIÓN, OFICINA DE REPRESENTACIÓN O EMBAJADA DE CATALUÑA EN MARRUECOS que toda la parafernalia secreta, inconfesable y de cobertura que conlleva el tráfico?

Conocí en La Modelo por los 80 desde viejos legionarios a traficantes. O en Gerona por los 90, con cueva, raíles y furgonetas para el desembarco en Lloret. Y ya en los 2000, quienes amparados por “coroneles” de la Guardia Civil, obviando las peligrosas costas andaluzas, directos al litoral catalán. Mínimo miles de kilos. Buques nodriza. Cientos de casos. Compartí celda o patio desde con el "cojo", llenando su pierna ortopédica, y recorriendo Europa en moto, hasta el carnicero con 1000 kilos en la trastienda. Sin olvidarme del camionero que juraba le detuvieron en el peligroso peaje de Martorell con más quilos de los citados en el sumario.

Pero no solo en La Modelo, Brians o Gerona… el movimiento legalizador y terapéutico californiano tiene aquí el mismo predicamento, y no seré yo que quite y ponga razón, cuando de ordenanza (repartiendo comida) en la enfermería de BRIANS observé la placidez de los terminales de SIDA. ¡Y cuidado, no fumo ni tabaco!

Mi contable mentalidad sumaba precios iniciales en KETAMA o por el Rif, en Barcelona, o ya en Lyon, París, Milán o Hamburgo, deduciendo que la pequeña de las drogas formaba parte de las “industrias” clave de mi Ciudad… y sumada a la COCAINA Y HEROÍNA (leer ¡si pueden y la CENSURA lo permite! en www.lagrancorrupcion.com “OP.TACOS” Y “COCAÍNA Y BCN”) sobrepasarían la del automóvil, sin alcanzar a la CONSTRUCCIÓN, quizá superada tras el estallido de la BURBUJA, y generando por sus márgenes y liquidez un gran efecto multiplicador. A tenor de los más de 5.000 presos en Cataluña (y las decenas de miles por la gran rotación de las pequeñas condenas por hachís) no es disparatado pensar que la nómina del inexistente epígrafe fiscal “drogas ilegales al menor y mayor” sobrepase los 50.000 individuos directos y varios cientos de miles mezclados consumidores y pequeños camellos. Una nómina muy especializada para que ningún turista se vaya sin la oportunidad del consumo y “recuerdo”, además de alcanzar cualquier rincón de EUROPA, incluidos colegios.

Como anillo al dedo el mail recibido hace un par de días referente a la Corrupción en Cataluña…

¿No será que Cataluña ya la tienen casi completamente controlada, los corruptos políticos, cada uno con su parcela de poder? Y desde España no se puede hacer nada contra este Paraíso de la Corrupción, con buenas relaciones con las mafias que lavan su dinero…

He de advertir que ni Marruecos, ni productores y traficantes, exceptuando los que cumplen condena, son partidarios de la legalización… se acabaría el gran negocio. Coinciden con todos los gobiernos, tan dados a prohibir… y rentabilizar prohibiciones. Y retorciendo el sentido del artículo sobre CALIFORNIA es probable que en Barcelona, sin legalizar, la DROGA, por desgracia, contribuya en un no valorado pero enorme porcentaje a PALIAR LA CRISIS. Clicar en “trafico de drogas en Barcelona” o “consumo de drogas en Barcelona”.

Ver en www.lagrancorrupcion.blogspot.com