CHETUMAL.- A simple vista el mar de la bahía de Chetumal parece no representar un peligro para los bañistas que suelen visitar la playa artificial de Dos Mulas. Sin embargo la irresponsabilidad de los ciudadanos, sus hábitos de higiene y la falta de civilidad le empujan a cometer la contaminación y destrucción del entorno sin pensar en las consecuencias tanto para humanos o especies naturales que habitan en la costa.
Durante las primeras horas de la mañana
la bahía de Chetumal toma un aspecto diferente, dependiendo de la marea, las
condiciones climáticas y la forma diferente en que los rayos del sol caen sobre
las aguas. Lo cotidiano durante la mañana es ve a ciudadanos realizando
ejercicio a pie o en bicicleta o personas practicando la pesca.
Tal vez por tratarse de un área que para
muchos resulta desagradable detenerse a observar u oler, la bahía de Chetumal
no ha recibido la atención debida por parte de los ciudadanos, en sentido de la
conservación ambiental y el respeto a las especies naturales que llegan a
habitar, dependiendo de la estación del año.
La orilla de la costa sigue llenándose
de basura cada fin de semana mientras que se siguen descargando aguas
residuales en diversos puntos.
Amén de los avistamientos de manatíes a
la orilla de la costa de la bahía de Chetumal, también es posible avistar aves
acuáticas y aves migratorias. Cuatro especies migratorias que se distribuyen en
la región de la bahía de Chetumal se encuentran en alguna categoría de riesgo
según la NOM; tres Falconiformes: Ictninea plumbea, Elaniodes forficatus y
Falco peregrinus; y un Passeriforme: Limnothlypis swainsonii. El resto de las
especies de aves con alguna categoría de riesgo son residentes, lo que podría
indicar que la región de la Bahía es importante para conservar especies,
poblaciones y comunidades de aves residentes (fuente.- El Colegio de la
Frontera Sur).
Las aves acuáticas que se pueden ver a
lo largo del año son pelícanos y cigüeñas, cuyos ejemplares pueden observarse
entre el mangle y demás árboles a lo largo de la costa.
Para el paseante local y el turista
visitante resulta todo un espectáculo, especialmente a finales de año cuando la
población de aves migratorias es variada.
Sin embargo el daño a la bahía de
Chetumal continúa y en este sentido urge la participación activa de la
ciudadanía y asociaciones civiles en educar a la población en el respeto hacia
las especies protegidas pues, no falta el individuo que propone lanzar comida o
piedras a los manatíes que nadan cerca de la Fuente del Pescador. Tampoco hace
falta una observación profunda para percatarse que las aguas están cubiertas de
grasa.
La playa artificial de Dos Mulas es el
lugar recreativo favorito de las clases populares de Chetumal, aunque esta zona
continúa erosionándose. La basura es una constante y en los manglares aledaños
se observan restos de bolsas de plástico enredados entre las ramas del manglar.
Botellas y taparoscas de plástico, corcholata y muchos restos de vidrio.
Parece que la bahía de Chetumal es ignorada no sólo
por su apariencia –producto del daño ecológico provocado por los asentamientos
humanos- sino también por la riqueza natural que la conforma. Cada vez es más
recurrente encontrar botellas de plástico en el fondo que peces o aves
acuáticas.
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