jueves, octubre 06, 2011

Mucha basura y pocas aves acuáticas en la bahía de Chetumal


CHETUMAL.- A simple vista el mar de la bahía de Chetumal parece no representar un peligro para los bañistas que suelen visitar la playa artificial de Dos Mulas. Sin embargo la irresponsabilidad de los ciudadanos, sus hábitos de higiene y la falta de civilidad le empujan a cometer la contaminación y destrucción del entorno sin pensar en las consecuencias tanto para humanos o especies naturales que habitan en la costa.
Durante las primeras horas de la mañana la bahía de Chetumal toma un aspecto diferente, dependiendo de la marea, las condiciones climáticas y la forma diferente en que los rayos del sol caen sobre las aguas. Lo cotidiano durante la mañana es ve a ciudadanos realizando ejercicio a pie o en bicicleta o personas practicando la pesca.
Tal vez por tratarse de un área que para muchos resulta desagradable detenerse a observar u oler, la bahía de Chetumal no ha recibido la atención debida por parte de los ciudadanos, en sentido de la conservación ambiental y el respeto a las especies naturales que llegan a habitar, dependiendo de la estación del año.
La orilla de la costa sigue llenándose de basura cada fin de semana mientras que se siguen descargando aguas residuales en diversos puntos.
Amén de los avistamientos de manatíes a la orilla de la costa de la bahía de Chetumal, también es posible avistar aves acuáticas y aves migratorias. Cuatro especies migratorias que se distribuyen en la región de la bahía de Chetumal se encuentran en alguna categoría de riesgo según la NOM; tres Falconiformes: Ictninea plumbea, Elaniodes forficatus y Falco peregrinus; y un Passeriforme: Limnothlypis swainsonii. El resto de las especies de aves con alguna categoría de riesgo son residentes, lo que podría indicar que la región de la Bahía es importante para conservar especies, poblaciones y comunidades de aves residentes (fuente.- El Colegio de la Frontera Sur).
Las aves acuáticas que se pueden ver a lo largo del año son pelícanos y cigüeñas, cuyos ejemplares pueden observarse entre el mangle y demás árboles a lo largo de la costa.
Para el paseante local y el turista visitante resulta todo un espectáculo, especialmente a finales de año cuando la población de aves migratorias es variada.
Sin embargo el daño a la bahía de Chetumal continúa y en este sentido urge la participación activa de la ciudadanía y asociaciones civiles en educar a la población en el respeto hacia las especies protegidas pues, no falta el individuo que propone lanzar comida o piedras a los manatíes que nadan cerca de la Fuente del Pescador. Tampoco hace falta una observación profunda para percatarse que las aguas están cubiertas de grasa.
La playa artificial de Dos Mulas es el lugar recreativo favorito de las clases populares de Chetumal, aunque esta zona continúa erosionándose. La basura es una constante y en los manglares aledaños se observan restos de bolsas de plástico enredados entre las ramas del manglar. Botellas y taparoscas de plástico, corcholata y muchos restos de vidrio.
Parece que la bahía de Chetumal es ignorada no sólo por su apariencia –producto del daño ecológico provocado por los asentamientos humanos- sino también por la riqueza natural que la conforma. Cada vez es más recurrente encontrar botellas de plástico en el fondo que peces o aves acuáticas.

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