CHETUMAL.- La sociedad quintanarroense
“es ya una sociedad madura y con una historia propia capaz de conocer e
interpretar su pasado; comprometida con un presente que es dinámico, plural e
incluyente; y que construye, día a día, desde cualquier ángulo social y
sectorial, su futuro para una larga vida en desarrollo y democracia”, fueron
las palabras del diputado Eduardo Espinosa Abuxapqui, presidente de la Gran
Comisión del Congreso del Estado al inaugurar la muestra fotográfica “Quintana
Roo, una mirada histórica”, instalada en el vestíbulo-mural del edificio del
Congreso del Estado. Esta muestra se realiza dentro del marco de la celebración
del 37 aniversario de la conversión de Quintana Roo de Territorio Federal a
Estado.
La muestra comprende una colección de 65
fotografías y seis decretos federales que datan desde el 24 de noviembre de
1902 hasta el 8 de octubre de 1974, y se encuentra abierta al público desde el
martes 4 de octubre. Las fotografías y decretos son aporte de la Casa de la
Crónica y el Instituto de Patrimonio Inmobiliario de Quintana Roo.
El espectador se encontrará ante la
memoria gráfica del antiguo Payo Obispo describiendo pasajes y aspectos
importantes en la vida de la ciudad; ventanas al pasado que trazan historias contadas
en silencio en torno al desarrollo histórico, económico y social de la capital
de Quintana Roo.
Como preámbulo al acto inaugural, los
asistentes –que contaban estudiantes de bachillerato, mujeres, sociedad en
general- apreciaron el mural e intercambiaban comentarios, en tanto que el
fondo musical consistía de una variada selección de música escrita por
compositores quintanarroenses.
Para las generaciones jóvenes, aquel 8
de octubre de 1974 parece tan lejano como a los adultos nos parece la Revolución
Mexicana. Es la mirada curiosa e incrédula de los jóvenes chetumaleños ante el
testimonio gráfico que dan cuenta de los personajes que forjaron la identidad
quintanarroense o las metamorfosis que ha sufrido la ciudad en su fisionomía.
“Siempre será que nuestra historia
trascienda, sobre todo en nuestros jóvenes y que fortalezcamos entre todos el
cariño y el amor que le tenemos a Quintana Roo”, expresó Eduardo Espinoza.
Contrastando con el ánimo festivo y de
celebración, los jóvenes de bachillerato invitados
optaron por formarse en la fila de los antojitos ofrecidos después de
terminar el recorrido por la instalación, ignorando el resto de la muestra
fotográfica; acción imitada por algunas lideresas populares. Suma de contrastes
y división de intereses, pues tampoco pasó por alto el disfrute del material
fotográfico y los comentarios cargados de nostalgia.
Encontramos también, fotografías de
grupo del Comité Pro-Territorio y de la visita del Gral. Lázaro Cárdenas
durante su campaña presidencial; destacan las fotografías de los edificios
públicos como el teatro Manuel Ávila Camacho, la antigua penitenciaría,
imágenes del Hospital Morelos y la escuela socialista Belisario Domínguez
durante la etapa de su construcción, así como el primer Palacio de Gobierno (de
madera, estilo inglés colonial) y demás sitios que actualmente se encuentran
modificados o han desaparecido.
Cada fotografía –colocadas en mamparas
de madera y con un título “cronológico”- está acompañada de un pie de foto,
cuya breve explicación de la imagen no incluye el origen de la imagen o si
pertenece a una fuente periodística.
El profesor Ignacio Herrera Muñoz
explicó a los asistentes en qué momento histórico se habían tomado las
fotografías, qué personas aparecen y cuales siguen viviendo.
Aunque la importancia de la muestra
radica en la narración gráfica de los hechos históricos de Quintana
Roo-especialmente, Chetumal-, la línea del tiempo a seguir durante la muestra
es confusa, como si el espectador tuviese que seguir la secuencia similar al
mural del vestíbulo. Tampoco hay fichas técnicas ni explicación histórica de
las etapas históricas como el conflicto territorial, el huracán Janet o la
construcción de los edificios públicos en la época del general Rafael E.
Melgar, por mencionar algunos ejemplos. Falta información histórica que
refuerce a la muestra en su totalidad.
“Hay una riqueza en esto. Esto es un
trabajo de muchas gentes, de muchos compiladores. Las fotos son del pueblo. El
pueblo las dio, algunos investigaron. Entonces, yo no puedo decir que son todas
las fotos que tengo; tuve que recurrir a trabajos de investigadores, de
historiadores que precisamente, el cronista tiene que auxiliarse del
historiador”, comentó el profesor Ignacio Herrera Muñoz, Cronista vitalicio de
Chetumal.
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