CHETUMAL.- La
diversidad literaria ha sido el signo de la Jornada Literaria y representa el
reconocimiento a que las formas de expresión y los temas que nos inquietan
actualmente, es tan diverso como diverso es la condición humana, dijo el
escritor mexicano Roberto Arizmendi, autor invitado a las Jornadas Literarias
del Festival de Cultura del Caribe realizadas en Chetumal.
El escritor oriundo de
Aguascalientes y residente en Campeche, concluyó que la jornada literaria ha
resultado todo un éxito en cuanto a la diversidad de géneros literarios y a las
diferentes corrientes de expresión y a las temáticas, también diversas.
“Se han tocado temas de
amor, que es quizás lo más común; no quiere decir necesariamente que sea un
amor de pareja o un amor sentimental. No. El amor subyace a todas las
actividades del ser humano y está presente de muchas maneras en los textos
literarios que han leído y que ha significado inclusive, expresiones de
situaciones de mucho sentimiento y reconocimiento de lo que está aconteciendo y
que nos duele pero ese dolor se convierte en una forma de expresión al decir
‘yo censuro esto y señalo esto’, pero busco también luces de esperanza para que
pueda surgir un mundo distinto.”
La diversidad ha sido
el signo de la jornada, según explica el autor, y fundamentalmente representa
el reconocimiento a que las formas de expresión son tan diversas como la
condición humana. “Pero sí hay puntos de unión que son la posibilidad del
acercamiento del diálogo, de compartir lo que estamos haciendo. De alguna
manera, los sueños de Martí, los sueños de Bolívar se hacen realidad porque
somos y son países que tenemos elementos comunes que nos acercan, nos unen y
nos hacen ser lo mismo, aunque con esa diversidad, como sucede en el propio
país” –explica Roberto Arizmendi- “México es una nación con un amplia
diversidad que no hay anda que comparar entre la gente de Sonora y la gente de
la Península de Yucatán. Pero esa diversidad enriquece al país porque hay
muchas formas de hacer cultura, y la cultura entendida como todo lo que el ser
humano produce, hace y transforma. Hay muchas culturas que al momento de
confrontarse y compartirse, se enriquecen.”
La cultura no se limita
al ámbito del arte; también se involucra en la alimentación, la participación
social, el respeto, la participación civil y la economía pues son formas de
expresión de una sociedad en un momento histórico determinado. “Es lo que a
veces anhelamos analizar y replantearnos para encontrar nuevas formas de
expresión cultural que realmente nos den los valores que idealmente pensamos
para una nueva sociedad.”
Rodeado de jóvenes
estudiantes de bachillerato, Roberto Arizmendi compartió inquietudes e ideas
luego de que estos expresaran su admiración y plantearan cuestiones propias de
su edad y el interés por la creación literaria. Este contacto, dice,
desmitifica la figura del artista como un ser inaccesible.
“Definitivamente pienso
que una de las grandes riquezas que puede traer un encuentro de este tipo o
actividades literarias, es la tradición, el acercamiento, la lectura de los
jóvenes, o de la lectura hacia los jóvenes porque ellos son los que están
viendo, sintiendo, percibiendo pero a lo mejor les falta el estímulo para que
ellos puedan crear poesía y a veces escriban poemas. La visión de hacer de la
vida una poesía significa tener la claridad de que se están construyendo
sueños, de que están construyendo un mundo muy a la medida de los anhelos y los
ideales de cada quién. Y al compartir esto se dan cuenta los jóvenes que
desmitifican totalmente lo que es la literatura y la lejanía con los artistas.
Un poeta o un escritor es tan ser humano como ellos pero al momento en que se
acercan a él, rompen el mito y la barrera y dicen ‘entonces yo puedo ser igual
que él’. Y si escuchan y ven la producción literaria dice, ‘también puedo
escribir eso’. Esa desmitificación es la gran riqueza que es para los jóvenes
saber que pueden incorporarse a diversas expresiones y entre ellas, las
expresiones artísticas de diferente género.”
Agregó el escritor que los jóvenes pueden empezar a
crear aunque no sea tan bello como lo que escuchan pero pueden seguir
trabajando hasta alcanzar el nivel de perfección en la obra artística. “Igual
que en la vida es todo. Se va avanzando y aprendiendo y se va enriqueciendo la
vida propia y la forma de expresión. El contacto (con los jóvenes) se dio en
esa idea de que ellos sienten el gozo y el gusto de tener cerca a un poeta, y
es esta parte de la desmitificación que comento. Ellos, en el momento en que
sienten que pueden saludar, hablar, tocar a un poeta de carne y hueso; es, tan
persona y tan ser humano como nosotros. Y lo que él hace, lo hace de alguna
manera y podemos aprender. ¿Cómo pueden aprender a escribir, a expresarse y a
manifestarse a través de la poesía?, pues leyendo, escribiendo y viviendo a
plenitud. Esas son las grandes recomendaciones para los jóvenes. El que quiera
escribir tiene que leer mucho, escribir mucho y vivir intensamente la vida.”
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