CHETUMAL.- Las oportunidades de trabajo no son iguales para todos. Wilbert Alonso y Hernando Chuc Poot son dos ayudantes de albañil que viven con 700 pesos semanales cuando hay buena temporada de trabajo. Viven en una casa de madera y techo de lámina de cartón en la colonia Nuevo Progreso.
Hernando Chuc Poot es ayudante de albañil. Tiene 46 años y anteriormente trabajó como policía en su natal Tizimín, Yucatán |
Wilbert Alonso Mendez tiene 44 años y es albañil independiente, o mejor dicho, contratista. Él administra los trabajos que consigue y aunque ha tenido buenas temporadas, actualmente no tiene un empleo fijo ni un sueldo que exceda los mil 200 pesos semanales. Antes de dedicarse a la albañilería, Wilbert trabajó como soldado, experiencia que, explicó con entusiasmo, le dejó una profunda huella en su vida labral. “Hay que tener una disciplina para salir a buscar trabajo. No se puede uno quedar sentado a esperar a que caiga” –explica entusiasta- “yo prefiero trabajar y no robar pues si robo pierdo la libertad y ya no puedo hacer nada”.
Por su parte, Hernando Chuc Poot es ayudante de albañil. Tiene 46 años y anteriormente trabajó como policía en su natal Tizimín, Yucatán, igual que Wilbert.
Hernando trabajó en la empresa Promocasa como ayudante pero fue despedido luego del recorte de personal que, según explicó, ocurrió en la empresa al no construirse más casas. Su sueldo como ayudante era de 700 pesos semanales, aunque antes de la crisis económica del 2008, su sueldo era de mil 200 pesos semanales.
“No alcanza el sueldo, a veces trabajábamos más de 8 horas en la construcción, de lunes a sábado. Ahora no tengo trabajo, tengo que salir a buscarlo. Se puede hacer mucho, es cosa de tener ganas de hacerlo. Yo sé chapear, a veces salgo a recoger la basura de las casas y si no me pagan me regalan comida”, cuenta Hernando.
Wilbert Alonso y Hernando Chuc Poot son ayudantes de albañil,viven con 700 pesos semanales cuando hay buena temporada de trabajo |
En el rostro de Hernando se dibuja una expresión de tranquilidad y entusiasmo por el trabajo. Cuando lo abordamos para entrevistarlo, Hernando salía de su casa, con su bicicleta, dispuesto a encontrar un trabajo que le provea del sueldo del día para comer.
La vivienda que comparte con Wilbert es una casa de madera y techo de lámina de cartón, de aproximadamente 9 metros de largo por 4 metros de ancho. En ella habitan tres familias. La renta mensual es de 500 pesos. La vivienda de madera se nota endeble, el techo de lámina de cartón está muy deteriorado y hay hoyos grandes. Durante las lluvias entra el agua a la vivienda y las inundaciones son inclementes con los habitantes de la casa.
La vivienda que comparten Wilbert y Hernando es una casa de madera y techo de lámina de cartón de aproximadamente 9 mts de largo por 4 mts de ancho. |
Wilbert y Hernando llegaron de Tizimín, Yucatán, en busca de una mejor calidad de vida y trabajo seguro. Hernando Poot llegó hace 6 años y recuerda los tiempos difíciles en su ciudad de origen. Su rostro es triste aunque la apariencia refleje lo contrario. Los dos hombres coinciden en que el trabajo no se valora en la actualidad y está mal pagado; recuerdan que en la constructora Promocasa trabajaban de lunes a sábado de siete de la mañana a una de la tarde con descanso de una hora para reanudar labores a las 2 de la tarde y salir a las 5. Pero a veces los mantenían trabajando hasta las 8 o 10 de la noche con un sueldo semanal de 700 pesos. El salario mínimo para Quintana Roo en este año es de 56 pesos con 70 centavos.
“No tenemos por qué meternos a robar si sabemos trabajar y tenemos las ganas de hacerlo. Hay muchos chamacos que roban y pierden la libertad y luego no pueden hacer nada, no trabajan”, comenta Wilbert Alonso. “El trabajo distrae, no estás pensando en ir a robar o quitarle sus cosas a otra gente porque nosotros sabemos trabajar, sabemos cultivar la tierra, podemos chapear jardines o recoger cacharros. Es cosa de salir a buscarlo (el trabajo), por ejemplo, ahora que llueve mucho la hierba crece bastante y es cuando tenemos trabajo para conseguir lo de la comida del día. Y si no me pagan con dinero, me regalan comida”.
Hernando Poot cuenta que tiene familia en Yucatán a la que ha dejado una casa digna, de mampostería, misma que edificó con mucho esfuerzo.
Finalmente expresaron que no hay pretexto para no trabajar, se puede vivir honradamente aunque sea con poco, mirar la vida con optimismo aunque ésta sea difícil.
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