Benny y su Grupo (Foto.- Archivo General del Estado de Quintana Roo) |
Desde Carlos Gómez Barrera, Policarpo Virjan, Arturo Álvarez Cervera, Jesús Contreras, Benito Loeza y una nueva generación de músicos jóvenes que vienen sonando fuerte, el cancionero costumbrista de Chetumal se nutre con las nuevas percepciones.
Pensar que las generaciones jóvenes no producen música con contenido literario o social es un error. Los tiempos cambian y los hábitos y costumbres se modifican. Por ejemplo, en nuestros días no se escribe acerca del desamor de la forma en que Carlos Gómez Barrera lo hizo en “Inútil es fingir”, ni se hablaba de la realidad urbana de Chetumal como lo hace el grupo Korto Circuito, grupo de Ska y Reggae; o los mensajes de conciencia ecológica o de vivir la vida sin mayor preocupación a la manera de Skuadrón 16, otro grupo chetumaleño de la nueva generación, nada tiene de diferente con la famosa “Al estilo Chetumal” de José Vivas Sabido.
Benny y su Grupo (Foto.- Archivo General del Estado de Quintana Roo) |
Músicos como José y Benito Loeza Rivadeneira (del legendario “Benny y su Grupo) demostraron que la calidad interpretativa es más importante a la hora de hacer música que la insistente referencia chetumaleña. En la memoria de los chetumaleños suenan los sonidos de “Cancún hermoso”, “Kalimán”, “Pájaro amarillo”.
Ely Combo fue la primera banda de Ska mexicana gracias a la importación de discos de las Antillas y de Belice. Su mítico cantante Anthony Jones imprimió el toque final a su música caribeña. Actualmente bandas como Skuadrón 16, Korto Circuito, Pipo Dread’s y hierba Santa deben su influencia musical a Ely Combo y a Benny y su Grupo. Lo especial de estos legendarios grupos de mediados de los 60 y70 del siglo XX era la dotación instrumental y el impulso de hacer música por amor al arte, y con suerte, vivir de ello. Don Eliseo Pech Yamá –fundador de Ely Combo- y don Benito Loeza, ya fallecieron. La última vez que tocó Benny y su Grupo fue en el año 2006, durante un homenaje a Benito Loeza por su trayectoria y su legado musical. Eliseo Pech Yamá también recibió homenaje en vida por parte del Instituto Quintanarroense de la Cultura. Aunque hay que señalar un detalle importante. El otrora Instituto Quintanarroense de la Cultura produjo un disco recopilatorio titulado “60 años de música quintanarroense”, una antología de canciones y piezas musicales de compositores quintanarroenses. No se incluyó la música grabada de Eliseo Pech Yamá y “Ely Combo”. Es un detalle que nadie ha podido explicar.
Hierba Santa, 2011. |
El ser humano utiliza las herramientas del arte para dejar testimonio de su tiempo. La música, a pesar de lo abstracta desde su concepción e interpretación, será un reflejo sonoro de los tiempos en que se concibe. El arte fluye, no se somete a los caprichos de un dictador; se comparte y trasciende. Canciones “hechas por encargo”, favorecidas por el gobernante en turno, son siempre las destinadas a vivir en el gusto del publico. Ricardo Cerato sólo produjo una canción, muy gustada por los quintanarroenses y repudiada por muchos otros. La realidad es que “Suéñame Quintana Roo” tiene audiencias divididas. Y es que Ricardo Cerato fue un personaje que escribió canciones a otros estados de la República Mexicana. Finalmente el pueblo decide lo que hace suyo, siempre y cuando no sea a base de imposición.
Korto Circuito, 2011. |
En nuestra ciudad es políticamente incorrecto subir a un escenario a tocar con laptops, guitarras eléctricas y presentar un “performance” inspirado en la riqueza cultural y natural de Quintana Roo; en contraparte, es bonito y agradable escuchar a una estudiantina y a un tecladista acompañando a una cantante interpretando las canciones de antaño.
La evolución en el arte, ya sea popular o académico, se refleja en la trascendencia de temas y la asimilación de nuevos elementos.
Chetumal es una ciudad con artistas valiosos y propuestas novedosas; hay músicos que valoran el legado de los antecesores y nuevas formas de describir la realidad de su entorno.
Skuadron 16, 2011. |
“Al estilo Chetumal” es un recuerdo de un Chetumal que ya no existe. Por otro lado, Korto Circuito canta la realidad de una juventud chetumaleña ignorada y con pocas oportunidades de sobresalir, las maneras de vivir el amor adolescente y la esperanza por un mundo libre de contaminantes, de resistir y no dejar de luchar por una mejor sociedad como canta Skuadron 16.
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