CHETUMAL, 21 de agosto.- La colonia Barrio Bravo, una de las más antiguas de Chetumal, también es una de las más contratantes de nuestra capital. Ahí se erigen casas de construcción y diseños modernos, casas con decorados lujosos en los jardines y hasta innovaciones en su fachada como aquella que presenta un techo de huano.
Pero por otra parte, la colonia Barrio Bravo aún alberga casas de madera, cartón y láminas. Muchas de estas casas son propiedad de personas de escasos recursos y que viven al día con lo que su trabajo les permite. Tal es caso de la señora Cecilia Buenfil Zapata quien tiene un puesto de comida y antojitos. Ella vive de su trabajo diario. Su negocio consiste de un estanquillo construido de lámina y madera. La señora Cecilia acudió a refugiarse con su familia en el albergue de la escuela Ignacio Ramírez. Ella mencionó que en el albergue recibió malos tratos por parte de los militares y se les negó el alimento. De este modo, decidió regresar a su casa alrededor de las once y media de la mañana. A su llegada se encontró con que su casa de madera se había dañado, al igual que la casa de su hija –que vive a lado de la casa de la señora Cecilia- pero más grande fue su angustia al ver que su estanquillo no se encontraba en el lugar habitual. Éste había volado para caer encima de la casa de la señora Cecilia. Su domicilio se encuentra en la calle Vicente Guerrero número 99 de la colonia Bario Bravo. A unos 200 metros del domicilio de la señora, se encontraba una de las láminas de la vivienda encima de un poste de electricidad. Mientras contaba su experiencia, uno de sus nietos llegaba con láminas que le habían regalado los vecinos, claramente inservibles pero que le serían útiles en tanto que se le pueda brindar el apoyo para reconstruir su casa.
La señora Gloria Curul quien vive en el número 80 de la calle Lázaro Cárdenas y Cozumel, en la misma colonia Barrio Bravo, dijo que también acudió a uno de los refugios cercanos y que al regresar a su vivienda apenas pasó el peligro, se encontró con que su casa presentaba una inundación de aproximadamente 30 centímetros sobre el nivel de la banqueta, procediendo a secar el piso de su vivienda con esponjas. Recibió buen trato en el refugio al que acudió.
En otro rumbo de la ciudad, en la colonia Nueva Reforma, una familia perdió todo lo que tenía: su casa de madera y lámina de cartón junto con algunas de sus pertenencias. La vivienda ubicada en Francisco Zarco esquina con avenida Universidad, pertenecía a la familia Manzanilla Ché. Roger Manzanilla mencionó que se encuentran muy tristes y con la incertidumbre sobre cómo recuperar sus pertenencias y comenzar la reconstrucción de su vivienda. Un colchón mojado, juguetes, mochilas, bolsas y diversos objetos fueron los que pudieron recuperar. Dijo que espera que las autoridades hagan un recorrido por su domicilio ya que esperan un apoyo para comenzar con el levantamiento de una nueva vivienda. Además resaltó que por el momento no tienen cómo pasar la noche, a excepción de la casa de un familiar.
Escenas como estas se pueden encontrar en otros puntos de la colonia Barrio Bravo que aún presenta construcciones endebles y que no ofrecen mayor protección contra fenómenos meteorológicos. Entre viviendas de modernos acabados sobreviven familias que apenas viven al día y no cuentan con mayores recursos para tener una vivienda digna.
Pero por otra parte, la colonia Barrio Bravo aún alberga casas de madera, cartón y láminas. Muchas de estas casas son propiedad de personas de escasos recursos y que viven al día con lo que su trabajo les permite. Tal es caso de la señora Cecilia Buenfil Zapata quien tiene un puesto de comida y antojitos. Ella vive de su trabajo diario. Su negocio consiste de un estanquillo construido de lámina y madera. La señora Cecilia acudió a refugiarse con su familia en el albergue de la escuela Ignacio Ramírez. Ella mencionó que en el albergue recibió malos tratos por parte de los militares y se les negó el alimento. De este modo, decidió regresar a su casa alrededor de las once y media de la mañana. A su llegada se encontró con que su casa de madera se había dañado, al igual que la casa de su hija –que vive a lado de la casa de la señora Cecilia- pero más grande fue su angustia al ver que su estanquillo no se encontraba en el lugar habitual. Éste había volado para caer encima de la casa de la señora Cecilia. Su domicilio se encuentra en la calle Vicente Guerrero número 99 de la colonia Bario Bravo. A unos 200 metros del domicilio de la señora, se encontraba una de las láminas de la vivienda encima de un poste de electricidad. Mientras contaba su experiencia, uno de sus nietos llegaba con láminas que le habían regalado los vecinos, claramente inservibles pero que le serían útiles en tanto que se le pueda brindar el apoyo para reconstruir su casa.
La señora Gloria Curul quien vive en el número 80 de la calle Lázaro Cárdenas y Cozumel, en la misma colonia Barrio Bravo, dijo que también acudió a uno de los refugios cercanos y que al regresar a su vivienda apenas pasó el peligro, se encontró con que su casa presentaba una inundación de aproximadamente 30 centímetros sobre el nivel de la banqueta, procediendo a secar el piso de su vivienda con esponjas. Recibió buen trato en el refugio al que acudió.
En otro rumbo de la ciudad, en la colonia Nueva Reforma, una familia perdió todo lo que tenía: su casa de madera y lámina de cartón junto con algunas de sus pertenencias. La vivienda ubicada en Francisco Zarco esquina con avenida Universidad, pertenecía a la familia Manzanilla Ché. Roger Manzanilla mencionó que se encuentran muy tristes y con la incertidumbre sobre cómo recuperar sus pertenencias y comenzar la reconstrucción de su vivienda. Un colchón mojado, juguetes, mochilas, bolsas y diversos objetos fueron los que pudieron recuperar. Dijo que espera que las autoridades hagan un recorrido por su domicilio ya que esperan un apoyo para comenzar con el levantamiento de una nueva vivienda. Además resaltó que por el momento no tienen cómo pasar la noche, a excepción de la casa de un familiar.
Escenas como estas se pueden encontrar en otros puntos de la colonia Barrio Bravo que aún presenta construcciones endebles y que no ofrecen mayor protección contra fenómenos meteorológicos. Entre viviendas de modernos acabados sobreviven familias que apenas viven al día y no cuentan con mayores recursos para tener una vivienda digna.
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