lunes, abril 28, 2008

Ecos de hace cuarenta años: Serrat y el conflicto de Eurovisión



Los años pasan y el mundo gira sin detenerse. El siglo XX se fue como llegó, dejando cicatrices de guerras, huellas de pasos revolucionarios y el aroma a hormonas, marihuana y flores en el pelo, sin olvidarnos del avance tecnológico hacia fin de siglo. 1968, sin duda, es el año que marcó a occidente, a México y los acontecimientos de ese año turbulento dejaron una marca indeleble en la memoria colectiva de una sociedad que corre el grave peligro de caer en las mismas atrocidades. Este es uno de muchos recuentos de aquél 1968.

Entremos en materia… el conflicto de Serrat
En 1968 se anunció que Serrat sería el representante de España en el Festival de Eurovisión. En cuanto a la canción a interpretar, se barajaban dos: "El titiritero", del propio Serrat, y "La, la, la". Al final se decidió que la representante de España fuese esta última, al considerarse más festivalera. El tema no fue compuesto por Serrat, sino por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa (el Dúo Dinámico), quienes, sin embargo, al componerla tuvieron en mente algunos temas y el estilo poético por los que se habían destacado las letras de Serrat: el canto a las cosas sencillas de la vida: la madre, la tierra, el despertar de un nuevo día, la naturaleza...
Serrat comienza a recibir muchas presiones de algunos miembros de la Nova Cançó y de otros sectores catalanistas por cantar en castellano. Ante este clima de quejas, Edigsa decide posponer el lanzamiento de su segundo disco .
El 8 de marzo se emite un programa especial en Televisión Española titulado "Así es... Así canta... Así compone... Joan Manuel Serrat", para promocionar en televisión al recién nombrado representante en Eurovisión. Canta cuatro temas en catalán y los tres que hasta el momento había grabado en castellano: "Cançó de matinada", "Paraules d'amor", "El titiritero", "Me'n vaig a peu", "Mis gaviotas", "Poema de amor" y "Ara que tinc vint anys".
Tras grabar la canción en estudio en varios idiomas (y hacer el equivalente de entonces a los vídeo clips actuales) destinadas a distintas cadenas de televisión europeas, el 25 de marzo se anuncia que Serrat no iría a Eurovisión si no es cantando el "La, la la" en catalán. La versión más extendida —y que Serrat nunca ha negado— sobre a qué se debió este insólito hecho es que Serrat había decidido no cantarla si no podía hacerlo en catalán, a modo de plante que pretendía llamar la atención sobre la situación marginal en la que se mantenía a la lengua catalana. Para otras personas, sin embargo, fue una maniobra publicitaria. Así, según indica Ángel Casas en su libro 45 revoluciones en España, lo que realmente pasó es que su representante, José María Lasso de la Vega, decidió hacer un intento para que el cantante recuperara su público más catalanista, que estaba, poco a poco, perdiendo. Se trataba de que Serrat cantara un verso de la canción en catalán durante el festival. El audaz manager pensó que la mejor manera de conseguir eso sería decir que el cantante exigía cantar toda la letra en catalán para, más tarde y tras una supuesta negociación con las autoridades, llegar a un acuerdo que le permitiera al menos cantar el ansiado verso y contentar así a la audiencia «de casa». Sin embargo, este plan falló.
Parece ser que al régimen franquista no le gustó nada la idea, lo que le valió a Serrat un prolongado veto en la radio y la televisión nacional. Su puesto en el festival fue cubierto por una jovencísima Massiel, que sólo tuvo unos pocos días para ensayar y promocionar la canción y que además se llevó el premio con el mismo tema.
Cuando Joan Manuel empezó a cantar, por 1965, como todos los cantantes que se expresaban en catalán, estuvo señalado por el dictador dedo franquista. Era entonces un Joan tierno, adolescente, inocente, arrullador, todavía con sus pecas y con el inconformismo y la lindura propia de los pocos años.
Cuando más tarde decidió cantar en castellano y firmar sus discos como Juan Manuel. El mal llamado charnego, también estuvo señalado como "esquirol", por algunos de sus compañeros de "La Nova Cançó" y por los sectores mas catalanistas (que no catalanes) de la época. Cantar en castellano hizo que mucha más gente, no sólo los catalanes, pudiesen disfrutarle. Y se abrió la antigua veda del mercado nacional a sus discos.
Sin embargo, y debido al conflicto con Eurovisión, el régimen franquista se encargó de desprestigiar a Serrat a través de la Televisión Española y la Radio Nacional Española, además del intento de borrar su nombre del panorama musical.

Y más tarde, el exilio
En 1975, a raíz de unas declaraciones suyas (acerca de los últimos fusilamientos del régimen franquista), tuvo que exiliarse durante un año en México, debido a la orden de busca y captura que se emitió contra él. Además, tal y como ya había ocurrido en 1968, sus trabajos fueron retirados y censurados por el régimen. Especialmente afectado se vio su recién estrenado disco Para piel de manzana, el primero que grabaría para la casa discográfica Ariola. Durante su estadía en México no pudo componer canción alguna. De hecho, el disco que editaría al año siguiente no es más que el término de un proceso ya anterior. Realiza una gira con sus músicos por todo el territorio mexicano arriba de un autobús bautizado como La Gordita, ofreciendo recitales a bajo costo. Serrat ha confesado que aquel fue un periodo muy duro de su vida, pues vivía en la constante desazón de no saber si mañana volvería a su tierra o nunca ocurriría el retorno. También de esta época son sus canciones más combativas.

A Massiel la sacaron literalmente de una gira que estaba haciendo en México y la obligaron a ir a Europa a cantar el “La la lá”, que se tuvo que aprender en menos de una semana. Pese a que el régimen la apreciara, no escondía sus simpatías por una cierta, si acaso tenue, izquierda: suya es una de las primeras canciones protesta españolas "Di que no", y también a finales de los 60 era amiga de gente como Auté o Milanés, e interpretaba obras de Bertold Brecht. España es el país más anticatalán del universo. Desean la total exterminación de la sociedad, la cultura, la lengua y la economía de este maravilloso pueblo, en una locura sin precedentes, comparable a la Alemania nazi contra los judíos.

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