Pocas
son las historias basadas en una obra literaria que son narradas en una canción
dentro de la música popular mexicana, especialmente en el ámbito de la música
alternativa. Pero tales obras no trascienden en el entendido de un académico
encerrado entre cuatro paredes, sometiendo a las letras y a la música a una
mera disección privada, “neta” destinada a ser revelada a unos cuantos
elegidos. Es la fuerza con la que se inserta en nuestra memoria y en nuestro
aprendizaje de la vida, de la cultura y el alimento del alma.
(Demos
click al botón de play del reproductor de música y
rememoremos ciertos párrafos de un libro…)
"Las batallas en el desierto" del
novelista mexicano José Emilio Pacheco es el libro que inspiró la conocida
canción "Las batallas" del
grupo Café Tacuba. Estas dos obras no sólo tienen una historia en común pues el
verso de un viejo bolero puertorriqueño es el enlace de la memoria y la
nostalgia entre los personajes principales:
“Por alto que esté el cielo en el
mundo, por hondo que sea el mar profundo, no habrá una barrera en el mundo que
mi amor profundo no rompa por ti” (Obsesión, Pedro Torres)
Se
da un caso interesante alrededor de estas dos creaciones, tomando en cuenta que
México no es un país de grandes lectores pero sí de grandes cantantes y
compositores musicales; la música y la palabra escrita están íntimamente
ligados. El cómo “Las batallas en el desierto” se ha convertido en una obra
clásica de la novela mexicana tiene diversas explicaciones pues su lectura es
materia obligada en las escuelas preparatorias del centro del país y de las hoy
extintas materias de literatura en las escuelas locales.
La
primera vez que uno escucha “Las batallas” experimentamos una sensación extraña
respecto a la historia: “Oye Carlos, ¿por qué tuviste que salirte de la escuela
esta mañana?; oye Carlos ¿por qué tuviste que decirle que la amabas a Mariana?”.
Escuchamos al cantante con aire melancólico, preocupado, casi con dolor,
dialogando con el protagonista de la historia. No es un bolero ni tampoco una
canción electropop porque en la instrumentación predominan las guitarras
acústicas, en estilo de los tríos de bolero, la melódica que imprime la sombra
de nostalgia por un amor no correspondido que marca el momento decisivo en
quien deja de ser un niño para ver al mundo con otros ojos.
Ignorantes
de la respuesta, en el universo las cosas no suceden por casualidad mientras
exista un lector omnívoro, y así descubrimos que Carlos es el personaje
principal de “Las batallas en el desierto”
y Mariana es el primer amor de un niño que vive, no sólo los cambios propios
del ser humano, también vive el cambio del México rural a un México moderno
durante los últimos años de la década de 1940, en la época del presidente
Miguel Alemán Valdez.
Contada
en primera persona, Carlos adulto, la novela narra los problemas políticos,
sociales y económicos que vivió de niño en la colonia Roma junto con su familia
tradicionalista y conservadora en la colonia Roma. El nombre de la obra tiene
origen en un juego que Carlos y sus compañeros de escuela jugaban en el patio
de la misma, en un terreno rojo como ladrillo, en el que participaban niños
árabes, judíos, un japonés, un “niño gringo” y niños de la colonia Doctores.
“Las batallas en el desierto” fue
publicada en 1981 y actualmente se publicó una edición conmemorativa con
fotografías de Nacho Valdez. José Emilio Pacheco autorizó la primera adaptación
teatral de la novela y su consecuente puesta en escena, cuya dramaturgia
realizó Verónica Maldonado mientras que el montaje fue dirigido por Ghalí
Martínez. La versión teatral se estrenó el 25 de marzo de 2011, en el Foro
Antonio López Mancera, del Centro Nacional de las Artes.
“Las batallas” fue publicada por Café
Tacuba en su primer disco homónimo, en un lejano verano de 1992. Este disco
marcó una nueva etapa en la música popular mexicana pues incorporaba sonidos
indígenas y mestizos en la mayor parte de las canciones, sello que después de
20 años ha desaparecido gradualmente hasta evolucionar en obras de carácter
“vanguardista”. Actualmente la música de Café Tacuba es escuchada por personas
de 15 a 45 años, incluyendo a los padres de los “jóvenes del error de
diciembre”.
“Las batallas en el desierto” ha sido
traducida al inglés, francés, alemán, italiano, ruso, japonés y griego desde su
publicación y se ha editado en otros países hispanos. Dos obras que trascienden
a pesar de los constantes cambios en nuestro país, tal y como los vive Carlos
en su historia.
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