La compañía –procedente de Buenos Aires, Argentina- está integrada por Mariana Brusse (La pompis), Mariano Gedwillo (Cronopio) y Amparo Gedwillo (La amparita, hija de ambos artistas y de cuatro años). Desde el 2001 han viajado por todo el continente americano, recorriendo países como Uruguay, Venezuela, Colombia y México donde se han presentado en diferentes foros como el Festival Internacional Cervantino (actividades callejeras), Coyoacán (Ciudad de México), Tulúm y Playa del Carmen. Su trabajo lo presentan de manera independiente.
Todo lo que obtienen para su viaje lo obtienen de su propio trabajo. Para el espectáculo callejero emplean un baúl a modo de sistema de sonido. También utilizan malabares, pelotas.
Respecto al viaje, Mariana Brusse cuenta: “Igual, de pronto te encontrás con un montón de gente que te pasa datos, se suma a tu trabajo o nos contratan. Nos aparecemos con la gente, tranquilos y claros y así, todo se arma. En México ha sido buena la reacción del público y quizás fue como creciente. Llegamos primero al Distrito Federal y comenzamos a buscar lugares, nos íbamos a la universidad con nuestras mochilas y nuestro baúl y en Ciudad Universitaria dábamos funciones para los jóvenes, en Playa del Carmen fue lo máximo porque también había un espacio donde venían unas mil 500 personas que disfrutaron mucho el espectáculo.”
El rechazo hacia el payaso
El espectáculo: preparación y presentación
“Hay una preparación y una gran parte de improvisación” –agrega Mariano Gedwillo- “porque la mayoría de las veces interactuamos con el público, donde ellos participan aunque no pasen al escenario, puedan ser partícipes de la historia. Los vamos metiendo en la historia para que aporten y se prendan en el juego, más que nada porque si vos te ponés a hacer muchos chistes –que está chido- se estanca. Pero sos vos un locutor y la idea es también que el público te tire algunas cosas, que participe y que vos seas el héroe. Así como cuando en el circo hay una estrella, ahí la historia pasa por ser un súperhombre. Y con el humor también y hacés reír muchísimo a la gente, cree que es sólo eso. Y hay otro trasfondo que es lo humano, que no es solo la risa sino que es el estar vivo y que la gente vea un personaje y lo va siguiendo.”
La asimilación del lenguaje y los modismos de cada país.
Inmediatamente, Mariana Brusse agrega: “Nos pasó una cosa en Colombia. Había una señora que traía una playera naranja. En Argentina, playera se dice remera, en Colombia se dice franela o camiseta. Y Mariano estaba haciendo la función y en un momento le dice: ‘¡usted señora! ¡la de remera naranja!’; y la señora se ofendió porque pensó que le estaba diciendo “ramera”. Fue un pequeño malentendido pero no puede llevarse muy lejos.”
La Compañía de Trabajadores Callejeros se estuvo presentando en la Explanada de la Bandera y tuvieron una buena acogida por parte del público. Su espectáculo ha significado una experiencia diferente en esta ciudad tan poco acostumbrada a este tipo de actividades –y tan acostumbrada a políticos y comerciantes- pero que al mismo tiempo demanda actividades diferentes. Ellos continúan su viaje por el continente. Saldrán de Chetumal con rumbo a Chiapas para después emprender el viaje hacia Venezuela. Al llegar a Buenos Aires pretenden mostrar su trabajo en diferentes foros de su ciudad natal.
La Cotraka es uno de esos ejemplos que nos remontan a tiempos pasados, cuando los actores, cantantes y titiriteros viajaban de lugar en lugar para mostrar su trabajo, vivir de ello y enriquecer su trabajo con los elementos de cada país. Buen viaje a Cronopio, la Pompis y Amparita.
Para conocer más de La Cotraka, visita: http://www.lacotraka.com/
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