CHETUMAL.- Fernando Alfonso Chalé
Escobedo es maestro peluquero, tiene cuarenta y seis años trabajando en su
propia peluquería y dice que aunque haya crisis económica, nunca le falta el
trabajo. Su peluquería es una de las pocas que quedan en la ciudad contrastando
ante la abundancia de estéticas y del cambio de hábitos en los hombres.
Abuelos, padres y algunas personas de la generación adulta
contemporánea fueron clientes habituales de las diferentes peluquerías de la
ciudad, lugares en los que la charla amena y la opinión pública daban vida a
las reuniones, rodeados de espejos multiplicando la diversidad de clases y
formas de pensar.
Son tiempos difíciles, los hábitos de los hombres han
cambiado con las nuevas formas de vivir y de convivir.
Fernando Chalé llegó de Mérida a Chetumal con cinco años
experiencia previa en el oficio de la peluquería. “Tengo cuarenta y seis años
en el oficio. No hemos dejado de trabajar, me he dedicado totalmente a ello,
gracias a Dios me ha ido bien” –cuenta Fernando Chalé y recuerda sus inicios en
la peluquería- “Mi padrino era peluquero y se ofreció a enseñarme para cuando
yo fuera mayor. Se comprometió, me enseño y en un año ya era peluquero. Ya
tenía los rudimentos necesarios para serlo. En aquel tiempo era muy difícil
comprar las herramientas porque para mí, era caro, pero pues se ha ido bien en
el negocio.”
El trato con los clientes, que son tan diferentes, dedicados
a distintas profesiones y oficios, le ha dado una enorme satisfacción y
aprendizaje,
“Aquí se puede tratar lo mismo con un abogado, con un
ingeniero, con un bolero, con un cantante o cualquier otra persona. Aquí una
vez peluqueamos a Rubén Olivares (“El Púas”), a Miguel Canto, gente conocida.
Eso es lo que me ha dejado satisfacción pero más que nada, lo que más me satisface
es poder vivir de esto, de mi trabajo, sin tener que recurrir a cosas malas a
veces, ¿no? Este trabajo sí deja. Nada más hay que dedicarse totalmente a ello,
porque si no se dedica a ello, sencillamente no resulta”, expresó.
No le falta el trabajo pero también está consciente de la
importancia del ahorro para enfrentar tiempos difíciles, económicamente
hablando. “Nosotros como peluqueros tenemos que ahorrar o tener un guardadito
para los tiempos malos” –cuenta Fernando Escalante- “generalmente cuando los
muchachos, los hijos son jóvenes o son niños y están estudiando es cuando me ha
dado más trabajo. Pero yo creo que con la constancia que uno tiene, no falta el
trabajo, aparte de que es un trabajo noble que d apara diario, todos los días
hay algo, aunque sea pero hay. Hay épocas de abundancia y hay épocas de poco
trabajo como en este que hay una crisis extraordinaria, que no se ha visto
nunca. Si nos cuesta trabajo pero vamos saliendo bien, gracias a Dios, no falta
la chamba.”
Don Fernando es padre de seis hijos. Ninguno se interesó en
el oficio de peluquero, todos recibieron educación escolarizada y no han
querido aprender. “Pero le he enseñado a dos o tres que ahora son profesionales
en su negocio. Y si los hijos no quisieron pues, yo hice hijos de enseñanza
¿no? (risas) no son hijos de mi sangre pero son mis alumnos y eso me da la más
grande de las satisfacciones, haberle enseñado a alguien y ver que esa persona
trabaja y se gana la vida con lo que le enseñé. La verdad que es muy
satisfactorio, muy bueno”, comentó Fernando Chalé evidenciando en sus
expresiones su satisfacción.
Ha pensado en el retiro
“pues las facultades merman con el tiempo”, dijo. Fernando Chalé tiene 61 años
de edad. “Considero que unos cinco años más para seguir trabajando con la plena
capacidad. No creo que dure más mi capacidad física para trabajar, regularmente
hasta dentro de cinco, seis o siete años, no lo creo. Sin embargo, si Dios me
lo concede, sería fantástico. De momento estamos al cien por ciento, no hay
ninguna dificultad. Claro, con el tiempo si va a haber. Hay que ser realistas y
estar conscientes de que algún día va a pasar.”
Gracias :D
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