CHETUMAL.- La exposición "Los
artistas descalzos de Haití", instalada en la Sala 1 del Museo de la
Cultura Maya, reúne esculturas, pinturas, grabados y fotografías de arte naif creado por artistas anónimos de
Haití en cuyas obras se plasma la realidad del país más pobre de la cuenca del
Caribe.
Dicha
muestra fue inaugurada la mañana de este lunes dentro del programa de
exhibiciones y actividades académicas del Festival de Cultura del Caribe 2011. Se
exponen fotografías, esculturas hechas en piedra y madera y obras pictóricas
realizadas por artistas anónimos de Haití.
La
etnóloga Renée Petrich, coordinadora de la exposición, explicó que dicha
muestra surge a raíz de la invitación que la Secretaría de Cultura hiciera al Centro
INAH para participar en el festival ya que para el INAH “el Caribe representaba
un espacio lejano” necesario de abordar.
“De
pronto se nos vino a la mente un paisito. Un país maravilloso, pequeño, pobre,
desolado por tantas fracturas que ha tenido en su política y sobre todo por su
naturaleza, pero que en las artes, en su cultura, destaca como ningún otro
entre todos los países y las islas del Caribe: Haití”, explicó.
Haití
tiene una larga historia, por lo tanto conserva una cultura my rica, resultado
de una mezcla de africanos, franceses y españoles. Sin embargo se ha ignorado
al país debido a su lamentable y dolora situación económica y social. La
cultura, y en especial el arte haitiano, son de los más singulares y cohesivos,
lo que lo hace diferente al resto de los países de Caribe.
“La muestra habla por
sí misma. La pintura naif es la mejor
que existe en el Caribe y que incluso se vende en las grandes galerías de París
o Nueva York, aquí la tenemos a través de sus artistas descalzos. De sus
artistas de la banqueta. De sus artistas tan pobres. Hay artistas renombrados
pero aquí tenemos a los anónimos, los que no tienen más que una firma debajo
pero su obra habla por sí misma. Una obra que muestra su vida cotidiana, su
religión, su magia, que muestra a este sincretismo tan rico que es el vudú.
Este vudú que nos han mostrado a través de la televisión y de los medios de
comunicación como una parte verdaderamente triste o de terror con los zombis
que, efectivamente, en el vudú existen los zombis, existen los loas y los veremos
en las fotografías, en las pinturas, en las banderas que tienen que aparecer
siempre, en un altar de los pequeños templos de vudú. Tenemos también trabajos
de lo que ellos le llaman kupé o fierro cortado que es reciclado de los tambos
y barriles y vehículos viejos de la chatarra, haciendo unas obras maravillosas.
Hay dos pequeñas esculturas en una piedra verde.”
La etnóloga agregó que
en las principales ciudades turísticas de Haití como Puerto Príncipe y Jacmel,
hay más galerías de arte que restoranes u hoteles.
Haití no estaba
contemplado para participar en el festival, explicó Renée Petrich, ni siquiera
pudo contactar con la embajada ni traer obra pero la etnóloga consideró importante
la presencia de dicho país. “Siento que Haití, en cuanto a arte pictórico sobre
todo, es el país que más ha dado en todo el Caribe. No vamos a menospreciar
para nada, no es una cuestión de comparación con Jamaica o Cuba”, explicó.
Son pintores de
banqueta. Pintores descalzos que han sido pobres desde que Cristóbal Colón descubrió
la isla. A pesar de la pobreza y las vorágines sociales que han vivido a través
de los años, el arte ha sido elemento fundamental en la vida del pueblo
haitiano. “El terremoto de 2010 fue la gota que desbordó el vaso pero el arte
es algo que conforma su vida y del cual no se desprenden. Y al contrario, es lo
que les ha ido manteniendo en un nivel.”
Los rostros, los
ambientes y las obras que en esta exposición se muestran, son apenas una
selección que pretende mostrar la realidad y la sensibilidad de un pueblo
caribeño que, a pesar de su pobreza y la desgracia, encuentra en el arte una
forma de aspirar a un mundo mejor.
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