CHETUMAL.- “El arte es una forma de
concientizar a la gente. El arte es una forma de hacer que las situaciones sean
un poco más ligeras, que no son ligeras al final, son cosas muy duras muy
contundentes y muy graves pero el arte ayuda a eso, ayuda a calmar el
espíritu”, expresa Iván Interián, teatrista chetumaleño y director del grupo de
teatro “A Escena” al reflexionar sobre el trabajo del arte, durante una charla
por los pasillos universitarios. Realidad transcrita al lenguaje artístico, la
concepción de los acontecimientos y hasta los vacíos existentes en el quehacer
artístico y cultural fueron los hilos conductores en la reflexión del artista.
Antropólogo de profesión y artista por
convicción, Iván Interián es un creador y filósofo del arte como pocos de la
generación joven a quien el arte es el medio para crear personas con un
espíritu abierto y sensible a las situaciones de la realidad.
Desde hace más de 5 años, Iván Interián
ha trabajado con teatro para niños, siendo “Valentina y la sombra del diablo”
la última puesta en escena montada por el grupo “A Escena”. Y fue precisamente
un tema de la realidad infantil, el abuso sexual, lo que marcó un momento
importante en su carrera pues emerge con más fuerza el compromiso social dentro
de su quehacer artístico.
“El arte ayuda a que tú puedas ver con
esos ojos de esperanza, pero no con unos ojos de esperanza ficticia, de esas
esperanza que todos pensamos que nos va a ir mucho mejor y que vamos a ganar
mucho dinero, ¿no?, sino esa esperanza real, estudiar, trabajar. Creo que
estamos cayendo también en un México que ya no tiene esperanza. Tiene
esperanzas ficticias. Nuestra realidad es tan dura y contundente que a veces,
la esperanza de amanecer un nuevo día es suficiente para levantarse e ir al
trabajo o a la escuela si lo que estamos viviendo como noticia en todo el país,
es la violencia”, comenta.
En el arte no hay fronteras pues los
elementos que convergen en la creación artística y la interpretación son
cuestiones humanas y universales. Uno de los errores más frecuentes es el hecho
de ignorar los acontecimientos mundiales, nacionales y hasta locales. De tal
forma que la percepción de la realidad, aunque es relativa para cada individuo
o grupo social, no es ajena a los acontecimientos locales. Las realidades no
deben ser motivo para separar a las entidades del país, como no es ajena la
situación de Ciudad Juárez a la de Cancún o Playa del Carmen.
“Finalmente Ciudad Juárez no está lejos
de Chetumal, somos ciudades de frontera: frontera norte y frontera sur. Nosotros
somos una ‘Ciudad Juárez’ pero en ‘chiquito’, no tenemos un decapitado por día
como allá, pero todo el tiempo aquí hay atracos, ya escuchamos casos de
violencia, robos a mano armada o rateros que matan gente por una bicicleta. Y mientras
esto sucede hay el ocultamiento de los hechos y no hay una prevención a esos
hechos. Finalmente, el arte tiende a hacer eso, preventivo ante los hechos. Un
hombre o una mujer sensibilizados por el arte, es muy complicado que pueda
tener una mentalidad dura, fuerte, férrea o asesina”, enfatizó.
La
experiencia con “Valentina y la sombra del diablo”
Esta puesta en escena, dedicada a todas
las personas que han vivido la difícil experiencia de un abuso sexual, intenta
ser una obra de denuncia. Intenta abrir la boca en una cultura acostumbrada a
callar. También intenta ser un gozoso canto a la vida al gritar con ímpetu
“¡Valentina siempre tiene a Valentina!”.
“La experiencia fue muy fuerte para
algunas gentes, sobre todo para los adultos.la obra está planteada en el
sentido estricto de que va a decir algo a los niños pero la obra también va a
decir algo a los adultos que alguna vez vivieron ese abuso” –explica Iván
Interián- “y aunque los niños lo entienden y no ven lo fuerte del hecho sino
entienden el caso de la prevención, el adulto también comprende y entiende que
ese hecho no fue sano y que ese hecho tiene una repercusión en nuestra conducta.”
En su momento la obra recibió críticas
favorables pero también causó incomodidad por parte de algunos padres, argumentando
que la obra trataba un tema “fuerte” para los niños. Cabe decir quela obra no
contiene en su libreto ninguna alusión directa al abuso sexual, ni en las
escenas ni en los diálogos. “La experiencia con el público fue esa; hubo por
ahí quien nos dijo que el tema era muy fuerte. No era un tema fuerte, ¡era un
tema real! ¿Fuerte? Las noticias de las 8 o las noticias de las 10. El tema es
real, nos está pasando.”
La reflexión acerca de la realidad y
cómo debe ser abordada desde la perspectiva del artista debe estar ligada a su
compromiso social y a la responsabilidad frente a las consecuencias, apunta
hacia diferentes vertientes del pensamiento y conocimiento. Iván Interián dijo
al concluir la charla que no puede haber una indiferencia política ante las
situaciones de la realidad actual; éstos deben confrontar la realidad ante su
situación política y ante su realidad.
“Ya no estamos en los tiempos, ya no deberíamos
estarlo, de la agrupación política que persigue sus fines políticos hasta sus
últimas consecuencias. Esos tiempos son los anteriores y las consecuencias son
lo que vivimos ahora”, dijo.
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