CHETUMAL, 26 de agosto.- La imagen urbana del Chetumal antiguo estaba constituida por casas de madera como caoba y cedro. Los techos eran de láminas rojas y las ventanas estaban cubiertas por celosías. Este estilo conocido como “inglés”, fue durante mucho tiempo la característica de Chetumal hasta la década de los 70, cuando comenzó la construcción de las casas de mampostería. Un poco más atrás en el tiempo, el huracán “Janet” del 27 de septiembre de 1955 destruyó totalmente la ciudad, dejando una estela de muerte y escombros, cambiando la arquitectura local.
Algunas viviendas de madera aún existen en la ciudad, esto es posible a los trabajos de restauración y a que han sido declaradas “Patrimonio Cultural del Estado de Quintana Roo”, según la Ley de Protección, Conservación y Restauración del Patrimonio Histórico, Cultural y Artístico del Estado de Quintana Roo, con fecha del 10 de noviembre de 1995.
En el primer cuadro de la ciudad se encuentran distribuidas varias casas, mismas que presentan una placa en su fachada –placa de madera tallada y barnizada- y presentan las mismas características que tuvieron en sus años de esplendor, antes de que el huracán “Janet” cambiara la imagen urbana de Chetumal.
Antes abundaba la madera de caoba y de cedro. Chetumal se ha caracterizado por ser una ciudad arbolada con abundante sombra y que brindaban aire fresco para los paseantes. Hoy, esos árboles cayeron –los viejos- y muchos perdieron el follaje.
“Entre los árboles que cayeron sí hubo unos que tenían unos cincuenta años, yo tengo una lista de árboles antiguos. Esos árboles resistieron los huracanes ‘Janet’ y ‘Carmen’. Tenemos las palmeras de la avenida Juárez, los cocos altos antiguos también resistieron los huracanes, lo mismo que el mango de la antigua escuela Belisario Domínguez. Tenemos un almendro frente a la calle Carmen Ochoa de Merino con 5 de Mayo que también aguantó los huracanes. Y así tenemos muchos árboles históricos”, continuó el profesor Herrera.
En la explanada de la bandera quedaban algunos árboles antiguos, la mayoría de los árboles que están en el parque son nuevos, cuando se quitó el Parque Hidalgo, había árboles que resistieron a los huracanes “Janet” y “Carmen”.
Lo que sigue sería una reforestación de la ciudad. “Yo creo que ahorita deberá hacerse es reforestar la ciudad” –prosigue el profesor Herrera- “en una forma más organizada, evitar amontonamientos en los camellones, ponerlos a una distancia medida para que no tapen la visibilidad y si es posible, que no dañen el asfalto, que no sean de raíces grandes como los flamboyanes: son bonitos pero muy destructivos porque levantan el piso.”
Mencionó que en la avenida Juárez, antes del huracán “Janet”, había palmeras altas, sugiriendo que esa sería una alternativa para la reforestación ya que son esbeltas, altas y no tienen muchas raíces. De igual forma se refirió a los árboles conocidos como “copa de oro amarilla”, que son árboles que no hacen mucha raíz y que dan sombra. “Ahora va a haber más calor porque no vamos a tener oxigenación ni brisa. Los árboles, como sea, producen un poco de sombra y un poco de aire con la fuerza del viento, son abanicos naturales que tiene la ciudad”, concluyó.
En la explanada de la bandera quedaban algunos árboles antiguos, la mayoría de los árboles que están en el parque son nuevos, cuando se quitó el Parque Hidalgo, había árboles que resistieron a los huracanes “Janet” y “Carmen”.
Lo que sigue sería una reforestación de la ciudad. “Yo creo que ahorita deberá hacerse es reforestar la ciudad” –prosigue el profesor Herrera- “en una forma más organizada, evitar amontonamientos en los camellones, ponerlos a una distancia medida para que no tapen la visibilidad y si es posible, que no dañen el asfalto, que no sean de raíces grandes como los flamboyanes: son bonitos pero muy destructivos porque levantan el piso.”
Mencionó que en la avenida Juárez, antes del huracán “Janet”, había palmeras altas, sugiriendo que esa sería una alternativa para la reforestación ya que son esbeltas, altas y no tienen muchas raíces. De igual forma se refirió a los árboles conocidos como “copa de oro amarilla”, que son árboles que no hacen mucha raíz y que dan sombra. “Ahora va a haber más calor porque no vamos a tener oxigenación ni brisa. Los árboles, como sea, producen un poco de sombra y un poco de aire con la fuerza del viento, son abanicos naturales que tiene la ciudad”, concluyó.
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