Para Benny y José Loeza y los músicos de su maravilloso Grupo, donde quiera que se encuentren…
No soy nativo de Chetumal. Nací en la Ciudad de México en el año de 1975. Llegué a esta ciudad con mis padres a la edad de 6 años, entonces era 1981. Verano de 1981. Mi padre sería el primero en llegar y al poco tiempo nos reunimos con él. La idea de vivir en un lugar con mar me atraía. El único sitio similar que conocía era Ixtapa Zihuatanejo, de modo que así visualizaba a Chetumal. La música ha sido parte de mi vida desde que tengo uso de razón, era costumbre que en las fiestas navideñas y en cualquier reunión familiar sonaba la música: desde música de la Sonora Santanera, la salsa, la cumbia, Rigo Tovar, Sandro de América, los Beatles y hasta la música Disco de finales de los 70. Esa era la música que en las fiestas familiares y de la colonia se acostumbraba a escuchar, allá en la Ciudad de México.
En 1981 la vida sería diferente. Tan diferente que nos acostumbramos muy pronto a la tranquilidad de la región y el nuevo entorno: el calor, los mosquitos, las tormentas tropicales (que mi padre confundiría con ciclones), la gente, sus costumbres y la música. Y así fue como una tarde-noche de verano, una música peculiar se mostraría a mis oídos como una bienvenida a mi nueva vida. No recuerdo a bien si se trataba de una kermesse o una fiesta popular lo que se realizaba aquella tarde. En compañía de mis nuevos amigos jugábamos una cáscara de fútbol. Al poco rato la música emergió de los altoparlantes colocados en medio de la explanada de aquel entonces llamado CREA. El sonido del saxofón, el órgano, las percusiones y del cantante principal no me sonaba a nada escuchado antes. Era una música muy extraña. Recuerdo las primeras líneas de la canción: “¿Quién lava la ropa?... ¡Pepe! ¿Quién lava los trastes?... ¡Pepe!... ¡Me casé casé, me casé!”
Seguramente mucha gente recuerda estas palabras: era una melodía de Benny y su Grupo. Lo que a mis oídos llegó era Calypso y Reggae en el más puro estilo y sin alteraciones de ninguna índole.
Benny y su Grupo era un conjunto musical muy popular en la ciudad. Junto a otros más como Kontiki, Opus 6 y el Grupo Montecristo y sin olvidar al otrora famoso Ely Combo (a quien dedicaré el mismo espacio más adelante, lo mismo que al resto de las bandas); Benny y su Grupo interpretaban “covers” de canciones de Byron Lee pero que lo mismo tocaban las canciones de compositores locales y su música propia.
¿Cómo olvidar una tarde en Bacalar escuchando ‘Adios Tiro Loco’ o ‘Akiyaka’? esta última es una pieza del grupo procedente de Dominica, Exile One, que tan excelentemente interpretaba Benny.
La gente se entusiasmaba al escucharlos, la alegría se desbordaba y Benny gozaba de la admiración y el cariño del público. Naturalmente, lo que escribo son meros recuerdos y referencias que acumulé durante mi niñez en fiestas, reuniones, bailes públicos en la explanada y en las fiestas del carnaval. Alrededor de 1984 nos mudamos con mi familia por el rumbo de lo que era el Club y Arena Quintana Roo, cerca del Hulubal; cada fin de semana se armaban los bailes. En una ocasión vi a Benny en la televisión local, en el programa Sambay, y me llamó la atención una de las guitarras que Benny poseía: una guitarra Rickenbacker similar a la que utilizaba John Lennon. Un buen día, mi padre compró un caset: Geografía Musical de Quintana Roo. El lado ‘A’ estaba dedicado a la música caribeña con los grupos en boga. Tal caset contenía, si no me equivoco, ‘Adios Tiro Loco’, ‘Kalimán’ y otra más cuyo título no recuerdo.
‘Adios Tiro Loco’ es, de manera personal, la canción que más recuerdo y que me ha tenido noches enteras tratando de descifrar el secreto de su sonido. Como músico hay melodías que despiertan mi interés, ya sea rítmico, armónico o el melódico.
José Loeza, saxofonista y hermano de Benny, logra una interpretación única. Poseedor de un estilo interpretativo, José Loeza imprime un color muy propio de la región, destellos de la música de jarana yucateca y del clásico Ska procedente de Jamaica, muy popular en Belice y en tierras caribeñas. En ‘Adios Tiro Loco’ escuchamos una melodía en dos partes, a manera de estrofa y coro pero en una pieza instrumental. La primera parte se presenta con energía e iniciando con dos saxofones tocando voces diferentes una de la otra, siguiendo con la sección rítmica y armónica (percusiones, guitarra, teclados y bajo). El ritmo se podría confundir con la punta rock beliceña pero en realidad se trata de una pieza en el clásico estilo de Calypso. No obstante, la segunda parte nos ofrece un aire jaranero inconfundible, lo que se conoce como un “seis por ocho”, breve pero contundente y en donde los acentos se intercambian, creando una atmósfera y riqueza rítmica incomparable que resulta difícil tocar a la primera vez.
Ya he mencionado que José Loeza poseía un estilo característico: se trata del trémolo al final de cada frase melódica, como si el saxofón temblara al final de cada línea, lo que permite al escucha identificar de inmediato a la agrupación. Existen dos versiones de ‘Adios Tiro Loco’, la que está en el disco Geografía Musical de Quintana Roo y otra que recién descubrí en unos casets que me facilitara la Maestra Sagra del Río, de una colección de tres que contiene la discografía de Benny, sin fecha de producción, más larga que la versión de Geografía Musical.
Pero el saxofón no era el único elemento del sonido “Benny”. Diría que el órgano Hammond, la tarola de la sección de percusiones y el bajo eran suficientes para identificar a la banda.
La gente recuerda también con mucho agrado ‘Pájaro amarillo’. He platicado con algunos compañeros de trabajo y amigos mayores y coinciden en afirmar que Benny y su Grupo era el mejor grupo de Chetumal. Seguramente si alguna persona que esté leyendo esto y sea nativo de Chetumal recordará algunas etapas de su vida, los bailes a orilla de la bahía, su primera cita o un momento de decepción amorosa que se haya evaporado al calor de la música de Benny.
Pasaron los años y Chetumal se modernizaba lentamente. Llegaron nuevos estilos musicales, la televisión por cable nos trajo la MTV, las radiodifusoras de AM comenzaban a ser relegadas por las de FM. Lejos quedaban los festivales musicales en la Explanada de la Bandera los fines de semana, el Festival Cancún Caribe de 1983 y el Festival Internacional de Cultura del Caribe de 1988 en los que Benny participó con éxito como muestran algunas fotografías en el Archivo General del Estado de Quintana Roo.
Para alegría de muchos, Chetumal entra a la modernidad pero, para tristeza de otros más, se han perdido muchas costumbres y elementos del Chetumal de antaño. Lo cual no está mal desde donde se quiera ver. Pero lo más lamentable de todo es que Benny ha desaparecido de la escena musical y tal parece que no quiere regresar.
No existe una memoria bibliográfica dedicada a Benny –y al resto de las agrupaciones musicales-, él vive al igual que su hermano José. Su música ejemplifica la verdadera identidad musical del sur de Quintana Roo y se ha quedado en la memoria colectiva de los chetumaleños.
Mientras escribí esto escuché algunas piezas interpretadas por Benny y su Grupo: ‘Pájaro amarillo’, ‘Do them back’, ‘El merengue’, ‘Adios Tiro Loco’, ‘Akiyaka’, ‘Kalimán’, ‘Vámonos a Cancún’ y ‘Rin tin tin’.
Después de re-descubrir la música de Benny, de escuchar el material que grabó y encontrar algunas fotografías en los archivos históricos del estado, muchas preguntas surgen. Una pregunta sobresale entre todas: ¿quién trajo el reggae a tierras mexicanas? ¿Ely Combo o Benny y su Grupo? No quiero generar controversia, simplemente es una duda similar a la del huevo y la gallina o aquella de la “cuna del mestizaje”.
Supongo que existen musicólogos en la entidad pero ¿realmente se han empeñado en recopilar la historia de aquellos músicos de la época moderna de Chetumal? Quizá habrá que esperar a que Ry Cooder –quien rescató al Son cubano y sus músicos sobrevivientes en el disco Buenavista Social Club- escuche la música de Benny, de ely, de Opus 6 y Policarpo Aguilar para comenzar con el rescate, antes de que el tiempo cobre sus deudas, cosa que dudo factible.
Se discute mucho acerca de la identidad cultural de Quintana Roo. Más preocupados están con el monumento al ego falócrata a orillas de la Bahía de Chetumal y una secretaría al servicio de intelectuales de café que no permitirán el desarrollo de expresiones jóvenes e innovadoras, que por el rescate de la memoria musical de la ciudad.
Ojalá que Benny lea esto y se convenza de que habemos gente que le admira y extraña. Sería maravilloso volver a escuchar a la agrupación como en sus mejores tiempos.
Si alguien allá afuera tiene material que pueda aportar –otorgando el debido crédito- para comenzar un trabajo bibliográfico, bienvenida sea la colaboración.
Para concluir sólo cabe decir que la aportación musical de Benny y de las demás agrupaciones ha sido muy importante para la cultura local. No dejemos que el tiempo borre su memoria.
Continuará, se los prometo…
No soy nativo de Chetumal. Nací en la Ciudad de México en el año de 1975. Llegué a esta ciudad con mis padres a la edad de 6 años, entonces era 1981. Verano de 1981. Mi padre sería el primero en llegar y al poco tiempo nos reunimos con él. La idea de vivir en un lugar con mar me atraía. El único sitio similar que conocía era Ixtapa Zihuatanejo, de modo que así visualizaba a Chetumal. La música ha sido parte de mi vida desde que tengo uso de razón, era costumbre que en las fiestas navideñas y en cualquier reunión familiar sonaba la música: desde música de la Sonora Santanera, la salsa, la cumbia, Rigo Tovar, Sandro de América, los Beatles y hasta la música Disco de finales de los 70. Esa era la música que en las fiestas familiares y de la colonia se acostumbraba a escuchar, allá en la Ciudad de México.
En 1981 la vida sería diferente. Tan diferente que nos acostumbramos muy pronto a la tranquilidad de la región y el nuevo entorno: el calor, los mosquitos, las tormentas tropicales (que mi padre confundiría con ciclones), la gente, sus costumbres y la música. Y así fue como una tarde-noche de verano, una música peculiar se mostraría a mis oídos como una bienvenida a mi nueva vida. No recuerdo a bien si se trataba de una kermesse o una fiesta popular lo que se realizaba aquella tarde. En compañía de mis nuevos amigos jugábamos una cáscara de fútbol. Al poco rato la música emergió de los altoparlantes colocados en medio de la explanada de aquel entonces llamado CREA. El sonido del saxofón, el órgano, las percusiones y del cantante principal no me sonaba a nada escuchado antes. Era una música muy extraña. Recuerdo las primeras líneas de la canción: “¿Quién lava la ropa?... ¡Pepe! ¿Quién lava los trastes?... ¡Pepe!... ¡Me casé casé, me casé!”
Seguramente mucha gente recuerda estas palabras: era una melodía de Benny y su Grupo. Lo que a mis oídos llegó era Calypso y Reggae en el más puro estilo y sin alteraciones de ninguna índole.
Benny y su Grupo era un conjunto musical muy popular en la ciudad. Junto a otros más como Kontiki, Opus 6 y el Grupo Montecristo y sin olvidar al otrora famoso Ely Combo (a quien dedicaré el mismo espacio más adelante, lo mismo que al resto de las bandas); Benny y su Grupo interpretaban “covers” de canciones de Byron Lee pero que lo mismo tocaban las canciones de compositores locales y su música propia.
¿Cómo olvidar una tarde en Bacalar escuchando ‘Adios Tiro Loco’ o ‘Akiyaka’? esta última es una pieza del grupo procedente de Dominica, Exile One, que tan excelentemente interpretaba Benny.
La gente se entusiasmaba al escucharlos, la alegría se desbordaba y Benny gozaba de la admiración y el cariño del público. Naturalmente, lo que escribo son meros recuerdos y referencias que acumulé durante mi niñez en fiestas, reuniones, bailes públicos en la explanada y en las fiestas del carnaval. Alrededor de 1984 nos mudamos con mi familia por el rumbo de lo que era el Club y Arena Quintana Roo, cerca del Hulubal; cada fin de semana se armaban los bailes. En una ocasión vi a Benny en la televisión local, en el programa Sambay, y me llamó la atención una de las guitarras que Benny poseía: una guitarra Rickenbacker similar a la que utilizaba John Lennon. Un buen día, mi padre compró un caset: Geografía Musical de Quintana Roo. El lado ‘A’ estaba dedicado a la música caribeña con los grupos en boga. Tal caset contenía, si no me equivoco, ‘Adios Tiro Loco’, ‘Kalimán’ y otra más cuyo título no recuerdo.
‘Adios Tiro Loco’ es, de manera personal, la canción que más recuerdo y que me ha tenido noches enteras tratando de descifrar el secreto de su sonido. Como músico hay melodías que despiertan mi interés, ya sea rítmico, armónico o el melódico.
José Loeza, saxofonista y hermano de Benny, logra una interpretación única. Poseedor de un estilo interpretativo, José Loeza imprime un color muy propio de la región, destellos de la música de jarana yucateca y del clásico Ska procedente de Jamaica, muy popular en Belice y en tierras caribeñas. En ‘Adios Tiro Loco’ escuchamos una melodía en dos partes, a manera de estrofa y coro pero en una pieza instrumental. La primera parte se presenta con energía e iniciando con dos saxofones tocando voces diferentes una de la otra, siguiendo con la sección rítmica y armónica (percusiones, guitarra, teclados y bajo). El ritmo se podría confundir con la punta rock beliceña pero en realidad se trata de una pieza en el clásico estilo de Calypso. No obstante, la segunda parte nos ofrece un aire jaranero inconfundible, lo que se conoce como un “seis por ocho”, breve pero contundente y en donde los acentos se intercambian, creando una atmósfera y riqueza rítmica incomparable que resulta difícil tocar a la primera vez.
Ya he mencionado que José Loeza poseía un estilo característico: se trata del trémolo al final de cada frase melódica, como si el saxofón temblara al final de cada línea, lo que permite al escucha identificar de inmediato a la agrupación. Existen dos versiones de ‘Adios Tiro Loco’, la que está en el disco Geografía Musical de Quintana Roo y otra que recién descubrí en unos casets que me facilitara la Maestra Sagra del Río, de una colección de tres que contiene la discografía de Benny, sin fecha de producción, más larga que la versión de Geografía Musical.
Pero el saxofón no era el único elemento del sonido “Benny”. Diría que el órgano Hammond, la tarola de la sección de percusiones y el bajo eran suficientes para identificar a la banda.
La gente recuerda también con mucho agrado ‘Pájaro amarillo’. He platicado con algunos compañeros de trabajo y amigos mayores y coinciden en afirmar que Benny y su Grupo era el mejor grupo de Chetumal. Seguramente si alguna persona que esté leyendo esto y sea nativo de Chetumal recordará algunas etapas de su vida, los bailes a orilla de la bahía, su primera cita o un momento de decepción amorosa que se haya evaporado al calor de la música de Benny.
Pasaron los años y Chetumal se modernizaba lentamente. Llegaron nuevos estilos musicales, la televisión por cable nos trajo la MTV, las radiodifusoras de AM comenzaban a ser relegadas por las de FM. Lejos quedaban los festivales musicales en la Explanada de la Bandera los fines de semana, el Festival Cancún Caribe de 1983 y el Festival Internacional de Cultura del Caribe de 1988 en los que Benny participó con éxito como muestran algunas fotografías en el Archivo General del Estado de Quintana Roo.
Para alegría de muchos, Chetumal entra a la modernidad pero, para tristeza de otros más, se han perdido muchas costumbres y elementos del Chetumal de antaño. Lo cual no está mal desde donde se quiera ver. Pero lo más lamentable de todo es que Benny ha desaparecido de la escena musical y tal parece que no quiere regresar.
No existe una memoria bibliográfica dedicada a Benny –y al resto de las agrupaciones musicales-, él vive al igual que su hermano José. Su música ejemplifica la verdadera identidad musical del sur de Quintana Roo y se ha quedado en la memoria colectiva de los chetumaleños.
Mientras escribí esto escuché algunas piezas interpretadas por Benny y su Grupo: ‘Pájaro amarillo’, ‘Do them back’, ‘El merengue’, ‘Adios Tiro Loco’, ‘Akiyaka’, ‘Kalimán’, ‘Vámonos a Cancún’ y ‘Rin tin tin’.
Después de re-descubrir la música de Benny, de escuchar el material que grabó y encontrar algunas fotografías en los archivos históricos del estado, muchas preguntas surgen. Una pregunta sobresale entre todas: ¿quién trajo el reggae a tierras mexicanas? ¿Ely Combo o Benny y su Grupo? No quiero generar controversia, simplemente es una duda similar a la del huevo y la gallina o aquella de la “cuna del mestizaje”.
Supongo que existen musicólogos en la entidad pero ¿realmente se han empeñado en recopilar la historia de aquellos músicos de la época moderna de Chetumal? Quizá habrá que esperar a que Ry Cooder –quien rescató al Son cubano y sus músicos sobrevivientes en el disco Buenavista Social Club- escuche la música de Benny, de ely, de Opus 6 y Policarpo Aguilar para comenzar con el rescate, antes de que el tiempo cobre sus deudas, cosa que dudo factible.
Se discute mucho acerca de la identidad cultural de Quintana Roo. Más preocupados están con el monumento al ego falócrata a orillas de la Bahía de Chetumal y una secretaría al servicio de intelectuales de café que no permitirán el desarrollo de expresiones jóvenes e innovadoras, que por el rescate de la memoria musical de la ciudad.
Ojalá que Benny lea esto y se convenza de que habemos gente que le admira y extraña. Sería maravilloso volver a escuchar a la agrupación como en sus mejores tiempos.
Si alguien allá afuera tiene material que pueda aportar –otorgando el debido crédito- para comenzar un trabajo bibliográfico, bienvenida sea la colaboración.
Para concluir sólo cabe decir que la aportación musical de Benny y de las demás agrupaciones ha sido muy importante para la cultura local. No dejemos que el tiempo borre su memoria.
Continuará, se los prometo…
amigo! comparto tu fascinacion con la escena reggae de chetumal de los 70s, tengo un lp de ely combo, quisiera ponerme en contacto contigo, para algunas propuestas interesantes...
ResponderBorrarchicosonido@gmail.com
saludos!
Raul E.
hola soy sobrino d benito loeza e hijo d jose loeza. me es muy grato leer estas tan excepcionales paginas ya q es como un homenage a mis raices tanto como chetumaleño como por formar parte d esta maravillosa familia que desde pequeño me inculcaron el valor y el gusto por la musica. a ellos les debe todo lo q soy como persona y ojala mucha gente tenga presente el gran aporte musical q benny y su grupo hizo en su momento al sureste d nuestro pais.
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