ADVERTENCIA.- Si usted está de acuerdo con el maltrato o exterminio de cualquier animal o ser vivo, absténgase de leer este artículo. Algunas opiniones vertidas en este espacio han sido expuestas con fines ilustrativos, de modo que no se debe tomar cada palabra al pie de la letra. El autor no está a favor del exterminio de seres humanos ni animales.
Artículo 3.- Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos de crueldad. Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia. (Ley Universal de los Derechos de los Animales).
Estados Unidos ha legalizado sus prácticas de tortura en prisioneros de guerra, presuntos terroristas, personas con aspecto de árabe, o peor aún, contra mexicanos que intentan cruzar la frontera. Todo por la paranoia del terrorismo mundial. En México, la tortura es una violación a los derechos humanos pero se sigue practicando en todos los niveles y sectores de la población, en instituciones y dentro de las corporaciones policíacas. Toda clase de tortura y exterminio humano es reprobable. Precisamente, Derechos Humanos pretende proteger a todo individuo víctima del maltrato y la tortura en cualquiera de sus modalidades. Pero es de todos sabido que muchos criminales y delincuentes se amparan en esos derechos para poder salir libres como si nada, para seguir manchando las calles con su hedor, frenando así el progreso de la humanidad.
Sin embargo, las técnicas de exterminio de animales callejeros se realizan con éxito: prevención de enfermedades como la rabia, el ataque de un perro o gato hacia los humanos, captura de animales sin collar de identificación y hasta con identificación, mojar y electrocutar animales que no tienen quien los defienda es una actividad recreativa ya que sus dueños no se inmutaron al liberarlos, evitar una responsabilidad y mandar al “mejor amigo del hombre” al matadero. Exterminar a un animal puede disminuir el peligro de enfermedades, pero gozar con el sufrimiento de un ser vivo y su posterior asesinato es la enfermedad más grave del ser humano, así se torture y asesine a un ser humano o un animal.
Es cierto que las calles están infestadas de animales vagabundos portadores de rabia. Muchos de esos perros y gatos son abandonados por sus dueños y en el mayor de los casos, las mascotas abandonadas no fueron sometidas a previo tratamiento médico adecuado como vacunas o la esterilización. De ahí que sean propensos a contraer la rabia y a reproducirse de manera incontrolable.
El abandono se debe a que los dueños llegan a hartarse de las mascotas. Es más fácil deshacerse del animal que asumir una responsabilidad. El mismo caso sucede con algunas mujeres irresponsables –por no utilizar un método anticonceptivo-, al quedar embarazadas deciden abortar el producto en la clandestinidad o tenerlo y descuidar su educación: todo gira en torno de la irresponsabilidad. Los hombres no se quedan atrás, el machismo imperante en estos días no admite el uso del condón. Un niño abandonado se convierte en un niño de la calle.
Un segundo caso de animales vagabundos es que estos obedecen a su instinto de libertad. Perros y gatos salen a la calle como cada uno de nosotros lo hace, obedecen a su necesidad de espacio vital, del conocimiento del medio que les rodea. Los gatos son cazadores por naturaleza y es obvio que se les vea por jardines y parques aledaños en busca de un reptil o un ave. Es la cadena alimenticia. Pero claro, el ser humano es tan inteligente que ignora esos detalles. Los perros necesitan salir a correr para ejercitar sus músculos, no se la viven sentados frente a la computadora. Cada vez hay menos espacio para los animales ya que el ser humano destruye selvas y bosques para construir complejos habitacionales. ¡Vaya! ¡El planeta se ha sobrepoblado de seres humanos! Sería una buena idea exterminar a una parte de la población. Pero a eso le llamarían genocidio y se castiga de manera severa (cuando a un régimen político le conviene, y cuando no, lo pone en práctica).
“Hay que exterminar a todos los perros callejeros”, claman algunas personas. La NORMA OFICIAL MEXICANA PROY-NOM-042-SSA2-2000, menciona en su introducción lo siguiente:
“Los centros de atención canina, son establecimientos de servicio público orientados a resolver los problemas que provocan los perros y, en menor proporción los gatos, tanto en la vía pública como en los domicilios, que ponen en riesgo la salud de la población (…) en el México actual la sociedad ha evolucionado buscando lograr una relación armónica para con sus perros y gatos, hecho que obliga a reorientar el trabajo de estos establecimientos públicos.
“Sin embargo, en la medida en que se ha reducido la rabia en esta especie, la sociedad exige otra participación de estos establecimientos orientada a mejorar la convivencia con los perros (…).”
Asimismo tiene como objetivo establecer las especificaciones sanitarias de los centros de atención canina que permitan orientar las acciones de salud pública, para prevenir enfermedades zoonóticas y lesiones a la población en general ocasionadas por los perros y gatos. Todos vimos el video de los perritos sacrificados por el personal “perfectamente capacitado” de la perrera municipal. Antes de señalar, culpar o castigar a cualquier persona involucrada, conviene investigar si esas personas acatan las disposiciones de la Norma Oficial Mexicana; enlistaré algunas especificaciones y funciones de tal norma que considero importantes en el caso de sacrificio de perros y gatos callejeros. La norma es de observancia obligatoria a nivel nacional.
Para los fines de esta Norma, se entiende por:
3.13 Eliminación de animales, al sacrificio sin crueldad, mediante métodos adecuados de perros y gatos, sean sanos, con sospecha o confirmación de una enfermedad, con lesiones traumáticas o cualquiera otra afección, que les causen sufrimiento, y aquellos que no hayan sido reclamados por sus dueños o que representen riesgos para la salud.
3.24 Sacrificio, al acto que provoca la muerte de perros y gatos, de manera adecuada y sin dolor, por medio de métodos físicos o químicos.
3.27 Trato humanitario, al conjunto de medidas para disminuir tensión, sufrimiento, traumatismos y dolor de los animales, durante su captura, movilización, exhibición, cuarentena, comercialización, aprovechamiento, entrenamiento y sacrificio.
En las especificaciones, se describe lo siguiente:
4.1.3 Los centros de atención canina, deberán tener como responsable técnico a un médico veterinario zootecnista, con cédula profesional, con un posgrado en salud pública, en medicina preventiva, especialista en pequeñas especies; o experiencia laboral demostrable en este tipo de actividades con un mínimo de cinco años; esto independientemente de la persona a quien se designe como director.
De las actividades:
4.2.14 Los animales callejeros o en la calle (perros y gatos) capturados deberán ser identificados y registrados de inmediato en la bitácora de recorrido del vehículo perrera, serán retenidos en corraletas o jaulas individuales; durante el desembarque de estos animales, se les dará un trato humanitario y se les evitarán actos de crueldad y movimientos bruscos. Se confinarán por un mínimo de 48 horas y un máximo de 72 horas, lapso que permitirá a sus dueños a acudir a reclamarlos (…).
4.2.18 Las técnicas que deberán utilizarse para el sacrificio son: electroinsensibilización, si se trata de perros mayores de 4 meses; en perros adultos y cachorros, sobredosis de barbitúricos por vía intravenosa; en cachorros menores de 4 meses y gatos, aplicar una sobredosis de barbitúricos por vía intracardíaca; en todos los casos, conforme lo establece la NOM-033-ZOO-1995, sacrificio humanitario de los animales domésticos y silvestres.
4.2.20 No se deberá utilizar veneno ni cualquier otro método no incluido en la presente Norma para el sacrificio de perros y gatos.
Lo anterior es con respecto a lo presentado en un video a través de un noticiero matutino. Quien haya visto aquel video habrá derramado lágrimas, algunos más las contuvieron y muchos –como yo- nos aguantamos el coraje y las ganas de salir a electrocutar a los verdugos. Esas personas simplemente cumplen con su trabajo, cierto, pero también ponen en tela de juicio el funcionamiento de los organismos municipales de salud, el correcto desempeño de las autoridades y encargados de dicha tarea. Antes de castigar al culpable, es necesario realizar un estudio para determinar si se comete una irregularidad en tales casos. Tampoco dudo que las personas de la perrera municipal realizaron la grabación del video a propósito. Sin embargo se pone en evidencia la supuesta capacitación, además de su bestialismo y grado de inferioridad, al sacrificar de manera tan cruel a un perrito.
A Hitler se le ocurrió la idea de exterminar a las razas inferiores. Deberíamos poner manos a la obra. Exterminar en masa a los reos encerrados los cientos de reclusorios en el país ayudaría a ahorrar una millonada gastada en mugre social, que bien puede destinarse en salud, educación y progreso… pero a eso le llamarían genocidio y fascismo (hasta comunismo si esto lo lee algún ultraderechista). El pandillerismo es un caso similar por la proliferación de bandas y el incremento de sus integrantes: nos han arrebatado las calles pero, ¿a ellos quien los encierra, los tortura y electrocuta? Nadie, porque la Comisión Nacional de Derechos Humanos pegaría el grito en el cielo, los defendería y haría lo imposible por librarlos del castigo de la justicia. Son seres humanos, no merecen el maltrato. Libres de nuevo, la pandilla arremete contra un adolescente a patadas hasta matarlo. Poco después, la madre del adolescente muerto clamaría por justicia, siendo su grito un sonido sin eco en los oídos sordos de las autoridades judiciales.
Repito, no apruebo la tortura ni el exterminio pero hay cosas que no se hacen de la manera correcta y otras que se hacen a la perfección pero sin la capacitación necesaria y con toda la crueldad posible, inhumana. En el problema de los animales callejeros TODOS SOMOS CULPABLES porque no nos informamos de manera correcta y porque EVADIMOS LA RESPONSABILIDAD para con nuestras mascotas, desde brindarles una vida sana, feliz y respetuosa. El hecho de que sean animales no los convierte en la fuente de todos los males, tampoco olvidemos que el ser humano es el depredador más grande, portador de enfermedades sociales y de una capacidad destructiva que supera a la furia de la naturaleza.
Antes de adquirir una mascota es necesario tener conciencia de la responsabilidad que representa. Lo mismo sucede con la decisión de tener un hijo, o de experimentar un embarazo no deseado. La sobrepoblación de perros y gatos callejeros se puede evitar mediante la esterilización de las especies. Un hijo no deseado se puede evitar por métodos anticonceptivos -un profiláctico mental para evitar la pésima influencia de la Iglesia Católica contra estos métodos, y otro profiláctico al momento de realizar el acto sexual- como el condón, pastillas o dispositivos intrauterinos. Sobre todo, y muy importante, la educación es básica. Hay que educar a la gente que planea tener una mascota sobre los cuidados, el entrenamiento, vacunas, la sana convivencia y derechos de las mismas. Porque si los seres humanos tienen derechos, los animales también los tienen y están respaldados por la ONU y la UNESCO.
¿Por qué hice la comparación entre mascotas e hijos? Porque ambos representan una gran responsabilidad y está en nuestras manos su correcto crecimiento y desarrollo; necesitan protección, cuidados. Un ser humano puede defenderse de una u otra forma, pero un animal no. A nadie le gustaría ver la muerte de un hijo de manera tan cruel como los elementos de la perrera municipal lo hacen con los perros callejeros. Todo por no seguir las normas establecidas, por ahorrar unos cuantos pesos, por no contar con el equipo adecuado para sacrificios.
Fuentes.-
Para consultar la NOM :http://www.salud.gob.mx/unidades/dgaj/archivos/archivos/dof/2004/mayo/0305041.htm
Para consultar la Declaración Universal de los Derechos de los Animales:
http://www.elclubdetobi.com/derechos.shtml
Artículo 3.- Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos de crueldad. Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia. (Ley Universal de los Derechos de los Animales).
Estados Unidos ha legalizado sus prácticas de tortura en prisioneros de guerra, presuntos terroristas, personas con aspecto de árabe, o peor aún, contra mexicanos que intentan cruzar la frontera. Todo por la paranoia del terrorismo mundial. En México, la tortura es una violación a los derechos humanos pero se sigue practicando en todos los niveles y sectores de la población, en instituciones y dentro de las corporaciones policíacas. Toda clase de tortura y exterminio humano es reprobable. Precisamente, Derechos Humanos pretende proteger a todo individuo víctima del maltrato y la tortura en cualquiera de sus modalidades. Pero es de todos sabido que muchos criminales y delincuentes se amparan en esos derechos para poder salir libres como si nada, para seguir manchando las calles con su hedor, frenando así el progreso de la humanidad.
Sin embargo, las técnicas de exterminio de animales callejeros se realizan con éxito: prevención de enfermedades como la rabia, el ataque de un perro o gato hacia los humanos, captura de animales sin collar de identificación y hasta con identificación, mojar y electrocutar animales que no tienen quien los defienda es una actividad recreativa ya que sus dueños no se inmutaron al liberarlos, evitar una responsabilidad y mandar al “mejor amigo del hombre” al matadero. Exterminar a un animal puede disminuir el peligro de enfermedades, pero gozar con el sufrimiento de un ser vivo y su posterior asesinato es la enfermedad más grave del ser humano, así se torture y asesine a un ser humano o un animal.
Es cierto que las calles están infestadas de animales vagabundos portadores de rabia. Muchos de esos perros y gatos son abandonados por sus dueños y en el mayor de los casos, las mascotas abandonadas no fueron sometidas a previo tratamiento médico adecuado como vacunas o la esterilización. De ahí que sean propensos a contraer la rabia y a reproducirse de manera incontrolable.
El abandono se debe a que los dueños llegan a hartarse de las mascotas. Es más fácil deshacerse del animal que asumir una responsabilidad. El mismo caso sucede con algunas mujeres irresponsables –por no utilizar un método anticonceptivo-, al quedar embarazadas deciden abortar el producto en la clandestinidad o tenerlo y descuidar su educación: todo gira en torno de la irresponsabilidad. Los hombres no se quedan atrás, el machismo imperante en estos días no admite el uso del condón. Un niño abandonado se convierte en un niño de la calle.
Un segundo caso de animales vagabundos es que estos obedecen a su instinto de libertad. Perros y gatos salen a la calle como cada uno de nosotros lo hace, obedecen a su necesidad de espacio vital, del conocimiento del medio que les rodea. Los gatos son cazadores por naturaleza y es obvio que se les vea por jardines y parques aledaños en busca de un reptil o un ave. Es la cadena alimenticia. Pero claro, el ser humano es tan inteligente que ignora esos detalles. Los perros necesitan salir a correr para ejercitar sus músculos, no se la viven sentados frente a la computadora. Cada vez hay menos espacio para los animales ya que el ser humano destruye selvas y bosques para construir complejos habitacionales. ¡Vaya! ¡El planeta se ha sobrepoblado de seres humanos! Sería una buena idea exterminar a una parte de la población. Pero a eso le llamarían genocidio y se castiga de manera severa (cuando a un régimen político le conviene, y cuando no, lo pone en práctica).
“Hay que exterminar a todos los perros callejeros”, claman algunas personas. La NORMA OFICIAL MEXICANA PROY-NOM-042-SSA2-2000, menciona en su introducción lo siguiente:
“Los centros de atención canina, son establecimientos de servicio público orientados a resolver los problemas que provocan los perros y, en menor proporción los gatos, tanto en la vía pública como en los domicilios, que ponen en riesgo la salud de la población (…) en el México actual la sociedad ha evolucionado buscando lograr una relación armónica para con sus perros y gatos, hecho que obliga a reorientar el trabajo de estos establecimientos públicos.
“Sin embargo, en la medida en que se ha reducido la rabia en esta especie, la sociedad exige otra participación de estos establecimientos orientada a mejorar la convivencia con los perros (…).”
Asimismo tiene como objetivo establecer las especificaciones sanitarias de los centros de atención canina que permitan orientar las acciones de salud pública, para prevenir enfermedades zoonóticas y lesiones a la población en general ocasionadas por los perros y gatos. Todos vimos el video de los perritos sacrificados por el personal “perfectamente capacitado” de la perrera municipal. Antes de señalar, culpar o castigar a cualquier persona involucrada, conviene investigar si esas personas acatan las disposiciones de la Norma Oficial Mexicana; enlistaré algunas especificaciones y funciones de tal norma que considero importantes en el caso de sacrificio de perros y gatos callejeros. La norma es de observancia obligatoria a nivel nacional.
Para los fines de esta Norma, se entiende por:
3.13 Eliminación de animales, al sacrificio sin crueldad, mediante métodos adecuados de perros y gatos, sean sanos, con sospecha o confirmación de una enfermedad, con lesiones traumáticas o cualquiera otra afección, que les causen sufrimiento, y aquellos que no hayan sido reclamados por sus dueños o que representen riesgos para la salud.
3.24 Sacrificio, al acto que provoca la muerte de perros y gatos, de manera adecuada y sin dolor, por medio de métodos físicos o químicos.
3.27 Trato humanitario, al conjunto de medidas para disminuir tensión, sufrimiento, traumatismos y dolor de los animales, durante su captura, movilización, exhibición, cuarentena, comercialización, aprovechamiento, entrenamiento y sacrificio.
En las especificaciones, se describe lo siguiente:
4.1.3 Los centros de atención canina, deberán tener como responsable técnico a un médico veterinario zootecnista, con cédula profesional, con un posgrado en salud pública, en medicina preventiva, especialista en pequeñas especies; o experiencia laboral demostrable en este tipo de actividades con un mínimo de cinco años; esto independientemente de la persona a quien se designe como director.
De las actividades:
4.2.14 Los animales callejeros o en la calle (perros y gatos) capturados deberán ser identificados y registrados de inmediato en la bitácora de recorrido del vehículo perrera, serán retenidos en corraletas o jaulas individuales; durante el desembarque de estos animales, se les dará un trato humanitario y se les evitarán actos de crueldad y movimientos bruscos. Se confinarán por un mínimo de 48 horas y un máximo de 72 horas, lapso que permitirá a sus dueños a acudir a reclamarlos (…).
4.2.18 Las técnicas que deberán utilizarse para el sacrificio son: electroinsensibilización, si se trata de perros mayores de 4 meses; en perros adultos y cachorros, sobredosis de barbitúricos por vía intravenosa; en cachorros menores de 4 meses y gatos, aplicar una sobredosis de barbitúricos por vía intracardíaca; en todos los casos, conforme lo establece la NOM-033-ZOO-1995, sacrificio humanitario de los animales domésticos y silvestres.
4.2.20 No se deberá utilizar veneno ni cualquier otro método no incluido en la presente Norma para el sacrificio de perros y gatos.
Lo anterior es con respecto a lo presentado en un video a través de un noticiero matutino. Quien haya visto aquel video habrá derramado lágrimas, algunos más las contuvieron y muchos –como yo- nos aguantamos el coraje y las ganas de salir a electrocutar a los verdugos. Esas personas simplemente cumplen con su trabajo, cierto, pero también ponen en tela de juicio el funcionamiento de los organismos municipales de salud, el correcto desempeño de las autoridades y encargados de dicha tarea. Antes de castigar al culpable, es necesario realizar un estudio para determinar si se comete una irregularidad en tales casos. Tampoco dudo que las personas de la perrera municipal realizaron la grabación del video a propósito. Sin embargo se pone en evidencia la supuesta capacitación, además de su bestialismo y grado de inferioridad, al sacrificar de manera tan cruel a un perrito.
A Hitler se le ocurrió la idea de exterminar a las razas inferiores. Deberíamos poner manos a la obra. Exterminar en masa a los reos encerrados los cientos de reclusorios en el país ayudaría a ahorrar una millonada gastada en mugre social, que bien puede destinarse en salud, educación y progreso… pero a eso le llamarían genocidio y fascismo (hasta comunismo si esto lo lee algún ultraderechista). El pandillerismo es un caso similar por la proliferación de bandas y el incremento de sus integrantes: nos han arrebatado las calles pero, ¿a ellos quien los encierra, los tortura y electrocuta? Nadie, porque la Comisión Nacional de Derechos Humanos pegaría el grito en el cielo, los defendería y haría lo imposible por librarlos del castigo de la justicia. Son seres humanos, no merecen el maltrato. Libres de nuevo, la pandilla arremete contra un adolescente a patadas hasta matarlo. Poco después, la madre del adolescente muerto clamaría por justicia, siendo su grito un sonido sin eco en los oídos sordos de las autoridades judiciales.
Repito, no apruebo la tortura ni el exterminio pero hay cosas que no se hacen de la manera correcta y otras que se hacen a la perfección pero sin la capacitación necesaria y con toda la crueldad posible, inhumana. En el problema de los animales callejeros TODOS SOMOS CULPABLES porque no nos informamos de manera correcta y porque EVADIMOS LA RESPONSABILIDAD para con nuestras mascotas, desde brindarles una vida sana, feliz y respetuosa. El hecho de que sean animales no los convierte en la fuente de todos los males, tampoco olvidemos que el ser humano es el depredador más grande, portador de enfermedades sociales y de una capacidad destructiva que supera a la furia de la naturaleza.
Antes de adquirir una mascota es necesario tener conciencia de la responsabilidad que representa. Lo mismo sucede con la decisión de tener un hijo, o de experimentar un embarazo no deseado. La sobrepoblación de perros y gatos callejeros se puede evitar mediante la esterilización de las especies. Un hijo no deseado se puede evitar por métodos anticonceptivos -un profiláctico mental para evitar la pésima influencia de la Iglesia Católica contra estos métodos, y otro profiláctico al momento de realizar el acto sexual- como el condón, pastillas o dispositivos intrauterinos. Sobre todo, y muy importante, la educación es básica. Hay que educar a la gente que planea tener una mascota sobre los cuidados, el entrenamiento, vacunas, la sana convivencia y derechos de las mismas. Porque si los seres humanos tienen derechos, los animales también los tienen y están respaldados por la ONU y la UNESCO.
¿Por qué hice la comparación entre mascotas e hijos? Porque ambos representan una gran responsabilidad y está en nuestras manos su correcto crecimiento y desarrollo; necesitan protección, cuidados. Un ser humano puede defenderse de una u otra forma, pero un animal no. A nadie le gustaría ver la muerte de un hijo de manera tan cruel como los elementos de la perrera municipal lo hacen con los perros callejeros. Todo por no seguir las normas establecidas, por ahorrar unos cuantos pesos, por no contar con el equipo adecuado para sacrificios.
Fuentes.-
Para consultar la NOM :http://www.salud.gob.mx/unidades/dgaj/archivos/archivos/dof/2004/mayo/0305041.htm
Para consultar la Declaración Universal de los Derechos de los Animales:
http://www.elclubdetobi.com/derechos.shtml
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