No es que no quiera mostrar mi corazón, es que se evaporó en un sorbo a solas, en un rincón frío y húmedo, entre sus piernas vegetales.
Al caer dentro del abismo sónico, la percepción se expande como el tiempo. He aqui las visiones de esa lenta caída. Espacio abierto a todos cuantos sepan leer.