miércoles, noviembre 23, 2011

Es el espíritu de la música caribeña la que recorre las venas abiertas del pueblo chetumaleño…


CHETUMAL.- En el año 2005, el periodista Víctor Roura visitó Chetumal con motivo de una conferencia magistral ofrecida en la Universidad de Quintana Roo dentro del marco de una Jornada Cultural sobre rock (El rock y sus fronteras elásticas) pues su especialidad es el periodismo de rock desde los años 70 del siglo XX. Su estancia en la ciudad y la apreciación personal sobre los grupos musicales de esta región le llevaron a escribir un artículo para el diario El financiero donde afirma que Chetumal es una ciudad “extrañamente no rockera”. Una primera apreciación de esta declaración le daría la razón al periodista, pero el análisis profundo y desde la perspectiva de quien vive diariamente en esta geografía, llevaría a pensar que el periodista tiene razón, pero solo parcialmente ya que Chetumal cuenta con una tradición musical netamente caribeña.
Prueba de ello fue el poder de convocatoria que actualmente tienen las bandas de reggae y ska emergidas en Chetumal, sumado al ánimo y excitación desbordado durante las presentaciones de Cultura Profética y Byron Lee & the Dragonaires en la Explanada de la Bandera durante el Festival de Cultura del Caribe 2011. El chetumaleño no puede negar la cruz de su parroquia y vibra al ritmo de canciones como “Tiny Winey” o “Hot hot hot”.
Este encuentro con la identidad caribeña se encuentra reforzado por la tradición de la práctica musical caribeña que se niega a morir frente a la invasión de nuevas formas musicales como el reguetón o la música de banda, modificada para satisfacer el gusto popular. Desde los años 60 del siglo XX, los primeros grupos de ska y reggae surgidos en Chetumal como Benito Mercerón (Benny Loeza) y el Conjunto Siboney y el mítico grupo Ely Combo, fueron quienes sentaron las bases para que las generaciones posteriores de músicos de la localidad.
En la década de los 80 el Club y Arena Quintana Roo fue el santuario de la música caribeña por excelencia en el que cada fin de semana se organizaban bailes populares con grupos como Chacón y su grupo Montecristo, Benny y su Grupo, Opus 6, Gilharry Seven, Kontiki, Los Cuervos, Super Crack, Lucio y su Nueva Generación, Chico Ché y la Crisis, entre otras bandas memorables de Corozal, San Pedro, Orange Walk y Chetumal.
Fue en la década de los 90 cuando las nuevas tendencias musicales comenzaron a invadir el gusto de los jóvenes. Con la introducción de la televisión por cable en algunas zonas “privilegiadas” de la ciudad, muchos jóvenes volvieron su vista y sus oídos al sonido procedente de la MTV, abriendo una ventana sensorial al mundo que comenzaba el acelerado proceso de globalización en medio de una crisis económica como nunca antes se había vivido en México. Así, Chetumal vivió el movimiento “subterráneo” de bandas de rock dedicadas a interpretar “versiones” de otros grupos de rock nacional y norteamericano, saturando la escena de pocas propuestas novedosas y demasiados sentimientos de competencia e intereses económicos. En la ciudad existieron dos foros importantes en el sentido “laboral”, los bares “Es 3” y “Rock Shots”. Los músicos “caribeños” se refugiaron en su propia escena subterránea, esperando la ocasión para tomar lo que por derecho les corresponde.
La demanda pública por lugares de entretenimiento sin “greñudos escandalosos y marihuanos” eclipsó el espíritu rockero de dichos foros y los grupos de rock se refugiaron en los foros improvisados, recibiendo poco apoyo de las instituciones culturales, relegándolos al anonimato. En los últimos diez años son pocos los grupos de esta vertiente musical los que han recibido apoyo del sector cultural.
Lo que sucedió durante la primera década del año 2000 hasta nuestros días merece la atención de los estudiosos del fenómeno cultural y musical de nuestra región. Una joven avanzada de músicos chetumaleños nacidos hacia la segunda mitad de la década de los 80 vendría a retomar la tradición musical caribeña que los músicos rockeros ignoraron. La sociedad chetumaleña, tan arraigada a los ritmos frenéticos y sensuales de la música caribeña y cuyo espíritu se encuentra agazapado en la mazmorra de la “doble moral”, consideró inapropiado dejarse llevar por el frenesí de los ritmos provenientes de Jamaica y Belice, relegándolos injustamente al gusto de las clases marginadas.
Los grupos de la nueva generación musical de Chetumal tienen tanto poder de convocatoria que sin problema logran llenar un foro como la Explanada de la Bandera y cuya experiencia en escena les permite ser portavoces de la nueva conciencia. Sin embargo los grupos musicales locales se encuentran con la sempiterna apatía de las instituciones culturales y hasta de los empresarios quienes cierran las puertas a toda forma de expresión artística comprometida con el placer estético y la difusión de las ideas.
Lo que escuchamos la noche del 19 de noviembre con Byron Lee & the Dragonaires, es el sonido de esta tierra, la del sur del estado. No es ni la Salsa, ni el reguetón ni Ricardo Cerato: es el calypso y la soca, el ska y el reggae, el brockdon.
El cierre del Festival de Cultura del Caribe registró una audiencia de más de 2 mil personas que bailaron y se emocionaron con la actuación de Byron Lee & the Dragonaires, hecho que trajo a la memoria de muchos chetumaleños aquellas inolvidables tardeadas en la Explanada de la Bandera amenizadas por Ely Combo o Benny y su Grupo. Víctor Roura tuvo razón en afirmar que el público chetumaleño no es rockero, pero no tuvo el tiempo suficiente para percatarse de la herencia caribeña que los músicos contemporáneos han tomado como estandarte de una identidad cultural a la que se niegan a renunciar y que ha sido tomada por artistas villamelones que buscan el favor de una institución cultural que da la espalda a las manifestaciones artísticas surgidas del pueblo chetumaleño, ese mismo que lleva el espíritu de la música caribeña en su interior.

lunes, noviembre 21, 2011

Y así llegó a su fin el Festival de Cultura del Caribe 2011


CHETUMAL.- Luego de diez años desde su cancelación y en los que hubo otros festivales que no lograron cumplir con las expectativas, finalmente se realizó el Festival de Cultura del Caribe 2011 en diferentes sedes de los diez municipios del estado. Tal y como se anunció al inicio de la nueva administración estatal, dicho festival volvería para quedarse con el objetivo de colocar a Quintana Roo dentro del escenario cultural internacional, además de atraer al turismo y reactivar la actividad económica local. En efecto, la realización de este festival viene bien ya que un amplio sector de la sociedad lo demanda con la esperanza de que se convierta en una tradición anual.
Del 13 al 19 de noviembre Chetumal recibió la obra de artistas de Venezuela, Haití, México y fue escenario de espectáculos musicales de artistas como Eugenia León, Arturo Sandoval y Byron Lee, entre otros, en tanto que el Museo de la Cultura Maya y la Universidad de Quintana Roo sirvieron como auditorio para las voces del Caribe y la zona maya con las Jornadas Literarias. El Cine Club de la Casa de la Cultura de Chetumal exhibió algunas cintas de Venezuela y México y en el Teatro Constituyentes del 74 se presentaron dos conferencias de carácter musical impartidas por Jaime Almeida y el maestro Enrique Jiménez López, respectivamente. Hubo poca actividad teatral aunque en Cancún se realizó la Muestra Estatal de Teatro.
Todas las actividades del programa se llevaron a cabo excepto una, la conferencia “Cosmovisión maya” de Edgar Coyoy Ordoñez, programado para el día martes 15 de noviembre a las 9 de la mañana en el Museo de la Cultura Maya. Hubo gente que llegó puntual a la cita y salió muy molesta debido a la cancelación de la conferencia y especialmente, a la falta de atención por parte del staff quienes no supieron dar información acerca de cambio de fecha y horario para esta actividad.
La programación de actividades sufrió cambios de último momento, razón por la cual esta no pudo distribuirse en formato impreso con días de anticipación, y la gente ya preguntaba por la programación final. El público no tuvo acceso a esta sino hasta un día antes de la inauguración.
En este sentido, dicha programación fue cuestionada por la gente involucrada en el quehacer artístico y el público en general y fue poco comentada entre los medios de comunicación, limitándose a la difusión de las actividades de manera oficial. En realidad las actividades no acapararon la atención de los medios de comunicación especializados en temas culturales y sociales –sociales en el término académico de la palabra y no de “las caras bonitas”- mientras que el sector joven de la población mostró poco interés y total apatía hacia el resto de las actividades académicas o las exhibiciones plásticas. De este modo fue notable la asistencia de niños estudiantes de primaria y secundaria, así como de jóvenes estudiantes de bachillerato “acarreados” con el pretexto de “puntos extra” en la calificación final del semestre.
Las exposiciones de trajes regionales, la muestra de timbres postales o la exhibición de artistas descalzos de Haití no atrajeron la atención e interés del público chetumaleño. Recintos como el Poliforum Cultural “Rafael E. Melgar”, las salas de exposición del Museo de la Cultura Maya y el Paseo del Arte lucieron vacíos durante la jornada.
Recordemos que Chetumal es una “ciudad burocrática” con horario de trabajo de ocho de la mañana a cuatro de la tarde. Todas las actividades del Festival se realizaron en horas de trabajo y de clases; los estudiantes universitarios están poco habituados a asistir a jornadas académicas externas, a menos que les resulte interesante u obtengan una calificación en el semestre. ¿Qué podía ofrecer a los jóvenes universitarios un programa limitado a lectura de obras, presentaciones de libros y un taller de creación literaria cuando los mismos jóvenes no son capaces de leer una página entera de cualquier libro? ¿Acaso en Chetumal no se realizan lectura de obras y presentaciones de libros con los “Miércoles de autor” que fue necesario aprovechar el foro del festival? ¿Por qué meter tantos “eventitos” y aprovechar la Muestra Estatal de Teatro tan solo para engordar una programación que a último minuto se armó a toda prisa y no se organizó con mucho tiempo de antelación?
Hizo falta la presencia de autores destacados, amén de los creadores locales sobresalientes y que se mantienen en activo, pero no hubo ninguno con el poder de convocatoria que otorgara un sello memorable al FEstival.
En comparación con las actividades efectuadas en Cancún, Chetumal se quedó con lo mismo de siempre: encuentros literarios atractivos para unos cuantos lectores, presentación de bailes folklóricos con dos grupos distintos presentando el mismo espectáculo; un escenario adyacente al escenario principal en la Explanada de la Bandera, muy mal sonorizado e iluminado de manera pésima. El miércoles 16 de noviembre se presentaron los grupos Skuadron 16, Korto Circuito, Hierba Santa, Chan Santa Roots y Kesse Kesse, grupos chetumaleños, en un escenario adyacente al principal, instalados en la Explanada de la Bandera. Las deficiencias técnicas se notaron durante el desarrollo del concierto y los músicos locales, visiblemente molestos, continuaron con su actuación hasta el final. Entre los músicos trascendió el comentario de que hubo malos tratos hacia ellos por parte de la organización quienes pretendían recortarles el tiempo de participación, aunque nadie lo confirmó por temor a represalias traducidas en el recorte de espacios y foros o la censura de la cultura institucionalizada. El total menosprecio hacia las bandas musicales de Chetumal es el cáncer del desarrollo musical y artístico local, afectando a quienes no están alineados a las políticas de la Secretaría de Cultura y aplican la visión hegemónica cultural de una clase social que no considera a los jóvenes como un sector de la población consumidora de arte y cultura y como fuente creadora de propuestas novedosas, sino como una a la que hay que negarle el acceso a becas artísticas y programas de desarrollo cultural.
La opinión de una asistente durante la presentación del trompetista Arturo Sandoval fue que una parte importante del Festival “es que la gente que pudo asistir a las presentaciones en la Explanada, se levante a bailar y se divierta”. La segunda opinión de la misma persona fue que durante un festival de este tipo, espera terminar con una sonrisa en su rostro después de ver un espectáculo como el de Arturo Sandoval; espera también conocer, sentir cosas, conocer las formas y las manifestaciones distintas e intercambios culturales. Sin embargo, reconoció, esto no lo encontró en ningún momento.
Según el diccionario de la Real Academia Española, Cultura es el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Desde el punto de vista antropológico la cultura es el conjunto de elementos de índole material o espiritual, organizados lógica y coherentemente que incluye los conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho, los usos y costumbres, y todos los hábitos y aptitudes adquiridos por hombres y mujeres en su condición de miembros de la sociedad.
Cabe reflexionar si nuestra entidad conserva su cultura o se ha adaptado a los tiempos actuales presentando nuevos sincretismos hacia la consolidación de la identidad quintanarroense, o si la hegemonía cultural de un sector de la sociedad interesada más en los ídolos nacidos de “La Voz México” que en el desarrollo cultural de una sociedad caribeña instruida y orgullosa de sus raíces. También merece la pena revisar los objetivos reales del Festival de Cultura del Caribe, buscar una inversión que permita organizar y llevar a cabo un programa sólido, sin alteraciones de último minuto y equilibrado en cuanto a disciplinas artísticas y académicas se refiere, y hecho con la calidad que el público merece. No se puede dejar la organización de un festival de esta magnitud en manos de gente sin visión social de la cultura. Un sondeo entre la sociedad convendría para la futura organización de este evento.
Pero lo más importante de todo es que el Festival de Cultura del Caribe perdure y se convierta en uno de los eventos más esperados del año en nuestro estado. Como todos los proyectos que se emprenden, el Festival aún tiene un largo camino por recorrer y seguramente con el trabajo, coordinación y apertura a todas las formas de expresión cultural, puede llegar a convertirse en un festival a la altura del Festival Internacional Cervantino o el propio Festival de Jazz de la Riviera Maya.

sábado, noviembre 19, 2011

Javier España presentó el poemario "Las historias de la luz"


CHETUMAL.- Recuperar la niñez a través de la convivencia diaria con sus hijos ha motivado al poeta chetumaleño Javier España Novelo a enfocar su labor creativa hacia la literatura infantil. Este jueves presentó el libro “Las historias de la luz” ante público infantil, juvenil e intelectual asistente a las Jornadas Literarias del Festival de Cultura del Caribe 2011, en el Auditorio del Museo de la Cultura Maya.
“Las historias de la luz” es un libro de poesía en prosa inspirado en sus hijos Omar y Estefanía de 12 y 7 años, respectivamente, y en el que el autor recupera al niño que lleva dentro describiendo los cambios producidos dentro de la familia con la llegada de la hermana de Omar.

El escritor Ramón Iván Suárez Caamal, presentador del libro junto a Rodolfo Novelo Ovando, expresó: “Desde los ojos de un niño el mundo es luminoso. Desde los ojos de Omar y de Estefanía y desde los ojos de todos los niños surgen estas historias de la luz. Y Omar es quien cuenta. Pero Omar es Javier (su padre, el poeta) y Javier es Omar y Estefanía y todos son todos y somos todos en este libro cuya magia nos envuelve.”
Rodolfo Novelo Ovando compartió dos perspectivas del libro en los que coincidió en la necesidad de buscar y recuperar al niño que llevamos dentro.
“Las historias de la luz” contiene 58 poemas escritos en prosa con ilustraciones de Leticia Dávila Acosta. Dicha obra será donada a las Salas de Lectura del Programa Nacional del CONACULTA.
Luego de la lectura de algunos poemas seleccionados para la ocasión, Javier España Novelo expresó que los niños tienen ideas y sentimientos muy profundos, condición que no puede ignorarse en la literatura escrita para ellos.
El autor enfatizó la importancia de la lectura en las relaciones de padres e hijos pues les estimula la curiosidad, la imaginación y crea lazos sólidos de convivencia familiar, a la vez que fomentan una buena educación para el futuro.
Niños y jóvenes de bachillerato expresaron su gratitud al poeta por escribir literatura dedicada para ellos, labor necesaria para conocer mejor el mundo y sus propias emociones. Una joven de bachillerato dijo que actualmente a muchos jóvenes les resulta difícil adquirir hábitos de lectura debido a la influencia de los medios de comunicación como la televisión o las redes sociales, pero con los temas desarrollados en la poesía de Javier España encuentran un medio divertido para empezar a leer ya que tocan las fibras más profundas de su espíritu.
Finalmente el autor resaltó que en la literatura infantil no deben crearse arquetipos de niños y hay que propiciar la búsqueda del universo personal.
“Las historias de la luz” estará disponible en la Sala de Lectura de la biblioteca pública “Javier Rojo Gómez”. Javier España Novelo es autor de otro poemario para niños, “La suerte cambia la vida”, ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños en 2004. Las ilustraciones son del maestro Javier España Novelo.

Kesse Kesse


CHETUMAL.- Kesse Kesse es una agrupación especializada en la interpretación de danzas y ritmos africanos conformada por bailarines y músicos de Chetumal y Bacalar. Con tres años de existencia ofrecen un espectáculo que incluye malabarismos con fuego, danza y música ejecutada djembés y tambores africanos. Su director es el percusionista Gandhi García (egresado de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana con más de doce años en el estudio y recopilación de este tipo de música) y habló acerca de la labor del grupo en entrevista.
¿Cómo surge la agrupación y de qué raíces parte su propuesta?
“Todo esto surge en el momento en que por azares del destino nos encontramos los elementos que actualmente conformamos el grupo, todos con experiencia previa en este estilo de música y que hemos adquirido a través de cursos y clases magistrales de maestros que han venido al país y afortunadamente no ha sido necesario salir del país para adquirir esta información que da un bagaje que se ha preservado por muchos años. Es música tradicionla lo que nosotros hacemos y hemos encontrado nuestro estilo propio con las propuestas de los propios elementos, tanto en los malabares con fuego. Además trabajamos con la bailarina Tzitzitlini Hidalgo que cursó la carrera de Danza Contemporánea y fusiona un poco el estilo. En fin, esa es la propuesta que a través de todo esto surge en el grupo.”

¿Estamos hablando de un trabajo escénico con base en la cultura y la música africana?
“Sí. Digamos que la base es la música tradicional del oeste de África con los tambores llamados djembés acompañado de los dundunes, cantos tradicionales pero que de alguna  manera el grupo lo ha dispuesto de esta forma para tener una imagen propia, digamos, un estilo finalmente propio pero en la base del estilo tradicional, en la forma tradicional de esta música.”

¿Qué ha sido lo más difícil de trabajar con ese estilo musical?
“Digamos que de repente no hay los suficientes espacios para poderlo presentar y que de alguna manera se vuelva algo estable. Los elementos del grupo finalmente vivimos de esto y al no tener una estabilidad económica pues también hay inestabilidad en lo artístico. Entonces, de repente ha sido un poquito el problema por la cual hemos tenido también cierta fluctuación de integrantes y que puedan tener una continuidad en ese sentido. Ojalá que pudiéramos tener, como se dice coloquialmente, “más chamba”.”

¿Cómo los ha recibido el público?
“Bien, ha habido buena aceptación, digamos que los tambores no es algo desconocido para la gente que vive y conoce el Caribe, es algo que finalmente está también dentro de las culturas. Incluso estos instrumentos mismos no son extraños en el Caribe y tuvieron más auge a partir de la difusión que se le hizo después de la independencia de los países de África, específicamente de la zona a la que pertenecen estos instrumentos, pero no son finalmente extraños, por lo mismo tienen una gran aceptación  y buen auge.”

Kesse Kesse se presentó durante la inauguración del Festival deCultura del Caribe 2011 en Cancún y este miércoles 16 de noviembre alternó con bandas chetumaleñas en la presentación en la Explanada de la Bandera.

Gandhi García expresó que es importante dar a conocer este tipo de música en foros como el Festival del Caribe pues hay que conocer las raíces de la cultura caribeña. Actualmente, Kesse Kesse no tiene presentaciones programadas aunque se mantienen abiertos a cualquier invitación.

Cultura Profética en Chetumal


CHETUMAL.- Frenesí, buena vibra musical y la convivencia de diversas maneras de vivir y de amar expresadas a través de la música de Cultura Profética y bandas locales convirtieron la tercera noche del Festival de Cultura del Caribe 2011 en una celebración de la herencia cultural caribeña del pueblo chetumaleño.
Más de 2 mil personas, en su mayoría adolescentes y jóvenes contemporáneos hicieron vibrar el suelo de la Explanada de la Bandera como pocas veces se haya visto, cantando y bailando frenéticamente al ritmo de ska, reggae, roots y destellos de jazz.
Integraron el cartel bandas de Chetumal, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y Cancún como Kesse Kesse, Chan Santa Roots, Corpusklan, Korto Circuito, Skuadron 16, Hierba Santa y Cultura Profética (Puerto Rico) encabezando el programa. La participación de Cultura Profética fue una de las presentaciones más esperadas por el público chetumaleño quienes tímidamente se acercaban a escuchar a la primera banda, Chan Santa Roots de Felipe Carrillo Puerto, empeñados en no mezclarse con el público que ocupaba los asientos frente al escenario. Chan Santa Roots ofreció canciones reggae escritas en lengua Maya que ya son conocidas por los jóvenes locales.
Corpusklan de Cancún encendió el ánimo del público festivo en la zona del escenario principal. Para entonces la audiencia crecía paulatinamente conforme llegaban más fanáticos a la plaza en tanto que los elementos de la Policía Estatal se apostaban en lugares estratégicos para mantener el orden y la seguridad en el área. No hubo necesidad de aplicar la fuerza en ningún momento y hubo más de un joven al que le quitaron las pocas botellas de cerveza en mano sin meterse en problemas con la ley. Korto Circuito y Skuadron 16 mantuvieron encendido a un público chetumaleño que demandaba más fiesta, más libertad de expresión y menos persecución policial a causa de su forma de vestir y de vivir.
No faltaron las mentadas de madre, las demandas, el reproche hacia la autoridad por tantos rezagos sociales y la persecución al que han sido sometidos miles de jóvenes. Korto Circuito invita al personal a no dejarse intimidar por la policía ni a ser señalados por una sociedad temerosa de la libertad de expresión y de vida. Hubo canciones de amor, de protesta y hasta para “cachondear”.
El público pide más música y Skuadron 16 se encarga de ponerlos a bailar con su propuesta multicultural de ska, reggae, jazz y folclor mexicano, echando mano de la literatura escrita en lengua Maya. Eduardo Ortega, guitarrista y vocalista de la banda, pide más conciencia ecológica, la apertura a nuevas ideas y el respeto a la condición humana de las mujeres. Kesse Kesse, de Bacalar, le recordó a la audiencia de dónde vino la raíz musical del reggae y ska con su interpretación de ritmos y danzas africanas, recibiendo buenos comentarios del público. Hierba Santa coloreó el ambiente con las lisérgicas visiones sonoras del “dub” y el canto al amor y al espíritu humano.
Cultura Profética se llevó la noche y prolongó su actuación por más de dos horas, visiblemente emocionados por la respuesta del público expresaron su gratitud con canciones de su reciente producción discográfica.

La interacción con el público fue mínima, entregándose por completo al tejido de hilos de música, romanceando con la luna menguante de la noche y transpirando el espíritu joven del Caribe que sudaba algo más que sueños verdes: vibró el canto de la joven generación caribeña. La noche transcurrió en armonía y en paz sin registrarse accidentes.

jueves, noviembre 17, 2011

Jornadas literarias del Festival de Cultura del Caribe en Chetumal


CHETUMAL.- Dentro del marco de la Jornada literaria del Festival de Cultura del Caribe, las lecturas de obras de poetas han tenido una respuesta positiva por parte de jóvenes estudiantes de bachillerato y el público en general. Un foro multicolor en cuanto a ideas y formas de expresar las diversas manifestaciones del espíritu humano vienen a enriquecer el ámbito poético y narrativo, manifestando el profundo apego por los colores y las formas del Caribe; los temas sociales, la riqueza de la lengua Maya y el amor en todas sus gamas han sido materia prima del proceso creativo.
Escritores locales, nacionales e internacionales compartieron cada uno y en su estilo personal una muestra del trabajo realizado entre los que destacaron temas de amor, sociales, poemas en forma clásica de endecasílabos, sonetos y crónica, de autores como Raciel Manríquez, Xomara Navarro, Leny García, Elvira Aguilar, Wildernain Villegas, Carlos Torres, Olga Iris Mencia Barcenas (Honduras), Víctor Vivas Valdés y Toribio Cruz.
La escritora Olga Iris Mencia Barcenas es periodista de oficio; compartió un texto titulado “Aquí no pasa nada”, una crónica detallada y precisa del golpe de Estado ocurrido hace dos años en Honduras describiendo las emociones de los protagonistas, los acontecimientos y la incredulidad e indiferencia frente a los acontecimientos ocurridos. Leny García, de Chetumal, presentó versos amorosos y eróticos. Carlos Torres ofreció el poema “No sube el sol”, poema extenso inspirado en los paisajes del Caribe y “la excitación que corre en las venas bajo el influjo del Caribe”.
Jóvenes estudiantes del CONALEP de Chetumal asistieron por segunda vez a la jornada literaria pues, explicaron, sintieron un gran interés en la manera de expresar emociones e ideas a través de la palabra escrita. Entre pausas, algunos de ellos se acercaron a charlar con los autores.
“Esto es algo que debe ser apreciado por todos nosotros, tenemos la oportunidad de tener cerca a los talentos y los jóvenes tienen necesariamente que enterarse de que México tiene mucha riqueza cultural y que nuestros talentos los tenemos en Quintana Roo”, expresó la señora Marina Esparza González.
Por su parte, Karla, estudiante del CONALEP, opinó: “Me pareció muy bien que hicieran esta jornada literaria porque creo que no muchos chavos leen y yo creo que nos falta aprender a leer un poco más. Así creo que también abrimos nuestra mente hacia lo literario. Me gustaron todos los cuentos y los poemas fueron muy bonitos.”
El escritor Alberto Peraza (Cuba) expresó que la jornada literaria ha sido muy interesante porque se ha podido ver a través de los medios de difusión e Internet lo que está sucediendo a lo largo de Quintana Roo con las diferentes manifestaciones del arte.
“Aquí, en la literatura, se han desarrollado mesas de lectura muy interesantes. Creo que lo que más podemos reconocer es la diversidad temática y el estilo propio de cada uno de los escritores porque a veces vemos que la juventud, pues, comienza a seguir patrones ya establecidos pero sin embargo, aquí hemos podido constatar cómo los jóvenes tienen una línea, tienen un estilo propio, tienen una identidad que se va reflejando en lo auténtico en que cada uno expresa su contexto”, expresó.
Según Alberto Peraza, la región del Caribe está expresando sus manifestaciones y este es un modo también de luchar por la paz, por la coexistencia pacífica y por la armonía.
“No podemos hablar de guerra cuando se ven cosas como estas que están ocurriendo en el Festival de Cultura del Caribe donde cada uno está expresando sus sentimientos. Donde cada uno está convocando, pero a la vez uno está evocando. En la UQROO pude observar que un joven escribió un libro para recuperar una figura histórica, y ¡qué lindo que se hagan estas cosas!, es decir, tiene en cuenta la historia, el contexto social, pero nunca podemos echar a un lado el amor, el amor a la pareja porque en la medida que desarrollamos una cultura del amor, el amor a la pareja porque en la medida en que desarrollamos una cultura del amor entre dos personas, se desarrolla también la cultura del amor a un país, a una nación, a una costumbre, a una idiosincrasia y en este caso, qué mejor que la unidad entre todas estas características de los pueblos del Caribe”.
El escritor cubano agregó que el rasgo común en la literatura del Caribe es que cada autor pone lo suyo y no imita a nadie. “Lo común es lograr un trabajo mancomunado pero con sus propio brío y eso lo he podido constatar aquí. Hondura que ha estado excelente con su medio, y México que ha estado, de verdad, me voy de Quintana Roo, es la primera visita que hago a Chetumal. Me voy con la impresión de que se está haciendo un trabajo muy importante de fomento de la lectura y esto es muy importante porque a veces hay un divorcio entre la divulgación y la distribución de los libros, y a quienes llegan. Entonces creo que se van logrando esas cosas y lo común es eso; es el estilo de un universo en cada uno. Entonces, por antonomasia, la diversas es lo que veo más lindo en este encuentro.”

Desmitificar al artista a través del contacto con el público: Roberto Arizmendi.


CHETUMAL.- La diversidad literaria ha sido el signo de la Jornada Literaria y representa el reconocimiento a que las formas de expresión y los temas que nos inquietan actualmente, es tan diverso como diverso es la condición humana, dijo el escritor mexicano Roberto Arizmendi, autor invitado a las Jornadas Literarias del Festival de Cultura del Caribe realizadas en Chetumal.
El escritor oriundo de Aguascalientes y residente en Campeche, concluyó que la jornada literaria ha resultado todo un éxito en cuanto a la diversidad de géneros literarios y a las diferentes corrientes de expresión y a las temáticas, también diversas.
“Se han tocado temas de amor, que es quizás lo más común; no quiere decir necesariamente que sea un amor de pareja o un amor sentimental. No. El amor subyace a todas las actividades del ser humano y está presente de muchas maneras en los textos literarios que han leído y que ha significado inclusive, expresiones de situaciones de mucho sentimiento y reconocimiento de lo que está aconteciendo y que nos duele pero ese dolor se convierte en una forma de expresión al decir ‘yo censuro esto y señalo esto’, pero busco también luces de esperanza para que pueda surgir un mundo distinto.”
La diversidad ha sido el signo de la jornada, según explica el autor, y fundamentalmente representa el reconocimiento a que las formas de expresión son tan diversas como la condición humana. “Pero sí hay puntos de unión que son la posibilidad del acercamiento del diálogo, de compartir lo que estamos haciendo. De alguna manera, los sueños de Martí, los sueños de Bolívar se hacen realidad porque somos y son países que tenemos elementos comunes que nos acercan, nos unen y nos hacen ser lo mismo, aunque con esa diversidad, como sucede en el propio país” –explica Roberto Arizmendi- “México es una nación con un amplia diversidad que no hay anda que comparar entre la gente de Sonora y la gente de la Península de Yucatán. Pero esa diversidad enriquece al país porque hay muchas formas de hacer cultura, y la cultura entendida como todo lo que el ser humano produce, hace y transforma. Hay muchas culturas que al momento de confrontarse y compartirse, se enriquecen.”
La cultura no se limita al ámbito del arte; también se involucra en la alimentación, la participación social, el respeto, la participación civil y la economía pues son formas de expresión de una sociedad en un momento histórico determinado. “Es lo que a veces anhelamos analizar y replantearnos para encontrar nuevas formas de expresión cultural que realmente nos den los valores que idealmente pensamos para una nueva sociedad.”
Rodeado de jóvenes estudiantes de bachillerato, Roberto Arizmendi compartió inquietudes e ideas luego de que estos expresaran su admiración y plantearan cuestiones propias de su edad y el interés por la creación literaria. Este contacto, dice, desmitifica la figura del artista como un ser inaccesible.
“Definitivamente pienso que una de las grandes riquezas que puede traer un encuentro de este tipo o actividades literarias, es la tradición, el acercamiento, la lectura de los jóvenes, o de la lectura hacia los jóvenes porque ellos son los que están viendo, sintiendo, percibiendo pero a lo mejor les falta el estímulo para que ellos puedan crear poesía y a veces escriban poemas. La visión de hacer de la vida una poesía significa tener la claridad de que se están construyendo sueños, de que están construyendo un mundo muy a la medida de los anhelos y los ideales de cada quién. Y al compartir esto se dan cuenta los jóvenes que desmitifican totalmente lo que es la literatura y la lejanía con los artistas. Un poeta o un escritor es tan ser humano como ellos pero al momento en que se acercan a él, rompen el mito y la barrera y dicen ‘entonces yo puedo ser igual que él’. Y si escuchan y ven la producción literaria dice, ‘también puedo escribir eso’. Esa desmitificación es la gran riqueza que es para los jóvenes saber que pueden incorporarse a diversas expresiones y entre ellas, las expresiones artísticas de diferente género.”
Agregó el escritor que los jóvenes pueden empezar a crear aunque no sea tan bello como lo que escuchan pero pueden seguir trabajando hasta alcanzar el nivel de perfección en la obra artística. “Igual que en la vida es todo. Se va avanzando y aprendiendo y se va enriqueciendo la vida propia y la forma de expresión. El contacto (con los jóvenes) se dio en esa idea de que ellos sienten el gozo y el gusto de tener cerca a un poeta, y es esta parte de la desmitificación que comento. Ellos, en el momento en que sienten que pueden saludar, hablar, tocar a un poeta de carne y hueso; es, tan persona y tan ser humano como nosotros. Y lo que él hace, lo hace de alguna manera y podemos aprender. ¿Cómo pueden aprender a escribir, a expresarse y a manifestarse a través de la poesía?, pues leyendo, escribiendo y viviendo a plenitud. Esas son las grandes recomendaciones para los jóvenes. El que quiera escribir tiene que leer mucho, escribir mucho y vivir intensamente la vida.”

miércoles, noviembre 16, 2011

Patakí "Una historia para no olvidar", en el Festival de Cultura del Caribe


CHETUMAL.- Patakí. “Una historia para no olvidar”, es 'una invitación llena de poesía y color en forma de libro editado por Alas y Raíces, de las Salas de Lectura. En ocasión del Festival de Cultura del Caribe, la actriz Anabel Luna de México, interpretó el monólogo Patakí en el Auditorio del Museo de la Cultura Maya, dentro del programa de actividades literarias del Festival. El montaje escénico y la interpretación de Anabel Luna le merecieron buenos comentarios por parte del público.
Aunque esta obra se presenta por primera vez en un escenario chetumaleño, la propia Anabel Luna ya había realizado lecturas “gratuitas” en círculos de lectura. Cuenta la actriz que durante un encuentro de Salas de Lectura descubrió el libro “Patakí” entre el acervo literario de una compañera del curso. “Cuando vi el libro en el bloque me llamó la atención, visualmente, y me fui sobre el. Cuando empecé a revisarlo, dije ‘de aquí soy, ese libro me contiene’. Desde ese día no podía yo soltarlo. Más tarde la maestra mandó el libro y fue muy chido porque yo creo que os encontramos, el libro y yo hicimos clic y de ahí salió la historia.”
Se trata de un relato poético sobre la presencia histórica de África en México. “La historia habla justo de este encuentro de continentes, un encuentro de razas y la construcción de una tercera que es la mía, pues mi madre es de la costa de Oaxaca y de ahí toda mi raíz. Haber encontrado a Patakí es haber encontrado una parte de mi.”
La misma escenografía fue un encuentro de elementos diversos que se fueron añadiendo conforme el montaje escénico se gestaba. Elementos y objetos de influencia artesanal africana, percusiones africanas, efectos de luz, copal y velas, introdujeron al espectador en una marea de emociones. “Traté de plasmar gráficamente como visualmente los elementos contenidos en la historia y también como la esencia misma de África y América. Tiene que ver con los cuatro elementos como viento, tierra, fuego y agua y la esencia de estos colores, los colores de todas las razas que se encontraron. Como te comentaba es que fue muy interesante a raíz de que empecé a trabajar el texto, comentaba la historia y aparecían personas con las que podía echar a andar la idea” –cuenta Anabel Luna- “dentro de esas personas apareció el maestro Armando Yuvero quien es cubano y tiene todo el conocimiento del sincretismo de la mística del texto, que tiene que ver con la cultura Yoruba que se convierte en santería, mal llamada pero así le nombran. El maestro hizo el trazo escénico durante un mes.”
Durante el desarrollo del montaje escénico la música percutiva africana fue un elemento esencial para contextualizar y ambientar al espectador. “Después de aprender el trazo escénico yo no tenía todavía la música. Entonces por ahí me habían sugerido al compañero Gandhi García que es percusionista muy bueno, le presenté lo que tenía como trazo y le pareció interesante y me apoyó, junto con Carolina Echarri que es argentina, apoya con el efecto sonoro.”
El impacto del montaje de esta obra literaria es importante en el sentido que es una propuesta que sale del corazón de Chetumal, agrega la actriz defeña radicada en Chetumal, el Patakí se expande en ella y se expande en la gente que colaboró durante el proceso creativo. “Yo soy del distrito Federal pero estoy enraizada en Chetumal, con este Caribe que me da tanto y que nada más el hecho de abrir los ojos y encontrarme con todos los colores que tienen que ver también con la gente que llegamos de todos lados, entonces, para mi es eso, el Patakí se expande en mi y se expande en toda la gente que me apoyó y también es lo que queremos ser, con esta provocación del Festival de Cultura del Caribe esto que somos todos que es el Caribe.”
Anabel Luna comenzó el montaje en el mes de junio del 2011, trabajando ininterrumpidamente y de manera difícil pues la obra no contó con recursos económicos reducidos o con la ayuda de compañeros artistas. “Lo más complicado de una producción es el ‘rollo de los dineros’. Uno tiene todo el entusiasmo pero a veces no hay todos los recursos económicos, eso fue lo más complicado.”
Hay una propuesta para llevar el monólogo al jardín del arte Domus Artis y espera que se promocione en otros foros del estado. “Patakí” tuvo solo una función este martes 15 de noviembre. 

Venezuela, presente en el Festival de Cultura del Caribe


CHETUMAL.- La presencia cultural de Venezuela engalana dos exposiciones montadas en ocasión del Festival de Cultura del Caribe en la ciudad de Chetumal. Una muestra fotográfica y pictórica se encuentra en el Museo de la Cultura Maya consistente de 12 reproducciones de obras de arte.
Se trata de obras hechas por “artistas ingenuos”, artistas naif que no tienen estudios académicos formales, según explicó Marina Levy Guevara, Agregada Cultural de la Embajada de Venezuela en México, pero que han expresado su sentir sobre el Libertador Simón Bolivar.
“La obra contiene doce obras justamente de nuestro principal héroe bajo la mirada del artista ingenuo. Luego tenemos la muestra ‘Naturaleza vivo’ que está compuesta por obras de estudiantes y profesores de la Universidad de Los Andes en Venezuela; es un taller de trabajo artístico y representa, digamos, el sentir del tejido, la fibra y el textil artístico en Venezuela” –explica Marina Levy Guevara- “Luego trajimos también una obra del maestro Luvin Morales, venezolano, especialista en artes gráficas, fotografía que también, a propósito del Año Bicentenario ha trabajado sobre la calle de Bolívar en Ciudad de México. Ha trabajado tratando de desmitificar al héroe visto desde los ojos que pudiera ser visto un mexicano acá. Es un trabajo gráfico bien interesante. En este espacio tenemos una pequeña colección de libros de las últimas ediciones que se han sacado recientemente y también una pequeña cantidad de revistas; todo esto forma parte del Plan de Desarrollo de Lectura que tiene el Gobierno Bolivariano desde hace unos seis o siete años a la fecha.” Los libros fueron donados a la Biblioteca Central “Javier Rojo Gómez”.
La muestra de trajes típicos de Venezuela se encuentra en el Poliforum Cultural “Rafael E. Melgar”. Es una muestra sencilla y contrastante con los trajes típicos de Mesoamérica. “Es una exposición sencilla y bastante humilde. Como puede apreciar también bastante diferente a lo que son los trajes de mesoamerica caracterizados por batas y hermosísimos tejidos hechos tradicionalmente por los pueblos indígenas” –prosigue- “en Venezuela no se desarrolló una fuerte cultura indígena como acá. Los pueblos indígenas mesoamericanos tenían una estructura social bastante fuerte en donde incluso había castas, rangos, diferenciaciones, eran bastante más avanzados que nosotros. Desde el punto de vista de desarrollo científico, inclusive de ingeniería. Eso se da por una característica de orden geográfico, en el trópico donde estamos nosotros ubicados en donde los 365 días del año es calor de 32 o 45 grados, y cuando hace fresquito, 17 grados. Entonces, esto hizo que nuestros habitantes originarios prehispánicos no se preocuparon mucho por elaborar trajes y textiles.” Los trajes típicos comenzaron a elaborarse con la llegada de los españoles y empiezan a definirse rasgos propios de los pueblos.
En la actualidad, agregó la diplomática, es poca la gente que conserva la vestimenta llanera y la mujer en Venezuela hoy en día viste como cualquier persona pero se mantiene el traje llanero para los bailes típicos. “Lo que realmente se sigue usando de manera autóctona es el traje guajiro. El pueblo guajiro sigue usando su vestimenta típica.”
Aunque todos somos caribes, dijo, tenemos esenciales diferencias de vestimenta y casi todos los trajes de Venezuela van ceñidos a la cintura pues a todas las mujeres de Venezuela, les gusta mostrar la figura con vestidos ceñidos a la cintura.

martes, noviembre 15, 2011

Programa para el martes 15 de noviembre: Festival de Cultura del Caribe 2011


CHETUMAL.- Continúa la jornada literaria y de espectáculos musicales del Festival de Cultura del Caribe con un amplio programa de actividades para este martes 15 de noviembre.
La actividad inicia con la conferencia magistral “Cosmovisión maya” a cargo Edgar Coyoy Ordoñez de Guatemala en el Museo de la Cultura Maya en punto de la 9 de la mañana. Posteriormente se presentará el monólogo del poema “Patakí” de Gabriela Huesca, interpretado por Pandillas de Lectura, a las 10 de la mañana en el Auditorio del Museo de la Cultura Maya. A las 11 de la mañana se hará la presentación del libro “Callar desde el silencio” del escritor chetumaleño Rodolfo Novelo Ovando, presentación que correrá a cargo del maestro Toribio Cruz; le sigue una lectura de obra de los autores Felipa Angulo y Ever Canul Góngora, Aiban Wagua (Panamá), Karla Gamboa, Silvia Hernández y Cornelio Hernández.
A las 3 de la tarde continúa el taller de creación literaria “Cómo escribir poesía para niños”, impartido por el maestro Ramón Iván Suarez Caamal, en el Auditorio del Museo de la Cultura Maya.
A las 5 de la tarde en el auditorio Yuri Knórosov de la Universidad de Quintana Roo habrá una lectura de autores cubanos. Participan Odette Alonso Yudú, Alberto Peraza y Leonardo Padura y el moderador será el maestro Raúl Arístides Pérez Aguilar. Posteriormente, a las 6 de la tarde, se presentará el libro “Persistencia del tiempo” de Rodrigo Ordoñez Sosa. La presentación correrá a cargo de Lilián Paz Ávila, de Yucatán.
Por la noche los espectáculos musicales  tendrán lugar en la Explanada de la Bandera. A las 7 de la noche se presentará la Rondalla de la Universidad de Quintana Roo, seguido por la participación del ballet “Alma caribeña”.
Cierra la velada y la jornada de actividades con la presentación de la Orquesta Sinfónica de Quintana Roo interpretando un selecto repertorio de danzones mexicanos y cubanos. Dicha presentación será a las 8 de la noche en la Explanada de la Bandera. Todas las actividades y exposiciones son gratuitas.

Exposición "Los artistas descalzos de Haití" en la Sala 1 del Museo de la Cultura Maya


CHETUMAL.- La exposición "Los artistas descalzos de Haití", instalada en la Sala 1 del Museo de la Cultura Maya, reúne esculturas, pinturas, grabados y fotografías de arte naif creado por artistas anónimos de Haití en cuyas obras se plasma la realidad del país más pobre de la cuenca del Caribe.
Dicha muestra fue inaugurada la mañana de este lunes dentro del programa de exhibiciones y actividades académicas del Festival de Cultura del Caribe 2011. Se exponen fotografías, esculturas hechas en piedra y madera y obras pictóricas realizadas por artistas anónimos de Haití.
La etnóloga Renée Petrich, coordinadora de la exposición, explicó que dicha muestra surge a raíz de la invitación que la Secretaría de Cultura hiciera al Centro INAH para participar en el festival ya que para el INAH “el Caribe representaba un espacio lejano” necesario de abordar.
“De pronto se nos vino a la mente un paisito. Un país maravilloso, pequeño, pobre, desolado por tantas fracturas que ha tenido en su política y sobre todo por su naturaleza, pero que en las artes, en su cultura, destaca como ningún otro entre todos los países y las islas del Caribe: Haití”, explicó.
Haití tiene una larga historia, por lo tanto conserva una cultura my rica, resultado de una mezcla de africanos, franceses y españoles. Sin embargo se ha ignorado al país debido a su lamentable y dolora situación económica y social. La cultura, y en especial el arte haitiano, son de los más singulares y cohesivos, lo que lo hace diferente al resto de los países de Caribe.

“La muestra habla por sí misma. La pintura naif es la mejor que existe en el Caribe y que incluso se vende en las grandes galerías de París o Nueva York, aquí la tenemos a través de sus artistas descalzos. De sus artistas de la banqueta. De sus artistas tan pobres. Hay artistas renombrados pero aquí tenemos a los anónimos, los que no tienen más que una firma debajo pero su obra habla por sí misma. Una obra que muestra su vida cotidiana, su religión, su magia, que muestra a este sincretismo tan rico que es el vudú. Este vudú que nos han mostrado a través de la televisión y de los medios de comunicación como una parte verdaderamente triste o de terror con los zombis que, efectivamente, en el vudú existen los zombis, existen los loas y los veremos en las fotografías, en las pinturas, en las banderas que tienen que aparecer siempre, en un altar de los pequeños templos de vudú. Tenemos también trabajos de lo que ellos le llaman kupé o fierro cortado que es reciclado de los tambos y barriles y vehículos viejos de la chatarra, haciendo unas obras maravillosas. Hay dos pequeñas esculturas en una piedra verde.”
La etnóloga agregó que en las principales ciudades turísticas de Haití como Puerto Príncipe y Jacmel, hay más galerías de arte que restoranes u hoteles.
Haití no estaba contemplado para participar en el festival, explicó Renée Petrich, ni siquiera pudo contactar con la embajada ni traer obra pero la etnóloga consideró importante la presencia de dicho país. “Siento que Haití, en cuanto a arte pictórico sobre todo, es el país que más ha dado en todo el Caribe. No vamos a menospreciar para nada, no es una cuestión de comparación con Jamaica o Cuba”, explicó.
Son pintores de banqueta. Pintores descalzos que han sido pobres desde que Cristóbal Colón descubrió la isla. A pesar de la pobreza y las vorágines sociales que han vivido a través de los años, el arte ha sido elemento fundamental en la vida del pueblo haitiano. “El terremoto de 2010 fue la gota que desbordó el vaso pero el arte es algo que conforma su vida y del cual no se desprenden. Y al contrario, es lo que les ha ido manteniendo en un nivel.”
Los rostros, los ambientes y las obras que en esta exposición se muestran, son apenas una selección que pretende mostrar la realidad y la sensibilidad de un pueblo caribeño que, a pesar de su pobreza y la desgracia, encuentra en el arte una forma de aspirar a un mundo mejor.

lunes, noviembre 14, 2011

Eugenia León en la primera noche del Festival de Cultura del Caribe en Chetumal


CHETUMAL.- El Festival de Cultura del Caribe inició formalmente este domingo con la presentación del Ballet Folklórico de Quintana Roo, el grupo de Garifunas de Honduras y Belice, y la cantante Eugenia León, en la Explanada de la Bandera, evento que convocó a mil 500 personas aproximadamente.

Sin mayores contratiempos el programa de la noche comenzó con la presentación del Ballet Folklórico de Quintana Roo con el cuadro dancístico tradicional del estado. En esta ocasión el grupo folclórico lució la nueva vestimenta para este número coreográfico, de acuerdo al decreto emitido para reglamentar la danza tradicional de Quintana Roo.
Seguidamente tocó el turno para el grupo de Garífunas procedentes de Honduras quienes ofrecieron un muy corto número de danzas tradicionales y cantos, propios de la cultura Garífuna. Los garífuna son un grupo étnico de origen africano que reside en varias regiones de Centroamérica, Caribe y Estados Unidos. También se les conoce como garifune o caribes negros. Se estima que son más de 600 mil los residentes en Honduras, Belice, Guatemala, Nicaragua, el sur de México y Estados Unidos. En realidad, el término "garífuna" se refiere al individuo y a su idioma, mientras que garinagu es el término usado para la colectividad de personas.
El ánimo del público fue mínimo, limitándose a aplaudir al final de las participaciones artísticas y los discursos, a pesar de las condiciones climáticas y la disposición de asientos para el público.
Eugenia León salió al escenario en punto de las 9:30 de la noche, engalanando la primera noche de espectáculos musicales del Festival de Cultura del Caribe. Durante casi dos horas la cantante deleitó al público con un selecto repertorio que abarcó desde la bossa nova, el jazz, bolero y música tradicional mexicana. Eugenia León agradeció la invitación al festival y enfatizó la importancia de crear espacios y foros para difundir la cultura de los pueblos.
El público recibió entusiasmado a la cantante, no obstante algunos lugares del público fueron desocupados pues hubo muchas personas confundidas respecto al artista de la noche y esperaban la aparición de la otrora cantante Laura León.

No se registraron incidentes durante la noche aunque las fallas técnicas prevalecieron durante la presentación de los grupos de Belice y Honduras en su respectivo escenario.

Intensa jornada literaria, artes plásticas y conferencias para este lunes. Festival de Cultura del Caribe.


CHETUMAL.- El Festival de Cultura del Caribe incluye en su programación una serie de actividades académicas, literarias y exhibiciones para las diferentes sedes en el interior del estado. Habiendo iniciado este domingo con la presentación de la cantante Eugenia León, el grupo de Garifunas de Belice y la muestra de cine de Venezuela en el Cine Club de la Casa de la Cultura de Chetumal.
El programa de actividades es diferente para Chetumal y Cancún. La jornada para Chetumal de este lunes 14 de noviembre incluye la inauguración de exhibiciones pictóricas, fotográficas, jornadas literarias, presentaciones escénicas y conferencias magistrales.
Dentro de las exhibiciones pictóricas y fotográficas, en al Museo de la Cultura Maya se realizará la apertura de salas exposiciones: “Los artistas descalzos de Haití” y filatelia del Caribe de Juan Xacur de México en las salas 1 y 2, respectivamente a partir de las 10 de la mañana. Simultáneamente se inaugurarán “El caminante y su sombra libertaria” exhibición fotografía de Luvín Morales; “Los artistas ingenuos de Venezuela”, obra Pictórica Colectiva; “Naturaleza viva, papel y fibras de Venezuela”, muestra textil de Venezuela en la Sala 3 del Museo de la Cultura Maya.
En el Poliforum Cultural Rafael E. Melgar se montará la exhibición indumentaria tradicional “El hipil, prenda milenaria de la mujer peninsular mexicana”, “Trajes típicos de Venezuela” y “Trajes y huipiles ceremoniales de Guatemala”; dichas exhibiciones se encuentran abiertas al público a partir de las 11 de la mañana. A las 12 del día se abre la exposición colectiva “Trazos del Caribe” en el Paseo del Arte del Centro Cultural de las Bellas Artes.
Las actividades literarias tienen un nutrido programa. A las 10 de la mañana se inaugura la Jornada Literaria de Escritores del Caribe en el Auditorio del Museo de la Cultura Maya, seguido por la presentación del libro “Manuscrito hallado en altamar”, de Odette Alonso Yudú (Cuba) a las 12 del día; la presentación corre a cargo del maestro Ramón Iván Suárez Caamal. A la misma hora se presenta también el libro “La lucidez del sueño”, de Erick Pérez del Ángel (México).
Silvia Molina ofrecerá la conferencia “Literatura infantil y juvenil” en el Auditorio del Museo de la Cultura Maya, y a las 3 de la tarde inicia el taller de creación literaria “Cómo escribir poesía para niños”.
Por la noche el grupo de Bailes Caribeños de la Universidad de Quintana ofrecerá un espectáculo coreográfico en el Teatro Constituyentes del 74 a las 7 de la noche. Posteriormente, el musicólogo Jaime Almeida ofrecerá una conferencia magistral a las 8 de la noche, también en el Teatro Constituyentes del 74. La entrada a todas las actividades de la jornada diaria es gratuita.

Brown Skin Girl, la herencia de un antiguo calypso de Trinidad en la música tradicional quintanarroense



CHETUMAL.- El fenómeno musical en la cultura de los pueblos del mundo no sólo refleja el estado de ánimo de una sociedad; también describe el contexto histórico y social así como las costumbres y prácticas musicales empleadas. La vida diaria y las costumbres de los pueblos son los elementos principales que definen a la cultura; en el caso de la música, particularmente, ésta permanece en constante movimiento y metamorfosis, adaptándose a la asimilación de la sociedad que la recibe. Mucha de la música creada a través de los años ha sido modificada dependiendo del lugar geográfico al que llega, producto de conquistas territoriales, intercambio comercial o simples viajes culturales.
Un ejemplo de la plasticidad y movimiento de la música –en este caso nos referiremos a melodías que trascienden en el gusto popular- podemos hallarlo en la tonada popular “Greensleeves”. “Greensleeves” es una canción y melodía tradicional del folclor inglés que sigue básicamente a una forma musical llamada “romanesca”. Data de la época del rey Enrique VIII (1491-1547) a quien se atribuye tal composición dedicada para su amante y futura reina consorte Ana Bolena. Hasta la fecha es una de las melodías populares más empleadas en la música popular, hecho que se refleja en el “Códice Saldívar IV” cuya colección de piezas para guitarra barroca contiene una melodía similar a “Greensleeves” en cuanto a melodía y estructura.
Quintana Roo se encuentra en un posición estratégica dentro de la cuenca del Caribe donde la actividad comercial en el sur del estado fue intensa durante la primera mitad del siglo XX y hasta mediados de la década de 1990. Dichas relaciones favorecieron el intercambio cultural entre los pueblos caribeños y Chetumal, vecino de la entonces Honduras británica, no estuvo exento de la influencia musical caribeña. La huella de dicha influencia musical se encuentra en la música tradicional de la danza folclórica de Quintana Roo en piezas como la “Danza de los Chicleros”, el “Pasacalles” y “Sambay”, pero particularmente, en la música de la “Danza de los Chicleros”.
La melodía principal de esta danza proviene de un viejo calypso de Trinidad, “Brown Skin Girl” escrito hacia 1946 por Norman Span, conocido artísticamente como “King Radio”. El fragmento adaptado a la música de la Danza de los Chicleros se trata del coro de “Brown Skin Girl” que dice:

Brown skin girl stay home and mind baby, Brown skin girl stay home and mind baby; I'm goin' away, in a sailing boat, And if I don't come back, Stay home and mind baby.

“Brown skin girl” ha sido grabada por infinidad de artistas caribeños y norteamericanos. Es famosa la versión de Harry Belafonte y los discos de vinyl de 74 rpm son cotizados entre los coleccionistas de viejos discos de mento y calypso. Al ser adoptada por la gente del sur de Quintana Roo, “Brown skin girl” adquiere cierta naturalización al ser interpretada por músicos locales, conservando la estructura en la melodía. El actual arreglo musical interpretado por la Banda del Gobierno del Estado de Quintana Roo incluye percusiones, otorgándole el aire caribeño que trajo consigo el cantar de la mujer de piel morena, la misma por la que los chicleros se enfrentan en una batalla con machete en mano para ganarse el amor de la cocinera.
Otra pieza musical que ha dejado huella en la música del sur de Quintana Roo se trata de un tema clásico del grupo Exile One (Martinica), “Aki Yaka”, popularizado por Benny y su Grupo hacia finales de la década de los 70 y del que existen dos versiones grabadas, además de la versión de “Exile one”. La estructura melódica, armónica y rítmica de “Aki Yaka” se ha convertido en un estándar musical para los grupos prevalecientes.
La herencia musical del Caribe en la música tradicional del sur de Quintana Roo es indudable e innegable y necesita ser rescatada de entre tantos híbridos musicales que obedecen a fines comerciales y en nada aportan al desarrollo de la identidad cultural de este lado del país.