lunes, diciembre 31, 2007

Cinco minutos más para la cuenta atrás: el balance de fin de año y los propósitos para el que empieza

Los petardos que borran sonidos de ayer y acaloran el ánimo para aceptar que ya paso uno más”. Un año más. Mecano.




Cada año es diferente. A veces se gana y otras, simplemente las cosas no salen como uno las planeó, no obstante hay momentos a lo largo de los 365 días del año que nos dejan una huella indeleble en el alma y la memoria guarda buenos recuerdos. Para los mexicanos, el año 2007 ha sido uno de los más violentos en su historia: nada de guerras civiles ni revoluciones armadas en pro del bienestar de cada compatriota, fueron las imágenes de muerte con las que despertamos día con día.
Esta entrega del suplemento debería ser más optimista y alegre y procuraré que así sea. Todos deseamos vivir tiempos mejores, la felicidad no es el fin único sino uno de los muchos condimentos de la vida. Como si no fuera suficiente con la “depre” navideña, la nostalgia llega hasta nuestra piel como el viento frío de la temporada, nos estremece la piel y cerramos los ojos para evocar escenas, aromas, colores y texturas, sonidos, atardeceres, amaneceres y noches interminables. En el camino encontramos nuevos amigos y los que ya estaban con nosotros reafirmaron su lealtad u otros clavaron el puñal en la espalda.
¿Qué podríamos esperar del próximo año que no sea más muerte, destrucción y el surgimiento de ciudades inseguras? ¿Acaso el género humano se dirige hacia su autodestrucción a causa de lo agitado de la vida moderna, el cambio climático, las guerras del narcotráfico o la falta de valores humanos y civiles?
Cada año nos proponemos ser mejores personas, que si haremos ejercicio y dejaremos de comer una rebanada extra de pastel, nos proponemos emprender nuevos proyectos y realizarlos y una larga lista de propósitos que, a medio camino se queda sin realizar. Nos hemos vuelto flojos, apáticos y hasta cierto punto, tontos, en el sentido de que nos dejamos poseer por el demonio de la desidia y la fiaca. La mayoría de las veces no es el hecho de la desidia o la flojera, simplemente nos confiamos en que cada inicio de año es “una nueva oportunidad para comenzar desde abajo”.
La vida está llena de ciclos, es cierto, pero tampoco se puede caminar en círculos hacia ninguna parte. Es lo que sucede con el país, avanzamos hacia ninguna parte, temerosos por el mañana, aterrorizados al caminar por la calle a altas horas de la noche, ya no digamos a causa de un asalto sino también de una bala perdida: estar en el lugar y el momento equivocados.
Tal vez el propósito general para el 2008 sea el vivir sin temor a ser sorprendidos por la cuchilla que acaba con la vida y, por el contrario, sorprenderse con nuevas experiencias, nuevos amores, viajes, letras, sonidos, nuevos rumbos. Mis propósitos son el ser una mejor persona, continuar con mi trabajo con más entusiasmo del que ya le impregno, cometer más errores para aprender de ellos. Intentaré enamorarme aunque sea de unos ojos anónimos o una linda boca que más tarde se perderá entre la mar de historias. Me propongo ser más amable con mis semejantes y mi familia, me propongo seguir inconforme con las cosas que se entregan a medias.
¿Para qué comprometernos con cosas que sabemos no vamos a cumplir como el someterse a dietas o conseguir cosas materiales? Hay que comprometerse con uno mismo y cumplir los propósitos de la mejor manera, la cantidad no es sinónimo de calidad, plantearnos un millón de propósitos no nos hace mejores personas, sólo nos acarrea una infección terrible de estómago a causa del estrés.
Prefiero no pensar en el día de mañana, hay que vivir aquí y ahora. La estabilidad emocional depende de nosotros y de nadie más, la paz social está en manos de las autoridades pero ya no podemos confiar al máximo en quienes se dejan corromper por un sistema que se nutre de la debilidad de unos cuantos y asume el control de la vida de muchas personas.
Espero –esperemos- que el 2008 nos traiga mejores condiciones de vida para todos, menos terror y más días soleados, una mayor conciencia ecológica y menos desastres naturales que lamentar, mejor salud y muchas vibra positiva.
Les deseo lo mejor a cada uno de ustedes y que nunca les falte amor, paz interior. Disfruten los días con sus noches, de la manera que más les agrade pero siempre con intensidad, como si fuera la última noche del mundo.

viernes, diciembre 28, 2007

Devolverán los 100 mdp de la megaescultura


CHETUMAL, 27 de diciembre.- Ante la próxima entrada de funciones de la Secretaría de Cultura del estado de Quintana Roo y después de años de protestas por parte de la sociedad chetumaleña y la comunidad artística e intelectual del estado, el escultor Enrique Carvajal -mejor conocido como “Sebastián”- devolverá al Fideicomiso de la Mega Escultura al Mestizaje Mexicano, los cien millones de pesos que se le autorizaron para realizar la megaescultura a orillas de la Bahía de Chetumal, a fin de crear un fondo de becas para artistas y creadores independientes de Quintana Roo. Lo anterior fue dado a conocer por Doris Mingüer Alcocer, quien se encuentra a cargo de dicho fideicomiso, en una entrevista sostenida en la cafetería de un hotel del centro de la ciudad y posterior a su reunión con el artista.
Mientras tanto, se procederá a desmontar parte de la estructura con el fin de crear un diseño menor y que servirá de biblioteca y círculo de lectura a fin de estimular dicha actividad entre la alta sociedad chetumaleña.
El renombrado escultor realizó una visita a la capital donde sostuvo una prolongada reunión con Doris Mingüer Alcocer y diputados locales –haciendo un espacio en sus vacaciones por las fiestas de fin de año- para gestionar la devolución del dinero y con el cual se pretendía erigir una megaescultura que, según la idea del artista, daría identidad social a la ciudad y mayor proyección a la zona sur. “Estamos muy entusiasmados con la propuesta de Sebastián” –comenta Mingüer Alcocer- “ya que nuestros artistas y creadores se verán favorecidos con este fondo de becas, impulsando su actividad creativa pues esto es lo que necesita nuestro estado para consolidar su identidad cultural.”
Como es bien sabido por la sociedad, la construcción de la megaestructura ha provocado un daño ecológico. El Congreso del Estado le propuso al gobernador Félix González Canto que en la medida de las posibilidades de su administración, destinara recursos adicionales para concluir la mega escultura del artista chihuahuense, misma que se encontraba en proceso de instalación en la bahía de Chetumal. No obstante y ante la próxima entrada en vigor de la Secretaría de Cultura, el artista decidió que una mejor contribución al arte y la cultura del país sería la apertura de un nuevo fondo de becas que llevaría por nombre “Beca Mestizarte-Sebastián”. Los diputados del Congreso del Estado manifestaron que, de nueva cuenta, no se deja de atender las necesidades de la sociedad ya que, la libre expresión de las ideas, la cultura y los espacios de lectura son también una necesidad de la sociedad, si es que esta busca alcanzar el desarrollo económico, político y social.
Anteriormente, “Sebastián” había sido invitado por el fideicomiso para que visite Chetumal y explique a la sociedad civil el avance de la obra. El “artista” se negaba rotundamente, pues –hasta ahora- tiene fobia patológica a las criticas que ha recibido de parte de miles de chetumaleños inconformes con este derroche de dinero que el ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz realizó. Por lo que toca a éste último, Doris Mingüer dio a conocer que el ex gobernador envió una carta en la que manifiesta su beneplácito por la decisión de Sebastián (quien hizo llegar dicha carta). “Estoy al tanto de las acciones y quiero manifestar que esto es una manera de reparar el rezago artístico y cultural en el cual ha caído Quintana Roo; por lo tanto, me sumo a la tarea donando un lote de libros, mismos que serán destinados a la biblioteca que se construirá en lo que iba a ser la megaescultura”, se puede leer en un párrafo de la carta.
Mingüer Alcocer agregó que se trabajará a marchas forzadas con los legisladores para concluir las obras de la biblioteca y espacio de lectura, mismas que podrían contar con el apoyo de connotados empresarios chetumaleños. “Sabemos que un fondo de becas necesita del respaldo económico para seguir beneficiando a más artistas año con año” –dice Mingüer Alcocer- “ya hay un empresario interesado en apoyar la creación de la biblioteca y se espera que dos más entren a esta labor tan necesaria para nuestra sociedad”. Asimismo, destacó que además de la biblioteca, habrá una cafetería, multiforo equipado, cineclub, tienda y librería, además de ofrecer talleres de capacitación artística y un espacio abierto a la lectura “adornado con la hermosa vista que ofrece la Bahía de Chetumal”. Los recursos económicos destinados al fondo de becas provendrán de un 45 por ciento del total que Sebastián percibe en pago por cada escultura instalada en diversas partes de México y el mundo.
“Sin duda, será un espacio que la clase intelectual y el gremio artístico recibirá con gusto pues podrán reunirse en un ambiente de camaradería, adecuado a sus fines y con todo el café necesario para seguir creando su arte”, concluyó Mingüer Alcocer.
“Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada de eso podría pasar”. Hoy es el Día de los Inocentes y por eso hemos publicado esta nota en el que nada es cierto pero, sería estupendo que sucediera en la realidad. Estimados lectores, en Por Esto de Quintana Roo estamos comprometidos con la verdad y aunque así es día con día, hoy quisimos hacer un espacio para publicar una nota “chusca” para romper un poco con la solemnidad y terminar el año con una enorme sonrisa.

lunes, diciembre 24, 2007

El significado de la Navidad: que el mundo es un sitio donde hay lugar para todos.

Nos tocó vivir en el lado occidental de este mundo tan grande. El planeta Tierra alberga miles de millones de personas con credo diferente pero creyendo al fin, en una fuerza superior que une al Universo. Como occidentales que somos nos tocó vivir bajo la sombra del “monopolio de Roma” y por ende, crecimos con la idea del nacimiento de un salvador del mundo. Es así como cada año, occidente celebra el cumpleaños de Jesús porque esa es la verdad, es el cumpleaños de alguien (digo, si el nacimiento de cualquier mortal supone una celebración como cumpleaños, ¿por qué no le llamamos Navidad a ese “día tan especial”?).
Una tarde, mientras me daba un baño, pensaba en una acronía bastante razonable –de vez en cuando me pongo a debrayar mientras me baño-, por ejemplo: ¿qué habría pasado si en lugar de que el Imperio Romano de Occidente abrazara al cristianismo, hubiese adoptado la religión musulmana? Seguramente no tendríamos navidad, no existiría Papá Noel ni los Reyes Magos, la cena de Pascua, las celebraciones de adviento ni mucho menos, la “Santa” Inquisición o las posadas tal y como las conocemos. Hagamos a un lado esa idea que los “yanquis” nos han inculcado acerca de la religión musulmana. Gandhi decía que “musulmanes, hindúes, sijs, cristianos, todos somos hijos de Dios” y que en el mundo hay lugar para todos.

Así es queridos lectores, el mundo es grande y hay lugar para todos, no veo el motivo por el cual no deba haber lugar para el resto de las religiones del mundo. Tuve una amiga de la región de Uthar-Pradesh, en la India; me decía que nunca han celebrado la Navidad. No me asusté, al contrario, comprendía de sobra que ellos tienen otras celebraciones acorde a su religión, sin embargo, tienen un día que celebran de manera similar a la Navidad cristiana: el día del nacimiento de Krishna. Janmashtami es la celebración del nacimiento de Sri Krishna, la Suprema Personalidad de Dios para los hinduístas. “La ceremonia central sucede a medianoche, hora en que el Señor hizo su divina aparición. El ayuno, los cantos, las ceremonias y muchos otros rituales marcan esta importante fiesta en el calendario vaishnava”. Esta celebración se realiza el 4 de septiembre.

A la primera luna llena de Mayo, corresponde el Wessak, la Fiesta de Buda. Esta fiesta conmemora el nacimiento y el despertar del Buda, es también el instante durante el cual él contacta anualmente la humanidad. La palabra "Wesak" (también "Wessak" o "Vesak") es el nombre del mes de mayo en el calendario indio antiguo. Este período se sitúa en medio de la primavera del hemisferio septentrional.
El Aid el-Mulud es la festividad en la que se conmemora el nacimiento del profeta Mahoma; también es conocida como “La Fiesta de la Bandera”, ya que antiguamente los musulmanes exhibían una bandera blanca en los tejados como símbolo del nacimiento del profeta. En este día la familia se reúne para compartir el desayuno. En él es tradición degustar un plato típico preparado con sémola y leche. Es una fiesta en la que las “tarikas” sufíes (similares a las cofradías católicas) se congregan en las “zawias”. Se celebra entre los meses de marzo y abril, según el calendario gregoriano.
Los que practican el judaísmo siguen esperando la llegada del Mesías. Enlistar las fiestas similares nos llevaría muchas páginas, por eso me limito a dos religiones importantes y similares a la religión cristiana. Lo hice porque precisamente, la Navidad es una fiesta de carácter religioso que a recientes fechas se ha tornado en una fiesta de las compras y el endeudamiento. No niego que compro regalos para mi o para algún miembro de mi familia, a lo que voy es que en estos días la Navidad tomó un sentido diferente.
Hasta que tuve doce años de edad sentía eso que llaman “espíritu navideño”, después comprendí que sólo era un estado de ánimo alimentado por la nostalgia de tiempos pasados, las compras de regalos, el clima y la falsa pose de “ser personas mejores”. Ahora, el espíritu navideño se traduce en salir a comprar y comprar más, cooperar para el pago de impuestos de una televisora, fingir que nos amamos y desear parabienes a los semejantes en los últimos días del año, para que al siguiente le clavemos la estaca en la espalda.
La Navidad –dicen los cristianos- es tiempo de reflexión y nos lo repiten en Semana Santa, ¿acaso no podemos reflexionar en unos minutos libres que nos queden entre las actividades cotidianas el resto del año?
El significado de las cosas las otorgan las personas, es una idea subjetiva y muy personal, como el que le damos a las cartas, a los besos, a los sitios o las festividades. El mundo moderno mantiene la idea de que “cuanto tienes –en la cuenta bancaria- es lo que vales”… por eso, muchas chicas son “totalmente de hierro”, anhelando relojes de diseñador, o deseamos el último grito en gadgets y equipos de audio, porque en el alma humana se han acumulado vacíos palpitantes.
Por otro lado, y volviendo a lo que planteo al principio de este texto, el mundo es grande y con diferentes creencias religiosas. El “monopolio de Roma” institucionalizó la Navidad y parece que el mundo entero está obligado a creer en un solo “mesías”, el que no lo crea así está condenado, como se condena a los que no desean celebrar la Navidad.
Entonces, ¿Cuál es el significado de la Navidad?... creo que el significado está en el hecho de entender que el mundo es uno, con mucho espacio para todas las concepciones espirituales, donde musulmanes, hinduistas, cristianos, judaicos, sijs, budistas, y demás, podamos convivir en paz, con tolerancia y respeto porque al final, todos somos carne y hueso, espíritu y con el único fin certero de la muerte. La vida es corta y no hay tiempo para perderlo en objetos, el amor hay que repartirlo, compartirlo, crearlo, disfrutarlo; la paz no se compra con concesiones ni amenazando; el progreso y el objetivo de un mundo mejor donde no existan las diferencias sociales o el peligro de que nuestros hijos sean mutilados por falsos (y calenturientos) evangelizadores.
Celebren, beban y coman, que al final de cuentas se convive con la familia y esas cosas son mucho más valiosas que una donación al Teletón. Disfruten la charla de sobremesa y el recalentado con una tacita de ponche o una ensalada navideña, tal vez si nos sentáramos a dialogar y compartir la mesa, los problemas del mundo se arreglarían de la mejor manera.
No me gusta la navidad, pero daría lo que fuera por volver a sentir el espíritu que llenaba aquellas posadas con mi familia. Mientras tanto, pasen unas excelentes fiestas.

lunes, diciembre 17, 2007

La tristeza infinita en vísperas de navidad (todos llevamos a un Grinch dentro de nuestro corazón).

A veces se siente un hueco en el estómago con un nudo en la garganta que, de no ser desahogado, se corre el riesgo de estallar en un llanto interminable hasta crear una marea de tristeza y desesperanza. Llegó el mes de diciembre, mes añorado por niños y adultos debido al ambiente que suele rodearle: Alegría, júbilo, sensación de paz y amor, por sobre todas las cosas. Sin embargo, hay personas que el solo hecho de sentir la proximidad del mes y todos los arreglos que éste conlleva se sumergen en un estado de tristeza, desánimo y decaimiento total. Las causas de la depresión navideña pueden ser variadas. De hecho, son bastante similares a los asociados a festividades como el Día de la Madre, Día del Padre, Día de los Enamorados o cualquier otra fecha significativa.
Sin embargo, el hecho de que la Navidad no sea una celebración de un día, sino una época del año rodeada de fiestas y celebraciones por doquier puede ser, para el individuo afectado por la depresión navideña, una verdadera tortura.
El fallecimiento de un ser querido, la distancia -tanto física como emocional- de un ser querido, la ruptura de pareja, las expectativas insatisfechas o no alcanzadas, los problemas económicos, los malos recuerdos o la soledad, pueden ser sólo algunas de las razones por las cuales un individuo se ensimisme y evite compartir con los demás la alegría de la temporada. Es importante que se haga una diferenciación entre la tristeza y la depresión. Esta última es una verdadera enfermedad, y amerita de tratamiento especializado, ya que el individuo es incapaz de sostener un comportamiento normal.
Se supone que la Navidad es una fiesta, o conjunto de fiestas, de naturaleza religiosa. En mi opinión, esto es mucho suponer en el caso de la mayor parte de la gente, para quienes las navidades tienen tanto de religioso como unas hemorroides de agradable. A mí en particular esto me molesta. Y no porque sea una persona religiosa - no lo soy - sino por esa hipocresía colectiva. Ahora sería el momento de que empiece a despotricar contra la imparable locomotora del consumismo que en estas fechas, alimentada por millones de tarjetas de crédito, corre a toda máquina. Pero no voy a ir por ahí.
El otro gran valor de las fiestas navideñas es el de la reunión familiar. Y a eso voy.
Afortunadamente veo a mi familia la mayor parte del año. Y lo que es más, me soporta y todo. Para mí lo de reunión familiar se torna en reunión con los amigos. Sí, de esos que son pocos y amigos de verdad y con quien tienes una sensación de intimidad que jamás tendrás con nadie.

Fenómeno Grinch o depresión navideña
La palabra Grinch, viene de la película donde un duende verde malhumorado trata por todos los medios, acabar con la navidad así como con el espíritu navideño de quienes le rodeaban; de ahí se toma, para identificar coloquialmente, este trastorno. Pero más allá de un nulo gusto por la navidad, las personas tienen auténticos razonamientos por las cuales sencillamente la navidad, “no va con ellos”. Los siquiatras Mexicanos Rafael Salin-Pascual y Alfredo Salmon, expresan que este fenómeno es de verdaderos “sociopatas”.
No todos los sociopatas son grinchs, un sociopata puede ser gustoso de la navidad pero quizá no de estar en entornos escolarizados, para ellos, la educación abierta. Cada quien habla como le va en la feria. Las razones son tan variadas que no forzosamente se es un socipata, por ejemplo; hay gente que no le gusta la navidad ya que extrañan los tiempos de la reunión familiar de antaño en casa de los padres con los hermanos y algunas visitas que eran clásicas en dichas fechas, para la tradicional cena y de ahí, los regalos.
Otra razón de las más entendibles y que abundan, es gente que durante el fin de año (Diciembre), experimenta alguna situación de duelo como la perdida de un ser querido o el rompimiento de la relación afectiva con su cónyuge o pareja, y produce reacciones adversas al común denominador.
Por ultimo, uno de los más comunes viene desde la infancia, que es la frustración ante los regalos, anhelando por siempre cierto juguete el cual, nunca llegó, por precio, miopía de los padres, etc. lo que les va causando un pesimismo ante las festividades, para que, de edad adulta, sea una absoluta desilusión a la navidad.
Pero curiosamente, nada de lo que hemos mencionado como muchas otras razones por las cuales se tiene este fenómeno grinch, es incurable, lo realmente difícil es encontrar la razón por la cual la navidad, no es del agrado de la persona.
Muchos esgrimen la teoría del mercantilismo y lo vació que es la fecha ante los demás, la hipocresía que reina durante una temporada ante la frialdad del resto del año, traducción: “todos somos amigos y gente feliz mientras es diciembre, pero el resto del año ni nos hacemos caso”.
Habrá quienes al final no les queda más remedio que unirse a la celebración. Lo cierto es que a muchos nos cuesta trabajo cerrar círculos en la vida y de eso se tratan los rituales de fin de año. Consideremos que un año más se va y que demasiados propósitos se quedaron flotando en el aire, el clima del invierno y la forma en que los rayos del sol caen sobre nosotros desde una dirección diferente: parece que los colores-a pesar de ser cálidos- influyen en el estado de ánimo. Pero el fin de un ciclo siempre dejará vacíos y caras tristes, explicar el por qué de la depresión navideña y tratar de encontrar un remedio para curarla, sería tan inhumano como obligar a otro a asesinar a sus semejantes.

Signos y síntomas de depresión navideña
Pérdida del apetito.
Pérdida de sueño.
Grandes deseos de no levantarse de la cama.
Desánimo para el aseo personal diario.
La persona se retrae, pierde el interés en comunicarse con los demás, volviéndose taciturna.

lunes, diciembre 10, 2007

Cuando amamos a más de un@... Porque el amor es una constante búsqueda hasta encontrar el paraíso perdido.

“Si algún día te llega el rumor de mi ardiente pasión…
no les creas”. ‘Más bonita’, Ely Guerra.

Amar una figura parece mentira cuando amamos a cientos de otras, amalgamadas con sentimientos y deseos, como esos muéganos que al adquirir forma humana se nos derriten entre las manos por no poder tenerlas a todas. Nuestra capacidad humana nos permite albergar miles de sentimientos (por un momento olvidemos que la química provoca toda esa reacción cósmica-mágica-musical del amor), y es tan fuerte como la capacidad de amar a nuestros semejantes. Por eso queremos a nuestros amigos –incondicionales, claro-, a nuestros padres y hermanos, demás familiares y, temo decirlo, a nuestras parejas.
El ser humano, por naturaleza, nunca está satisfecho con cualquier cosa, o como dijeran los personajes de ‘Vecinos invasores’: “mucho nunca es suficiente”. O a ver, ¿a quien no le han dicho que tiene ‘corazón de condominio’?, de nuevo estarán mintiendo con todos los dientes si dicen “¡noooooooo!”
¿Se puede amar a otra persona al mismo tiempo?, buena pregunta. Cuando se tiene la fortuna de tener a alguien a quien amar (no importa la inclinación sexual) lo primero que experimentamos es una sensación de bienestar, de que todos nuestros problemas existenciales no importan por el simple hecho de poseer la fuerza espiritual que inyecta eso que los iluminados llaman “amor”. Con un amor se estimula el erotismo, el romanticismo, la búsqueda de nuevos horizontes y hasta podemos asegurar que la soledad se ha ido de nuestra vida para siempre.

El ser humano (hombre y mujeres), insatisfecho y egoísta como es, suele buscar otra persona en quien satisfacer ciertos huecos que la persona amada no llena. Este comentario resultaría cruel si tenemos la idea de que la fidelidad protege a las relaciones actuales, pero es que la fidelidad no existe. De existir la fidelidad de manera ortodoxa, la raza humana se iría directo a la extinción.
En el sentido sexual del amor, el deseo por volar encima de la piel de alguna morena azucarada o perderse en el campo de trigo de una mujer o, en el caso de las mujeres, la marea mental provocada por un abdomen o la mirada de un hombre del que difícilmente saben su nombre, es lo que provoca las situaciones de confusión entre amor y deseo. Amar, querer y desear son cosas distintas. El amor, con toda su fuerza, supone un calidoscopio de sensaciones e ideas, desde el deseo sexual, la retroalimentación personal, el trabajo en conjunto, la soledad compartida y en el último de los casos, la preservación de la especie.
El deseo es el ingrediente secreto de una aventura a la que todos queremos llegar. Las relaciones extramaritales (o vaya pues, un “free”) son tabú que nos atraen porque están prohibidas por la sociedad. Puede haber pasión pero la soledad espiritual jamás sabrá de la misma manera; se puede salir al cine o al parque y a lugares con sol y mar pero los momentos de intimidad no se escuchan igual porque no hay esencia ideológica. Se puede mirar una luz de vida en el fondo de la mirada de nuestra pareja, pero en los ojos de otra/otro nos vamos a encontrar con que el tiempo es único e irrepetible: disfruta el momento porque no va a haber más.
De ahí que nace la confusión: ¿la/lo amo o la/lo deseo?
Por el lado romántico, pensar en que una pareja será fiel por el resto de la eternidad es muy kitsch y pasada de moda. De entrada la fidelidad no existe, es una utopía que los más inseguros han desarrollado para defenderse de la soledad infinita. ¿Por qué estamos con la persona amada? Porque llena los huecos de la vida, porque nos mueve a buscar más cosas dentro de nosotros, porque hay muchas cosas que una pareja puede compartir, además de la vida, la cama y el lavamanos.
Personalmente pude querer a una persona, pero también me han gustado muchas mujeres y me siguen gustando, aunque ahora me limito a observarlas, desearlas en silencio y escribir sobre torsos, ojos y paisajes aterciopelados. Y así sucesivamente, pero jamás he tenido dos amores al mismo tiempo, ¿por qué?, por la simple razón de que comprobé que las sensaciones y el trato interpersonal no es el mismo: con la pareja se tiene todo y con ciertas reservas, con la otra/el otro se tiene pasión pero el café y las galletas no saben igual, los colores del sol no son los mismos y las sinfonías de Mozart son insulsas y aburridas.
A lo que voy, en el plano romántico e idealista, no se puede amar a más de una persona; se puede admirar y sentir afecto por alguien con intereses afines pero siempre hará falta el ingrediente secreto: el amor, la confianza, la pasión y las humedades.
Querer es sólo un verbo, amar es más que clavarse alfileres en los dedos hasta desangrar el corazón por alguien, y el deseo sexual es un acto egoísta que a nadie deja feliz.
Bruno Bichir –el actor- decía sobre el teatro que “es como el amor, tienes que probar de todo antes de encontrar algo bueno”. El amor es una constante búsqueda de la identidad con el otro, quizá buscamos trozos de nosotros y de las cosas sencillas de la vida en muchas personas. El ideal del amor parece un rompecabezas con las piezas extraviadas en todas partes. Este cuerpo dentro del cual vivimos se llena de elementos primordiales que conforman nuestra personalidad, con el paso del tiempo buscamos la mitad del tesoro y el sentido de la vida, únicamente entregada en unos cuantos. Hombres y mujeres poseen trocitos de virtudes y defectos. En la física, los polos opuestos se atraen y a toda acción corresponde una reacción directamente proporcional a la fuerza con que se genera la acción. Con esto digo que los individuos (difícilmente les llamaría personas) se complementan y se retroalimentan, ya sea positiva o negativamente.

Tal vez es el viaje continuo del alma humana lo que nos mueve a buscar en otras personas aparte del ser amado. El alma viaja y siempre busca puertos seguros a donde reposar y, cuando satisface el deseo de conocer nuevos horizontes, se lanza a la marcha por rumbos desconocidos en busca de nuevos horizontes.
Pero el amor es inmutable, incorruptible, incondicional y a veces, loco, descarado y egoísta.

martes, diciembre 04, 2007

El amor, la madre de todas las locuras… ¿y tú qué has hecho por amor?

“Romperé el cielo para ti y acabaré con Dios, ¡ay! Para ver si así me alabas”. ‘Puedo rascarme solo’ (1990), Fobia.

A decir verdad, la pregunta “¿qué ha sido lo más loco que hayas hecho por amor?” nunca me fue formulada con anterioridad. Que yo recuerde pocas han sido las relaciones en mi vida pero eso sí, muy intensas, estrambóticas, absurdas, apasionadas, románticas o en el peor de los casos, suicidas. El ser humano –hombres y mujeres- está programado para reproducirse y preservar así al género. Pensantes como somos (emm… eso sí es una idea descabellada, locura, sin duda alguna), el acto de reproducción se intelectualizó y devino en una serie de ritos y tradiciones a las que llamamos “ligue”, “enamoramiento”… ¡cachondeo pues! Por otro lado está el eterno dilema: “hago cualquier cosa por llamar su atención y no me pela”.
Amar es envolverse de telas que nos transforman en una sombra diferente a las que deambulan por las calles; amar supone adoptar máscaras que oculten nuestra personalidad o nos protejan contra las ambiciones del moderno mundo material. Por amor lloramos, reímos; enfermamos hasta perder la voluntad de vivir (me refiero a las ganas de realizar las actividades cotidianas), la razón se eclipsa por el impulso: “llamar al teléfono celular a media noche tan sólo para escuchar la voz del ser amado, su respiración, la certeza de que alguien se encuentra al otro lado de la línea”.
Impulsivo y loco es el amor que nos lleva hasta el límite de la cordura; algunos sobreviven y otros se quedan en el viaje. Los que se quedan en el viaje llegan a enfermar mentalmente pues no satisfacen el deseo de ser correspondidos, al grado de crear situaciones peligrosas que atentan contra la integridad física y emocional de las personas. No se puede ocultar el sol con un dedo, hay casos registrados en la historia popular de personajes célebres como Van Gogh, William Borroughs, Violeta Parra, Arthur Rimbaud y la lista es extensa. No hay por qué espantarse, el ser humano es una caja de Pandora, con todas las virtudes y desgracias del mundo encerradas en un reducto de marfil y huesos.
En esta ocasión no les daré un instructivo de “conquista-al-amor-de-tu-vida-con-cien-locuras-fáciles-y-prácticas”… digo, cada quien hace lo que puede para atraer al objeto del deseo y cada quien sabe cómo arriesgarse.
“¿Qué ha sido lo más loco que hayas hecho por amor?”… somos egoístas, siempre hacemos cosas a cambio de algo, nada se hace sin motivo. Tan egoístas somos que no faltan los casos en que una persona abusa de la buena voluntad del prójimo. Las películas americanas (y algunas telenovelas mexicanas) de adolescentes muestran estereotipos de la cultura popular “puberta”. Un ejemplo que me viene a la mente –de cómo un chavito comete locuras por amor- es la película “Lucas”, protagonizada por la estrella adolescente de finales de los 80, Corey Haim. En la cinta, Corey Haim interpreta a Lucas, un adolescente que se enamora por primera vez de una chica mayor que él –no tanto, claro- y, para llamar su atención, abandona su puesto en la banda musical de la secundaria y se mete a jugar en el equipo de fútbol americano. Las consecuencias –como diría el Dr. Emmet Brown- son desastrosas: Lucas termina peor que un trapo y en el hospital, claro que al final le aplauden (lo cual lo convierte en un muñeco ridículo) por el hecho de aventarse a jugar con los gorilas del equipo, tan solo para impresionar a la “niña de sus sueños”.
El amor es loco pero no tiene por qué llevarnos a estados enfermizos de comportamiento. ¿Hasta qué punto el amor anula la racionalidad de las personas?
El amor es ilimitado, no distingue credo ni posición social (aunque la televisión se esfuerce en condicionar las mentes). A lo mejor la desesperación de vivir en este mundo sin un motivo para respirar y abrir los ojos a la mañana siguiente es lo que mueve a hombres y mujeres a cometer locuras por amor.
No recuerdo ninguna sola vez en la que mi mente pensante no haya dominado a mi sentimentalismo. Mi cabeza está ahí, rige mi cuerpo, intento ser impulsivo pero ella manda. Cuando alguien no me conviene me lo dice y yo le obedezco. ¿Será quizá porque nunca he estado enamorado?
Todo este tema me ha hecho pensar mucho. Pensar en que nunca he cometido ninguna locura de amor. ¿Ustedes sí? Siempre me lo he pensado dos veces.Conozco muchas personas que llevadas por la pasión lo han dejado todo y se han ido a buscar a sus parejas, ya sea a Italia, Japón, Carolina del Norte, ¿yo lo haría?, no lo sé.¿Querer razonando es querer menos o es más?, ¿amar significa entregar, sacrificarte por la otra persona?
No sé que piensen. Si son de los que enloquecen por amor, ¿cuales han sido sus mayores locuras? Y si son fríos como el hielo y racionales como Einstein y Maquiavelo juntos, ¿cuál es su límite en el amor? ¿Se han enamorado de verdad?